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Una historia en muñequitos

Por: Williams Enrique Tolentino Herrera
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Carticatura: Yaimel López Zaldívar.

Carticatura: Yaimel López Zaldívar.

Hace algunas décadas el mejor agente encubierto de los Estados Unidos en América Latina era un dibujo animado. Eran tiempos de Guerra Fría, de bipolaridad ideológica nucleada alrededor de dos ciudades: Washington y Moscú. Entonces Latinoamérica mostraba todavía —salvo algunas excepciones— su cara de desarreglo político, con indicadores alarmantes en materia de pobreza, hambre y desigualdad social. La noche capitalista no cesaba en el área. Y en lo fundamental eran dos las razones por las cuales esto ocurría: la dificultad de discernir con certitud figuras en las tinieblas y el arraigado miedo a la luz que encarnaba a la sazón el ideal socialista.

Fueron dos investigadores —y no un sofisticado servicio de inteligencia— quienes descubrieron al agente. Cuando Armand Mattelart y Ariel Dorfman afirmaron ver, en su libro Para leer al pato Donald: Comunicación de masas y colonialismo, que este dibujo animado era el mejor embajador del sueño americano, quedó al descubierto la labor estadounidense de zapa contra todo atisbo de transformación social en los pueblos de la América pobre. Si más de una mente no los tildó de locos fue porque entonces ya comenzaba a hablarse de símbolos y de comunicación, con vistas a la producción y reproducción de ideologías.

Por aquellos tiempos el pato Donald llegaba a los niños latinoamericanos a través de historietas y de la televisión, con un mensaje de conformidad en torno al capitalismo. Centraba en Estados Unidos el paradigma del progreso, en contraste con un Tercer Mundo dibujado cual tierra de frutas exóticas y nativos salvajes. El ajuste de la vida individual a las leyes del mercado, así como el respeto a las jerarquías sociales y a los gobernantes del sistema eran ideas recurrentes en los cómics de Donald y sus sobrinos, acostumbrados a dar lecciones de gobierno en latitudes de ignorantes, fieras humanoides y caníbales.

En realidad, los vínculos del pato Donald con la propaganda política vienen desde mucho antes. Se remontan a la Segunda Guerra Mundial, cuando se convirtió en uno de los personajes más famosos de Disney al punto de ganar un Oscar en 1943 dentro de la categoría de corto animado y superar en popularidad, seis años más tarde, al mismísimo Mickey Mouse. En aquellos tiempos solía interpretar a un recluta del ejército estadounidense; e incluso en una ocasión apareció en las pantallas como obrero dentro de una fábrica de municiones perteneciente a la Alemania Nazi, lo que descubriría más tarde era solo una pesadilla.

Las creativas mentes de Disney encontraron en Donald —y quizás en otros animados también— un símbolo del hombre blanco estadounidense. Y como era de esperar, lo emplearon con fines propagandísticos. Una vez concluida la guerra era lógica la inserción del pato en el contexto de la Guerra Fría, desandando caminos en el Tercer Mundo como modelo de éxito y embajador de la cultura norteamericana. Aunque a decir de Mattelart y Dorfman, más que destacar las bondades del Tío Sam lo que le urgía al club de Disneylandia con sus personajes, allá por la década de 1970, era acabar con «el lavado de cerebros» en los niños que entonces dirigían los comisarios soviéticos a través de la «doctrina del gris realismo socialista».

En Cuba, prácticamente en esta misma etapa, Elpidio Valdés adquiría poco a poco la dimensión de mito según señalara el periodista y crítico de cine Justo Planas en su ensayo El reverso mítico de Elpidio Valdés, al ofrecerse «como un asta sólida para ondear lo cubano» y de paso reafirmar «los principios del socialismo como ideología nacional». Llegado desde la manigua a la Cuba del siglo XX, el personaje en calidad de héroe tenía facciones de campesino y una psicología por demás semejante a la del cubano típico. Dominaba la décima a la par que el machete y era capaz de quebrar con su ingenio cualquier intento foráneo de dominación sobre los suyos.

