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Dios no estaba en el Maracaná

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Leo Messi

Lionel Messi.

Lionel, apodado “el Mesías”, alzaba los brazos al cielo; pero de ahí no llovían a sus piernas los goles y la gloria prometida. Corrieron el Ungido y sus diez acólitos durante ciento vente minutos y la cancha fue franja del Calvario. Messi rumiaba su desamparo, la soledad de hijo abandonado en la cruz. De nada valió que los miles de hinchas argentinos rezaran, se persignaran, para conjurar el milagro desde la grada. A escasos minutos del final del alargue, el tanto de Götze retumbó como martillazo de Thor: habían ganado los descendientes de los dioses paganos, de la tosca mitología germánica despreciada por los cristianos.

Dios no estaba el domingo en el Maracaná. ¿De qué otro modo entender que permitiera ganar la justa a los nativos del país de un Papa que abdica, y no a los coterráneos del pío Francisco que hoy da la cara desde la silla del Vaticano?

Tampoco estuvo cuando el “Mineirazo” de unos días atrás. Ese miércoles de ceniza donde el pueblo que se ufana de que “Dios es brasileño” y adora a Pelé, el ídolo de ébano, fue castigado con siete mandarriazos olímpicos. Un marcador de escándalo: nada menos que 7 —el número mágico— tantos en contra del buen anfitrión, del equipo ganador de 5 Copas, de las huestes iluminadas por los Neymar Jr. y David Luiz…

¿Cómo asimilar que Dios permitiese la coronación de un advenedizo en América, en la comarca que una vez fue el Nuevo Mundo o Paraíso en la tierra? Más aún si los bienaventurados fueron los nietos de esos rudos vikingos que disputan la primacía del descubrimiento a San Cristóbal, el patrono de los viajeros; el Colón que emprendió travesía sobre tres carabelas bendecidas por Reyes Católicos…

Llámenme hereje, apóstata, lo que quieran. Pero repito: Dios no estuvo en la Copa del Mundo de Brasil. Aunque, más bien, cabe decir que no estaba en ninguna parte, porque ni siquiera vio del otro lado del mundo cómo los de Judea, su pueblo elegido, demolían los Mandamientos y las casas y los cuerpos de los palestinos.

Toda Alemania festejó el regreso de su Mannschaft, una legión triunfadora de rostro múltiple: Müller, Klose, Neuer, Kross, Schurrle, Özil, Lam, Khedira… Una tropa de élite, sí. Pero no endurecida en fraguas de Vulcano ni iluminada con los rayos del todopoderoso. En todo caso, una partida moldeada con la herencia del rey Odín y sus cuervos negros, Huginn (pensamiento) y Muninn (memoria), que son rasgos poseídos también por nosotros, los humanos. El mérito es del técnico Low, quien aprendió de derrotas anteriores y perfeccionó táctica y estrategia. Quien recogió el fruto de un salto evolutivo, desde los pesados tanques de guerra que fueron, hasta la virtuosa orquesta de Berlín que hoy es. Por el medio hubo años de paciencia y disipación de recursos y energías para mejorar la cantera y adecentar la Bundesliga.

Argentina quería coronar a Messi como un nuevo Dios, como el legítimo continuador de aquel D10S del 86, Dieguito Maradona, el que puso su mano de niño pícaro, de hijuelo rebelde del potrero, para burlar a la imperial hueste de Albión y se sacó un gol interpretado como mediación del Eterno.

Pero la Gloria que tan cerca estuvo, también lejos quedó; y los naturales de la tierra del tango triste y Borges el Escéptico tuvieron que conformarse con el regreso de los ángeles caídos. De un escuadrón con la mirada puesta en el suelo y no en las nubes, encabezado por el jefecito Mascherano, y seguido por un “Lío” más parecido al chico rosarino de talento inmenso y trastorno del crecimiento que al genio de los 91 goles con el Barcelona; detrás Di María con el muslo roto, y Lavezzi, Garay, Demichelis, Rojo…

Dando el destino su giro más afortunado, y acaso inesperado, la patria albiceleste se enjugó pronto las lágrimas y acogió a sus compatriotas con vítores. La torcida se golpeaba el pecho para decir: “Este equipo argentino se ha quedado en mi corazón. Dejaron el alma en el terreno”. Así, olvidándose de maravillas celestiales, premiaron los rostros del heroísmo humano: la humildad, la sencillez, el espíritu colectivo, el esfuerzo.

Llámenme impío. Más la lección grande del Maracaná es que no vivimos tiempo de dioses. Y el fútbol es una simple cuestión de hombres.

