Imprimir
Inicio »Noticias, Cultura  »

La opinión del lector: Manuel Calviño, sin “error” y sin “horror”, vale la pena

| 39

cubadebate-opinion
Estimada Paquita:

Parece que llegué tarde a responderte por el “foro debate”.

Me he demorado un poco en responder a tu pregunta, y no sé si la podré responder del todo (aunque no siempre lo que necesita una pregunta es una “respuesta del todo”, sino un andar buscando las respuestas). Pero es que, entre mi poca disponibilidad de conexión, por tanto mi poco andar por los espacios digitales, y mi predilección por la palabra dicha, por sobre la escrita, no soy “asiduo forista”… creo que tengo que incorporar esta dimensión comunicativa a mis prácticas cotidianas.

Además, tu pregunta me llegó en el proceso de preparación de los programas que tenía que grabar hoy en la mañana (de hecho, acabo de grabar hace apenas unos minutos), y prioridades son prioridades. La preparación del “programa” es un proceso al que concedo tiempo, concentración, trabajo focalizado. Es no solo un estilo, una característica personal de trabajo, es sobre todo respeto y consideración absoluta a los que unas semanas después se sentarán frente a la pantalla, y me permitirán conversar con ellos, abriendo un espacio de construcción de saberes. Es también respeto a mis colegas de profesión, porque me guste o no, lo quiera o no, alguna parte de la imagen que se pueda tener de la Psicología, del ser un profesional de la Psicología en Cuba, pasa por mi hacer ante las cámaras.

Bueno, dicho esto, y ante todo, muchas gracias por tus palabras, alentadoras y agradecidas, estimulantes, reconfortantes. Muchas gracias también por tu trabajo en los medios, en la prensa, que también sigo con “pertinaz” ansia de aprender, entender, saber.

Llegue también mi agradecimiento, en este caso, a “los foristas” – vuelvo con el término, porque creo que es el que algunos utilizan para referirse a quienes expresan su opinión en estos espacios de construcción conjunta de opiniones y valoraciones. Ellas y ellos son el sentido mismo de mi trabajo, como lo son los televidentes de Vale la Pena, las personas que acuden a mi consulta en busca de ayuda profesional, los estudiantes, los centenares de cubanas y cubanos con los que comparto encuentros en centros laborales, escuelas, en fin en todas partes.

Soy un servidor público (noción olvidada por muchos que deberían asumirla con responsabilidad y entrega). Soy un luchador por el bienestar y la felicidad de nuestra gente, de las personas que tenemos el enorme privilegio de vivir, y que queremos hacerlo acompañados del bien-estar, del bien-hacer, del bien-ser; hacerlo – entiéndase vivir - de modo que también otros, hoy y mañana, puedan disfrutarlo.

Claro que recuerdo que entre las primeras menciones de “Vale la pena” estuvo la tuya. De esto hace casi 26 años (en febrero estaré de aniversario, que “festejaré” intentado seguir compartiendo saberes, vivencias, experiencias, con quienes construyo Vale la Pena: las personas, los cubanos y cubanas que lo animan, lo sostienen y le dan su sentido definitivo). Ciertamente fue en febrero de 1991 cuando comencé a hacer lo que considero no un programa de televisión, y aquí ya me acerco a una posible respuesta a tu pregunta, sino un acto de comunicación, un acto de devolución profesional, responsable y comprometido con quienes han sido co-constructores de mi vida, de mis logros y sueños, de mi ejercicio profesional y científico.

Vale la pena es un acto de comunicación que ha contado, cosa que también agradezco enormemente, con la complicidad de quienes hacen televisión, de quienes hacen la televisión, en nuestro país. Y por lo tanto, un acto de comunicación con una capacidad de multiplicación asombrosa, gracias a la utilización de la televisión.

Manuel Calviño en "Con 2 que se quieran". Foto: Petí.

Manuel Calviño en "Con 2 que se quieran". Foto: Petí.

