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Asela, flor convertida en heroína, paradigma de mujer íntegra y genuinamente cubana

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Asela de los Santos junto a José Ramón Fernández, compañero de vida y de lucha. Foto: Roberto Ruiz Espinosa.

Por MSc. Yusmila Zamora Silva.

El 10 de septiembre de 2020 estaría celebrando su cumpleaños 91 la
revolucionaria clandestina y la pedagoga Asela Rosario de los Santos Tamayo.
Un 10 de septiembre pero de 1929 nació en la ciudad héroe, esa niña risueña y
sencilla. Natural de Santiago de Cuba, sus padres José de los Santos
Marquetty y Parmenia Tamayo, quienes inculcaron a la niña los buenos
modales y valores morales.

Su infancia transcurre en el Reparto Las Flores, carretera del Caney,
realizando sus estudios en la Escuela del Hogar “Oriente” en la que recibió
materias en Economía, Artes, Ciencias Domésticas e Industrial para la mujer.
Como adolescente recibió cursos en CUBAN TELEPHONE COMPANY-
Aguilera y Dragones, Cuba y en LASTRA, LLIVINA & CO., S En C. Tejidos y
Confecciones, ubicada en José A. Saco No. 405. Apto. 2. Santiago de Cuba 1 .

El 15 de octubre de 1949, con 20 años de edad matricula en la Universidad de
Oriente como aspirante al título en Pedagogía 2 , ganándose el derecho a
realizar los exámenes de ingreso a la universidad, una de las vías que existía
en aquel entonces 3 . Se gradúa como Licenciada en Pedagogía el 13 de
febrero de 1954 y solicita realizar estudios doctorales en la misma Escuela de
Pedagogía como continuidad de superación profesional, obteniendo su título de
Dra. en Pedagogía el 14 de julio de 1954.

La niñez, adolescencia y gran parte de su juventud la vivió en una sociedad,
donde no todos tenían las mismas posibilidades y derechos. La República
Neocolonial hasta 1958 es el escenario socioeconómico y político, con sus
enormes contradicciones y contrastes, donde Asela desenvuelve los 30
primeros años de su vida: de un lado las clases opresoras plegadas a los
intereses foráneos y del otro la gran masa del pueblo explotada hasta la
saciedad; partidos e instituciones políticas burgueses apoyando la exacción de
las mayorías y frente a ellos las organizaciones democráticas y movimientos
políticos, sociales y culturales que luchaban por diferentes vías y medios,
contra las fuerzas que pretendían desnacionalizar la nación cubana. Vivió,
sufrió y ganó conciencia de que un cambio era necesario y urgente para Cuba.

Asela fue una joven sencilla y se caracterizó por su disciplina, responsabilidad y consagración a Cuba. Es en la etapa estudiantil universitaria donde se forman y consolidan sus ideales revolucionarios y patrios. Al decir de la propia Asela, “…fue en la Universidad de Oriente donde me forjé como revolucionaria y donde se fortalecieron mis convicciones patrios”. Allí conoció y se hizo muy amiga de Vilma Espín Guillois, a quien admiró por su capacidad de líder y por la gran mujer que fue; amistad que duró para toda la vida. En ese periodo conoció a Frank País Garcia, el que frecuentaba, semanalmente, el poblado de El Caney y donde fue cultivando la amistad de un grupo de jóvenes de la zona, entre los que se encontraban “… los Jordan, Roberto Lamelas, Armando Colomé, Chichito, Graciela y Mirtha Aguiar, Amador Ramos, Francis Martínez Hinojosa, y otros como Taras Dimitro…”[1] círculo de jóvenes que frecuentaba también Asela.

De sus años como estudiante de la Facultad de Filosofía y Educación en la Universidad de Oriente afirma: “Como jóvenes, hablábamos de todo, incluyendo los temas de política. Pertenecíamos a una generación que rechazaba la inmoral politiquería republicana que había traicionado los ideales patrióticos y era la negación del ideario martiano en los que creíamos”[2].

