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De José Martí a Facebook, periodismo y compromiso.

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Conferencia de Ignacio Ramonet, Periodista, Profesor Universitario y reconocido Teórico de la Comunicación en la III Conferencia Internacional "Por el Equilibrio del Mundo", La Habana, 29 de Enero de 2013

Ignacio Ramonet en la III Conferencia Internacional por el Equilibrio del Mundo. Foto Ismael Francisco/Cubadebate

Ignacio Ramonet en la III Conferencia Internacional por el Equilibrio del Mundo. Foto Ismael Francisco/Cubadebate

Muchas gracias, bueno, quiero agradecerle primero a Armando Hart, a todos los compañeros y compañeras que han organizado este importantísimo evento, por haber tenido la gentileza de invitarme. Quiero agradecerle al amigo Atilio Borón, de haber tenido también la amabilidad, la gentileza, de haber cedido el puesto de hoy para que yo pudiese hablar mientras que el habló ayer, en la medida en que también tengo que disculparme porque no pude llegar a tiempo ayer para la conferencia que estaba prevista el primer día de este congreso por razones técnicas del viaje.

Quiero también expresar mi placer, mi alegría de estar de nuevo aquí en este país, en este pueblo, con este pueblo revolucionario; es siempre para mí una gran alegría, un gran placer hallarme aquí.

Estamos todos, me imagino, aún bajo el shock, la conmoción brutal, de una de las mayores manipulaciones mediáticas de la historia: la que cometió el diario El País, de Madrid, el jueves pasado, como sabe ustedes, cuando publicó, en portada y en todas sus ediciones digitales, una fotografía falsa, en la que supuestamente, aparecía entubado, en plena operación quirúrgica, pretendidamente, el presidente venezolano Hugo Chávez, a quien desde aquí quisiera que enviásemos un gran abrazo de amor y de solidaridad; con nuestros deseos de que se restablezca lo más pronto posible.

Esa foto, como saben, era falsa; está demostrado. El propio periódico admitió finalmente que la fotografía era falsa y retiró su edición, pero decenas de miles de ejemplares habían circulado ya. Lo que digo y lo que pensamos es que aunque hubiese sido auténtica esa foto, el crimen contra la ética no hubiese sido menor, por tratarse de un atentado contra la vida privada, íntima, de cualquier persona y por tanto ese diario demostró en cierta medida un desprecio del ser humano; y yo quisiera recordar aquí tres citas de José Martí como periodista y como teórico del periodismo sobre esta cuestión del comportamiento del periodista, ante un problema ético y moral.

Dice Martí: “No merece escribir para los hombres quien no sabe amarlos”; como demostró ese diario que no sabe amar a los hombres.

Dice Martí: “Si el periodismo ha de ser un culto, que lo sea a la virtud; no debe hacerse de la pluma arma de satírico, sino espada de caballeros”, cosa que no supo hacer ese periódico de Madrid;

Y dice Martí: “Da grima, da pena, creer que puede haber criaturas que por dinero, abran a los paseantes esta arca santa de los pueblos que debe ser la prensa. No hay monarca como un periodista honrado”.

O sea, que Martí ya había previsto casos como esto desde hace siglo y medio y ya anticipaba precisamente qué tipo de reglas morales hay que tener ante ciertas situaciones. Ese acto deshonroso del diario El País, demuestra el nivel miserable en el que ha caído una cierta prensa que se pretende objetiva y hasta progresista, pero que revela aquí en esta situación, en este tipo de situaciones, una vez más, su obsesión sistemática contra la Revolución Bolivariana; igual que la muestra contra la Revolución Cubana, igual también con la Revolución Ciudadana de Ecuador.

Este nuevo atentado mediático contra Chávez, forma parte de la campaña de intoxicación permanente que muchos medios internacionales, realizan contra las experiencias progresistas que se están llevando a cabo hoy en América Latina en un marco perfectamente democrático. Aquí en América Latina, son los grupos mediáticos locales los que se hacen eco de esas campañas internacionales con sus propias guerras sucias contra los gobiernos progresistas. Es importante ver como hoy, son los medios de la oligarquía, los que han asumido un rol político de oposición contra los gobiernos democráticos neo progresistas.