Y como acto de comunicación, Vale la pena empieza, cuando termina (alguna vez utilicé mucho esta idea, para reforzarla). Porque Vale la pena es, sobre todo, lo que ocurre unos minutos después de mi aparición en la pantalla, unas horas después, cuando las personas incorporan un fragmento de saber a su análisis personal, a su introspección existencial, a sus debates cotidianos en pos de su mejoramiento como ser humano, a la necesaria (imprescindible) mirada crítica no solo a su vida, sino también a la de los otros, a las condiciones que marcan las rutas más o menos probables del vivir.

Debo decirte, que he sido un gran beneficiado por Vale la Pena. Me ha hecho mejor persona, mejor padre, mejor esposo, mejor compañero de trabajo, mejor profesional. Y me gustaría que ese beneficio se extendiera a otras personas, a muchas personas.

Si bien la tradición de pensamiento marxista, de la que soy parte por elección, refuerza la mirada al momento en que las condiciones de vida, de existencia, influyen notoriamente sobre la subjetividad (las personas no viven como piensan, sino que piensan como viven… y cuanta verdad encierra esta máxima primaria del ideario marxista) , soy de los tantos convencidos de que el empeño, la decisión, el deseo de ser una buena persona y la lucha por serlo terminan siendo un decisivo constructor de la mejores condiciones de vida, de las esencialmente humanas.

Estuve a un paso de ir a buscar tu lista de lo mejor de la TV en el 2016, para darte mi opinión, y ver si la ausencia en ella de Vale la pena era un error o un horror, pero gracias a mi mala conectividad demoró tanto en emerger en mi pantalla la web solicitada, que me dio mucho tiempo para pensar.

Yo no soy un especialista en televisión. Tú sí lo eres. La mirada especializada y la mirada del consumidor son asimétricas (por eso, entre otras razones, los listados de lo mejor o lo peor, no coinciden totalmente). De modo que me di cuenta que no soy yo quien puede responder consistentemente a tu primera pregunta, desde el punto de vista técnico. No tengo como evaluar con seriedad profesional si hay o no error en tu listado. En él hay argumentos especializados, propósitos comunicativos, y claro, en algún lugar, gustos personales.

Pero aún si me dejara arrastrar por la invitación, entonces diría que yo creo que no hay error alguno! (en todo caso, aquí va el psicólogo, el listado es tan voluminoso que efectivamente lo que puede que suceda como inversión del proceso mental, es que lo que llama la atención son las ausencias…. ¿Recuerdas como cantaba Virulo el trauma de una escolar, porque la única en el aula cuyos padres no estaban divorciados era ella?). Pero hasta en ese plano, mi “terapeuta musical”, Juanito Formell, me enseño que no hay ningún problema en no estar en “la gran escena” (“Que pena, que pena, Yo no soy de la Gran escena”).

Aun así, que Vale la pena no esté en tu listado, o en otros que tampoco está, no significa que no siga siendo un activo hacedor de cultura, que no cumpla con su propuesta de contribuir al mejoramiento humano, al desarrollo auténtico de los valores.  Porque Vale la pena sigue apostando y comprometiéndose hasta el tuétano con la cubanía, la auténtica, la que emana de los buenos sentimientos, de la inteligencia robusta de las mujeres y los hombres de este nuestro país, la que a veces pierde el rumbo, pero lo recupera. Esa cubanía que siempre ha reconocido, valorado y hasta consagrado lo inteligente, lo valiente, lo sensible, lo auténtico, con tanta fuerza como lo hace con lo justo y lo soberano.

Y la cubanía auténtica se sedimenta en el bienestar y la felicidad no solo alcanzados, sino alcanzables. Y abre sus puertas a todo intento de disminuir la distancia entre lo que se es, y lo mejor que se podría ser (obviamente digo como ser humano).

No hay horror en ningún caso, ni existe la posibilidad de que aparezca. En asuntos de emociones humanas, me siento más versado (sin falsas modestias, soy más versado), y por lo tanto puedo asegurar que antes del horror habría que pensar en otras emociones más probables. En mi caso personal, aparecería el ansia inextinguible de superación, el placer de aprender, de crear, el querer llegar más alto, y más alto, para andar más cerca y más cerca de las personas buenas, y persuadir a los menos buenos a que se sumen a nuestro contingente.

