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Arleen, tan madre…

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El cariño y la añoranza por el “tronco” familiar, que desde hace años no está, se desborda en las palabras, en el rostro, en la evocación de su hija. También en unos lirios hermosísimos, que acompañan la imagen sagrada de la madre, en la sala del hogar.

De niña, su mamá le contaba el momento más feliz de la vida: cuando parió el primero de sus tres hijos. Porque había conocido la orfandad total siendo pequeña, y por tanto, tenía una necesidad inmensa de poseer algo suyo. Entonces, cuando creó su familia, le dio mucho amor.

Arleen Rodríguez Derivet.Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Mi infancia fue feliz, muy feliz. Yo siempre digo que me tocaron los mejores padres del mundo. Mi mamá era una madraza. Era muy apegada a nosotros. Fuimos sus compañeros de juego. Recuerdo que mi hermano y yo crecimos en la época en que todavía se celebraba el Día de Reyes y ella jugaba a comprar cosas que también podía usar: patines, bicicleta... Y nos enseñó a todo eso.

Se trepaba a las matas con nosotros. Montaba a caballo. Le encantaba el mundo del campo, nadar en la playa o el río. Entonces mi infancia fue absolutamente feliz, aunque vivíamos con limitaciones económicas. Había mucha felicidad. Mi papá y mi mamá se amaban mucho”.

Vivió tanto afecto y armonía hogareña, que deseó repetir la historia. Quería ser igual a su progenitora: tener manos tiernas como ella, dar y recibir cariño de la gente, ser mamá…

“Honestamente, lo que más me gustaba de mi madre eran sus manos, tenía unas manos muy… (Yo no las saqué). Tenía las manos más tiernas del mundo. Las manos de mi madre son mi conexión con la vida.

Y quise ser como ella: querida. Me encantaba cuanto la gente la quería, lo fácil que se hacía querer. Como juntaba y la gente siempre a su alrededor. Se llamaba Norma, pero nadie le decía así. De cariño le decían «mami», no importaba la edad que tuviera, «mami, mami, mami». Porque era eso, era mamá. Creo que me puso la varilla demasiado alta”.

La periodista Arleen Rodríguez junto a Fidel en el Palacio de Convenciones. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Como su mamá, Arleen se convirtió en una mujer muy especial. Y aunque no tuvo hijos nacidos de su vientre, al igual que Norma («mami»), muchos la tienen por madre.

Por esa personalidad extraordinaria que tiene: alegre, cálida, propositiva y libre de prejuicios, siempre pensamos que accedería a la entrevista. Y accedió, no para que su nombre resonara en los medios, -pues los archivos de Juventud Rebelde, Cubadebate, Mesa Redonda y otros, atesoran su impronta reporteril-, sino porque como avezada periodista, cree oportuno compartir su historia.

  • ¿No tener hijos: decisión o imposibilidad biológica?

“Recuerdo que de niña a mí no me interesaban las muñecas. Todos los años mi mamá me compraba la clásica que venía en el paquete de Los Reyes Magos, pero se quedaban ahí, encima de un escaparate. Realmente me parecían falsas, y nunca me gustó lo falso. Las muñecas me parecían un niño de mentira.

Mi mama decía: «tú vas a ser mediomarimacho». Porque me gustaba jugar a las bolas, a la pelota, a los mambises. Me molestaba: ‘¿por qué a mi hermano le compran un juego de vikingo y yo no tengo uno?’. Es que me gustaba el juego vivo, el juego verdadero.

A veces digo, yo no venía para madre porque nunca me interesaron las muñecas. Pero no es eso, es que no me gustaban por falsas.

Sí deseé ser madre. Yo me casé en primer año de la Universidad y usé anticonceptivo ese tiempo. Luego ya tenía el deseo de salir embarazada y me sentía así constantemente: «Ay, estoy embarazada», apenas se me atrasaba un poquito la menstruación. Y llegué a hacer canastilla porque era época de crisis, como siempre, y guarda pañales para cuando estés embarazada y  guarda esto y lo otro. Lo que fui regalando con el tiempo.

Lo intenté muchas veces, con todas las parejas que tuve. Lo intenté siempre, hasta estudios de fertilidad me hice, pero no eran igual que ahora. La inseminación ahora es más común, en esa época no”.

Arleen Rodríguez Derivet en su casa. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

  • En medio de todo eso alcanzaste cúspide en tu carrera profesional. ¿Continuaste con tus planes de maternidad?

“La Habana siempre es la Habana, pero a mí no me interesaba, vaya, me interesaba más Guantánamo o Santiago. Venir de vacaciones, sí, pero no vivir aquí, ni iniciar un mundo de desafíos, porque yo tenía mucha comodidad allá, mi mama prácticamente me lo hacía todo, mi mundo estaba allí. En ese tiempo las provincias tenían un desarrollo similar.

Me proponen venir casi como una tarea de militancia. Y como me había divorciado, y vivía un día en casa de mis padres, otro en casa de mis abuelos, entonces decido cambiar de aire, de decir ya. Vengo para Juventud Rebelde como jefa de la página de redacción económica. Estuve ahí un año. Luego me proponen a subdirectora,  cinco años de subdirectora y luego cuatro años de directora.