Sacaba provecho de la unidad entre los partidarios de la independencia cubana para concretar sus hazañas. Eso demostró en suelo estadounidense, cuando logró evitar que una embarcación con armas para la causa mambisa cayera en manos de las autoridades neoyorquinas y del gobierno español, gracias al humo de los tabaqueros y a la distracción creada por unos caballos que él mismo había emborrachado con ron. Cualquier plan o personaje en oposición a Elpidio no podía hacer otra cosa que terminar en ridículo. Incluso el coronel mambí convertía en victoria cualquier señal inminente de fracaso: las tiras de cuero ocupadas en un fallido primer asalto a un convoy militar enemigo, dieron vida al cañón que garantizó el éxito de los independentistas en una segunda escaramuza. Esto último se antoja hoy como símil de la resistencia de los cubanos y de su proyecto socialista a finales del siglo pasado, cuando la lógica sugería la muerte por asfixia económica de la Revolución y del consenso social que la mantenía en pie.

La caída del muro de Berlín connotó el derrumbe ideológico del socialismo. Casi todos los muros rojos que existían en el mundo se desplomaron. En Moscú se arrió la bandera de la hoz y el martillo mientras en Europa del Este la transición desembocó en un capitalismo extremo. La única pared que resistió los embates del huracán anticomunista, los martillazos del pato encubierto y del club de Disneylandia, fue la cubana. En esencia, porque el influjo de Donald en Cuba siempre fue nulo. Y la identificación de los cubanos con Elpidio Valdés constituyó un proceso natural basado en el diálogo del animado con los propios rasgos de la identidad criolla y no en imposiciones ideológicas provenientes desde arriba.

Enfocado en conseguir la independencia de Cuba, Elpidio no tuvo tiempo de viajar a otros lares en condición de turista. Mucho menos de preocuparse por gobiernos ajenos o hacer referencia alguna al cambio social en contextos históricos allende los mares. Su ubicación en los estertores del siglo XIX, en plena Guerra Necesaria, le permitió anclar la filosofía del socialismo en prácticas e ideales de igualdad y justicia, más que en parlamentos propios de un manual con tono marxista. Fue esta su segunda virtud más importante, una de las que le hizo trascender en el imaginario popular de la Isla incluso hasta nuestros días.

Mientras Elpidio se hacía símbolo, en Latinoamérica el pato Donald —ya desenmascarado— continuó su trabajo en calidad de embajador de la ideología norteamericana. Justo cuando crecían los reclamos en favor de expulsarlo, llovió sobre las naciones de la región una noche más oscura: el neoliberalismo.

Solo después de dañados los rojos cimientos del muro soviético, el agente de Disney comenzó a mudar las plumas hacia versiones menos directas y agresivas desde el punto de vista simbólico. Comenzó a parecerse más a lo que un día fue: un muñequito. Cedió en magnitud su influencia, sin embargo, casi al término de la pasada centuria, con los últimos tonos grises de la oscuridad neoliberal. Pieza clave en este repliegue fue el ascenso de la izquierda en el continente. El resto de la historia es harto conocida: se favoreció el desarrollo social, se articularon gobiernos en diálogo con los ciudadanos, se avanzó en materia de integración regional. Y poco a poco dejó de hablarse del pato Donald.

De hecho, la historia de este personaje se diluye a partir de entonces. No así con la de Elpidio, todavía un referente imprescindible para diversas generaciones de cubanos. Sobre el cuerpo del mambí ya han pasado con holgura más de tres décadas de cabalgata. Pudiera decirse que ha igualado en experiencia a quienes transitaron por las tres guerras independentistas mambisas, tregua incluida. En cambio, el pato predilecto de Disney —nótese que Lucas no ha calado tanto quizás por el color de sus plumas—, perdió sus credenciales de diplomático si bien no ha dejado de representar en las pantallas la esencia del llamado american way of life.