Desde muy joven comenzó a tomar conciencia de que había un orden de cosas en la sociedad que era necesario cambiar. Sus inquietudes se sumaban a las de otros jóvenes y profesionales que buscaban un camino por donde enrumbar su orientación política. Fue entonces, que se incorporó a las luchas estudiantiles en la Universidad de Oriente y al producirse el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 fue detenida, junto a otras compañeras, al ser sorprendidas distribuyendo proclamas revolucionarias. Colaboró en la búsqueda de formas para ayudar a los sobrevivientes del ataque al Cuartel Moncada y junto a Vilma y Frank, bajo sus órdenes formó parte del núcleo inicial del Movimiento 26 de Julio, asignándosele diversas tareas que cumple responsablemente. Participó en el levantamiento del 30 de noviembre en Santiago de Cuba. Ya en el Segundo Frente Oriental Frank País Garcia, dirige todo el proceso educativo que se desarrolla en los territorios que fueron liberados a partir de 1958, allí participó en la creación de más de 400 escuelas para niños y la formación de grupos de alfabetización a combatientes.

Tras el triunfo revolucionario de 1959 ocupa varias responsabilidades en la FMC, creando las Escuelas Ana Betancourt; en el Departamento de Educación de las FAR y las Escuelas Camilo Cienfuegos, el Ministerio de Educación, como asesora del presidente del Instituto Cubano de Radio y Televisión y más reciente como investigadora de la Oficina de Historia de las FAR, en su vínculo constante con la Educación Superior, a través del Proyecto Guerra de Liberación Nacional.

Sobre la sencillez de esta mujer cubana, apuntó José Ramón Machado Ventura el 25 de enero de 2020: “Quienes tuvimos el privilegio de conocerla personalmente, no necesitamos mucho tiempo para percatarnos de la proverbial modestia y sencillez de Asela; de su espíritu solidario y humanista, de su alto sentido del deber y la disciplina, de su natural virtud para exigir con energía y a la vez con ternura”. Más adelante subraya: “Su carácter reservado y su eterna resistencia a hablar de sí misma, quizás sea la causa por la que no se conoce suficientemente la vida de esta cubana ejemplar, tan dedicada a divulgar el aporte de sus compañeros de lucha y a la vez tan poco dada a referirse al suyo”[3]. Con justeza y gratitud, todos los que tuvimos la posibilidad de conocerla de cerca o compartir algunos momentos de sus enseñanzas, coincidimos con ese sentir.

Entonces pudiéramos preguntarnos: ¿Qué guía el pensamiento y la actuación de una educadora como Asela que realmente pretendió transformar la situación existente en el país durante la república neocolonial como parte de los jóvenes inconformes de su época y contribuir con la educación y la formación de valores patrios en las nuevas generaciones que constituyen el ingrediente de la sociedad?

Las cualidades que cultivó como revolucionaria reflejan la significación ética de su labor en la lucha clandestina primero, en el Segundo Frente Guerrillero Frank País Garcia después y en las diferentes tareas que desempeñó posterior a 1959, con énfasis en la educación, sustentada en el amor a los valores espirituales, a la que consagra su vida como eficaz conductora de generaciones en la lucha por el mejoramiento humano y el progreso social, sacrificando todo lo personal en aras de la causa que defendió. Ello permite identificarla como una heroína y paradigma de la mujer cubana que deja la impronta de su individualidad en la marcha de los acontecimientos históricos. La utilidad de su obra no desaparece con su muerte física.

Asela nunca aceptó ser considerada una líder, dado a su elevado concepto de modestia, sin embargo todos coincidimos que fue una mujer auténtica, desde la ejemplaridad de su conducta, como madre, esposa, compañera y amiga. Se desempeñó eficazmente como orientadora y movilizadora de conciencias. De ahí que, por la significación y trascendencia educativa que ejerció, puede ser identificada como una educadora social. Por su trabajo ejemplar fue reconocida con la condición de “Educadora destacada del siglo XX en Cuba”, ratificando la premisa fidelista de que la educación es el arma más poderosa que tiene el hombre para crear conciencia y sentido del deber.

Su proyección como pedagoga pudo hacer brotar en el propio ser de cada persona que formó, gérmenes de iniciativa creadora, de riqueza espiritual, multiplicador de nuevas ideas y experiencias. Conjuntamente con otros agentes sociales, le correspondió una gran función formativa al ser depositaria, intérprete y difusora de la tradición cultural y patriótica, de las que hoy son depositarias las nuevas generaciones, que construyen su propia visión sobre la enseñanza de la Historia de Cuba a través del Proyecto Guerra de Liberación Nacional.