Es una batalla violenta que se está llevando a cabo en Venezuela, pero también en Ecuador, en Bolivia, en Argentina, en Brasil y en otros países, donde los latifundistas mediáticos tratan de frenar, -a veces con manipulaciones-, las reformas progresistas democráticas que se están llevando a cabo. En algunos países como Honduras y Paraguay son los medios los que han tomado la dirección ideológica de la contrarrevolución y alentado y acompañado, cuando no dirigido, los golpes de Estado contra Manuel Zelaya y Fernando Lugo.

Todo esto está ocurriendo curiosamente, en un momento en que la prensa escrita y los medios tradicionales viven un momento de agonía, podríamos decir, de fin de época, de fin de era. Los medios tradicionales: la prensa, la radio, la televisión tradicional, la información en esos medios, está viviendo la mayor crisis de la reciente historia mediática. Un momento en que se está produciendo a escala mundial lo que podríamos llamar una gran extinción de la prensa escrita y un momento en que Internet y las redes sociales digitales de tipo Facebook, de tipo Twitter, se están desarrollando a un nivel y a una velocidad exponencial.

Hoy día, algunas de las mayores comunidades humanas, ya no son países, por muy poblados que sean, sino que son comunidades digitales. Facebook son casi mil millones de usuarios, Twitter son unos seiscientos millones de usuarios. Cada día se conectan a Google más de mil millones de personas. Cada día se crean unos 100 mil blogs, o sea, unos 36 millones de blogs nuevos al año, que se añaden a los 300 millones de blogs ya existentes. El volumen de la información digital es cada día más de 10 veces superior al volumen de la información impresa tradicional.

La era Gutenberg se termina y la era Web comienza. Y en este contexto la pregunta que nos hacemos es ¿qué haría hoy el joven Martí para difundir sus ideas? Y yo pienso que si Martí tuviese hoy dieciséis años, digamos, sería sin discusión un bloguero, un facebuquero, un twittero. ¿Por qué lo afirmo? Porque todos sabemos que José Martí fundó a los dieciséis años su primer periódico, que se llamaba El Diablo Cojuelo. Lo fundó aquí, en La Habana, en la calle Obispo, el 14 de enero de 1869. Dieciséis años tenía, una precocidad excepcional, pero una precocidad que se entiende en un joven inquieto.

En el primer número de ese diario, en el editorial que escribía José Martí, de ese diario que el creaba a los dieciséis años, escribe Martí lo siguiente: “Nunca supe yo lo que era el público, ni lo que era escribir para él” -escribir para el público- “más a fe de diablo honrado, aseguro que ahora como antes, nunca tuve tampoco miedo de hacerlo”. O sea que ese joven de dieciséis años no tenía miedo de dirigirse al público, exactamente como cualquier adolescente joven de hoy, facebuquero o bloguero, o twittero que no tiene miedo de escribir para el público, para un público que desconoce; y no solo escribir, sino difundir fotos o videos en Youtube o en otras redes sociales. En eso, José Martí, como en otras cosas, era un joven moderno, era un joven de su tiempo, era un joven de la modernidad de su tiempo, porque en 1869, el periodismo, de hecho, estaba naciendo. Antes no había periodismo. El periodismo, digamos industrializado, el periodismo de masas, no existía antes de los años ´60.

Año 1869, acaba de terminarse la guerra de secesión en Estados Unidos, arranca la industrialización norteamericana, como se está desarrollando también en Inglaterra, y surge, se crea en ese momento, el periodismo moderno, el periodismo de masas. El periodismo se había inventado un siglo antes, pero era un periodismo para decenas de personas, no para miles, o decenas de miles, o centenares de miles de personas. Era un periodismo cuyas publicaciones se hacían esencialmente mediante la prensa, por eso se llama la prensa, la prensa de tipo gutemberiana, que aplastaba una hoja de papel sobre un relieve tipográfico hecho en plomo y salían unas cuantas hojas, unas gacetas, una hoja. Se llamaba a veces La Hoja de “tal lugar”: una simple hoja con dos caras y evidentemente no tenía un gran alcance.

