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El escrito de danza que me negaron

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Foto: Gerardo Iglesias

Foto: Gerardo Iglesias

Por: Lauren Cleto Herrera, estudiante de Periodismo de la Universidad de La Habana

Por estos días, una vez más, he buscado en nuestra prensa algún artículo sobre las últimas funciones de Danza de Contemporánea. Y salvo en una que otra publicación espaciada, absolutamente nada se escribió sobre Demo-N/Crazy, Folia, ni Mambo 3XXI.

Un fin de semana de danza al más alto nivel fue olvidado por los medios, y también por muchos de los adictos a la manifestación, lo cual no es sorprendente, pero sí lamentable. Pues de no ser por algún premio coreográfico alcanzado, o algunos comentarios favorables en sus escasas giras por el exterior, no sabríamos nada de Danza Contemporánea. Por ello cuestiono la ausencia. Ausencia de escrito y de espectadores.

Si la mitad del público balletómano o quienes aman la danza por razones individuales conocieran el potencial de los bailarines de esta compañía, aunque no les gustara el contemporáneo, irían solo para deleitarse con tanto talento.

La Danza Contemporánea de este domingo no bailaba con Carrazana, Osnel, Alena, Diana ni Julio César. Y sentí nostalgia. Así como tiempo atrás la sentí por Miguel Altunaga. Pero esta no tan nueva Danza Contemporánea me asombró tanto como cuando ellos estaban en escena.

Al parecer, la  fuerza, las energías, las aptitudes físicas, el arresto de sus integrantes  exceden el aspecto generacional y son el sello de la compañía.

Con Demo-N/Crazy, del catalán Bonachela, el diálogo fue complejo. Sobre todo porque el movimiento corporal es muy intenso, y a veces uno se disloca entre tanta explosividad creativa y física. Pero no dejas de sentirte atrapado. Y menos -mucho menos- cuando escuchas Ne me quitte pas por Nina Simone, mientras intentas ver con más de dos ojos lo que unos dúos masculinos te regalan.

Folia fue más frágil. Y a quienes prefieren lo académico, esta pieza podría interesarles. En ella, el holandés Linkens se desprende de lo estrictamente contemporáneo en un juego con el estilo neoclásico e inserta combinaciones de mucha ligereza y plasticidad.

George Céspedes, como decimos en buen cubano, es otra historia. Y su Mambo 3XXI, por transitividad, también lo es. La obra inicia con un diseño perfectamente delimitado, fijo, secuencias esquemáticas de pasos, acompañados por una versión electrónica del mambo de Peréz Prado y transita hacia una zona donde un bolero del Benny compite con su creación danzaria.

Con la última estrofa del Benny, «para querer no necesito una razón, me sobra mucho, pero mucho corazón», al menos yo terminé aplaudiendo. A ambas: a la música y a la danza. Debe ser porque admiro los boleros tanto como el baile.

Al finalizar Mambo 3XXI, más allá de la explosividad del cierre, me preguntaba de dónde los bailarines de Danza Contemporánea sacan energías para tanto desgaste físico. Y al salir del teatro, como una corriente de aire frío, me sobrecogió una melancólica certeza, tal vez lejana, pero probable, de un punto final a la carrera de George Céspedes sobre el escenario del Lorca.

Se han publicado 8 comentarios



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  • Dionny Daniel Del Campo dijo:

    Felicidades Lauren por tu escrito, ojalá sigas haciéndolo así, pero con todo el movimiento de danza contemporánea y otras manifestaciones de ese tipo. Hay muchos trabajos excelentes en Cuba pero que no se hacen trabajos periodísticos, compañías como Retazos, Danza Abierta, entre otras...
    Soy un seguidor de Danza Contemporánea de Cuba, y espero que hagan otra puesta en escena pronto.
    Saludos

  • Camilo Garcia dijo:

    Justa reflexión. Y, si le sumamos a esto, la poca promoción previa para las presentaciones de la compañía (de esta y del resto, como dice Dionny Daniel), el resultado es que poca gente puede valorar su arte.
    Sin embargo, no creo que todo sea asunto de medios. Me gusta el ballet y también la danza... y, desafortunadamente, la danza no se puede dar el lujo del ballet de repetir hasta el cansancio coreografías conocidas (El lago de los cisnes, Don Quijote, etc), para fascinación de su público.
    Un programa de esta valiosa compañía que vuelva a presentar Demo-N/Crazy y Folia (excelentes coreografías, por supuesto! pero presentadas ya desde hace años una y otra vez) no creo que estimule a muchos de los asiduos a ir al teatro. Creo que la danza contemporánea debe reinventarse y hacer cada vez propuestas novedosas para recuperar su público, de por sí poco informado.
    Y, sin dudas, una buena cobertura de los medios... previamente y después, que la gente no aprende sola a admirar el arte y el talento de algo tan admirado en Cuba y el mundo!