Elpidio y Donald nunca coincidieron en un mismo espacio. Pero sería válido suponer que de haberse encontrado en tiempos de Guerra Fría, el intercambio entre ambos no hubiese sido para nada amistoso. Casualmente, tampoco fue esta la tónica en las relaciones Cuba-Estados Unidos durante muchas décadas, con un vecino hostil y una isla decidida a conservar su soberanía. Hasta que casi al término de 2014, se restablecieron los vínculos entre ambas naciones y empezó a transitarse por los caminos del diálogo.

Sobre el escenario actual de las relaciones gravita un silogismo: el próximo nombre en el ciclo presidencial estadounidense (2017-2021) será el de Donald.

Uno distinto, pero Donald al fin y al cabo. Próximamente estará Trump en la Casa Blanca moviendo los hilos de la política exterior norteamericana. De mantenerse la ruta iniciada después del 17 diciembre, no habría por qué alarmarse ante la posibilidad de un encuentro entre Elpidio y el pato de marras. Eso sí, habrá que estar atento por si se despiertan en Donald las ansias de dominación que por mucho tiempo llevó en sus genes, por si acaso extiende su mano con ánimos de volver a Cuba otra sucursal de Disney. Imagino desde ya la respuesta de Elpidio Valdés si esto llegara a suceder: ¡Eso habría que verlo! Hasta la vista, compay.

(Tomado de La Calle del Medio)

Se han publicado 37 comentarios



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  • Erick dijo:

    Interesante...

  • Carlos Gutiérrez dijo:

    Elpidio y Donald. Los buenos y los malos. Pero "La única pared que resistió los embates del huracán anticomunista, los martillazos del pato encubierto y del club de Disneylandia" ,no fue la cubana. Recordemos la pared de los hermanos norcoreanos, que tampoco han dejado pasar al satánico agente encubierto alias Donald Duck. Sólo ellos y nosotros en todo el mundo hemos sabido cuidar nuestras paredes de sus crueles martillazos.

    • Jorge Enrique dijo:

      Nunca me había reído tanto……. Es la payasada mas cómica del mundo…… Usted si es chistoso, ni Donald ni Elpidio le ganan…

      • Elena dijo:

        No creo que sea cuestion de risa y mucho menos payasada, si leyera el libro: Para leer al pato donald, se diera cuenta que va mas alla de una subversion,de un problema politico e ideologico,tambien habla de costumbres y habitos de este ¨pato monosilabo¨ , si usted tiene hijos me imagino entonces que no le haga mucha gracia el inculcarles a traves de la patalla lo que es ser un vago, estar todo el dia sentado en un sofa, esperando que caiga una herencia del cielo, acaso quiere enseñar a sus hijos a ser unos completos parasitos de la sociedad? No lo creo

    • Pp dijo:

      Por favor Carlos,como se le ocurre compararnos con los norcoreanos,el porciento de sangre asiática que corre por nuestras venas no es coreana,mas bien es china,al igual que el aire que respiramos, es mas bien vietnamita, no japonés.

    • un cubano de aqui dijo:

      con todo el respeto q ambos merecen, por lo visto tanto ud como el periodista son los que celebran los muros como algo bueno, increible en pleno siglo 21 ..

    • cadillac dijo:

      oigame compararnos con Corea del Norte es lo mas...descabellado que he visto...parece que ud nos abe lo que es la ideologia Juche

  • Víctor Fernández dijo:

    En algunas partes usted habla en pasado y otras en futuro. Me pregunto ¿Qué hay sobre el actual diario del día de hoy?
    Un presidente norteamericano dijo (más o menos): enviemos los símbolos y detrás llegarán los soldados.
    Es triste reconocerlo, pero ya los símbolos llegaron a Cuba y han tomado posesión. Hace unos días La Habana (a lo mejor otras provincias) se llenaron de gorritos rojos con pompones para recordar "la navidad". Un mes antes se volvió a celebrar el halloween. Lo más triste es que ni en el viejo capitalismo cubano, nunca se celebró la noche de brujas.
    Sólo hay que caminar por la calle y veremos a esos mismos jóvenes que luego salen en una foto superdefendiendo nuestro proyecto y en otra donde esos símbolos ya los van marcando: objetos, formas de expresarse, gustos y hasta etcétera. Esa, vuelvo a decirlo, es nuestr triste realidad.
    No creo que podamos esperar al plan de 2030 para revertir esa situación. Por ese camino no llegamos al 2030