Para que la prensa llegue a tener un alcance importante, hace falta que ocurran varias transformaciones importantes. Primero, que una parte importante de la población esté alfabetizada. En las sociedades mayoritariamente analfabetas, poca prensa había, sino en las grandes ciudades y en algunos barrios de las grandes ciudades. Hacía falta también que hubiese instrumentos, herramientas, que hubiese máquinas que permitiesen la edición, rápidamente, en unas cuantas horas de la noche, de miles o decenas de miles, o centenares de miles o millones, -al final del siglo XIX-, de ejemplares que iban a ser vendidos por la mañana y para eso hubo que inventar la linotipia, hubo que inventar la rotativa, que no existían antes.

También tenía que existir un material poco caro que permitiese precisamente que ese diario impreso se vendiese a un precio barato. Ese material es el papel de nuevo tipo, el papel de periódico, el papel hecho a base de pulpa de árbol y no el papel que existía antes, que era a base de tejido y que costaba muy caro, que no hubiese permitido tener periódicos de amplia difusión.

Entonces hay que inventar ese tipo de papel y también se necesita libertad, se necesita la libertad de imprimir. Es interesante observar lo siguiente sobre este último aspecto, que coincide con lo que estoy diciendo: Martí, joven de su tiempo, en cuanto las condiciones estaban reunidas, es decir hay una imprenta que puede multiplicar los diarios, hay una clase social, una categoría social suficientemente amplia para leer, para saber leer la prensa y hay libertad, en ese momento, José Martí crea su periódico.

Digo es interesante observar lo siguiente: ¿desde cuándo hay libertad de imprenta en Cuba? Bueno, la libertad de imprenta, curiosamente, la da por primera vez un General, un Capitán General colonial, español, se llamaba Domingo Dulce, que firma un decreto que por primera vez propugna la libertad de imprenta. ¿Cuándo lo da? Lo da exactamente el 9 de enero de 1869. Cinco días más tarde, cinco días, José Martí crea su periódico. O sea, como ven este joven era un joven que estaba esperando con dieciséis años la oportunidad para intervenir y para crear un periódico moderno. No olvidemos que Martí será esencialmente un periodista, un periodista obviamente comprometido, pero periodista, periodista en EEUU para periódicos norteamericanos, periódicos cubanos, periódicos mexicanos, venezolanos, centroamericanos, argentinos, periodista que escribe en cantidad de diarios y que vive la efervescencia que se vivía en el Nueva York industrializado, nuevamente industrializado de aquel momento del siglo XIX.

Es esencialmente un periodista. Difunde esencialmente su idea, su manera de ver el mundo. Juan Marinello, inmenso intelectual cubano, define de esta manera el trabajo de José Martí, dice: “Parece innegable que fue el periodismo, un periodismo distinto”, dice Marinello, “en el que se vuelcan el gran escritor, el gran revolucionario y el gran artista, el campo donde José Martí alcanza su más alto nivel”. Efectivamente, como periodista; como periodista comprometido.

Martí no solo publica principalmente en los periódicos la mayor parte de su obra, sino que esta es esencialmente una constante crónica periodística, en la que Martí no solo recoge lo más importante de la actualidad política y artística de su época, sino también los grandes acontecimientos históricos y también los pequeños sucesos diarios. O sea que Martí se comporta como alguien que mantuviese un blog diario sobre lo que ve, lo que observa, lo que lee, lo que frecuenta, etc., una especie de diario personal que es también diario de un testigo y, siempre al servicio de causas nobles, evidentemente, con una alta concepción de lo que debe ser el periodismo. Siempre al servicio de la libertad de Cuba, siempre al servicio de la integración latinoamericana, siempre al servicio de la perfección del ser humano, siempre al servicio del bienestar de la humanidad.