José Martí lo expresó con asombrosa claridad: “Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido, es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente hasta el día en que vive…”[4]

Y eso hizo Asela, cultivó y depositó en muchas generaciones de cubanos toda la enseñanza recibida, con apego y sintonía con su propia manera de ver, decir y enfrentar los problemas que le atañen a la sociedad en cada etapa vivida, quienes comprendieron, aceptaron, abrieron las mentes y corazones a las prédicas de una educadora de su talla para recibir las influencias educativas que llegan.

Penetró en lo más hondo y llegó a formar parte del sistema de ideas y creencias de muchas personas que buscaban y asimilaban conscientemente, como individuos y dueños de su voluntad, las orientaciones y motivaciones, que en esta dirección irradiaba Asela como educadora: por medio de los valores que siempre defendió, los principios y sentimientos que sustentó y que encarnó  su modo de ser y de actuar; por medio de las cosas que criticó y a las que se opuso; por la habilidad que tuvo para enfrentar diferentes situaciones y solucionar problemas relacionados con los demás; por medio de los métodos, vías, formas y estilo que utilizó para propagar sus ideas, sus mensajes orales y escritos; por la capacidad que la caracterizó para estimular la asociación de los individuos, aglutinar las personas, convocarlos a la participación en diferentes proyectos y tareas, así como el de inculcar el amor y valores patrios a los más jóvenes.

Seguir acercándonos a la vida de esta cubana, su contribución a la educación cubana y al pensamiento cubano más avanzado, desde sus años más jóvenes hasta su adultez plena nos ayuda a interpretar la solidez de sus pasos como revolucionaria y profesional de la pedagogía, así como la significación de su vida como guiadora de juventudes. Asela se insertó en la línea ideológica y política que arranca con Félix Varela y José de la Luz Caballero, sigue con José Martí y Enrique José Varona, se imbrica con el movimiento estudiantil de la reforma universitaria, las luchas frente a las tiranías de Machado y Batista, y acompaña a la generación del centenario, con Fidel Castro a la cabeza, quien asume lo más radical del pensamiento revolucionario de José Martí.

Su obra como educadora puede quedar en la historia como un monumento de reconocimiento y gloria, pero es más viva cuando entra en el combate por las transformaciones que la educación de nuestros tiempos demanda. Tomar conciencia que la obra pedagógica de la doctora en pedagogía Asela Rosario de los Santos Tamaño está a nuestro lado y un tanto delante en la aspiración de forjar un hombre que satisfaga las aspiraciones de la nación cubana, es parte del homenaje y del aprendizaje que estamos obligados a promover a 62 años del triunfo de la Revolución cubana y en sus 91 cumpleaños.

[1] Cuza Téllez de Girón, José Luis. Contralmirante (R). La novia de Frank País, fue eso y más. En Cubadebate:htpp://www.cubadebate.cu/2014/09/24/la-novia-de-frank-pas-fue-eso-y-mas/

[2] Díaz, Anabel. Asela de los Santos Tamayo: 1929-2020. Granma digital. 28 de enero, 2020 10:08 AM CDT: Enhttps://www.peoplesworld.org/article/asela-de-los-santos-tamayo-1929-2020/

[3] Palabras pronunciadas por el Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, José Ramón Machado Ventura, durante el duelo de despedida de la heroína Asela de los Santos Tamayo, en el Panteón de los Veteranos de la Necrópolis de Colón. En: /opinion/2020/01/27/las-nuevas-generaciones-encontraran-en-asela-el-paradigma-de-una-mujer-integra-e-inmensamente-cubana/#.XvuwBHvB-Uk

[4] Martí Pérez, José. Ideario Pedagógico. Pueblo y Educación, La Habana, 1990, p.67.

Se han publicado 1 comentarios



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  • Jpeña dijo:

    Todavía recuerdo el importante papel que Asela jugó como ministra de educación. Ella elevó las bajas promociones a un nivel muy superior comenzando una carrera por alcanzar el 100% en nuestras escuelas . También es conmovedora la linda amistad con Vilma y su compromiso con Fidel y Raúl, sería un buen tema para una película. Espero verla algún día

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