    • Jorge Enrique dijo:

      Existen sociedades donde esos símbolos hacen tremendo estragos, pero aquí lo dudo, esos son solo modas, tendencias, estilos, etc. a nuestros jóvenes esos “símbolos” no les corroen el alma, solo disfrutan la moda… como puede ser internet, el reggaetón o como se llame, los pantalones ajustados y los peinados raros. Al final son ingenieros, médicos y forman nuestro ejército de pueblo….. y que algunos se dejen sonsacar no significa que es una tendencia ni nada por el estilo. Usted se imagina que no pueda ponerle muñequitos a mi hijo porque se me vuelve “gusano” . Mucho más peligrosos son los muñe de DORA y DIEGO que convierte a nuestros niños en verdaderos autómatas, casi autistas parlantes de un léxico desagradable del idioma, que dicho sea de paso, dista bastante del español “CUBANO”.

      • Gilliath dijo:

        Palabra fea "gusano", no la use más mi amigo, es retrógrado

    • Sergio dijo:

      Disculpee usted, pero la NAVIDAD no es una FIESTA AMERICANA, por si es eso lo que quería INSINUAR, es una fiesta PAGANA, y es de origen NORDICO.

      Si usted lo asocia con el IMPERIALISMO, como pretende hacernos ver, pues el problema no es de las FIESTAS.

      Jalowin, es una fiesta TRADICIONAL CELTA para celebrar el Sabhain, otra fiesta PAGANA. Como en siglo XIX, durante laGRAN HAMBRUNA en IRLANDA, hubo mucha migración hacia lo que hoy es EE.UU., es de esta manera que llega estas fiestas a ese territorio.

      Sólo eso, a manera de aclaración,

      Saludos,

    • Eduardo Ortega dijo:

      De acuerdo con Ud Víctor Fernández. Nuestra TV pasa más al Pato Donald o a Mikie Mouse que a Elpidio Valdés. Adquirir una bandera cubana es casi imposible y si la encuentras es en una shoping a altos precios en CUC. Lo mismo pasa con otros símbolos. Se ven en la calle más gorras de los Yankis de NY que de Industriales o de Granma o Ciego de Ávila. Es importante cuidar y privilegiar nuestros símbolos. SALUDOS!

    • Chino dijo:

      Un tema compicado y controversial el que tocas,considero tienes razon pero tambien considero que no devemos decirle a nadie que camino tiene que cojer somos adultos que cada quien escoja el que quiera.

    • pp dijo:

      Amigo, esos simbolos han existido siempre en Cuba, desde la colonia, todoas esas festividades de Navidad, y luego la Noche de Brujas, y los estereotipos euro-yanquis, siempre estuvieron en la sociedad cubana desde hace siglos, solo que con la Revolucion hubo decadas que satanizaron estas simbologias y celebraciones, pero ahora no, porque no podemos renegar nuestra participacion en el mundo occidental. Hace un tiempo quisimos ser rusos, pero ni de cerca nos tocaba, y no es que seamos norteamericanos, sino que compartimos culturas del area, algunas impuestas por ellos,si, pero para eso tenemos la nuestra, que ellos tambien disfrutan, por eso en vez de combatirlos, por que no intercambiar??? nunca dejaremos de ser cubanos, de defender lo nuestro, porque somos de una raza muy diferente, y si quieren acusenme de nacionalista, pero es real, nosotros podemos ir a la Plaza a defender la Revolucion,y luego llegar a la casa y descansar viendo una pelicula norteamericana, eso no nos quita lo patriota...ademas, el cubano sabe cuando lo estan manipulando, sabe debatir la simbologia extranjera y diferenciar sus mensajes, eso tambien nos hace diferentes. No bajemos esa guardia, y sigamos cultivando lo nuestro...quizas si tuvieramos mejores opciones nacionales, los jovenes no celebraran Halloween, quizas fueran a una fiesta mas nacional......tambien tenemos que pensar en eso, en potenciar lo nuestro, insertarlo en los intereses actuales y las nuevas tendencias.....actualizar a Elpidio...