Él mismo define el periodismo, o al periodista, como un soldado de la palabra; es decir, alguien que está luchando con un arma que le es particular que es la palabra, la palabra escrita, la palabra difundida rápidamente, inmediatamente, efímeramente para defender una concepción humana. De hecho, está ya comportándose como un facebuquero o un twittero; basta con ver los tuits que envía constantemente el presidente Chávez antes de su enfermedad, en todo caso y que mantiene la actividad cotidiana, digamos, de sus preocupaciones. Es evidentemente un bloguero, o un twittero o un facebuquero, pero siempre al servicio del progreso humano, de la ética y siempre contra la reacción, siempre con una misma generosidad, que es un ejemplo para todos los periodistas.

Dice José Martí sobre este aspecto: “El desinterés del periodista es esencial. Aflige cobrar por lo que se piensa y más si, como se piensa, se ama. Un periódico sin generosidad, dice Martí, es un azote. Un periódico generoso es una columna”.

O sea que, tiene una concepción extremadamente generosa de lo que debe ser el combate periodístico. Esta frase de él, esta frase “Un periódico sin generosidad es un azote”, como lo ha demostrado miserablemente El País el jueves pasado, “Un periódico generoso es una columna”, como lo demuestra la obra entera de José Martí.

Esta frase es una frase en la que todos los jóvenes periodistas digitales, todos los jóvenes periodistas de hoy, deberían meditar. En un artículo teórico, he dicho antes que José Martí no solo fue periodista, sino que fue un teórico del periodismo. En un periódico teórico publicado ya al final de su vida en 1892, en el periódico Patria, Martí define al periodista de diario de la manera siguiente, dice: “Que no haya una manifestación de la vida cuyos diarios accidentes no sorprendan al diarista. Eso es hacer un buen diario”, dice él.

Pero en realidad podríamos aplicarlo, por ejemplo, a Twitter esa frase. Podríamos decir con Martí que no haya una manifestación de la vida cuyos diarios accidentes no sorprendan al twittero, eso es tener una buena cuenta Twitter. O sea que, lo que he tratado de demostrar es que, Martí, con una concepción elevada, exigente, comprometida del periodismo, también tiene una concepción de la intervención inmediata como lo permiten hoy, los digamos los medios digitales y en ese sentido, Martí es a la vez, un gran periodista y un gran revolucionario.

Muchas gracias.

Transcripción Danay Portal/Cubadebate)

Se han publicado 16 comentarios



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  • MLV dijo:

    Excelente conferencia. Quien invoca al maestro, estará invocando la Esperanza del Hombre.

  • alejandro dijo:

    Muy bueno todo su comentario.viva Cuba ,la revolucion.un cubano que vive en el moustro.

  • Julio Cesar Morales. dijo:

    Propongo que nuestro pioneros clamen:

    ! Seremos como nuestro apóstol !

    • MLV dijo:

      “No te olvides, si tienes un hermano o un hijo, de que vivió en tu tierra el hombre más puro de la raza, José Martí, y procura formarlo, a su imagen y semejanza, batallador y limpio como un arcángel”

  • yo dijo:

    muy buen discurso.

  • armando dijo:

    Muy buen discurso y evocacion a los valores de Jose Marti, como periodista y pensador.

  • isx dijo:

    INMENSO Ramonet!!.... not furthers comments

  • ana dijo:

    Excelente conferencia. Propongo a Cubadebate que jagan lo mismo con la conferencia ofrecida por Lula (chistes incluidos). Este evento tuvo un alto nivel en todos los sentidos y es un lujo y un honor para todos los cubanos.
    ¡Viva Cuba! ¡Viva Martí!

