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Vargas Llosa y el liberalismo putrefacto

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Mario Vargas Llosa. Foto: Wikipedia.

Todas las cosas envejecen: los organismos vivos, las personas y las ideas. Es la dureza de la segunda ley de la termodinámica. Pero hay maneras dignas de hacerlo, manteniéndose leales a los principios con los que se alcanzó el cenit de la existencia, consciente de los errores y sin arrepentimientos ni transformismos de última hora. Pero hay existencias que se corrompen por elección, que se degeneran por decisión. Son los seres que se revuelcan en la putrefacción del alma arrastrando tras de sí las pestilencias de un destino extraviado.

Este es el patético devenir del político Vargas Llosa de hoy; no de aquel genio literario que hizo méritos propios para entrar en la estantería de las letras universales con “La ciudad y los perros” o “Conversación en la catedral”. Su actual prosa política viene chabacana, llena de monstruosidades ideológicas que mancillan la pulcritud de los ideales conservadores que algún día profesó. Es como si hubiera un empeño deliberado por envilecer a la persona que obtuvo el Premio Nobel y dejar en pie a un decadente político atribulado por pasiones bárbaras.

Vargas Llosa se traga sus otrora enjundiosas convicciones democráticas para apoyar sin decoro a la heredera y encubridora del régimen fujimorista que cerró el Congreso de la Republica, suspendió al poder judicial, ordenó el asalto militar de medios de comunicación del Perú y promovió escuadrones de la muerte con decenas de masacres en su haber. Eso habla de un pervertido drama en el que un reposado liberal muta a un ardiente neofascista. 

Y no es un tema de temperamento débil o convicciones efímeras que quizá, en este caso, hayan ayudado a la elegancia de su prosa. En realidad, Vargas Llosa es un ejemplo, letrado de un desplazamiento emocional de la época.

Respalda groseras maniobras de la derrotada Keiko Fujimori que denuncia “fraude” electoral y anula miles de votos de comunidades indígenas y mantiene un curioso silencio frente al manifiesto de ex jerarcas militares para que las Fuerzas Armadas desconozcan la victoria de Pedro Castillo.  Así se emparenta ideológicamente con Trump que instigó a sus seguidores a tomar violentamente el Congreso de Estados Unidos en enero del 2021; o con el candidato presidencial Carlos Mesa que, al conocer su derrota en noviembre del 2019 contra Evo Morales, convocó a los suyos a incendiar los tribunales electorales bolivianos, incluidos los votos de los ciudadanos. Se trata de actitudes no muy diferentes a la de Bolsonaro que reprocha a las dictaduras brasileñas (1964-1985) el solo haber torturado en vez de haber matado a los izquierdistas; o a la indignidad de Piñera arrugando su pequeña bandera nacional, para mostrarle a Trump que sus colores y estrella cabrían en una esquina de la bandera norteamericana.

Son síntomas del ocaso de un liberalismo político que, en su rechazo a asumir con aplomo el crepúsculo de sus luces, prefiere desnudar sus miserias en la retirada. Antes podía jactarse de su filiación democrática, su tolerancia cultural y conmiseración por los pobres, porque, con independencia del partido político victorioso, los ricos siempre triunfaban en el mundo en el que las alternativas de “mundos posibles” estaban diseñados a su medida.

Ahora el planeta se ha sumergido en una incertidumbre de destino. Las élites dominantes divergen sobre cómo salir del atolladero económico y medioambiental que han provocado, los pobres ya no se culpabilizan de su pobreza, la utopía neoliberal se desvanece y los sacerdotes del libre mercado ya no tienen a sus pies a feligreses a quienes embaucar con redenciones futuras a cambio de complacencias actuales.

