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Mensaje de estudiantes hondureños en Cuba

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La Habana, Cuba, 1ro. de abril del 2004

Querido pueblo:

El día miércoles 31 de marzo recibimos en la Escuela Latinoamericana de Medicina en Cuba, la visita de la Primera Dama, la señora Aguas Ocaña de Maduro. Esta visita tuvo mucho significado para nosotros como colectivo hondureño, ya que discutimos en un espacio amistoso muchas de nuestras inquietudes y deseos, los cuales por la coyuntura de la visita sabíamos que llegarían directamente a las manos de nuestro mandatario.

Era de nuestra preocupación, en ese momento, cuál sería la posición de nuestro Gobierno ante la petición del secretario de Estado norteamericano Colin Powell de que Honduras entrara al grupo de vasallos que sirven a los intereses del Gobierno norteamericano, acusando a Cuba ante la Comisión de Derechos Humanos. Y por esa razón el colectivo creó y envió una carta al presidente Maduro, en la cual plasmamos la injusticia que se cometería si el Gobierno de Maduro sirviera a estos propósitos contra este hermano pueblo.

Nuestra sorpresa fue, que mientras esto ocurría en nuestra escuela, el señor Maduro decía yes sir!! yes sir!! a las órdenes del Norte revuelto y brutal. Por eso, es nuestro deber como verdaderos hondureños con principios solidarios y humanistas alzar enérgicamente nuestras voces en condena a tan servil y bochornoso acto.

Hoy nos preguntamos si verdaderamente el presidente Maduro se encontraba en Honduras cuando azotó el devastador huracán Mitch o, si estaba, se encontraba en un sitio muy seguro, y nos embarga la duda si sufre del síndrome de amnesia anterograda, porque el pueblo hondureño todavía muy bien recuerda que los primeros que llegaron a nuestro auxilio en aquel trágico momento fueron los médicos cubanos, que desinteresadamente salvaron nuestro pueblo de una catástrofe mayor.

Además, su gesto no se queda allí. Hoy Cuba alberga en su seno a más de 700 estudiantes hondureños, que por nuestra condición económica no hubiésemos podido hacer realidad nuestro sueño de ser profesionales universitarios en nuestra querida patria. Todo este apoyo hacia nosotros es totalmente gratuito y desinteresado bajo los principios de solidaridad y hermandad que caracterizan a este generoso pueblo. Además cabe mencionar que nuestro pueblo ha sido beneficiado con más de 4 millones de consultas médicas en todas las especialidades por más de 900 médicos cubanos durante los últimos cuatro años, salvando en este tiempo más de 100 000 vidas, realizando más de 80 000 cirugías, contribuyendo a la exitosa reducción del índice de mortalidad infantil de un 42 por cada mil nacidos vivos en 1999 a un 34,7 en el 2004.

Parece que se le olvidó al presidente Maduro que en el año 2002 marchamos desde esta Isla más de 500 estudiantes hondureños junto a más de 200 médicos cubanos con nebulizadores, abate, equipos y medicamentos donados por el Gobierno cubano para combatir la epidemia de dengue que mataba a los hijos de nuestro pueblo trabajador. Este incomparable gesto humano no es merecedor de tan injusta condena, fundamentada en calumnias y patrañas de un Gobierno que tiene como objetivo utilizar a terceros para sus intereses belicistas.

Esta acción representa una traición para el pueblo hondureño, porque el señor Maduro actuó en contra del sentir de nuestro pueblo, vendiendo la dignidad popular por unos dólares más. La historia se repite. Hemos leído con tristeza e indignación las declaraciones de nuestro Presidente en los periódicos de nuestro país y nos hacemos la interrogante cuál es su concepto de democracia, pluralismo político y de libertad de expresión. Debemos recordarle que el verdadero concepto de democracia no se confunde con la democracia y el vasallismo que lleva a ignorar la voz popular.

Qué derechos humanos defiende el señor Maduro si en nuestro país hace pocos meses en el penal de la Costa Atlántica ocurrió una masacre sin precedente o como en el Departamento de La Paz que se denuncian más de 10 casos de violaciones a menores por semana, permaneciendo la mayoría impunes; o en nuestra capital que frente a los ojos de nuestros mandatarios deambulan un gran número de niños, niños de las calles, los cuales parece que el hambre los ha hecho invisibles. Derechos humanos lleva en sí como bastión fundamental el derecho a la vida y en nuestro país mueren 9 000 niños menores de 5 años anualmente. Esto sin contar los hijos de los campesinos desposeídos, indígenas y negros condenados a ser los más miserables entre miserables.

Responsabilizamos al Gobierno de Ricardo Maduro por tan indigna decisión y lo responsabilizamos también por la vergüenza que nuestro colectivo siente aquí en Cuba, al llegar a los salones de clases y recibir la enseñanza con el cariño que caracteriza a nuestros maestros o cuando saludamos a nuestros amigos cubanos con los que compartimos día a día y nos regalan una sonrisa o también cuando por curiosidad alguien nos pregunta en la calle, ¿de qué país son?, aclarando nosotros que nos sentimos muy orgullosos de ser hondureños pero avergonzados por la decisión inescrupulosa de nuestro gobernante.

Aseguramos al pueblo de Honduras, que comparte nuestros sentimientos, que trabajaremos juntos por enmendar este enorme e injusto error que se está cometiendo contra el pueblo cubano.

Hermanos cubanos: nosotros y nuestro pueblo alzamos nuestras voces junto a ustedes en condena de este inhumano flagelo y reafirmamos nuestra disposición a defender junto a ustedes donde sea, como sea y para lo que sea, los soberanos logros de esta Revolución.

Colectivo de estudiantes hondureños de la Escuela Latinoamericana de Medicina en Cuba

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