  • Sergio dijo:

    Carta al general Máximo Gómez

    New York, 20 de octubre de 1884

    Señor General Máximo Gómez
    New York Distinguido General y amigo:

    Salí en la mañana del sábado de la casa de Vd. con una impresión tan penosa, que he querido dejarla reposar dos días, para que la resolución que ella, unida a otras anteriores, me inspirase, no fuera resultado de una ofuscación pasajera, o excesivo celo en la defensa de cosas que no quisiera ver yo jamás atacadas,—sino obra de meditación madura:—¡qué pena me da tener que decir estas cosas a un hombre a quien creo sincero y bueno, y en quien existen cualidades notables para llegar a ser verdaderamente grande!—Pero hay algo que está por encima de toda la simpatía personal que Vd. pueda inspirarme, y hasta de toda razón de oportunidad aparente; y es mi determinación de no contribuir en un ápice, por amor ciego a una idea en que me está yendo la vida, a traer a mi tierra a un régimen de despotismo personal, que sería más vergonzoso y funesto que el despotismo político que ahora soporta, y más grave y difícil de desarraigar, porque vendría excusado por algunas virtudes, establecido por la idea encarnada en él, y legitimado por el triunfo.

    Un pueblo no se funda, General, como se manda un campamento; y cuando en los trabajos preparativos de una revolución más delicada y compleja que otra alguna, no se muestra el deseo sincero de conocer y conciliar todas las labores, voluntades y elementos que han de hacer posible la lucha armada, mera forma del espíritu de independencia, sino la intención, bruscamente expresada a cada paso, o mal disimulada, de hacer servir todos los recursos de fe y de guerra que levante el espíritu a los propósitos cautelosos y personales de los jefes justamente afamados que se presentan a capitanear la guerra, ¿qué garantías puede haber de que las libertades públicas, único objeto digno de lanzar un país a la lucha, sean mejor respetadas mañana? ¿Qué somos, General? ¿Los servidores heroicos y modestos de una idea que nos calienta el corazón, los amigos leales de un pueblo en desventura, o los caudillos valientes y afortunados que con el látigo en la mano y la espuela en el tacón se disponen a llevar la guerra a un pueblo, para enseñorearse después de él? ¿La fama que ganaron Vds. en una empresa, la fama de valor, lealtad y prudencia, van a perderla en otra?—Si la guerra es posible, y los nobles y legítimos prestigios que vienen de ella, es porque antes existe, trabajado con mucho dolor, el espíritu que la reclama y hace necesaria: y a ese espíritu hay que atender, y a ese espíritu hay que mostrar, en todo acto público y privado, el más profundo respeto—porque tal como es admirable el que da su vida por servir a una gran idea, es abominable el que se vale de una gran idea para servir a sus esperanzas personales de gloria o de poder, aunque por ellas exponga la vida.—El dar la vida sólo constituye un derecho cuando se la da desinteresadamente.

    Ya lo veo a Vd. afligido, porque entiendo que Vd. procede de buena fe en todo lo que emprende, y cree de veras, que lo que hace, como que se siente inspirado de un motivo puro, es el único modo bueno de hacer que hay en sus empresas. Pero con la mayor sinceridad se pueden cometer los más grandes errores; y es preciso que, a despecho de toda consideración de orden secundario, la verdad adusta, que no debe conocer amigos, salga al paso de todo lo que considere un peligro, y ponga en su puesto las cosas graves, antes de que lleven ya un camino tan adelantado que no tengan remedio. Domine Vd., General, esta pena, como dominé yo el sábado el asombro y disgusto con que oí un importuno arranque de Vd. y una curiosa conversación que provocó a propósito de él el General Maceo, en la que quiso,—¡locura mayor!—darme a entender que debíamos considerar la guerra de Cuba como una propiedad exclusiva del Vd., en la que nadie puede poner pensamiento ni obra sin cometer profanación, y la cual ha de dejarse, si se la quiere ayudar, servil y ciegamente en sus manos. ¿No: no, por Dios!:— ¿pretender sofocar el pensamiento, aun antes de verse, como se verán Vds. mañana, al frente de un pueblo entusiasmado y agradecido, con todos los arreos de la victoria? La patria no es de nadie: y si es de alguien, será, y esto sólo en espíritu, de quien la sirva con mayor desprendimiento e inteligencia.

