Cubadebate

El embajador de Palestina en Cuba, doctor Akram Samhan.

El pueblo de Palestina rechaza la propuesta estadounidense publicitada como “el acuerdo del siglo” que es vista como una reiteración de la política del garrote y la zanahoria.

Ellos empezaron por la parte económica porque creen, como todos los capitalistas, que con ofrecer dinero, fuerza de trabajo y solución económica pueden presionar a nuestro pueblo para que acepten su plan político, declaró la víspera a Prensa Latina el embajador de Palestina en Cuba, doctor Akram Samhan.

La Casa Blanca dio a conocer los primeros detalles, los del componente económico más que político, los cuales se revelarán los próximos 25 y 26 de junio en Bahréin, durante la conferencia de Manama.

Sin embargo, algunos datos de este documento filtrados en medios de prensa muestran que el texto lo elaboran miembros civiles y militares del Gobierno israelí, el mejor y más fiel aliado de Estados Unidos en la región.

Según el diplomático palestino, a Manama invitaron al sector económico para no dar un contenido político y “nuestra decisión es no ir pues se desconocen nuestros derechos”.

El representante palestino enfatizó que los derechos de su pueblo no se negocian. “Palestina no se compra ni se vende por dinero. Nuestro pueblo estará unido ante las amenazas muy peligrosas de Washington contra los pueblos árabes”, puntualizó al abordar la nueva estrategia estadounidense a favor del Estado de Israel.

Enfatizó que su pueblo no aceptará ninguna solución sin el reconocimiento de sus derechos, lo que pone en crisis el plan de la Casa Blanca al alejarse de otras ideas aireadas por anteriores administraciones de la Casa Blanca.

Los estadounidenses, en su protección del Gobierno de Benjamín Netanyahu, pretenden poner ya en práctica que Jerusalén Oriental se une con la parte Occidental para ser la capital israelí. Para nosotros, subrayó, “esa es la gran bofetada de esa propuesta de acuerdo”.

Ahora Washington plantea claramente que los asentamientos de colonos judíos en los territorios palestinos, en el Estado palestino, no son obstáculos para la paz en el Medio Oriente, cosa que se entiende perfectamente, ya que la lucha entre nosotros y los israelitas es por la tierra, dijo. Eso no lo aceptaremos, señaló.

“Los americanos se plantearon, de hecho, cancelar el derecho del retorno del pueblo palestino o mejor dicho, cancelar lo que es la identidad de los refugiados palestinos, al decir que estos son refugiados que fueron expulsados de sus tierra por la guerra de 1948 y entonces ellos dicen que no existen los que son los refugiados palestinos”, aclaró.

Al desconocimiento del derecho al retorno también se incluye la anexión del Golán sirio, donde incluso los ocupantes construyen un poblado con el nombre de Donald Trump, el presidente estadounidense.

Qué nos toca a los palestinos en esa oferta si dicen que Jerusalén es la capital de (Israel), que los asentamientos son un derecho y que ahora están hablando de anexionar parte de Cisjordania, y que el Golán sirio es parte de (Israel), y que el derecho de los palestinos al retorno y los refugiados ya no existe, preguntó el diplomático.

Retomar las ideas de otros gobiernos en Washington, que planteaban que la solución justa en la región es la creación de los dos estados independientes, libre y soberanos, que Jerusalén Oriental es la capital del Estado Palestino, y que vamos a negociar una solución justa sobre los refugiados de acuerdo a lo aprobado por Naciones Unidas, es la posición de las autoridades palestinas que Washington quiere enterrar, afirmó.

Al referirse al encuentro en Manama, Samhan llamó a los países árabes y a todos los amigos del mundo que no participen en esa reunión en la capital de Bahréin, porque creen es la primera parte de quitar los derechos nacionales del pueblo palestino.

El representante de Palestina en Cuba puntualizó que frente a los intentos de desconocer los derechos de su pueblo se fortalecerá la unidad nacional palestina, más fuerte que nunca.

Como muestra de esa unidad, remarcó, el pueblo de Palestina convocará a elecciones en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental para elegir al presidente y un nuevo Parlamento, lo que según análisis, será un golpe a los planes de la Casa Blanca para borrar a un pueblo y a una nación del mapa mundial.