Pero sí continué intentando mi maternidad, sí, siempre. Con el doctor Nelson Rodríguez en el González Coro. Yo ya tenía otra pareja, empezamos, mas cuando estábamos en el impulso aquel, nos separamos.

A ver, en verdad tuve muchas presiones porque al venir para la Habana con esa tarea, 26 años tenía cuando vengo para acá y ya yo empiezo a tener responsabilidades muy fuertes: subdirectora, directora, me volví a divorciar, conocí a Roberto, nos casamos, lo intentamos muchísimo. Sin embargo, no le di prioridad a eso, mi responsabilidad ante el periódico fue superior. El Periodismo me halaba más.

Yo me hice las pruebas elementales y me dijeron: «no hay por qué tú no salir embarazada. No sabemos cuál es la causa. Habría que hacer inseminación». Pero en esa época, la técnica no estaba tan desarrollada y no la llegué a hacer. Podrá parecer broma, pero un día pensé: ‘Mira que lo he intentado, he terminado siempre divorciándome, un día me voy a quedar sin marido y sin hijos…Ya no lo intento más, si no se puede naturalmente, no se puede’.

Arleen Rodríguez Derivet.Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

-¿Por qué no adoptaste?

“Es verdad que podía hacerlo. Pero en ese tiempo yo era miembro del buró nacional de la Juventud, diputada de la Asamblea Nacional, miembro del comité nacional de la Federación, era periodista que ejercía (nunca he dejado de escribir). Y me pregunté: «para qué voy a adoptar un niño, ¿para hacerlo sufrir, para castigarlo, un niño que no tenga a su mamá en su casa? Va a criarlo otra persona».

Adopta un niño una persona que se puede ocupar de él. Porque, ojo, yo he conocido personas que han adoptado niños para resolver un problema suyo. ¡Error!, Cuando usted adopta a un niño, usted adopta a un ser humano al que tiene que darle todo el amor del mundo, ese niño es que necesita de usted, usted es el adulto.

Hay gente que ha adoptado y me ha dicho: «Ay Dios mío, yo no sé si hice bien, porque yo pensé encontrar la felicidad y este niño me da dolores de cabezas» . ¡Perdón! Tú no adoptaste un juguete, ni una medicina para curarte la tristeza. Tú le das a esa persona.

Entonces, ¿para que yo iba a adoptar?. Dije: «yo tengo sobrinos.  El pedazo de mí que le puedo dar a otros niños, se lo doy a ellos. El tiempo que le pueda dedicar». Y se lo he dedicado. Mis sobrinos y yo tenemos una relación muy linda.

Después, cuando me uní con Roberto, él tenía tres hijos, ya criados y con madres maravillosas, por lo cual no necesitaron de mí. Traté de ser su amiga y lo soy. Es decir que nunca dejé de tener niños a mi alrededor, a los que mimar, a los que querer. Pero tampoco me obsesioné. No fue un problema para mí. Siento que es un vacío en mi vida, no te lo voy a negar, pero no me obsesioné con eso.

Arleen Rodríguez Derivet, con su perrita Romi. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

  • ¿Algún conflicto en la pareja, en la familia o socialmente por la imposibilidad de tener hijos?

"Con la pareja y la familia nunca he tenido conflictos, presiones externas quizás sí. Cuando alguien siente necesidad o placer en herirte y te dice: «No opines porque tú no tienes hijos, no sabes lo que es eso», o ‘Mira, tú qué has hecho, si no tienes hijos’.

Y te marcan tu incapacidad. Hasta amigas que me han dicho muy cruelmente: «No opines porque tú no sabes lo que es ser madre, ser madre es otra cosa». Y les digo que tienen razón, que yo comprendo. Pero nunca me he amargado con eso. Quizás porque mi mamá me decía siempre: ‘Bueno mija, todo el mundo no puede ser, hacer todas las cosas’.

  • ¿El consejo para las mujeres que no pueden tener hijos por razones biológicas o de otro tipo?

Por ejemplo, cuando yo me uní con Roberto, recuerdo que le dije: «Yo tengo que querer a tus hijos, porque si yo tuviera un hijo de otra relación, tú tenías que quererlo. A mí habría que adorarme a mis hijos, por lo tanto, yo tengo que adorar a los tuyos, de verdad».

No me frustro. Lo intenté, quise serlo, siento que una mujer no está completa totalmente si no procrea, sí, puede ser. La que pueda tenerlo, mientras pueda, que lo intente. Si tiene vocación de madre, si tiene necesidad imperiosa de cuidar, de amamantar, de hacer crecer a un ser humano. Pero si no se da, no se puede frustrar. Hay tantos niños esperando que se les de amor...

Yo tengo ahijados, niños que son hijos o nietos de mis amigos, yo los adoro, son mis hijos. Yo doy la vida por esos muchachos. Si viene una bala, yo me pongo en frente para morir. Yo me quito mi comida para dársela a ellos. Yo no duermo si uno de ellos niños está enfermo. Pero al mismo tiempo sé, que a la hora de ir a unos brazos van a ir a los de sus padres, que les toca, que les corresponde.

Arleen junto a Fidel en la Mesa Redonda. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

  • ¿Cómo canalizar ese sentimiento de amor de madre, cuando no se da naturalmente?