    A una guerra, emprendida en obediencia a los mandatos de pías, en consulta con los representantes de sus intereses, en unión con la mayor cantidad de elementos amigos que pueda lograrse; a una guerra así, que venía yo creyendo—porque así se la pinté en una carta mía de hace tres años que tuvo de Vd. hermosa respuesta,—que era la que Vd. ahora se ofrecía a dirigir;—a una guerra así el alma entera he dado, porque ella salvará a mi pueblo;—pero a lo que en aquella conversación se me dio a entender, a una aventura personal, emprendida hábilmente en una hora oportuna, en que los propósitos particulares de los caudillos pueden confundirse con las ideas gloriosas que los hacen posibles; a una campaña emprendida como una empresa privada, sin mostrar más respeto al espíritu patriótico que la permite, que aquel indispensable, aunque muy sumiso a veces, que la astucia aconseja, para atraerse las personas o los elementos que puedan ser de utilidad en un sentido u otro; a una carrera de armas por más que fuese brillante y grandiosa; y haya de ser coronada por el éxito, y sea personalmente honrado el que la capitanee;—a una campaña que no dé desde su primer acto vivo, desde sus primeros movimientos de preparación, muestras de que se la intenta como un servicio al país, y no como una invasión despótica;—a una tentativa armada que no vaya pública, declarada, sincera y únicamente movida, del propósito de poner a su remate en manos del país, agradecido de antemano a sus servidores, las libertades públicas; a una guerra de baja raíz y temibles fines, cualesquiera que sean su magnitud y condiciones de éxito—y no se me oculta que tendría hoy muchas—no prestaré yo jamás mi apoyo—valga mi apoyo lo que valga,— y yo sé que él, que viene de una decisión indomable de ser absolutamente honrado, vale por eso oro puro,—yo no se lo prestaré jamás.

    ¿Cómo, General, emprender misiones, atraerme afectos, aprovechar los que ya tengo, convencer a hombres eminentes, deshelar voluntades, con estos miedos y dudas en el alma?— Desisto, pues, de todos los trabajos activos que había comenzado a echar sobre mis hombros.

    Y no me tenga a mal, General, que le haya escrito estas razones. Lo tengo por hombre noble, y merece Vd. que se le haga pensar. Muy grande puede llegar a ser Vd.—y puede no llegar a serlo.

    Respetar a un pueblo que nos ama y espera de nosotros, es la mayor grandeza. Servirse de sus dolores y entusiasmos en provecho propio, sería la mayor ignominia. En verdad, General, que desde Honduras me habían dicho que alrededor de Vd. se movían acaso intrigas, que envenenaban, sin que Vd. lo sintiese, su corazón sencillo, que se aprovechaban de sus bondades, sus impresiones y sus hábitos para apartar a Vd. de cuantos hallase en su camino que le acompañasen en sus labores con cariño, y le ayudaran a librarse de los obstáculos que se fueran ofreciendo—a un engrandecimiento a que tiene Vd. derechos naturales. Pero yo confieso que no tengo ni voluntad ni paciencia para andar husmeando intrigas ni deshaciéndolas. Yo estoy por encima de todo eso. Yo no sirvo más que al deber, y con éste seré siempre bastante poderoso.

    ¿Se ha acercado a Vd. alguien, General, con un afecto más caluroso que aquel con que lo apreté en mis brazos desde el primer día en que le vi? ¿Ha sentido Vd. en muchos esta fatal abundancia de corazón que me dañaría tanto en mi vida, si necesitase yo de andar ocultando mis propósitos para favorecer ambicioncillas femeniles de hoy o esperanzas de mañana?

    Pues después de todo lo que he escrito, y releo cuidadosamente, y confirmo,—a Vd., lleno de méritos, creo que lo quiero:— a la guerra que en estos instantes me parece que, por error de forma acaso, está Vd. representando,—no:—

    Queda estimándole y sirviéndole

    JOSÉ MARTÍ

  • Victor SA. dijo:

    MARTI, MARTI, MARTI..., 160 AÑOS DE SU NACIMIENTO Y DENTRO DE UNOS MESES, 19 DE MAYO, 118 DE SU MUERTE FÍSICA Y SIEMPRE HAY QUE ESTARLO REPENSANDO. ME ASOMBRA COMO RAMONET HABLA CON TANTA SOLTURA Y PROPIEDAD DE NUESTRO HÉROE NACIONAL, PERO MÁS ME ASOMBRA Y NO PARA BIEN, EL CUBANO QUE NI SIQUIERA PIENSE EN MARTÍ EN ALGÚN MOMENTO DEL DÍA, DE LA SEMANA O DEL MES, ¡UN AÑO, YA NO SERÍA CUBANO!, EL EJEMPLO DEL APÓSTOL NO SOLO ESTUVO EN SUS PENSAMIENTOS Y ESCRITOS, SINO TAMBIÉN EN SU ACCIÓN Y ES POR ELLO QUE CREO MUY OPORTUNO QUE Sergio, EN SU COMENTARIO, NOS RECUERDE LA CARTA DE MARTÍ AL GENERALÍSIMO, LUEGO DEL FATÍDICO DÍA EN QUE LOS GRANDES NO SE ENTENDIERON. NUESTRO JOSÉ MARTÍ EN ESTA EPÍSTOLA,NOS PRESENTA SU INTRANSIGENCIA REVOLUCIONARIA Y SOBRE TODO SU POSICIÓN DE PRINCIPIOS. YA NO ERA EL JOVEN DE 16 AÑOS, SINO EL HOMBRE DE 31 QUE HABÍA SUFRIDO CÁRCEL, DESTIERROS, INCOMPRENSIONES FAMILIARES. ERA EL PATRIOTA QUE ESTABA ORGANIZANDO LA GUERRA NECESARIA, MADURO, LOCUAZ SIEMPRE, SINCERO HASTA DOS RÍOS. ES UNA CARTA QUE QUEDÓ PARA LA POSTERIDAD NO SOLO PARA QUE FIDEL Y LA GENERACIÓN DEL CENTENARIO ORGANIZARAN EL ALZAMIENTO Y ATACARAN EL CUARTEL MONCADA, DESEMBARCARAN EN EL GRANMA E HICIERAN LA GUERRA Y TRIUNFARAN, SINO QUE AHORA EN PLENO 2013 Y DONDE NUESTRO PAÍS ESTA CAMBIANDO TODO LO QUE DEBE SER CAMBIADO, SERÍA MUY BUENO QUE NUESTROS CUADROS A LOS DIFERENTES NIVELES ESTUDIEN CADA UNA DE LAS SENTENCIAS DE MARTI EN ESTA MISIVA, SOBRE TODO PARA RECORDAR QUE AL PUEBLO SE LE SIRVE. PROPONGO ANEXAR ESTA CARTA AL CÓDIGO DE ÉTICA. GRACIAS CUBADEBATE Y VIVAN FIDEL Y CHÁVEZ.... AQUÍ TAMBIÉN DIGO... MAÑANA A VOTAR TEMPRANO Y CON EL VOTO DE LA UNIDAD.

  • MLV dijo:

    Abandonemos los ismos seamos Martianos
    http://www.lajiribilla.cu/articulo/3246/no-nos-sobra-el-tiempo-para-salvar-a-la-familia-humana#comment-1565

  • Alberto Ortega Escobar dijo:

    Amigos del mundo:

    Que diáfanas las palabras del maestro Ignacio Ramonet. Hombre comprometido con el progreso democrático de los gobiernos que imponen una política anti-imperialista, buscando el beneficio de los ´más necesitados. Es ahí donde la prensa mediática lucha a raudales para desestabilizar a los que no alinean a sus intereses. Con el ejemplo de José Marti y su periodismo transparente que inició a los 16 años, debemos todos los progresistas del mundo apoyar esta lucha contra los periódicos al servicio de la oligarquía criolla.

    Alberto Ortega Escobar
    Ambato-Ecuador

    PD. Señores de Cuba Debate: he dejado de recibir su periódico digital en mi correo electrónico. Por favor no dejen de enviarme.