      • Magy Ceci dijo:

        Acertado comentario el de PP , y añadir que un buen ejemplo de potenciar lo nuestro sería el de darle vida , calidad y colorido a los carnavales de la Habana , fiestas que han ido cambiando en el tiempo , pues inicialmente fueron por los días de reyes , y ahora dejan mucho que decir por todos los aspectos negativos en los que se han resumido los carnavales habaneros(Con salvedades de las parrandas de algunas provincias dignas de imitar )
        …. Por tanto que quedan para los jóvenes, días como Hallowen y Navidad , los espacios privados potencian estas celebraciones , pero ninguna festividad nuestra puede competir con ello, la globalización de los símbolos del capitalismo están ahí , y solo con inteligencia podremos hacerle frente , sé que muchos de nuestros jóvenes tienen madures para discernir … pero no todos … otros se dejan arrastras , por esa magia de luz y colores , disfraces y sueños de 1 día ….. Pero con la doble lectura que hay tras esos símbolos y actualmente consumen no solo los jóvenes sino los niños desde sus más tempranas infancias, en ropas, en cumpleaños en películas…. Dentro de poco no podremos hacer nada…… habrán monopolizado los sueños….
        Estamos a tiempo , pero hay muchas cosas por hacer…

      • Voz popular dijo:

        ¿Puede usted definirme que es mundo occidental?

    • uno ahi dijo:

      aleluya hermano Victor. No llegaremos al 2030. por fin podremos probar otra cosa a ver si funciona. espero no estar muy viejito, a ver: 2017, 29 añós, 2030, 42 años....shiet!!!!

    • Eduardo Ortega dijo:

      Aunque me manifiesto en general con lo expresado por Víctor Fernández, debemos reconocer que la navidad no es una fiesta americana, sino internacional. Pienso que nosotros debemos recepcionar todo lo positivo de la cultura internacional, no dejarnos colonizar culturalmente y privilegiar nuestras costumbres, nuestras tradiciones, nuestros valores, para que sean divulgados y asumidos por todos, los jóvenes y los menos jóvenes. SALUDOS!

  • Javier dijo:

    amigo Victor no pienso como ud.pienso que los cubano tenemos una maxima a nosotros no nos arregla nadie, pero a nosotros no nos manda nadie, la indosincracia de los cubanos es reoetir lo que vemos, pero solo eso repetir no profundizar, le repito aqui hay para rato amigo confianza en el futuro y en nosotros mismos

  • un cubano de aqui dijo:

    Periodista y q le paso a Elpidio Valdes de hace par de decadas para aca ? hace rato q no lo veo en la pantalla de mis hijos , se bajo del caballo ?

    • Ana la cubana dijo:

      Si mal no recuerdo en la sección Canal USB salió una entrevista que le hicieron al maestro Juan Padrón en la cual se responde muy bien su pregunta. De antemano le digo que el imperialismo no tiene nada que ver con esto.

  • BIOCuba dijo:

    diooooossss

  • daimary dijo:

    este sitio es muy interesante y constructivo

  • pp dijo:

    me gustan los animados del pato Donald, y entiendo el mensaje que usted comenta que se encierran en sus aventuras, pero lo mejor de todo esto es estar claro de lo que se ve, y saber identificar lo que nos quiere decir. Claro que sabemos identificar el mensaje, pero nosotros los cubanos, un pueblo bien claro en sus ideales y que conoce al enemigo de cabo a rabo, asi que podemos ver esos animados con total tranquilidad, que mas que el mensaje lo que disfrutamos son sus ocurrencias comicas y lo bien elaborados que estan. Esas formulas quizas funcionen en otro pais, pero en Cuba? no lo creo. Una vez un amigo extranjero me dijo que ahora con las nuevas relaciones los cubanos seriamos abordados con los estereotipos yanquis y su cultura, y le respondi que el cubano siempre a sido consumidor de estos estereotipos pues nuestros niños ven animados Disney, yo creci con ellos y no soy pitiyanqui, consumimos cine de Hollywood a monton, musica norteamericana, sus libros, su deporte, hasta sus modas en el vestir, celebramos navidades como lo celebra el mundo oocidenta con los estereotipos euro-yaquis, y tambien algunos hasta celebran la noche de brujas, pero eso cuando se tiene bien claro los ideales nacionales no influyen, pasan a ser solo diversion, no como en otros paises del area donde esas cosas si son parte de su cultura colonizada, nosotros no, nosotros nos nutrimos de eso para placer, como mismo nos nutrimos un tiempo de la cultura rusa, pero al final, siempre somos gente de Elpidio Valdes, aunque nos riamos con Donald, seamos fans a Rambo, y adornemos la casa con simbolos navideños por estas fechas. Eso siempre ha sido asi en Cuba, solo que un tiempo las cuestiones politicas lo prohibieron, pero no podemos negar que somos parte del llamado mundo occidental y su cultura globalizada nos toca de cerca, pero eso si, mantenemos lo cubano, que nosotros si sabemos muy bien lo que el enemigo quiere, pero eso, como usted dice, habria que verlo compay!!!!!!

  • Jose dijo:

    El verano pasado estuve en un hotel de Varadero, los responsables de las actividades para los menores en la piscina, tenían películas infantiles, animados, pero no tenían a Elpidio Valdes, solo animados de Disney, y allí disfrutaban muchos infantes cubanos

  • Patriaeshumanidad dijo:

    Ya los estudios de animación del ICAIC están renovando el muñe, con la anuencia y asesoramiento de Padrón, pues después que congelaron a Disney, Donald sigue en pie, con su igeología y mensajes subliminales a cuestas... y un símbolo como el coronel mambí no podría ser menos.
    Pero el mensaje de Eduardo Ortega es el que tiene que movernos el piso, no es satanizar a Donald o a Rambo menos prohibirlo, sino darle a los niños y jóvenes las alternativas de pensamiento correctas... o, sin teque, parafraseando la canción de Silvio, "no creer en nadie a la hora de buscar la libertad"

  • Hector Pupo Velázquez dijo:

    Que buen comentario, me gustó pero.... recientemente leí una entrevista a Padrón y se lamentaba x no tener el apoyo necesario para nuevas aventuras de Elpidio. Espero q este artículo y las lamentaciones de nuestro Juan Padrón lleguen a oidos receptivos. Hasta la vista compay.

    • Ana la cubana dijo:

      A esto me refería en mi comentario anterior...!!!

  • cristiano ronaldo dijo:

    PERO BUENO ESE FUE EL PAPEL DE DONAL Y YO ME PREGUNTO Y EL PAPEL DE LOS MUÑEQUITOS RUSOS Y CUBANOS NO HA SIDO EL MISMO AUNQUE DESDE OTRA OCTICA, AL FINAL TODO EL MUNDO TIRA PARA LO SUYO , SEÑOR PERIODISTA.

  • L.A. dijo:

    El que quiera leer PARA LEER AL PATO DONALD, COMUNICACIÓN DE MASA Y COLONIALISMO de Armand Mattelart y Ariel Dorfman , aqui lo puede descargar. !Buen texto! https://culturayresistenciablog.wordpress.com/2016/06/01/releyendo-para-leer-al-pato-donald-comunicacion-de-masa-y-colonialismo/