“Dando mucho amor a los demás. Hay un error en quienes creen que el amor es que te amen, NO, el amor es amar. Amar es el secreto aunque sea para sufrir. Yo creo que la verdadera felicidad está en dar amor, dar amor. Mientras más amor tú das, más te nace. Eso es igual que mientras más trabajas, más ganas de trabajar te dan y mientras menos trabajas, más vaga te vuelves.

Eso es una ley humana, un secreto de la energía, no sé…Y cuando das ese amor, ese amor se multiplica y el espacio que te quedó vacío tú lo llenas. Yo tengo un amigo, digo tengo, porque aunque murió, fue un hombre maravilloso. Él era piloto y cada vez que iba a viajar, le escribía a su novia en el espejo: Siempre que haya un hueco en tu vida, llénalo de amor.

Yo iba habitualmente a esa casa y se lo borré, le puse algo así como: «Eres un cheo». Cuando regresó, le dijo a su novia (mi amiga): ‘Dile a Arleen que no le voy a hablar más, si vuelve a borrar el espejo’. Y volvió a escribir la frase. Y esa vez, cuando se fue de viaje, murió en un accidente...

Es decir, nunca puedes borrar la señal de un ser humano en la tierra, su paso por la vida, el amor que deja. Y ese mensaje se quedó dentro de mí. El hueco que tu tienes en la vida, llénalo de amor, llénalo siempre del cariño a tus padres, a los demás… Ese es el secreto, no hay otro.

...

“Un día descubrí que sí tuve hijos. No solo mis sobrinos o los hijos y nietos de mis amigos, no. Ahora tengo un hijo de 90 años que es mi papá. Lo trato como a un bebé. Se me enfermó y lo tuve aquí en mi casa un tiempo. Yo lo bañaba, lo acostaba y le decía: «Abre las piernas que te voy a echar talco». Era mi hijo, es mi hijo. Lo mimo, y cuando veo algo pienso: ‘Esto le va a gustar a mi papá’. Y se lo llevo.

Y antes tuve una hija que murió muy joven, de 67 años, mi mamá. Cuando enfermó era mi hija; la bañaba, le daba la comida, la cuidaba, le hacía todo. De modo que hay un momento en la vida que tus padres se transforman en tus hijos. Es decir, que sí hay otras maneras de ser madre.

Disfruto la alegría de las madres que me rodean. Tuve una vecina con hijos trillizos y aún me manda fotos de cómo van creciendo los niños. Actualmente tenemos unos vecinitos, de dos y cuatro años, que todos los días hacen que sus padres los traigan aquí.

Se tiran encima de los sofás, brincan, juegan, abren el refrigerador. Ellos pensaban mudarse y Robe me comentaba: «Tú te imaginas que se muden, nos morimos de tristeza». Porque uno le coge mucho amor a los niños. Pasan por aquí llamando: ‘Roberto, Arleen’. Y vienen y se nos tiran encima, y nos abrazan y enseguida te piden el teléfono para jugar. Pero dan amor de verdad, no es fingido.

En esta casa nunca han faltado los niños. Ya mis sobrinos y los hijos de Roberto son grandes, algunos ya con hijos y lejos. Sin embargo, nunca han faltado muchachos aquí. Y siento que he recibido amor de muchos niños, como si fueran hijos.

Arleen y Romi. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

  • ¿Y Romi?

“Mi bebé, mi hijita también. Puedo decir que me he enfermado y Romi ha estado al lado mío todo el tiempo, como si estuviera cuidándome y nadie se me puede acercar. Hemos estado compartiendo con amigos en una piscina y a ella no le gusta meterse al agua, pero no se aparte de mí, si alguien juega conmigo, le empieza a ladrar. Es amorosísima, llora cada vez que me voy, le hablo y me atiende.

Tiene su cojincito para dormir, pero va y se acuesta con nosotros en la cama. Es algo que no te puedo… Mi bebé, mi cariño, mi compañera, la cuidadora, la que nos avisa. Sientes que es una guardiana que está ahí, que te da mucho amor. Todo el mundo me comenta: «Los pequineses son pesaos, son agresivos». Pero Romi es un amor. Nunca ha mordido a un niño, no ha sido agresiva con nadie.

He sufrido por ella. Tiempo atrás hubo que operarla. Yo lloré y todo cuando la vi luego de la operación. Después la cuidé para que se recuperara. Cuando parió, la asistí en el parto. Fue tremenda madre. Me dio una gran lección. Tuvo cuatro perritos y uno murió. Pero ella sabía los que había parido. Los separaba con la boquita: uno, dos, tres…Y empezaba a ladrar.

No quiero que alguien crea que exalto a los animales por encima del ser humano. Claro que ante un niño y un animalito, uno tiende a defender a la criatura. Pero mi perrita es mi hija.

Arleen junto a Eusebio en el Capitolio. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Confiesa el deseo de haber tenido un hijo que naciera de sus entrañas, “a ver cómo hubiese salido”, pero al mismo tiempo siente miedo.