Se han publicado 109 comentarios



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  • HankMoody dijo:

    Hay que ver como se ha perdido la imaginación... la gente no sabe de métaforas, parabolas e ímagenes, han leido una sola palabra: Dios, y ya saltan los teólogos y las lecciones gratuitas del evangelio....ESTO ES UN ARTICULO DE FUTBOL!!! nunca antes un POR DIOS!!! ha estado tan justificado, lean primero, centrense y opinen después, el articulo está muy bien escrito, no dejen que muera la poesía....por otro lado, mi eslogan de estos dias: FIFA, ladrones!!! El balón de Oro es de Robben!!!!

  • ELE. dijo:

    Messi es un excelentisimo atleta y parece ser que la fama no le hizo perder su nobleza.Por más que admiremos a otro deportista de nuestra América ,que pueda tener una mejor temporada en lo que va de año ,no nos da el derecho de desacriditar el mérito de un erudito, porqué mejor no sugerimos que la América nuestra tenga una Liga tan o más importante como Continente, que la del Continente Europeo, para que los deportistas de nuestros Paises no tengan que irse a Clubes de otras latitudes, el talento está por doquier para eso y el deseo de sus pueblos de verlos hacerse grandes tambien.

  • Rene dijo:

    Loa argentinos tendran que hacer una demanda a Francisco para que hable con su jefe por dejarlos avandonados .....

  • Romulo dijo:

    Periodista, sin lugar a duda usted esta enamorado de messi.

  • Romulo dijo:

    Los ganadores de la Copa del Mundo 2014 demostraron que no solo lograron ser los mejores del Mundial de Brasil, sino que también buscaron ayudar a mejorar las condiciones de vida de los brasileños.

    Según informa el sitio oronoticias.com, cuando comenzaron la búsqueda de hoteles en el país, los jugadores alemanes no estaban a gusto con los hoteles en los cuales se podrían hospedar en la ciudad de Bahía en Brasil, por lo que decidieron construir sus propias instalaciones. Para esto contrataron una empresa de Munich que fue la encargada de la construcción, pero con una condición: que todos los trabajadores fueran desempleados brasileños para así apoyar a la economía loca, quienes construyeron con varios meses de anticipación, "Camp Bahía" al noreste del país sudamericano.

    El complejo, de 15 mil metros cuadrados, cuenta con 14 casas con 65 unidades residenciales, su propia cancha de fútbol, gimnasio, restaurante, una piscina y un aeropuerto.

    Pero esto no fue todo, también donaron 10 mil euros para ayudar a la comunidad nativa de Pataxó con la compra de un carro (ambulancia), que ayude al servicio médico de la comunidad.

    Ahora la villa donde se hospedaron los alemanes será utilizada por los locales como escuela, para niños de escasos recursos y servirá también como centro de salud. Además, ayudaron a construir la carretera para una mejor comunicación del poblado.

    Con esto queda claro que el legado de la selección alemana fue más allá del fútbol desplegado.

  • Bernardo dijo:

    A todos los que se le cae la baba con el triunfo de Alemania, les digo que la selección Argentina dio su partido con hidalguía, fue la que jugó la final, murió con las botas puestas y no fue humillada.
    Estamos muy orgullosos con nuestra selección Nacional.

    y nadie nos puede decir nada porque llegamos bien alto y digno.

  • lisb messiana dijo:

    messiiiiiiiiiiiiiii vivaaaaaaaaaaa

  • cristiano dijo:

    oiga mi amigo comentarista, hasta cuando vgan a utilizar el nombre de Dios para sus comentarios. dejen ya la falta de respeto, y como bien usted mismo se cataloga no es mas nada que un gran impio usted. arrepientase y vuelvase a Dios

  • Mago Kandú dijo:

    Sí estaba. ¿Quién dijo que no? Si Él está en todas partes. Solo que contrario a lo que piensan los nacidos en la tierra de Lio Messi, DIOS NO ES ARGENTINO. Acaben de aterrizar de una buena vez y convénzanse: DIOS NO ES ARGENTINO.

    Óiganme, que como me dijo un amigo hace unos días: No hay tamarindo dulce ni argentino con complejo de inferioridad.

    • Iana dijo:

      Científicamente es posible encontrar un tamarindo dulce. Les quieren hacer costar caro la victoria, ahora los tildan de nazis. Cuando Japón ganó los 2 primeros clásicos nadie rememoró la segunda guerra mundial.

      El himno-tontería es una gracia, mientras que el bailecita de los alemanos es una ofensa suprema hacia los que con solo 2 mundiales (trampitas incluidas) quieren imponer una paternidad ilusoria sobre los que más tienen.

  • ELIECER LEÓN PÉREZ dijo:

    QUE MESIAS DE QUE...ESE ES UN TRASTE.ARRIBA RONALDO, NEYMAR Y JAMES.

