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La larga marcha de Huawei

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Le interpelo a bocajarro: “¿No le preocupa que Trump considere a Huawei una amenaza para la seguridad de Estados Unidos?”. Ren esboza una amplia sonrisa que se hace franca carcajada. Ren es Ren Zhengfei, fundador y presidente de Huawei, el actor de una de las historias empresariales más impactantes de nuestra época.

Me dice que agradece a Trump la publicidad que ha hecho a Huawei. Y que aunque pueda haber dificultades coyunturales no afectan a la expansión de Huawei. Porque en las ­redes 5G llevan dos años de ventaja (ya están en el 6G), porque producen sus propios chips y su propio sistema operativo para teléfonos (Harmony) y, me dice, porque sus mercados se extienden por 150 países y nunca les van a faltar clientes mientras mantengan su excelencia tecnológica.

Hacemos una pausa en nuestra conversación y aspiramos la frescura del jardín, oasis en el calor de Shenzhen. Estamos en su espacio privado en la sede central de Huawei. Es un remedo de casa rural, un poco al estilo de su Guizhou natal, una provincia pobre en el sudoeste de China.

Aunque allí vivió en una humilde casucha. Junto a nosotros, su mejor amigo y consejero, a quien llamaré el filósofo, omitiendo su nombre por si acaso. El filósofo es también poeta y matemático. Fue él quien en mi última visita a Pekín, conocedor de mi obra, me invitó a visitar Huawei, si tanto interés tenía en entender la nueva ola de innovación. Acepté porque siempre ando investigando a los actores de las revoluciones tecnológicas de nuestro tiempo. Saliendo del ámbito de Silicon Valley, que hace tiempo que conozco, para explorar la diversidad de la innovación humana.

Y allá me fui, esas fueron mis vacaciones de agosto. Estuve en Shenzhen en 1983, cuando era un proyecto de Zona Económica Especial que Deng Xiaoping imaginaba como plataforma de competición global. Sólo había unos pocos edificios. Hoy Shenzhen tiene 15 millones de habitantes, el doble que Hong Kong, al otro lado de la pseudofrontera, y es una metrópoli hipermoderna, con enormes rascacielos y autopistas y su secuela de contaminación. Allí acuden emprendedores de toda China, que la han convertido en el Silicon Valley oriental.

El campus central de Huawei es un parque de 14 kilómetros que incluye la Universidad Huawei, donde se reciclan sus ingenieros.

Pasé diez días, hablando con quien quise, husmeando sin cortapisas. Lo que quería entender, como hice en su momento con Apple, Cisco, Google, Amazon y demás empresas creadoras de la era de la información, es cómo, en una China pobre y atrasada, surgió una empresa en 1987 con un mísero capital de 21.000 yuanes, sin apenas conocimiento tecnológico, y esa misma empresa en la actualidad es el mayor productor mundial de telecomunicaciones y el segundo de smartphones (tras Samsung). Y cuenta con 188.000 empleados, de los cuales 80.000 trabajan en I+D; con 21 institutos de investigación en todo el mundo, con presencia en 150 países; suministra el 80% de los operadores de telecomunicación y tiene unos ingresos anuales de 105.000 millones de dólares.

Honestamente, lo que encontré en el origen de Huawei fue un emprendedor visionario, similar a lo que fue Steve Jobs para Apple.

Debemos tomar en serio el papel de los líderes empresariales como motores de innovación y desarrollo. Ren nació y creció en extrema pobreza, el mayor de siete hermanos cuyos padres eran maestros rurales y siempre priorizaron la educación. Durante la revolución cultural, el padre fue declarado contrarrevolucionario, apaleado y enviado a reeducación, lo que agravó la condición familiar. Aun así, Ren pudo estudiar –en lo que quedaba de la Universidad de Chongqing– ingeniería, pero también cualquier cosa que se enseñara.