“Hubiese sido muy permisiva. Por ejemplo, Alejandro, mi sobrino, el hijo de Normita, yo andaba con él pa' arriba y pa' abajo. Pero era mala cabeza, le decían el exterminator (exterminador).  Recuerdo que una vez le di una nalgada porque se portó muy mal, y yo me eché a llorar y él a reír. Razoné: «no puedo ser madre, porque me van a coger la baja los muchachos».

Siempre que me tocó quedarme con hijos de mis amigas, hacían de mí lo que querían. Por eso creo que hubiese sido muy cobarde, como que no soy suficientemente seria y responsable para tener una criatura a mi cuidado. Pero cuando los he tenido…

Si con los hijos que le nacieron del alma, ha sido una madre extraordinaria, ¿habría de ser diferente con el fruto de su vientre? Contrario a lo que piensa, le hubiera dado tanto amor, ejemplo y bondad a esa criatura, imposible de contener en un solo cuerpo.

Por eso la vida la bendijo con una maternidad superior al cauce de la sangre: el milagro de engendrar vida fuera del vientre. Una descendencia unida a ella por el cordón umbilical del afecto. La varilla no te quedó alta. Eres taaan madre, tan madraza como tu venerable mami.

El mensaje de algunos de sus hijos

“Nos formamos en una familia donde la mujer y especialmente la madre era el centro, la persona más importante. Fue así con mi abuela Chiquita, mis tías y con mi mamá, Mami. Mami no fue solo nuestra madre, sino la madre de casi toda la familia y de nuestros amigos. Mi casa era el refugio donde siempre se guardaba un plato de comida para quien pudiera llegar.

Arleen es la mejor continuadora de esa tradición, esa que nos enseñaron de niñas: donde come uno, comen dos, comen tres... ella come sólo al final sino falta nadie. Desde que tengo uso de razón siempre encontré en mi hermana un gran cariño, me lleva ocho años y fui yo quien usó sus muñecas, con ella aprendí a leer y a multiplicar muy rápido, también escuché por primera vez los versos sencillos de José Martí porque le encantaba declamar.

Y se convirtió en mi madre cuando perdimos la nuestra y desde siempre ha sido la madre de mi hijo y de todos sus sobrinos. Es la culpable de todas sus malacrianzas, y por supuesto, de las mías. (Norma Rodríguez Derivet)

“Arleen es como las estrellas, a veces puede desparecer por días pero uno sabe que siempre está ahí, atenta, vigilante y sobre todo iluminándote. Es una mujer fuerte, sincera, pero capaz de amar como pocos se imaginan. Quién puede cuestionar a una madre así. (Oscar Figueredo)

“Arleen llegó a nuestras vidas cuando menos lo esperábamos, pero a veces las mejores cosas llegan cuando uno menos piensa. Y esto lo supe desde el primer día, por muchas cosas. Por mi papá lo supe, y por mis hermanas, aunque a veces tarda un poco ver lo evidente. Y sobre todo lo supe por mí. A Arleen la he querido toda la vida, y ella me ha querido a mí. Nuestro Matías es su nieto, como lo son Robert y Marce. Y yo soy su hijo. Te quiero mucho Arleen. Feliz día! (Roberto Verrier)

“A despecho de las reticencias de Madre Natura con su vientre, Arleen Rodríguez Derivet ha regado como polvo fecundo sus sentimientos maternales dondequiera que ha estado: Ternura hacia los hijos de sus amigos y compañeros de trabajo. Cuando ha sido jefa, protección a sus subordinados, y defensa de estos a cualquier costo. Como una Madre Coraje. No los abandona, aunque cometan errores. Incluso llega a la sobreprotección como muchas madres cubanas.

Regazo siempre listo para consolar el dolor ajeno. Signos de sumar y multiplicar, nunca de restar y dividir. Transparencia y sinceridad para enmendar los errores y travesuras de los suyos. La crítica  en las relaciones personales como un acto de amor. Generosidad para siempre ponerse en el lugar del otro. Dulzura y amor, nunca odio”. (Pepe Alejandro)

“Arleen es para nosotras una figura central en la familia. La naturaleza no le permitió tener hijos, pero es esa madre preocupada, amorosa, pendiente de cada uno de sus sobrinos, de nosotros tres y a la vez de sus nietos.

Su actuar sincero, sus conversaciones inteligentes, sus consejos oportunos, nos han ayudado a crecer y la sentimos parte indispensable de nuestro núcleo. Su amor a nuestro padre nos hizo admirarla aún más y a respetarla. Cada uno de nosotros tiene algo de ella aunque no sea genético.

Su nombre se escucha de muchas maneras en la familia: Abuela Arleen, Árlin (léase tal cual está escrito), Puchy, gorda, Carlotica...Todos son la muestra absoluta del amor que nos da. Donde está ella, hay desorden que ha aprendido a organizar pero también mucha alegría, de la que contagia. ¡Feliz día de las madres!”. (Wilmia Verrier)

“Tienes un nudo materno con casi todo el que conoces. Tu nombre, Arleen, es el primero que me viene a la cabeza cuando un colega, alguien de la familia o un simple conocido está en problemas. A veces se trata de reparar lo que presientes como injusticia y en esos casos eres todo un carácter, pero con un costado afectuoso, entrañable y franco. O cuando se enferma un colega, esté donde esté. A veces eres solo la amiga sin más, la que comparte lo que tienes cuando la gente llega sin avisar a tu casa, o viene de Guantánamo a un turno médico (...)

