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Cuba, Fidel y la CELAC: ¡cómo les duele!…

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Jose Steinsleger

Jose Steinsleger

Cuando los historiadores liberales evocan la creación de la Organización de Estados Americanos (OEA, Bogotá, abril de 1948) suelen subestimar el impacto de un par de acontecimientos simultáneos que tuvieron lugar en la capital de Colombia: la celebración del primer Congreso Continental de Estudiantes, y el estallido popular ocasionado por el asesinato del líder popular Jorge Eliécer Gaitán (el bogotazo), origen de la violencia política y social que continúa sacudiendo al país sudamericano.

Varios de los gobiernos asistentes a la novena de las conferencias panamericanas que Washington convocaba desde 1890, consintieron en erigirse como baluarte contra el comunismo. Pero en el encuentro de estudiantes convocado y organizado por el gobierno de Juan D. Perón, se abogó por la independencia de Puerto Rico, la soberanía argentina sobre las islas Malvinas y la denuncia de los atropellos imperialistas en América Latina.

Dos lecturas chocaron en la naciente OEA: la de Estados Unidos, que pretendía hacer del organismo una suerte de superestado de las Américas, y la de Argentina, Guatemala o México, que neutralizaron la pretensión imperial de crear un Estado Mayor de las Américas. Luego, Washington pasó la factura a los remisos: invasión de la CIA a Guatemala, derrocamiento delcomunista Jacobo Arbenz (1954), y golpe militar contra el nazifascistaPerón (1955).

Imbuida de ideales democráticos, la OEA expulsó a Cuba de la organización (Punta del Este, Uruguay, 1962), aprobándose en el primer punto de la resolución que “…el marxismo-leninismo es incompatible con el sistema interamericano y el alineamiento de tal gobierno con el bloque comunista quebranta la unidad y solidaridad del hemisferio”.

Sin embargo, en aquel infausto 1962 algunos poetas sintonizaron con los versos proféticos de Juan Gelman: Fidel es un país / yo lo vi con oleajes de rostros en su rostro / la Historia arreglará sus cuentas allá ella / pero lo vi cuando subía gente por sus hubiéramos / buenas noches Historia agranda tus portones / entramos con Fidel con el caballo.

Catorce países votaron en favor, uno en contra (Cuba), y seis se abstuvieron: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador y México. Luego, Washington volvió a pasar factura: golpes contra el presidente Arturo Frondizi por aliarse con el proscrito Perón y haber recibido al Ch eGuevara, y contra Manuel Prado, en Perú, frente al eventual triunfo de Víctor Raúl Haya de la Torre (1962); contra el guatemalteco Miguel Ydígoras Fuentes para conjurar el avance electoral de Juan José Arévalo; contra Carlos Julio Arosemena y Juan Bosch, en Ecuador y República Dominicana (1963), y contra Víctor Paz Estenssoro y Joao Goulart, en Bolivia y Brasil (1964).

Animadas por el ejemplo de la revolución cubana (1959), la segunda Declaración de La Habana y la victoria de Playa Girón (1961), las juventudes de nuestra América tomaron las armas. Con hipócrita y displicente metodología, la historiografía liberal apunta: años de guerra fría. Pero las frustraciones democráticas databan de antes, de cuando Washington y Londres dinamitaron los ideales de integración bolivariana. (1830).

Decía el historiador argentino Jorge Abelardo Ramos: Somos un país porque no pudimos integrar una nación, y fuimos argentinos, mexicanos, bolivianos, venezolanos, cubanos o paraguayos porque fracasamos en ser latinoamericanos. Aquí se cierra todo nuestro drama y la clave de la revolución que vendrá.

Sesenta y seis años después, con una agenda que sin la presencia de Estados Unidos y Canadá obliga a tomar posiciones frente a los intereses geopolíticos del imperio y las derechas del continente, Cuba convocó a la segunda reunión de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac).

Allí, coincidiendo con el 15 aniversario de la revolución bolivariana, estuvieron todos. Con excepción delizquierdista presidente de El Salvador, quien no asistió al tiempo de aclarar que él era un buen socio de Estados Unidos. Y tampoco estuvo elderechista de Panamá, que continúa buscando armas de destrucción masiva  de Cuba en la sentina de un buque norcoreano detenido por el Pentágono en el canal.

Hasta la insulsa OEA, encabezada por un tal Insulza, se hizo presente en el cónclave de la Celac. Y también el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien, paseando por La Habana colonial, se dejó peluquear por Josefina Hernández. “Es que por ambos lados de la cabeza estaba ‘peluito’”, declaró la ahora mundialmente famosa peluquera a la que muchos invitaron a bailar son y cha-cha-chá.

¿Y Fidel? ¿Qué habrá sentido Fidel? ¿Les habrá recordado a los invitados que a los 21 años estuvo en aquel Congreso de Estudiantes, y 80 por ciento de los gobernantes latinoamericanos de hoy eran niños o adolescentes en los decenios de 1950 y 1960?

Todos quisieron platicar con el conductor estratégico de la vieja revolución continental, y de los desafíos de la nueva que la Celac puso en marcha. O de cualquier cosa. Lo importante fue tomarse la foto con el caballo, y que sus nietos recuerden, para siempre, con quién llegaron a estar.

 

(Tomado de La Jornada)

Se han publicado 3 comentarios



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  • LCLP dijo:

    Desconocía que el presidente Sánchez Cerén, de El Salvador, había declinado la invitación a la cumbre de la CELAC. Creo que representa al FMLN en el gobierno de ese país. Todos sabemos la historia de la lucha del Frente contra los gobiernos de ARENA (El que presidía D´Abuisson) y el intervencionismo norteamericano en las luchas de ese país.

  • Víctor hugo Parés dijo:

    Este es el momento de mayor objetividad, en que toda la POLITICA de USA contra la Revolución Cubana, se desploma.

    Si digo, que es una demostración de que el Imperio, inicia su descenso, no creo ser un equivocado romántco

    ¿Cuánto tardará ? No sé, pero se inclina, sein clina y se desplomará

  • Julia sap dijo:

    muy importante referencia historica,casi 60 años despues,creo que los acontecimientos de este comienzo del siglo XXI van a dejar una huella muy profunda de lo que vendra,la lucha de los pueblos latinoamericanos no fue en vano y no lo sera jamas.hemos empezado a vislumbrar una nueva historia,que tiene un presente,que es el resultado de decadas de lucha,esto parecen no comprenderlo quienes no visitan las paginas internacionales y no leen sobre todo lo que esta pasando en el mundo,a pesar de las guerras que aun se suceden,a pesar de los conflictos que no parecen tener fin,hay una nueva historia que esta naciendo:la historia de la union de los pueblos latinoamericanos.

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José Steinsleger

José Steinsleger

Periodista argentino residente en México. Es columnista de La Jornada.

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