Desde el nueve de junio el canal multinacional Telesur transmite De Zurda, un ameno programa sobre la Copa mundial de Futbol, con dos comentaristas de lujo Diego Armando Maradona y  el carismático comentarista uruguayo Víctor Hugo Morales, el mismo que en 1986, casi al borde del llanto dijo “barrilete cósmico ¿de qué planeta caíste?”, cuando Diego anotó un gol de oro.

De entrada con el mítico jugador “diez” ya hay una teleaudiencia garantizada, pero si a ese espacio –en Cuba se trasmite a las 9 y 30 de la noche- se le añade que el compositor argentino Gustavo Santaolalla, dos veces ganador del premio Oscar, le hizo una canción homónima, y que su  invitado de honor del primer día de la copa fue el presidente ecuatoriano Rafael Correa, se entiende por que La zurda ya tiene una buena teleaudiencia y un alto nivel de gusto.

En la canción intervienen además otro argentino Gustavo Cordera, los colombianos de ChocQuibTown y la mexicana Julieta Venegas,  con un video clip creado a nivel de íconos y símbolos de  “la zurda”. El propio Santaolalla ha expresado que el concepto de la canción “tiene que ver con una alternativa, con algo distinto a lo establecido. Una mejor distribución de la riqueza en el mundo, es pegarle de zurda”.

Por eso el estribillo marca “Aunque el mundo esté de revés, mejor pegarle de zurda, con un bombazo que aturda y que defina en un gol”. Codera, entretanto dijo,  “De Zurda es el costado que queremos transitar, todavía a tiendas. Un lugar que hace muchos años la humanidad quiere realmente habitar y aún no puede y me parece que es una utopía interesante (…) Yo soy zurdo y creo que ese es el costado de lo impredecible, del ingenio, de lo nuevo”.

Nada que ver esta canción tan latinoamericana con el tema oficial de la copa a cargo de  Jennifer Lopez, Claudia Leitte, y  Pitbull a la que le falta esencia latina, además que resulta incomprensible con la riqueza musical brasileña que el tema de la copa no sea  representativo del gigante suramericano e interpretado sólo por sus exponentes.

A propósito: hoy es natural, más que ello imprescindible, que cada mundial tenga su canción. Tal caracteristica comenzó en Chile en la copa del mundo de 1962 cuando según se ha publicado:

The Ramblers era una banda/orquesta chilena de jazz y rock que se formó en 1959. A los pocos años de su fundación ganaron reconocimiento nacional y participaron del Festival de Viña del Mar de 1962. Ese mismo año al pianista, Jorge Rojas Astorga, se le ocurrió hacer una canción sobre el Mundial que se disputaría en el país.

Rojas, que fue compañero de colegio de dos jugadores de la selección chilena de aquel año (Leonel Sánchez y Jaime Ramírez), relató que se demoró tres días en escribir la letra y solo uno en componer la música del simple e inocente “Rock del Mundial”.

Cuenta la leyenda que al momento de grabar la canción, el saxofonista de la banda se quedó dormido y no llegó a la grabación. Esto obligó al guitarrista Oscar Soto a improvisar ahí mismo la introducción de guitarra eléctrica, que a la postre se convertiría en una de las más reconocidas de la música chilena.

La canción vendió más de 80 mil copias ese año y dos millones hasta la actualidad. Hoy The Ramblers sigue existiendo con varios cambios en su formación original, pero nadie les quitará ser los autores del primer tema de una Copa del Mundo que, además, fue la de mejor desempeño de la selección de Chile, alcanzando el tercer puesto.

Y vuelvo a De Zurda, el gol de Telesur. La conversación entre Diego y Victor Hugo transcurre como si fuera el encuentro entre dos amigos (de hecho, lo son) que hablan de fútbol, su historia, matizan y explican algunas jugadas. Con esa misma naturalidad conversaron con Correa, de tal suerte que parecía que el atractivo mandatario  estaba conversando en la sala de nuestra casa. Un diálogo en vivo, con alguna equivocación por parte de Maradona, el llamado del lider ecuatoriano a que la copa sea un reservorio de paz, su confesión de que lleva once operaciones de rodilla, precisamente por patear la pelota, juego que disfruta enormente, todo al estilo de Telesur.

En fin, una vez más el canal multinacional muestra un aplaudible desencartonamiento periodístico, apuesta por la aparente improvisación y dice, con hechos, cómo se debe manejar hoy la información televisiva siguiendo las reglas de un buen show noticioso.