Es el tiempo del ocaso del consenso globalista. Ni los de arriba tienen criterios compartidos de hacia dónde ir; ni los de abajo confían en el viejo curso que los de arriba les señalaban. Todos viven un estado de estupor colectivo, de ausencia de futuro factible que desencadena, entre los humillados globales, estallidos de angustia, malestar, enojo y sublevación. Occupy Wall Street, el Movimiento de los Indignados en España, los “chalecos amarillos” de Francia, los levantamientos populares de Chile, Perú y Colombia, las oleadas de progresismos latinoamericanos, son los síntomas de una convulsa de época de ansiedades desatadas que apenas comienza. Nadie de los inconformes sabe con certeza hacia dónde ir, aunque saben con claridad plebeya y callejera lo que ya no pueden soportar. Es la época de un presente que desfallece y de un futuro que no llega ni anuncia su existencia y las viejas creencias dominantes se fisuran, se repliegan para dar paso a la incredulidad radical primero, y luego, a la búsqueda de alguna nueva certidumbre donde enraizar las esperanzas.

Se trata de un caos creador que erosiona las viejas tolerancias morales entre los de “arriba” y los de “abajo” y que, con ello, empuja al consenso neoliberal que agrupó a la sociedad a replegarse. La calle y el voto, ya no los medios de comunicación ni los gobiernos, son ahora los espacios de la gramática donde se escribirá el nuevo estado de animo popular.  La democracia se revitaliza desde abajo, pero paradójicamente por ello, se ha convertido en un medio peligroso para los ideólogos neoliberales que fueron demócratas en tanto el voto no pusiera en riesgo el consenso privatizador y de libre mercado. Pero, ahora que la calle y el voto impugnan la validez de este único destino, la democracia se presenta como un estorbo y hasta un peligro para la vigencia del neoliberalismo crepuscular.

Las denuncias de fraude que se extiende por las Américas, y que seguramente se harán presentes en Europa, no son sólo el aullido de guerra de los derrotados. Son la desesperada consigna de las ahora minorías neoliberales, para atacar sistemáticamente la institucionalidad democrática y la legitimidad del voto como modo de elección de gobernantes. El golpe de Estado tiende a instalarse como una opción factible en el repertorio político conservador.  Y todo ello lo hace cabalgando un lenguaje enfurecido que aplasta en su galope cualquier respeto por la tolerancia y el pluralismo. Enarbolan sin reparos el supremasismo racial contra indígenas y migrantes por igual.  Desprecian el inconformismo plebeyo al que califican de expresiones de “hordas salvajes”, “ignorantes” “alienígenas” o “terroristas”. Y en un anacronismo risible, desempolvan la fraseología “anticomunista” para encubrir con miedos atávicos el disciplinamiento violento de los pobres, las mujeres y los izquierdistas. El neoliberalismo va degenerando en un acomplejado neo fascismo.

Estamos ante la descomposición del neoliberalismo político que, en su fase de ocaso y perdida de hegemonía, exacerba toda su carga violenta y está dispuesto a pactar con el diablo, con todos las fuerzas tenebrosas, racistas y antidemocráticas, para defender un proyecto ya malogrado. El consenso universalista del que se jactaba el neoliberalismo en los años 90s, ha dado lugar al odio enfeudado de una ideología de outlet. Y, como lo demuestra el último Vargas Llosa, la narración de esta putrefacción cultural es un bodrio literario carente de la épica de las derrotas dignas.    

(Tomado de El DiarioAR)

Se han publicado 13 comentarios



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  • Leandro dijo:

    Si alguna observación haría a este enjundioso escrito de García Linera, que va más allá de Vragas LLosa, es que la defección de este personaje no es reciente. En 1971 ya se había definido, lo cual queda demostrado en la carta que le remitiera Aydee Santamaría, Heroína del Moncada y Presidenta de Casa de Las Américas el 14 de mayo de ese año en la que le cuestiona sus criterios "cada vez más alejados de posiciones revolucionarias" y "su creciente porclividad a posiciones de compromiso con el imperialismo". "Usted no ha tenido la menor vacilación en sumar su voz –una voz que nosotros contribuimos a que fuera escuchada– al coro de los más feroces enemigos de la Revolución Cubana" le dice Aydee y le recuerda que cuando quiso saber en 1967 la opinión de Casa de Las Américas sobre la aceptación del premio Rómulo Gallegos que le sería entregado en Venezuela por un gobierno que " signifcaba asesinatos, represión, traición a nuestros pueblos... le propusimos que aceptara ese premio y entregara su importe al Che Guevara, a la
    lucha de los pueblos. Usted no aceptó esa sugerencia: usted se guardó ese dinero para sí, usted rechazó el extraordinario honor de haber contribuido, aunque fuera simbólicamente, a ayudar al Che Guevara. Lo menos que podemos pedirle hoy los verdaderos compañeros del Che es que no escriba ni pronuncie más ese nombre que pertenece a todos los revolucionarios del mundo, no a hombres como usted, a quien le fue más importante comprar una casa que solidarizarse en un momento decisivo con la hazaña del Che. ¡Qué deuda impagable tiene usted contraída con los escritores latinoamericanos, a quienes no supo representar frente al Che a pesar de la oportunidad única que se le dio! "

    • Andres Edgardo Sihuay Arellano dijo:

      Hoy convertido en un AGENTE RECLUTADO POR LA CIA. MI TEORIA SIEMPRE FUE Y SERA QUE HUBO UNA TRANSACCION ENTRE AGENTE CIA Y PREMIO NOBEL. ESE ES EL ACTUAL MOMENTO QUE VIVE ESTE APOCALIPTICO Y DECADENTE PERSONAJE. ESTA ESCRIBIENDO SU PROPIO EPITAFIO.

  • Ariel Sosa dijo:

    Gran escrito del Sr. García Linera sobre lo que queda de Vargas Llosa.

  • Dennys dijo:

    Este artículo con permiso de la personalidad que es Alvaro García Linera lo podriamos tambien llamar las lamentaciones de un camaleón, sí amigos, las personas no cambian sus principios tán facilmente ni cambian su actuar por envejecer, Vargas Llosa tambien incursionó en articulos sobre y contra Cuba, se creerá realmente un escritor de estos tiempos, o es que lo neoliberal que corria por sus venas no pudo más y se tuvo que mostrar. Las miserias humanas de nuestra america necesita de escritores comprometidos con sus pueblos no con quien los oprime o roba sus recursos, al fin y al cabo Vargas Llosa es un burgues que hace honor a su estirpe antipopular, racista y neofasista sin dejar de mencionar anticomunista.

  • Israel dijo:

    Excelente artículo, muy completo sobre el panorama que se está viviendo en el mundo, es así, mientras ganan, les cuadra la democracia, cuando pierden acuden a la violencia del fascismo

  • Carlos Alberto dijo:

    Exelente por el profesor,d ese pensamiento están necesitados los sepultureros del capitalismo d hoy,para conjugar la acción en las calles y acabar d derrumbar a la barbarie.Muy d acuerdo con usted,ya la democracia no les resuelve,porq los pueblos cada vez creen menos en su demagogia, tampoco le sirve el estado de derecho por ser obstáculo para su liberalismo desenfrenado.Vargas Llosa,es un resentido,como Lenin Moreno y Almagro, Judas d estos tiempos q nunca fueron lo q quisieron demostrar algún día.Hay q cerrar las puertas al neofasismo.

    • Hayek dijo:

      Alguien que por fin usa el término correcto "liberalismo" y no el peyorativo "neoliberalismo".

