Cubadebate

El martes hubo casi 3 700 casos en 24 horas, la primera vez que se superaba el umbral de los 3 000 desde el pasado 23 de abril. Foto: Yara Nardi / Reuters

Italia ha dejado de estar relativamente tranquila ante el coronavirus. Las autoridades y los expertos sanitarios de este país están muy inquietos ante el drástico aumento de los casos estos últimos días. El país transalpino ha registrado este jueves 4 458 contagios de COVID-19, unos números que no experimentaba desde mediados de abril, cuando todavía estaba inmersa en pleno confinamiento. El martes hubo casi 3 700 casos en 24 horas, la primera vez que se superaba el umbral de los 3 000 desde el pasado 23 de abril.

El incremento de los casos ha llevado al Ejecutivo a imponer la mascarilla obligatoria en todo el país, tanto en espacios abiertos como en cerrados, y a recomendar usarla incluso dentro de casa si hay reuniones familiares. “Debemos ser más rigurosos porque queremos evitar de todos modos medidas más restrictivas para las actividades productivas y sociales”, ha avisado el primer ministro, Giuseppe Conte.

La mascarilla obligatoria ha sido la única nueva restricción del Ejecutivo, pese a que en un principio se sopesaba recortar los horarios de bares y restaurantes. Además, el Gobierno ha decidido que también obligará desde hoy a realizar la prueba para detectar el coronavirus a todos los que lleguen de Bélgica, Holanda, Gran Bretaña y la República Checa, países que se suman a otros considerados de riesgo como España o Grecia.

El alto número de positivos está sorprendiendo a un país que hasta el momento se veía como un ejemplo de contención de la segunda ola. Italia logró evitar nuevos brotes en verano y en las últimas semanas los contagios estaban siempre por debajo de los 2 000. La sensación es que si en el primer impacto de la COVID-19 en Europa Italia marcaba el rumbo al resto de países europeos, esta vez es el país transalpino quien está a pocas semanas de seguir el rumbo de otros vecinos, como España o Francia.

Esta ilusión del “milagro italiano” se ha terminado, pero responde también a un incremento en las pruebas. SOlo ayer se llevaron a cabo más de 128 000 PCR, el récord absoluto en el país. Las muertes por COVID-19 son, sin embargo, muchas menos que en abril. Este jueves se registraron 22 fallecidos, 31 el miércoles. El 12 de abril, el último día que había tantos nuevos casos como los que se han detectado hoy, murieron 431 personas en un solo día.

El incremento de los test ha llevado a saturar los centros médicos del país. Hay esperas de hasta ocho horas en los puntos drive-in de los hospitales, donde las familias deben esperar en sus propios vehículos con una receta médica. Por eso Conte también ha anunciado que en breve dará 5 millones los médicos de familia para que puedan realizar pruebas de coronavirus en sus pacientes.

“Hemos perdido cuatro meses preciosos. Haber pensado que se había terminado todo porque teníamos 100 casos al día era una ilusión y en ese tiempo no se ha hecho nada. Hemos gastado miles de millones en bonos para bicicletas y pupitres, en lugar de invertirlos en crear un sistema sanitario de vigilancia que nos habría puesto en seguridad”, ha criticado a La Repubblica el virólogo Andrea Crisanti, autor del milagro véneto.

Si al principio de la crisis sanitaria el peligro estaba situado en el rico e industrial norte del país, ahora el miedo se ha trasladado también al sur. La Campania es la región actualmente más afectada, pero este miércoles sólo se realizaron 7 500 pruebas. Allí se deben esperar hasta diez días para conocer los resultados. El gobernador, Vincenzo de Luca, ha obligado a los bares y heladerías a cerrar a las 23 horas para evitar posibles fiestas. Es el mismo que en la primera ola amenazaba con recurrir a un lanzallamas contra quien se saltase el confinamiento.

Un dependiente con mascarilla en un mercado de Madrid. Foto: AP

Las diferencias entre el Gobierno de Pedro Sánchez y las autoridades de la Comunidad de Madrid volvieron a salir a flote este 8 de octubre cuando fue confirmada la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) de anular las medidas ordenadas por el Ministerio de Sanidad para intentar contener los rebrotes en esa zona.

Aunque desde el 19 de septiembre las autoridades nacionales venían anunciado la implementación de una estrategia de confinamiento mediante los llamados “cierres perimetrales urbanos” tanto en la capital española como en nueve poblaciones cercanas afectadas por la segunda ola de la pandemia, el TSJM consideró que dichas restricciones representarían una muestra de “injerencia de los poderes públicos en los derechos fundamentales de los ciudadanos sin habilitación legal que la ampare”, según lo reportado por medios locales como el diario El País.

