Cubadebate

Por los años 70 comenzó a circular una tendencia que bajo el título de Sociedad Tecnotrónica y con la firma de Zbigniew Brzezinski proponía la certeza de que los países serían gobernados por tecnócratas. Cuarenta años después se instalaron los primeros.

En Grecia, donde el Olimpo completo será incapaz de arreglar los problemas existentes, y en Italia, donde 8 millones de personas están entre la pobreza y la miseria y el 40% de la población tiene dificultades serias y hay regiones como Sicilia que pueden ser administradas por un interventor en breve, porque están al caer en cesación de pagos total.

Brzezinski, descendiente de polacos, se desempeñó como secretario de estado bajo la administración Carter y ha operado como asesor de otros presidentes norteamericanos, incluyendo al actual, Barack Obama. Pedigrí envidiable, sin duda, pero incompleto.

En los primeros años de la misma década, no por este motivo prodigioso, a Dios gracias, sino debido a eventos más afortunados de la cultura mundial, Brzezinski fundó, junto con el multimillonario David Rokefeller, entre otros de casta parecida, la Comisión Trilateral.

Inscrita como una especie asociación filosófica con destellos de praxis política, destinada a elaborar ideas de alto vuelo, se presentó como un conglomerado de pensadores que se dedicarían a diseñar un capitalismo mejor que el modelo practicado. De ahí nace la implantación del neoliberalismo, buscando centuplicar los beneficios de los poderosos, sobre todo los de la esfera financiera, aunque afecten a la economía real.

El andamiaje neo conservador que lo implanta intensifica los patrones de explotación dándole preponderancia especial a las corporaciones transnacionales y bregando para que el mundo rico, EE. UU. ante todo, mantenga la supremacía militar.

Funcionaron lo mismo con republicanos que con demócratas, en concordancia o a espalda de algunos, pues, en definitiva, ese es el poder real que actúa detrás de los gobernantes que o bien concuerdan con ellos o asumen la responsabilidad de representarles o cargar con sus culpas.

Cuentan que el presidente Barack Obama puso a once miembros de la Trilateral en la Casa Blanca apenas tomar posesión del cargo, eso explica por qué no cambió los aspectos medulares de la administración Bush. Brzezisnki es, sin casualidad, uno de esos asesores del mandatario.

Los de la Trilateral son muy parecidos al Club Bilderberg o al Bohemian Grove, (por algo será que varios de los más connotado$ e influyentes personajes militan en esas asociaciones, o se interconectan entre sí).

Véase que como parte del esquema neoliberal, tienen entre sus arquetipos, el objetivo de borrar el principio del estado-nación. Eso de federalizar los continentes o de dirigir los países desde un centro externo, totalizador, se expresa en las invasiones humanitarias, la injerencia armada, económica o mediática practicada por Washington y es tan parecido a lo que se intenta por la Unión Europea en la actualidad, que resulta fácil caer en la tentación de preguntar, como en ciertas películas, si se corresponde la ficción con lo real o viceversa.

De momento, ya se verá hasta cuándo aguantan los demás, Alemania tiene el papel de villano dentro del Viejo Continente. Es el mayor acreedor (le sigue Francia) del grupo a quienes ayudan a endeudarse más y también la que tiene un techo económico-financiero más alto, así como estructuras administrativas que facilitan sus operaciones y le convierten en el virtual regidor del Pacto Comunitario.

Según el Nóbel Paul Krugman, que no es un hombre de izquierdas, valga aclarar, las dos mayores posibilidades de salir de la crisis no convienen a Alemania y por eso es difícil que se apliquen.

Según otros economistas, entre ellos los expertos de la norteamericana Goolman Sachs el problema de España no es déficit fiscal sino el sobre endeudamiento externo. Quiere decir: los bancos privados estuvieron pidiendo prestado dinero a los alemanes que se los daban para obtener a su vez enormes ganancias con los intereses. Pero los activos tóxicos estadounidenses hicieron peligrar el negocio y desde Berlín suspendieron los préstamos. Como la banca española, en parte fraudulenta y en mucho confiada, no esperaba el cese de suministros en euros, cae en quiebra.

Ahora y según el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, las dificultades de España pueden tener un impacto en gran escala y hasta podría "descarrilar fácilmente la economía mundial". La propia Goldman Sachs asegura que el gabinete Rajoy será incapaz de cumplir con la reducción del déficit que se han propuesto y habrá un desequilibrio presupuestario importante al término de este 2012.

Otro Nóbel, Joseph Stiglitz, opta porque los estados estimulen la producción y el consumo haciendo inversiones con el dinero que se recorte a los privilegios suntuarios de los sectores favorecidos. Teorías no faltan, la voluntad escasea.

Mientras tanto y según crecen las protestas, o los Occupy norteamericanos identifican al enemigo en grupos como el Bohemian Grove, o los indignados españoles se entrelazan con mineros y jubilados o una juventud sin horizonte, también comienza a moverse una revalorización de la llamada democracia representativa, cuyas herramientas no funcionan y sus máximas están siendo violadas por quienes dicen preservarla.

Pregunten si no, en Atenas, Roma, Madrid, o Lisboa y Dublín, entre otros etc.