  • Natalia dijo:

    Excelente, magistral conferencia del profesor. De la misma forma, creo que debiéramos de tener la posibilidad de disfrutar la de Lula, pues estuvo también excelente. Creo que estas son las conferencias que a partir de hoy tienen que ser material de estudio para todos. Muchas enseñanzas, no solo para los que conocen, o conocieron a Lula antes de ser presidente. En la conferencia, disfrutaba en especial cuando decía " hay que llevarle a la gente del campo lo que tenemos en la ciudad, para que no necesiten trasladarse......" de la misma forma, cómo aquellos jóvenes del campo, hijos de amas de casa, de la clase humilde, para muchos y para otros de la clase baja, hoy en día son los mejores en la Universidad.......Nada, retomando al maestro, "Mucha tienda, poca alma"....

  • Leonardo fernandez dijo:

    Martiano,Fidelista y Guevariano,siempre

  • Ciudadano.cu dijo:

    Magnificas palabras Ignacio. Estas sintonizado en tiempo real con la evolución del periodismo y el intercambio de información.
    Especialmente considero q este parrafo:
    "La era Gutenberg se termina y la era Web comienza. Y en este contexto la pregunta que nos hacemos es ¿qué haría hoy el joven Martí para difundir sus ideas? Y yo pienso que si Martí tuviese hoy dieciséis años, digamos, sería sin discusión un bloguero, un facebuquero, un twittero. ¿Por qué lo afirmo? Porque todos sabemos que José Martí fundó a los dieciséis años su primer periódico, que se llamaba El Diablo Cojuelo. Lo fundó aquí, en La Habana, en la calle Obispo, el 14 de enero de 1869. Dieciséis años tenía, una precocidad excepcional, pero una precocidad que se entiende en un joven inquieto"
    es una demostración, de lo equivocados q han estado, los cubanos q han tenido y los q aun tienen reservas a dar el lugar q en nuestra sociedad deben tener los medios de intercambio digital informativo/participativo en tiempo real.
    Demuestra q nos hemos quedado detrás de la dinámica q Marti hubiese imprimido en nuestro momento a la información.
    Capital humano hay. tanto desde e punto de vista humano como de nivel de instrucción.
    Cuba debe recuperar urgente el tiempo perdido en dotar a su gente del acceso a la información digital en tiempo real. No hay justificación material (falta de recursos) ni ideológica q se pueda esgrimir. Solo lo serian la incapacidad y falta de visión.

  • Bolívar García dijo:

    Que importante es volver sobre la historia, sobre el legado de los hombres y mujeres que nos heredaron un conocimiento, un pensamiento y reflexión nobles, ejemplares, permanentes y vigentes pese al pasar del tiempo. Pero sobre todo, debo resaltar su práctica, su marcha revolucionaria y visionaria, esa virtud transparente e integra de transmitir a los demás con el ejemplo, limpio de bruma alguna, capaz de ser captado fácilmente por la inteligencia de los pueblos. Me refiero a Martí, Bolívar, San Martín, Zapata, Sandino, ayer. Cristina Fernández y Kishner, Chávez, Evo y Rafael Correa, Lula, Mujica, Lugo, hoy. Y tantos y tantas mujeres y hombres más que están inmersos en estos procesos revolucionarios que se llevan a cabo en América latina especialmente.
    La palabra y el pensamiento de todos ellos viven como grafitis escritos en muros enraizados en la tierra y resistentes al inclemete tiempo, dando cuenta de su valor inmortal. En ellos los pueblos de América del Sur leen, recuerdan, aprenden, se encolerizan y protestan también contra bajezas gráficas y tinterescas como las cometidas por el diario El País de España y todos los medios de comunicación "independientes", "progresistas" y "defensores de la libertad de expresión" latinos, replicadores inconcientes de vilezas impresas, venidas desde las transnacionales de la palabra y la imagen.
    Muchas gracias maestro Ramonet por traernos a la memoria desde la historia y la coyuntura el ejemplo, el pensamiento y el accionar en el que debemos caminar los pueblos de América del Sur.

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Ignacio Ramonet

Ignacio Ramonet

Catedrático y periodista español residente en Francia, donde dirigió la revista Le Monde Diplomatique. Es el autor del libro "Cien horas con Fidel".

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