Como refugio se alistó en el ejército, donde su conocimiento técnico le permitió llegar a ser jefe de un pequeño equipo de telecomunicaciones. Con la liberalización política, el gobierno desmovilizó a cientos de miles de soldados, incluido Ren. Con lo que había aprendido, se fue a Shenzhen, mucho más abierta que el resto de China, y empezó a fabricar conmutadores de telefonía para redes rurales. De ahí pasó a producir para una empresa de Hong Kong. En 1993 creó un sistema de conmutación programada (C8C08) que le permitió contratar con el ejército. Poco después, Nortel utilizó a Huawei como subcontratista, lo que amplió su mercado y su acceso a tecnología.

En la larga marcha hacia el mercado global, las claves de la estrategia de ­Huawei fueron el talento de sus em­pleados, reclutados de las mejores universidades y reciclados regularmente, y la prioridad en la inversión en I+D, a la que iba el 10% de los ingresos anuales y que la convierte en la quinta empresa del mundo en inversión en ese campo.

De ahí que tenga 87.805 patentes, la mitad fuera de China. Los beneficios no son objetivo primordial, sino la inversión en ciencia e innovación.

Eso lo puede hacer Huawei porque no es una empresa co­tizada en bolsa. Su sis­tema de propiedad es complejo. Sus acciones están repartidas entre 96.000 empleados. Su gobierno lo asume un grupo de 115 delegados elegidos de una lista elaborada por el consejo de administración. Ren tiene poder de veto. El Gobierno chino no tiene nada que ver. Hay un comité del Partido Comunista en la empresa, como lo hay, por ley, en todas las grandes empresas, incluidas las multinacionales.

Pero la visión proviene de un núcleo directivo, en torno a Ren, para el que el horizonte no está limitado por las redes 5G, que no son sino un instrumento para algo mucho más ambicioso: un nuevo mundo construido en la nube de internet y operado por inteligencia artificial en un enjambre de máquinas inter­conectadas y crecientemente autónomas. Una humanidad inteligente y cooperante. No es muy diferente de los ­sueños de Silicon Valley. Pero su independencia del mercado financiero les da mayor libertad para perseguir sus propios sueños.

(Tomado de La Vanguardia)

Se han publicado 16 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Kronos dijo:

    Cito ¨El Gobierno chino no tiene nada que ver. Hay un comité del Partido Comunista en la empresa, como lo hay, por ley, en todas las grandes empresas, incluidas las multinacionales....Pero la visión proviene de un núcleo directivo¨,
    eso nos trae una muy buena leccion, a buen entendedor...

  • liuber dijo:

    Muy interesante artículo felicidades a cubadebate.

  • Alexei R. dijo:

    Hoy Huawei es lo que es gracias a la apertura económica realizada en China. Si los Chinos no hubieran liberado sus fuerzas productivas, estuvieran sumidos en la mayor pobreza. Aún les queda por avanzar, pero sin dudas están recogiendo lo que sembraron hace unas décadas atrás.
    Se desligaron del modelo soviético, porque vieron que aquel estaba sencillamente mal, económicamente hablando. Y si estaba económicamente mal, lo social y todo lo demás lo estaba también.
    Sencillamente dejaron a los emprendedores "ser", los dejaron ser empresarios. Sumar, se trata de sumar. Se te ocurrió una idea buena? pues nada, avanza, patentiza y encuentra financiamiento, pues el mecanismo existe. Te haces millonario en el proceso? No importa, pagas impuestos, y de paso brindas servicios/productos, los exporta, tienes empleados que viven dignamente de su trabajo, o sea, generas empleo.
    Reglas de juego claras, que insentiven, que motiven.
    Pará cuando las PYMEs? Pará cuando las cooperativas para todas las ramas de la economía? Para cuando la empresa privada? Para cuando la empresa estatal socialista con autonomía, directivos con poder de decisión? Hasta cuándo el exceso de centralización?

    Mucho debemos hacer aquí en Cuba. Qué importa si el gato es negro o blanco mientras caze ratón!