De acuerdo con lo que había sido estipulado por el Ministerio de Sanidad, Madrid debía confinarse desde el primer día de octubre, así como su área metropolitana, medida que cobijaría a más de cinco millones de habitantes. Sin embargo, el gobierno local se negó a implementar la directriz, para entonces sin apoyo del TSJM, tras alegar que la orden suponía una invasión del poder central en sus competencias como región.

A pesar de que la disputa ya había escalado al orden nacional y llamado la atención de la prensa internacional, todavía no había llegado a instancias judiciales, como ocurrió este jueves, con el rechazo oficial de la orden que sería aplicada en la región que acumula cerca del 43% de los casos confirmados de coronavirus en el país.

Sánchez contempla el Estado de Alarma

En reacción a la decisión del TSJM, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, indicó desde Argelia, donde se encuentra participando en un foro empresarial, que contempla la declaratoria del Estado de Alarma, pero que cada decisión será tomada a través de acuerdos con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

"Consideramos preocupantes las cifras del COVID-19 y tenemos que poner todos los instrumentos sobre la mesa, sustentando todas nuestras decisiones en criterios científicos, técnicos y siendo proporcionales", declaró Sánchez.

Así las cosas, en caso de que el mandatario optara por declarar el Estado de Alarma sin un acuerdo con la Comunidad de Madrid, se vería en una nueva encrucijada política dado que este solo podría ser sostenido por un periodo de dos semanas.

Al respecto, Díaz Ayuso reaccionó a través de su cuenta oficial de Twitter, red social en la que reconoció que, si bien el aumento de los casos y la continuidad de la propagación del virus en Madrid los obliga a buscar nuevas medidas, estas deberán estar “ajustadas al derecho”.

Seis días antes, el 2 de octubre, Díaz Ayuso había cuestionado duramente la gestión de Sánchez, al asegurar que, aunque le había pedido ayuda para reforzar el esquema de seguridad con más policías, en su momento no fue enviado ningún oficial de apoyo, pero que, sin previo aviso, fue anunciado el despliegue de más de 700 agentes de la Guardia Civil, en coordinación únicamente con el Ministerio de Sanidad.

Según las cifras entregadas por el Ministerio de Sanidad, en la última jornada el total de contagios acumulados en territorio español aumentó a 848 324 y el de fallecidos a 32 688.

La razón por la cual el incremento de la tasa de contagio en Madrid preocupa tanto al Ministerio de Sanidad es que, aunque la población de esta comunidad es de seis millones de habitantes, ha logrado concentrar cerca de la mitad de los casos totales del país, que cuenta con cerca de 47 millones de ciudadanos.

En las últimas dos semanas, los balances de registro de infectados en la nación han aumentado al punto de sumar más de 130 000 nuevos contagios en apenas 14 días.

A partir de este sábado, las ciudades de Lille, Grenoble, Lyon y Saint-Etienne pasan a ser zonas de máxima alerta, así como París, Marsella e incluso la isla de Guadalupe. Foto: Sky View.

Ante el deterioro de la situación sanitaria en Francia, el ministro de Salud, Olivier Véran y el ministro de Economía, Bruno Le Maire, anunciaron desde París nuevas medidas que pretenden darle un nuevo freno a los contagios por COVID-19. Varios países del continente europeo también se alistan para implementar nuevas restricciones debido a un aumento en el número de casos positivos diarios durante las últimas horas.

La pandemia del nuevo coronavirus sigue su implacable trasegar. Mientras decenas de países creían haber superado lo más duro del brote y se dispusieron a abrir sus economías, ahora implementan medidas restrictivas para frenar los contagios que en algunos casos están disparados.

Europa, el continente más castigado al inicio de la pandemia, ahora registra preocupantes récords en cuanto a personas contagiadas y varios temen que el sistema sanitario se tense.

A partir de este sábado, las ciudades de Lille, Grenoble, Lyon y Saint-Etienne pasan a ser zonas de máxima alerta, así como París, Marsella e incluso la isla de Guadalupe. La situación se ha deteriorado en varias metrópolis en los últimos días, aseguró Véran y agregó que Dijon y Clermont-Ferrant entrarán en una zona de alerta reforzada desde el sábado por la mañana.

Las ciudades de Toulouse y Montpellier se beneficiarán de un período de suspensión, sin embargo, ambas podrían cambiar a la zona de alerta máxima el lunes por la mañana.

Las nuevas medidas llegan luego de que el miércoles 7 de octubre se registraran 18 746 nuevos contagios, una cifra que para las autoridades marca un nuevo récord en esta segunda ola y desde que comenzó la realización de pruebas masivas en la población.