  • varadero dijo:

    Para el autor ,humildad en los argentinos ,se ve que tu no los conoces, de que sencilles tu hablas nada de eso es ,un argentino arrogante ,y lloron eso si son bastantes .Toda esa bradilalia es una farsa por Argentina sin tener usted un apice de razon.

    • Romulo dijo:

      Al fin alguien que conoce a los argentinos...

  • Romulo dijo:

    Si, estos argentinos o periodistas parejas de argentinos creen que lo merecen todo. Que por su "sangre italiana" son superiores a todos los americanos. Me alegre en el alma como los aplastaron, y los triunfos que obtuvieron fueron en partidos faciles o en penales... que los gaa cualquierita. Lloren, solo les queda eso. Y usted periodista, espere 4 años mas para ver a su dios, porque el nuestro siempre estuvo allí.

  • Ale FCB dijo:

    Oye será posible que en donde sea critiquen a messi

  • dianik dijo:

    En algunos deportes, el desarrollo del juego puede explicarse en gran medida a partir de estadísticas. Y a pesar de que este no es el caso del fútbol, cada vez se dispone de más números con los cuales analizar el rendimiento de equipos y jugadores. Lionel Messi, elegido Balón de Oro por la FIFA en el último Mundial, también puede ser puesto bajo la lupa de los cálculos, los cuales pueden ser leídos a favor o en contra del rosarino.

    Por un lado, se sabe que la gambeta es un punto fuerte del juego de la Pulga. En ese sentido, Messi fue el jugador con mayor cantidad realizó por partido con 6,6. Alexis Sánchez, con 5,5 gambetas por encuentro, fue el que más cerca estuvo del capitán argentino, según lo indica el blog del británico Daily Telegraph, Project Babb.

    Otra estadística favorable al hombre del Barcelona es aportada por el sitio web de la FIFA: envíos al área, el cual incluye centros y pases de riesgo mandados. En ese rubro, Messi terminó con 26 a lo largo del torneo, más que ningún otro. Arjen Robben, con 19, fue quien lo escoltó.

    Un aspecto que no puede dejar de mirarse a la hora de analizar el rendimiento de Messi es la cantidad de infracciones que recibió a lo largo del torneo: Leo sufrió 26 y fue cuarto, sólo por detrás de Neymar (35), Alexis Sánchez (34) y Robben (31). Claro, un detalle a favor de La Pulga es que es un jugador que intenta seguir las jugadas en lugar de tirarse ante el más mínimo contacto.

    Messi, el único jugador del Mundial elegido cuatro veces el mejor del encuentro, terminó en el podio de la tabla de goleadores con cuatro conquistas. Lo rescatable es que sus cuatro conquistas fueron en un equipo que apenas marcó ocho goles en toda la copa.

    Claro que también hay números negativos cuando se analiza el rendimiento de Messi. De hecho, en una decisión paradójica, la FIFA lo dejó fuera del once ideal, el cual se basó estrictamente en estadísticas (puntualmente el Índice Castrol). En esta medición, el rosarino fue el undécimo mejor jugador del Mundial con un acumulado de 9,46 sobre 10 puntos posibles.

    Entre sus números más flojos se destaca la cantidad de pelotas que perdió: con 98 fue el argentino que más sumó en este rubro negativo según datos de OPTA citados en el sitio Gol y Fútbol. Es cierto que los delanteros pierden más pelotas que los defensores, pero, por ejemplo, se puede decir que le robaron la pelota, en promedio, las mismas veces que a Di María (quien no llegó a jugar cinco encuentros), otro jugador acostumbrado a arriesgar.

    Por otra parte, Messi no estuvo fino a la hora de los pases, basados en la cantidad de veces que pasó bien la pelota. Aquí también podría decirse que la posición no lo favorecía, pero lo cierto es que el rosarino apenas alcanzó un 45% de efectividad. Otros de los buenos jugadores ofensivos del torneo lo superaron ampliamente: Robben (95%), Müller (62,5%), Neymar (72,2%) o James Rodríguez (69%), por ejemplo.

    Incluso la gambeta también puede señalarse como un punto flojo de Messi en el Mundial vista a la luz del porcentaje de aciertos: apenas pudo superar al 45,4% de rivales a los que intentó dejar en el camino.

    El mejor o el peor, todo de acuerdo al cristal (estadístico) con el que se lo mire...

  • Leñador de Varela dijo:

    QUE ARTÍCULO TAN MEDIOCRE... NI MESSI ES DIOS, NI DIOS ESTÁ LIMITADO AL ESPACIO... MÁS TEOLOGÍA Y MENOS BOBERÍA POR FAVOR...

  • di dijo:

    la guerra de los comentarios del football. jajjaj

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Rafael Grillo

Rafael Grillo

Escritor y periodista cubano. Escribe artículos sobre literatura, cine y artes visuales. Es jefe de Redacción de la revista cultural cubana El Caimán Barbudo.

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