  • victor dijo:

    nuestro carlos rafael rodriguez dirigente comunista de cuba y gran economista, que aporto muchisimas enseñanzas y experiencias a las generaciones que pudimos beber de su sabiduria, siempre decia que era preciso lograr que nuestra gente se inmunizara ideologicamente porque el aislamiento en una burbuja era muy peligroso si un dia se salia de ella
    durante todos estos años hemos cometido errores como las prohibiciones absurdas de libros peliculas y hasta cantantes
    esto sumado a una sobresaturacion ideologica que no ayuda en nada a la formacion de las nuevas generaciones
    a veces nuestros niños y jovenes repiten consignas como cotorras y en realidad no saben ni de lo que hablan
    hoy mas que nunca tenemos que hacer incapie en lograr la inmunidad ideologica de nuestro pueblo a ver si llegamos al 2030

  • Andrés dijo:

    Estas reflexiones son necesarias.

  • Miguel Castro dijo:

    Es momento de retomar el camino y trabajar con las nuevas generaciones haciéndolas más analíticas que puedan discernir lo bueno y lo malo, ese papel debe jugarlo la escuela, las instituciones culturales y muy marcadamente los medios de difusión. No creo que censurando se logre algo positivo, debe hacerse visible hasta lo malo pero con un enfoque crítico, optando por un manejo adecuado del material y una introducción oportuna como lo enfocan algunos programas documentales o de películas producidos por la TV Nacional. Apuesto por una formación cultural verdadera ajustada al momento y donde prime inteligentemente el rescate y formación de valores sobre la base de nuestra idiosincrasia y los principios nacionalistas, por los que tanta sangre fue derramada a partir la Guerra de Independencia de 1868.

    • DE CUBA CON ♥ dijo:

      Lo verdaderamente triste es que de tanto retomar el camino de las cosas que no deben abandonarse quedan como en una guerra y siendolo no debiera serlo de modo literal; sueños y existencias en el camino que no pueden como Juan Padron (a quien admiro desde niño), ni siquiera defenderse.

  • Dr.Roberto Hernández. dijo:

    Según el diccionario RAE,Pagano,na, ( 2da) 1.-adj.Que no es cristiano ni de ninguna de las otras grandes religiones monoteista. Especialmente referida a loa antiguos griegos y romanos.U.t.c.s.
    2.adj.Dicho de una persona ., Que no ha sido bautizada.U.t.c.s. La navidad es una fiesta o celebración cristiana, ( merry crihtmass), la Navidad, es un apócope de Natividad y hace referencia al nacimiento de Cristo, por eso cuando vino el Papa, se aprobó el 25 de diciembre, como día feriado en nuestro país. Es cierto que los llamados¨muñequitos¨ con los cuales aprendí a leer y todavía cuando estuve en Angola muchos se preguntaban si Tarzan era o no real.real,contenido ideológico

    • Arturo dijo:

      Usted me va a disculpar, pero si alguien le preguntó por si Tarzan era verdadero o no, no es contenido IDEOLOGICO, es otra cosa.

      Es como que si alguien le preguntase si exiten caballos de color naranja con manchas prietas y que caminan de "marcha tra" como Palmiche,

  • Enrique dijo:

    No se trata de uno u otro muñequito, uno u otro símbolo. Los Mangas, Batman, Superman, Donald, Harry Potter, la banalización y la estupidez protagonizando los distintos espacios, la bandera norteamericana, la privatización, las películas, el profesionalismo en el deporte, el mercado, la sexualización de los niños, la propaganda del consumismo, el modo de vida consumista, el individualismo, la exclusión, el racismo, la xenofobia, la hegemonía del dolar, la hegemonía política y cultural del imperialismo, la hegemonía económica y financiera. ¿Acaso no se dan cuenta de que se trata de una invasión cultural, de la globalización de la banalidad, de las que no podemos huir y hay que enfrentar fundamentalmente en la familia y en las instituciones? No seamos tan triunfalistas y pongamos los pies sobre la tierra.

    Saludos.
    Enrique Martínez Hernández.

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Williams Enrique Tolentino Herrera

La Habana, 1992. Periodista y profesor en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. Licenciado en Periodismo en 2016. En Twitter: @WilliamsTolenti

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