Cubadebate

Iván Ernesto Barreto López cursa el quinto año en el Instituto de Relaciones Internacionales (ISRI) Raúl Roa. Foto: Cortesía del entrevistado.

Iván Ernesto Barreto López cursa el quinto año en el Instituto de Relaciones Internacionales (ISRI) Raúl Roa y por estos días cambió la compañía de sus padres por lo que él considera su mejor misión: servir como voluntario en el centro de aislamiento habilitado en la Universidad de Ciencias Informáticas.

Como joven cubano y consciente de su momento histórico, vale destacar su admiración hacia el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, no dudó ante el llamado de la Federación Estudiantil Universitaria del ISRI para apoyar las tareas de enfrentamiento al nuevo coronavirus SARS-CoV 2.

En conversación con la Agencia Cubana de Noticias vía WhatsApp, manifestó que a la juventud le corresponde desempeñar, de conjunto con los profesionales de la salud, el papel protagónico en esta lucha sin cuartel contra la COVID-19, siempre con responsabilidad, conciencia y disciplina.

Ser hijo único podría condicionar sentimientos de egoísmo, sin embargo, dialogar con Iván Ernesto es como recibir una clase de modestia y altruismo, incluso, en sus ideas pondera el bien colectivo por encima del individual, su actuación lo confirma.

Cuando comuniqué la decisión a mis padres de irme al centro de aislamiento, lo hice a sabiendas de que no regresaría antes del Día de las Madres, por segunda ocasión tocaba celebrar la fecha sin mi presencia física, pero entendieron y abrazaron mi causa, ellos hubiesen hecho lo mismo, expresó.

Sobre el trabajo en el sitio explicó que consiste en el aseguramiento logístico a los pacientes: llevar la alimentación hasta la cama, limpiar las habitaciones, garantizarel avituallamiento y solventar cualquier necesidad con prontitud, y de forma especial mejorar el ánimo de cada uno de ellos, en tanto suelen deprimirse a la espera de un resultado que genera incertidumbre.

Hasta el momento, la experiencia más difícil ha sido notificar la enfermedad a una muchacha, sufrí la noticia tanto como ella, pero la consolé y aseguré que todo pasaría pronto porque estaba en buenas manos: la de los médicos cubanos, describió.

A sus 23 años, el joven asume que servir como voluntario en el centro de aislamiento es su mejor misión. Foto: Cortesía del entrevistado.

Los valores y principios que hoy defiende Barreto López, evidenciados por su presencia en un centro de aislamiento, probablemente tenga un vínculo muy estrecho con la formación fraguada en las aulas y pasillos del ISRI y, sobre todo el ejemplo del Héroe de la República Gerardo Hernández Nordelo, quien laboró como vicerrector de extensión universitaria en la institución de Educación Superior.

Mariela e Iván, sus padres, reconocen que la ausencia de Iván Ernesto ha transformado la rutina de la familia, mas sienten profundo orgullo y satisfacción de saberlo útil a la tierra que lo vio nacer.

Distante de la familia, de los aparatos para la práctica de ejercicios, de la tesis que ya concluyó, ese muchacho regresará a casa convertido en mejor ser humano y profesional.

A sus 23 años, el joven asume que servir como voluntario en el centro de aislamiento deviene en su campaña de alfabetización y su Angola, porque ese es su espacio hoy en el país que tanto lo necesita.

(Tomado de ACN)