Cubadebate

Gran ventaja en Cuba haber establecido hace años "universidad para todos" y las teleclases por los canales de nuestra televisión. Este simposio dejó claro q Cuba ha apostado por una educación inclusiva y gratuita, y ha puesto en manos de las familias la opción de una educación virtual con profesores de calidad, unos con más oficio que otros para lograr la atención y compresión de los chicos, pero indudablemente una magnífica estrategia, que si hubiese comenzado ahora con la pandemia otro sería su resultado, y de seguro no tan loable.
Pero todo esfuerzo del país y del Ministerio de Educación lleva implícito una respuesta de la base, de los que tienen la obligación de trasmitir, de educar, de crear hábitos y amor por el estudio, por el saber, por el conocimiento. Hay que evaluar y reevaluar a los maestros y profesores, sobre todo a los de la enseñanza media, son los adolescentes de la secundaria y los jóvenes de pre-universtiario los que menos tiempo están en las aulas, ya por desgracia sin poder contar con esas becas y escuelas en el campo que tanto aportaron al conocimiento de esta nación. Hay que lograr un educador que sepa trasmitir conocimiento en tan pocos turnos y tiempo de clases, hay que lograr un educador que sienta orgullo de su profesión. Hay que lograr un respeto alumno-profesor y viceversa, que debe comenzar por tratarse ambos de usted, generar cariño y confianza no implica el tuteo, el grito, y la falta de respeto. Hay que volver a separar del aula al maestro que no sea ejemplo de educador, y al alumno que asiste a la escuela sin interés y que crea entuertos e indisciplinas. El aula es un santuario, el santuario del saber, de la cultura, de la educación cívica. Si la familia es el seno de la sociedad, el aula es el lugar donde se forma la conciencia y se crea al individuo. Hay que rescatar en las actuales generaciones de estudiantes, el hábito por la lectura de calidad, hay que volver a instituir un turno de biblioteca con círculos de interés literarios, que más que matemáticos e historiadores, entreguen a la sociedad un joven con una educación cívica universal. Un joven que reconozca en su familia y en la escuela, y en su país, un baluarte de amor por los demás seres humanos, por la naturaleza, y por el respeto al derecho de los demás

Una vez más Cuba se precia de su calidad educativa y se erige vencedora frente al bloqueo. Sin importar trabas y limitaciones tecnológicas, un congreso internacional se abrió paso para ofrecer espacios de intercambio profesional pedagógico que sienta pautas en función de materializar las aspiraciones del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 de Agenda 2030. Felicidades colegas, gracias Cuba por tanto esfuerzo que devuelve luz para desaparecer sombras.