El otro día Paco Ignacio Taibo II pedía terminar con la era de la conmemoración, porque se recuerda un día y se olvida el resto del año. Pero lo bueno de celebrarte como madre hoy, Arleen, es que probablemente no lo exprese de otro modo porque no viene a cuento o porque cada vez parece más remota la oportunidad de decírtelo con un abrazo, que hasta eso nos quitó la Covid. Felicidades, queridísima”. (Rosa Miriam Elizalde)

“La maternidad no solo es una plenitud física —la posibilidad de fecundar—, sino una dicha más anchurosa, profunda y espiritual. Como ocurre con otras limitaciones, lo que priva un desliz natural puede germinar florido en sentimientos, sentidos y latidos. Las ternuras se multiplican y expanden entonces como pétalos. Solo ello puede explicar la delicadeza del vientre amoroso de una mujer como Arleen Rodríguez Derivet”. (Ricardo Ronquillo)

“Estando preso mandé una postal, de las que enviábamos por el Día de las Madres, y yo ponía: Para las madres, biológicas o no. Y confieso que aquella vez lo hice pensando en Arleen. Porque hay muchas madres que nunca han parido, pero son madres de corazón, y por sus acciones y por la manera en que llegan a las personas. Arleen es la madre de los Cinco, la madre de los niños míos, la madre de los tomates jajaja Esa Arleen no tiene comparación, es una persona a quien queremos muchísimo y en un día especial como este, nuestro pensamiento y cariño siempre tiene que llegar de una manera u otra a ella”. (Gerardo Hernández)

Muchas felicidades a todas las madres, a las de sangre y a las del alma.

Se han publicado 68 comentarios



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  • George Daurin Noa dijo:

    No le he visto jamás en persona, pero con solo escuchar su voz, se me erizan los pelos. GUANTANAMERA DE PURA CEPA. FELÍZ DÍA MADRE. CON TODO EL AMOR DEL MUNDO. Desde el Alto Oriente Cubano, y (SEGUIMOS CHAPEANDO). George Daurin Noa

  • Lic. Michael Vázquez Montes de Oca dijo:

    Este es un reportaje muy especial por su transparencia humana. Como dice Gerardo es una persona muy fuera de lo comun, especialisima. Por su personalidad y sentimientos no podía haber sido otra cosa que patriota y revolucionaria. Aunque no tiene edad para eso la siento como la madre de todos nosotros o como, quizas, la hermana que yo no tuve. Al igual que ella tenemos a River, un Labrador, que es una compañia insustituible. FELICIDADES MAMA

  • Ventura Carballido Pupo dijo:

    En lo que pudiera ser un mensaje de amor de los holguineros y sus máximas autoridades a Arleen Rodríguez Derivet,muy estimada en este territorio nororiental, a las madres cubanas, donde se incluye a las que se desempeñan en Cubadebate,permítaseme poner aqui el saludopor la ocasion expresado por las máximas autoridades holguinera: ''MÁXIMAS AUTORIDADES DE LA PROVINCIADE HOLGUÍN AL LADO DE LAS MADRES HOLGUINERAS Y CUBANAS EN SU DÏA
    Ernesto Santiesteban Velázquez, Integrante del Comité Central y su Primer Secretario del Partido, y Julio Cesar Estupiñán Rodriguez, Diputado y Gobernador de la provincia de Holguín, con plena convicción de que Las madres son aquellos seres nobles y valientes que traen vida a este mundo, con profundo amor felicitan a todas las progenitoras holguineras y de la Cuba bella.

    Ellos concientes que estos nobles seres son portadoras de un amor único e invaluable, gracias a su paciencia y sacrificio y que decir la palabra Madre resulta la más bella pronunciada por el ser humano, porque dan vida, guían, educan y enfrenta todos las alternativas por dar, calor, abrigo, cuidado de la salud a sus hijos y a otros niños, merecen ponerlas en un plano especial en tan significativo día
    Sí duro y fuerte es para todos este año, en medio de una peligrosa pandemia con la consiguiente crisis de la economía mundial que gravita sobre nuestra nación, dejando una secuela de insatisfacciones que impiden dar la mejor calidad de vida a la familia, nuestras madres, cumplen una gran página en la vida social laboral, hogareña, válido para darle la condición de heroínas de estos convulsos tiempos.
    Honrar a las madres, tratarlas con delicadeza y hacerle saber que estás agradecido por todo lo que te ha dado y por todo los que ha hecho por ti es un imperativo de todos los hijos, --donde nos incluimos-- con mucho amor. Hoy para ustedes la felicitación más sincera y profunda.
    Ernesto el Secretario y Julito el Gobernador, --no es ocioso-- le reiteran a todas la madres holguineras, Cubana y de fuera de frontera, la tarea más importante en estos tiempos: Cuidarse, cuidar a la familia, a la comunidad, cumpliendo los protocolos de seguridad contra la Covid-19.
    FELICIDADES MADRES, LAS QUEREMOS MUCHO.