  • sarmo dijo:

    Eso es un ejemplo de constancia, perseverancia y todo lo que huela a pensar en el futuro, de dónde salió y hasta donde ha llegado (y lo que le falta!!!), no se puede negar el desarrollo de Huawei en el mundo a pesar de nuestros "vecinos" quieran hacerle la guerra, lo que no soportan es que sean los chinos los que primero hayan implementado la 5G y ya estén trabajando en la 6G!!!!, ojalá y nosotros podamos algún día llegar a implementar tecnologías de punta de esta prestigiosa marca tecnológica de comunicaciones

  • omar dijo:

    Realmente un paraíso del desarrollo tecnológico a nivel global; me consta personalmente, pues recibí preparación en esta empresa en dos ocasiones. Tenemos mucho que aprender de esta gran empresa, sus especialistas y directivos, que han sabido llegar tan lejos, partiendo de tan poco.

  • Rafael Emilio Cervantes Martínez dijo:

    No se puede dejar de admirar esta proeza tecnológica, organizacional y social aceptando las reglas del juego del capitalismo a beneficio de inventario e integradas a la cultura China. Plantea interesantes desafíos a las ciencias sociales.

  • Darío dijo:

    Pensemos como país, actuemos como país y descentralicemos. Aprendamos de China

  • king dijo:

    Asi es como se crece un negocio,mucho esfurzo,interes y ante todo pensar en ¨GANAR¨ todo el tiempo

  • JEA dijo:

    Cuantos Ren Zhengfei y Steve Jobs tendremos aqui que le ha sido imposible desarrollarse.

    • Jall dijo:

      Sinceramente tienes toda la razón.... conozco a excelentes ingenieros y desarrolladores de software de la UCI que de cierta manera están !atados ! en su que hacer al respecto podremos un día crear juntos con Huawei!

  • Rafael Palacios dijo:

    Realmente impresionante .Deberíamos aprender de la gestión empresarial de esa compañía, autonomía total .

  • Renan dijo:

    Hay compaÑias Capitalistas billonarias buenas y malas, o mejor dicho mas o menos alineadas con el proceso revolucioanrio.

  • Andrés dijo:

    Excelente comentario de Manuel Castells, uno de los grandes intelectuales del siglo en curso y uno de los científicos sociales más referenciados.

    Creo que la clave de a sobrevivencia de Huawei está en las propias palabras de su fundador: "mantener la excelencia tecnológica". Siempre que esto aplique será más dificil para los adversarios de esta firma sacarla del carril.

  • Valdivia dijo:

    Que Donald Trump se divierta imponiendole sanciones a Huawei que esta seguirá sacando al mercado los telefones celulares más avanzados y más vendidos en el mundo.

  • Mario Yunier Pérez Mendoza dijo:

    Huawuei es un ejemplo claro de revolución tegnologia y perseverancia no se detiene por nada ni por nadie jjjjj que siga así siempre

  • Julio dijo:

    Tomemos ejemplo. Hace meses el Estado revolucionario legisló sobre la industria cubana del software, en el grupo de instrumentos legales se incluye claramente a los trabajadores por cuenta propia. Pero esto es pura ficción pues ni la licencia de trabajador por cuenta propia de programador de equipos de cómputo ha sido descongelada, ni hay forma de pagarle a los que tienen la licencia de antes del congelar dichas licencias. Empresas con presencia en Cuba no tienen manera de contratar al actor privado aunque claramente el Estado legisló que sí se puede. ¿quíen se beneficia? ¿quien se perjudica? Pensar como país, en mi humilde opinión el software debería ser de los renglones de exportación que la Revolución debería promover, te pongo internet en tu casa y págalo en CUC o te lo regalo si logras ingresar divisas por tus servicios, sinceramente hasta le quitaba los impuestos a los desarrolladores de software si logran exportar sus servicios, ya con el tipo de cambio es más que favorable para la economía cubana.

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Manuel Castells

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