  • iskra dijo:

    Me encanta danza contemporánea! Excelente artículo! Gracias!

  • Dionny Daniel Del Campo dijo:

    Estoy en desacuerdo contigo Camilo, pregúntate a ti mismo por qué en el Ballet Clásico repiten tantas veces obras como Giselle, entre otras que mencionaste, te respondo, porque son muy buenas, y pienso lo mismo de Folia, Demo-n/Crazy, y otras que deberían volver a poner como Carmina Burana, Casi Casa, Compás, entre otras de Danza Contemporánea de Cuba. Como mismo se estimula el público que va a ver estos clásicos del ballet, se estimulan los seguidores de danza contemporánea, como yo, que nunca me cansaría de ver Demo-n/Crazy.
    Recuerda que el problema son los medios, porque te aseguro que si se resuelve este problema, si se reinventarían, pero teatros más grandes por poca capacidad para el público.

  • Mario Acosta dijo:

    Desde los medios creo que puedo decir que DCC no es exactamente una compañía poco promovida en nuestro país.
    Es cierto que la danza contemporánea cubana ha alcanzado un alto nivel, incluso muchos insisten en que se ha desarrollado por encima del ballet clásico, que se ha quedado un poco estancado.
    No creo que sea culpa de "los medios" que el teatro se quede vacío. Realmente dudo que nuestros medios "rechacen" promocionar a una compañía tan prestigiosa como Danza Contemporánea de Cuba.
    Muy superficialmente veo que algunos sitios digitales se hicieron eco de las noticias. En la TV no sé, pero tampoco podemos esperar que siempre tengan un reportaje o una entrevista en el emisión estelar del noticiero u otros importantes programaas, si no se trata de un estreno.
    El spot en la TV no les debe haber faltado, casi siempre que haylgo de DCC lo veo.
    Sobre el final del artículo, no entiendo muy bien a qué te refieres. Estoy hablando de: "Y al salir del teatro, como una corriente de aire frío, me sobrecogió una melancólica certeza, tal vez lejana, pero probable, de un punto final a la carrera de George Céspedes sobre el escenario del Lorca.". Me quedo un poco perdido entre tantas palabras bonitas.
    Y para terminar quisiera referirme al tema de la "energía de los bailarines". No tengo una respuesta definitiva rerspecto a de dónde la sacan, pero creo que preguntarse eso es superficial. Para los bailarines el propio hecho de expresarse con su cuerpo, de participar en el acontecimiento escénico, es fuente de energía. Saberse parte de un grupo, interactuar con el colectivo que estimas es un combustible. Sentir que con tu cuerpo escribes parte de la historia de la danza cubana es una fuerza vital, según mi punto de vista.

  • Bel dijo:

    Muy buen articulo.te felicito sigue asi.

  • Ariel Vazconzuelo dijo:

    Sinceramente Lauren me parece magnífica, cuando leí el artículo “Olvidemos por un segundo a Viengsay” quede fascinado con ella, por fin alguien se atrevió a escribir de la sobresaturación y la imparcialidad danzaría que hay en los medios periodísticos, promocionan mucho algo, e ignoran otras con igual o más calidad. Asimismo pienso que no hay que mezclar el ballet clásico con la danza, a fin de cuenta existen Mozart y Beethoven, pero también Juan Formell y Beny More. ¡Felicidades Lauren!

  • mauricio go dijo:

    Lauren Cleto Herrera, usted me alegra el corazón.

    Haciendo una búsqueda en CUBADEBATE sobre Pérez Prado, he encontrado este artículo suyo, donde puedo apreciar su gusto musical, (al menos en parte). Yo que desde la cuna oía tocar el tres a mi padre y a mi madre tararear aquellas melodías de los años 50 del pasdo siglo, me llena de satisfacción que existan jóvenes hoy en Cuba capaces de apreciar esa maravilla de música que produjo nuestro país y que impuso en el mundo entero.

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