  • Rosa María dijo:

    Muy linda tu historia. Te admiro mucho. Y Sí, FELICIDADES y bien!!!!

  • Alina dijo:

    Lindo artículo.Feliz día Arleen. Un abrazo

  • Martha Rosa López Riverón dijo:

    Maravilloso y emocionante. Felicidades Arleen. Qué bueno conocerte más.

  • Marcelo Zicavo dijo:

    Es una mujer enorme en su bondad infinita y como luego de haber recibido tantos epítetos y elogios de ternura, los q bien la conocemis y queremos solo le damos las gracias no solo. Hoy sino todos los días del año por estar, felicidades madre, hermana, compañera, amiga!!!

  • Mendo dijo:

    Cuando estas cerca de ella percibes y sientes que irradia amor y alegría. Se observa un sentimiento especial a los niños.no tengo la menor duda de que hubiese sido una excelente madre biológica.cómo dijo alguien alguna vez: Ser madre no significa estar relacionados por lazos de sangre. Es estar unidos de una manera incondicional a alguien con todo el corazón!!!!

  • Raisa dijo:

    Linda esta historia. Soy de Guantánamo y conocí a Arlén a través de Norma, su mami y así me acerqué a esa linda familia.. Aun recuerdo cuando esperamos el año 2000 en la casa de Rody, el hermano de Arlén, por ahí deben de estar fotos o videos..., también las tarde de café con mami, quien era mucha mami, me dolió mucho su pérdida... Felicidades, amiga, eres una Mariana de estos tiempos. Un abrazo desde tu querido Guantánamo

  • Eloy Andrés Pierre Batista dijo:

    Gran ser humano

  • Eliane Brito Blanco dijo:

    Muchas felicidades y bendiciones .

  • Víctor Manuel González Albear dijo:

    Me confieso emocionado por esta conmovedora entrega de Yurina e Ismael, un verdadero retrato de amor a quien amor merece. Soy fan de Arleen desde que la conocí, recién promovida a JR en La Habana. Creo que andábamos tal vez por 1993, y desde la responsabilidad que yo ocupaba entonces me atreví a proponerla, con fundamentada convicción, para miembro del Buró Ejecutivo del Comité Provincial del Partido en Guantánamo, a cargo de la esfera ideológica. Después debí reconocer que ella aún era muy joven; pero siempre me quedé con la duda. ¿Cuál hubiese sido la historia de Arleen dirigente de nuestro Partido? Ella se enterará de la anécdota si lee esta nota, una pincelada de cómo la vieron y pensaron algunos camaradas de su entorno. Aprovecho para felicitarla entre las admirables Madrazas que construyen el día a día de nuestra Madre Patria. Felicitaciones también a su lindia familia, y al afortunado y fraterno Roberto, que la quiere y la cuida.

  • Yiana6 dijo:

    Arleen muchas felicidades. Muchas gracias a cubadebate por este artículo. Cuantas tias y amigas tenemos con hijos postizos. Arleen no me conoce, me recogió un día en medio de 23, yo estaba parando un taxi con la niña cargada. Ella paró y me dijo: yo no tuve hijos pero entiendo todos los trabajos q pasan las madres. Y me llevó hasta la puerta de la casa. Muchas gracias

  • Bladimir Martinez dijo:

    Ser una mujer cubana ya es un privilegio...pero ser tan profecional..y tan inteligente es una virtud que se admira mucho...Me gusta ver y escuchar trabajar a Arleen...gracias por existir..

  • Gsmo dijo:

    Miren...esa Arleen es tronco de mujer...cubana 100%...excelente pluma...excelente madre...es de las imprescindibles...veo que tiene una vida llena de odiseas y nunca haclaudicado...mis respetos y admiraciónción a esta hermosa mujer de bellísimos ojos y palabras certeras. Muchas felicidades.

  • LILY NOVO dijo:

    AELEEN...TE ADMIRO PROFESIONALMENTE POR TU ENTUCIASMO Y ESPIRITUALIDAD...POR TU CAPACIDAD Y CARISMA. EXITOS A TI Y A CHAPENADO BAJITO, TU PROGRAMA DE RADIO. CARIÑOS DESDE PANAMA. DONDE TIENES OTROS COLEGAS QUE TE SIGUEN.
    BENDICIONES A CUBA Y A TODAS NUESTRAS MADRES.

  • Retnaldo Feria López dijo:

    Arleen cariños y éxitos tus amigos de panamá Lily y Rey....lo mejora ti y familia.

  • Retnaldo Feria López dijo:

    Arleen ,,,,,,,cariños y éxitos tus amigos de panamá Lily y Rey....lo mejor a ti y familia. Saludos a tu esposo.

  • Amistad dijo:

    Hermosa entrevista. Gracias a sus autores por este regalo en un día tan especial. A Arleen decirle tan solo que gracias por existir, por ser tan especial y sincera; ella destila ternura por todos sus poros, eso también de cierta manera es ser madre. Felicidades a Arleen por parir tantos sentimientos en su vida fructífera. FELICIDADES PARA ELLA Y PARA TODAS LAS MADRES CUBANAS Y DEL MUNDO.