  • Rafael Emilio Cervantes Martínez dijo:

    Estamos en una batalla entre los que defendemos los caminos de la emancipación concreta, verdadera y la creación y los que apuestan por mantener a la humanidad en un estado de cosas brutalmente injusta, enajenante y excluyente, un estado de cosas donde una pequeña parte consume irrefrenablemente mercancías, materiales, espirituales y digitales, que no ofrece futuro sostenible. Ante éste panorama incierto, se intensifica el odio contra la esperanza, y ciertamente vemos como la irracionalidad y el discurso neofascista se expande fuera de las clases opresivas. ¿Qué ofertan para resolver los graves problemas globales? Nada, sólo la mentira. Nuestra fuerza está en la sabiduría colectiva de los pueblos, en la ciencia, en la cultura y en las ideas desenajenantes.

  • Umberto dijo:

    Al final todos se venden. El dinero es mucho

  • Eustacio Gutierrez dijo:

    Desde aquí agradezco a García Linera por tan bien elaborado mensaje periodístico. Lo tomaré como herramienta, y porque no en arma, ante cualquier debate político de la realidad actual de las Américas.
    No solo desnuda la vergonzosa facha en que Vargas Llosa a convertido su vida política y el daño irreparable que le hace a su obra literaria. Ya solo no será recordado como el genial novelista, lo acompañara por siempre la actitud fanática de lo malo que ha convertido su vida. Tambien Garcia Linera, de forma muy clara relata como se está moviendo la masa que ya no quiere y puede aguantar tanta injusticia y reclama con cada dia mas fuerza su lugar bajo el sol, aunque lamentablemente sin un programa definido ni un rumbo hacia donde encausar sus pasos. es cuestio de tiempo que ese esfuerzo se organice.

  • Juan Andrés dijo:

    Gracias al autor, por la precisión de cada detalle en el articulo. Es una foto exacta de este personaje, que su actuar lo ha degradado a personajillo.

  • Tranquilino dijo:

    Filoso artículo que toma a Vargas Llosa como pretexto pero que por fortuna va más allá. Tengo un amigo viejo y un viejo amigo que ante casos como este aseguraría que nadie se transforma de ese modo, que desde siempre este nefasto personaje fue así. Lo que siempre supo engañar a los ingenuos. Sobre el resto una exposición clara del principio del fin y del nuevo comienzo. La izquierda mundial debe hacer un gran esfuerzo y encontrar el talento suficiente para aprovechar bien la situación y ganar espacio por el bien de la humanidad. Hay que aprender a escuchar a los pueblos. Ahora sí es verdad que tenemos que ser Fidel. Gracias a CD por publicar este bien artículo.

  • Ramiro Chaman dijo:

    Gracias Alvaro Gracia Linera por defender los principios democráticos del Socialismo que abrazó el CHE, FIDEL, GARCÍA MARQUEZ, JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI, ALLENDE, MARTÍ, y muchísimos otros compañeros y revolucionarios que lucharon por el PUEBLO. Aquellos a quienes la historia los honra con valor y respeto por siempre. Todos ellos están unidos a los principios Humanistaa que en su momento expusieron los más precarios sabios como GALILEO GALILEI, PLATÓN, ISAAC NEWTON, NIKOLA TESLA, EINSTEIN, y obviamente a JESUS DE NAZARET, quienes no solamente defendieron la vida sino la PAZ en el mundo. Ya una vez el CHE le respondió a una periodista norteamericana que "la acción guerrillera se hizo necesaria en Cuba para vencer la política esclavista y servil del imperialismo norteamericano, hoy liberalismo o neoliberalismo, y que dejará de efectuarce cuando los pueblos del mundo alcancen su libertad económica y social". Por eso nuevamente mi agradecimiento al compañero Álvaro Garcia por desenmascarar al escritor Vargas Lkosa, desgraciadamente peruano, por ser, aparte de corrupto por apoyar la corrupción, un TRAIDOR AL PUEBLO PERUANO.

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Álvaro García Linera

Álvaro García Linera

Tres veces vicepresidente de Bolivia (2006-2019), es docente e investigador y autor de numerosos libros y ensayos de sociología y teoría social.

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