Cubadebate

Desde hace días reviso mi archivo y busco datos para terminar de escribir un texto que estoy comprometido a entregar. Tengo por costumbre leer unos dos kilogramos de información por cada adarme que redacto.

Cuidadosamente guardadas encuentro algunas notas sobre Camilo Cienfuegos tomadas por mi años atrás, cuando el capitán Pacheco dirigía la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado. Me siento a releerlas y de esa manera evoco aquella época de investigación alentado por Celia.

Como si quisiera ser hallado en este mismo mes, encuentro un texto de Camilo fechado el 9 de enero de 1959 y que no utilicé entonces, ni lo he visto publicado. Y resulta que este domingo cumple 46 años de haber sido escrito.

Un día como  hoy que me siento a teclear entró Fidel a La Habana y junto a él andaba Camilo que fue a su encuentro en las afueras de la ciudad. Un día también como hoy pronunció el Comandante su primer discurso en la capital y a su lado asentía silencioso el rebelde lawteño.

Puedo recordar - porque lo viví desde mis 14 años -, aquellos días efervescentes y mágicos, y puedo imaginar sin esfuerzo la tensión que sobre los hombres que encabezaron la hazaña, recaía.

Fue difícil cada minuto de aquel enero. En la noche del día 2, Camilo entró a Columbia. La fortaleza se rendía sin combatir pero la estructura militar de la tiranía estaba intacta. El hombre del sombrero alón debió estructurar sobre aquella guarnición bien preparada y eficiente, un ejército de valientes campesinos entrenados en el coraje de sus pechos. El pueblo uniformado ocupó el cuartel.

El día 9 la agenda de Camilo debió estar muy cargada. Fidel se encontraba en la capital y su presencia introducía una dinámica nueva a los acontecimientos. Abundan los problemas, escasea el tiempo.

Aún así roba minutos del día para pensar en América, especialmente en Venezuela y para los profesores y estudiantes universitarios, escribe:

La Habana. Ciudad Militar, Enero 9-59

A los estudiantes y profesores Universitarios de Venezuela

En esta hora hermosa de la libertad los Cubanos nos abrazamos con los Venezolanos, a ustedes hermanos, nuestro agradecimiento por haber marchado a la vanguardia entre los países que nos ayudaron a conquistar la libertad.

Ahora que sabemos lo mucho que costó ganarla, todos unidos, hacer nuestros mayores esfuerzos por mantenerla.

Hoy Venezuela y Cuba estrechan más sus lazos, por la felicidad definitiva de nuestras tierras.

LIBERTAD O MUERTE

Camilo Cienfuegos

Cuando este combatiente escribe así, Hugo Chávez, el hijo de Sabaneta, tiene cinco años. Dos semanas más tarde de esta nota de Camilo - el 23 -, vuela Fidel a Caracas para asistir al primer aniversario del descabezamiento de la   tiranía de Pérez Jiménez, y para responder a la deuda de gratitud contraída con Venezuela por su apoyo a la liberación de Cuba. Ya Camilo había respondido a un periodista que le preguntara sobre el internacionalismo:

"Esos que luchan - no importa dónde -, son nuestros hermanos."

Allá en Caracas un periodista de El Nacional pide a Fidel que escriba unas palabras. El Comandante lo complace.

-                   Usted escribe Pueblo con mayúsculas - observa el redactor.

-                   Hasta en la ortografía se expresa la democracia -, le contesta Fidel.

Y es aquí donde veo en la nota que reproduzco, que Camilo escribe con mayúsculas los gentilicios Cubanos y Venezolanos: Cuestión de altura, digo yo.