  • enrique atiénzar rivero dijo:

    Arleen por sus cualidades humanas, revolucionarias y de franqueza total se merece todos los elogios del mundo. Los que la conocemos, sabemos como es ella,el brazo derecho de Randy. !Felicidades mi hermana!
    Acompaño a este reconocimiento de Arleen otra historia de vida, de una camagüeyana, madre y abuela.

    Historias de vida
    Cuba siembra solidaridad y recoge frutos
    Enrique Atiénzar Rivero Fotos: Cortesía de la familia
    Leonor Brito desafiando distancias y adversidades no dejaba de ir anualmente a Canadá a pasar un tiempo con su única hija Giselle y dos nietos, asentados en un pueblo rural llamado Moosomin, en la provincia de Saskatchewan.
    A ella nunca fue de su agrado las bajas temperaturas. Cuando iba de viaje buscaba regresar a Camagüey en época que se aproximaba el invierno intenso. La pandemia de la Covid 19 ha tronchado ver de nuevo a la familia.
    De mucha utilidad resultó conocer los hábitos y costumbres de los canadienses, residentes en ese pueblito, quienes desde época de verano se preparaban para reservar alimentos para la masa ganadera y de consumo humano.
    Las oleadas de frío impiden desarrollar labores propias de países cálidos e instrumentan las vías para la seguridad alimentaria familiar y la conservación de masa forrajera, de heno y ensilaje, práctica que se hacía en Cuba, afectada por razones objetivas y que se retoma con cierta intermitencia en determinados polos ganaderos.
    En su primera visita en el 2009, Leonor mientras Giselle estaba en el trabajo, fue a un establecimiento a buscar alimentos y sufre una caída al resbalar por la nieve, lo que le provocó la fractura de cadera, tras una vida entera dedicada en Camagüey al trabajo hasta jubilarse del sector jurídico en 1995
    Giselle recibió una llamada de un amigo, quien había presenciado de lejos el inesperado accidente. En camino hacia el hospital rogaba que no fuera la mamá, al llegar allí por pura coincidencia la enfermera de guardia era la esposa de su jefe.
    La primera pregunta fue referente al seguro médico. La respuesta resultó negativa. Supo entonces de su error, nunca se le había ocurrido realizar ese trámite.
    “Mami estaba en una cama, bien atendida. Se recomendó radiografía, claro se me informó que tenía que asumir todos los gastos, lo cual acepté. La enferma y amiga, ayudó mucho.
    “Para que no se me cobrara, ella asumió mover a mami de un lugar a otro. Todos fueron muy amables dada la situación. Al comprobarse la fractura de cadera se me pidió autorización de traslado para el hospital provincial de Saskatchewan, en la ciudad de Regina. Una vez más tuve que confirmar que asumiría gasto de ambulancia y de la estancia de mamá en el hospital”.
    Giselle, graduada de licenciatura de lengua inglesa en el instituto superior pedagógico José Martí, de Camagüey, volvió a sentir que el corazón se le comprimía con la llegada del cirujano ortopédico. Después de explicar lo que se haría en la operación, volvía a aparecer la pregunta: ¿Tienes seguro? y el argumento de que el proceder quirúrgico costaría alrededor de 60 000 dólares más la anestesia.
    Como era lógico Giselle rompió a llorar y el médico, de nacionalidad sudafricana, automáticamente le dijo que lo haría sin cargo por admirar a Fidel, al pueblo cubano y a los médicos que tanto hacen por la humanidad, así como para que no tuviera que pagar el proceso anestésico.
    Es una verdadera historia de vida y de contrastes. A la operada la llevaron para una habitación independiente con un personal de salud muy amable,
    Giselle estaba allí prácticamente en funciones de traducción. Permanecía el día entero, siempre con la cooperación de unas amigas cubanas que la llevaban a su casa para bañarse y comer.
    Era el único acto de ingestión de alimentos. Olvidó el bolso en el trabajo y le daba pena decir que no tenía dinero para comprar algo durante el día.
    Los niños pequeños en ese entonces quedaron al abrigo de una familia canadiense en el pueblito y cuenta la entrevistada que el fin de semana recibió la visita de una buena amiga de ese país, Eden Sinclair, quien pidió a los empleados del hospital que dejaran ir a ambas, ya que Leonor estaba mejor, pero preocupada por el costo del hospital y que sería más factible estar en el hogar. Para evitar nuevos gastos en su vehículo la condujo de regreso para evitar el pago de ambulancia.
    Hubo necesidad de cumplir otros requisitos, tener la certeza de que Leonor pudiera subir y bajar los pisos del edificio donde vivía, auxiliada de muletas, ante un caso de emergencia por incendio, hasta que Giselle venció el trámite para la terapia de rehabilitación que tuvo también que pagar.
    Referente a los pagos esa es otra historia, como dice Panfilo Epifanio, el personaje humorístico de Vivir del cuento. Cada noche en el hospital de la ciudad costó más de 2 000 dólares y en el del pueblo, 3 000..
    Al recibir el Bill –factura en ingles- la hija de Leonor llamó a la oficina regional de Saskatchewan y propuso pagos mensuales, todavía hoy por la estancia en ambos hospitales desembolsa dinero hasta que cubra el saldo de más de $30 000 dólares
    Una persona del pueblo donó el dinero para pagar los $1000 de la ambulancia. Nunca supo quién fue hasta el día en que falleció, era una abuelita de la localidad a la que Giselle hacía reír en visitas a su familia, mientras la placa en el hospital la sufragaron amigos cubanos.
    Siente agradecimiento por el jefe, no le descontó los días que no trabajó, permitiendo llevar “a mami a las terapias sin descontar el tiempo que estaba fuera de la oficina”.
    De regreso a la Patria, Leonor, con una visa por solo seis meses, fue auxiliada en el aeropuerto por una familia canadiense que coincidentemente viajaría a Cuba. La hija no podía acompañarla porque los niños, jóvenes hoy, estaban en la escuela todavía.
    Después de esa visita Leonor, actualmente con 81 años, ha viajado once veces a Canadá, siempre con el seguro médico y nunca ha padecido de catarro, lo más frecuente en personas de la tercera edad.