Te vuelvo a decir, querida amiga – si me permites tal denominación, quizás apurada, pero así somos los cubanos -, muchas gracias. Yo voy a seguir Psicologiando en Cuba, tras la huella del mejoramiento humano, intranquilizando neuronas (incluyendo las mías) y, de cierta manera, no solo negado a curar, sino incluso fomentando “la pertinaz locura”, que comparto contigo, y con muchos otros, de hacer una Cuba mejor, poblada de mejores cubanas y cubanos, más competente y sustentable en el propósito de lograr el bienestar y la felicidad que nos merecemos todos.

Para mí, como persona, como profesional comprometido con cultivar, resguardar y enriquecer el alma cubana, como dije antes, como luchador por el bienestar de los cubanos y las cubanas, entre “lo mejor del 2016”, sin duda alguna, sin “error” y sin “horror”, ha estado ese guiño de agradecimiento, de solidaridad, de respeto y cariño que he recibido miles de veces cuando andando por las calles de la Habana, y muchas otras ciudades del país (hasta afuera del país) las personas me dicen: “Vale la pena”.

Lea la opinión de la periodista Paquita Armas a la que hace referencia Manuel Calviño:

Vale la pena: Veintidós años y una consulta pública

Se han publicado 39 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • osvaldo.5 dijo:

    soy de Manzanillo Granma
    Saludos

  • tgr dijo:

    FELICITO AL DOCTOR CALVIÑO Y LE PIDO QUE POR FAVOR, NO NOS FALTE. SU PROGRAMA. ES UNO DE LOS MEJORES DE LA TV CUBANA.
    A CUÁNTOS HA AYUDADO CON SUS ANÁLISIS Y CONSEJOS!
    CONOZCO PSICÓLOGOS CANADIENSES QUE LO HAN QUERIDO CONTACTAR Y TENER SUS LIBROS. ES UNA PERSONA DOTADA DE CONOCIMIENTOS PSICOLÓGICOS Y CON MUCHA MODESTIA. UNA VEZ MÁS...FELICIDADES PROFESOR!!!!!!!!

  • Alina dijo:

    Gracias a Calviño por existir, por esta respuesta tan profesional y darla a conocer.......... , el supera y está por encima de toda la programación televisiva , solo hace falta que siga ahí!!!!!!!!, ojalá sus libros fueran más asequibles a la población cubana , pues tengo (Cambiando la mentalidad....)pero sin embargo los anteriores los he buscado y mucho y no he podido encontrarlos.........deberían tirar más ejemplares pues "Vale muchisimo la pena"!!!!!!!!!!!,
    Gracias a Nestor por sus opiniones que también es un gran periodista y que ya tiene muchos fans que los siguen por sus buenos articulos.............
    Solo falta que ya el Dr. Calviño tenga una seccion aqui en Cubadebate para así completar sus buenas y grandes vías de comunicación donde sé que tendrá muchos foristas esperando , leyendo y debatiendo sus articulos .......................
    Gracias a Paquita también por provocar este sunami de cometarios !!!!!!!!!!!

  • Rodolfo Antonio dijo:

    Muy buena la respuesta...no es una respuesta...., es un ejemplo de como debemos canalizar nuestras divergencias, o mejor dicho, la asimetría en puntos de vistas...., como la autoestima puede ser más importante que la opinión ajena..., del programa, ni hablar...ha permanecido en el aire tantos años, y bien vale la pena..., que no aparezca nadie en el futuro y quiera racionalizarlo..., que el Profe, como lo catalogan continue con esa lucidez que permita romper cualquier record de permanencia en el aire...y no precisamente flotando...

  • Luisa dijo:

    Profesor M. Calviño:
    Me gusta mucho su programa. Gracias por sus reflexiones y valoraciones.
    Soy economista y quisiera que repitiera el programa Un Empujoncito, del martes 9/ene, es que yo no pude verlo. Saludos. Gracias.

Se han publicado 39 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Vea también