    • Diógenes dijo:

      Tremenda entrevista que nos permite conocer más de cerca a esta magnífica periodista.
      Por cierto, hemos visto complacidos como recientemente han sido galardonados varios periodistas con calificación de su trabajo como Proeza Laboral. Y me pregunto si Arleen y, de paso, Randy Alonso habrán sido distinguidos antes con un galardón similar, por el cuidadoso, certero y denodado trabajo que han realizado en la Mesa Redonda durante tantos años. Digo, porque no recuerdo algo así con respecto a estos destacadísimos periodistas.

  • Amaury Pérez dijo:

    Te adoro mi hermana!!!

  • MARTIANA POR SIEMPRE. dijo:

    ARLEN. OTRA GUERRERA CUBANA. MUY QUERIDA Y RESPETADA POR SU PUEBLO. BNDICIONES.SALUDOS A ROBERTO SU ESPOSO.

  • Rafael Emilio Cervantes Martinez dijo:

    Pues vayan mis cariños para Arleen en éste día de las madres por tanto amor que ha prodigado sin esperar nada a cambio, pero siempre es bueno sentirse querido, apoyado y comprendido, que para Arleen es querida, apoyada y comprendida. Y de todo éso y mucho más seguro ha recibido, no más basta leer los comentarios a éste trabajo y sentir el cariño que se le profesa, todos entrañables, y la manera bella y reveladora en que se presenta ésta entrega de la joven colega, a lo que sumo mí
    afecto.

  • Karla Oliveros dijo:

    Uno de los seres que más amo en mi vida es mi papá, por eso cuando veo que alguien lo quiere y cuida de él, pero además se gana todo el cariño y admiración suyo, no hay más alternativa que no sea ganarse mi corazón también. Así ocurrió desde el primer momento que Arleen llegó a nuestra familia. Toda su bondad, empatía, sencillez y transparencia se apropió de nuestro más entrañable afecto. Por eso hoy, al leer tan hermosas palabras me siento sumamente orgullosa de cada momento que hemos compartido junto a ella y es mio también el júbilo ante tan merecido homenaje. Tan bella por fuera como por dentro, con pluma de acero y ternura como mejor arma de batalla. Ella, con el espíritu incansable y luchador de todo los nacidos en tierra caliente oriental, es tan sensible y genuina como esas flores que siempre tiene en la sala de su casa. No eres solo un tesoro del periodismo cubano, aunque tú humildad seguro no te permite reconocerlo, eres un gran tesoro para todos los que, como nuestra familia, tienen la dicha de contar con tu amistad. Te queremos mucho

  • Eludis Falcón Palacios dijo:

    Arleen muchas felicidades te lo mereces. Es el día de las madres; no de las mujeres que paren.
    Te queremos y admiramos mucho tu trabajo.

  • Di dijo:

    Feliz día para ella.

  • Yordi dijo:

    Muchas felicidades Arlin la maternidad se manifiesta en muchas formas porque ojo hay quien es madre y no tiene ni gota de sensibilidad. Éxitos una excelente periodista.

  • Gerardo Chávez Gonzalez dijo:

    Impresionante la historia de Arleen , es una periodista responsable con su trabajo ,lo demuestra sus respuestas en este trabajo, gracias, me gustaría tenerlo completo

  • Julio Garcia Alvarez dijo:

    Un reportaje muy lindo para la Arleen sincera que vemos cuando se expresa y muy profesional. Felicidades para ti, te vemos madre igual, tal cual tu expresas.

  • Edilberto Rosa Rey dijo:

    Un dia no recuerdo cual,la vi en el correo central de stgo de cuba donde naci, vivo y recido,hace ya 51 años(11-06-1969),y puedo decir que al verla me dije tiene una mirada maternal y universal,solo le deseo mucha salud,a esta hermosa guantanamera y digna cubana,feliz dia de las madres Arlen.

Se han publicado 68 comentarios



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Yurina Piñeiro Jiménez

Yurina Piñeiro Jiménez

Ismael Francisco

Ismael Francisco

Fotorreportero de Cubadebate. Ha trabajado en Granma, Prensa Latina y la AIN. Ha realizado la cobertura gráfica de importantes acontecimientos políticos, deportivos y sociales en Cuba y otras partes el mundo. Posee varios premios y reconocimientos periodísticos.

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