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'Otra vez': Con la adarga al brazo

En este artículo: Ernesto Che Guevara
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7 de julio de 1953. El joven Ernesto Guevara junto a su amigo Carlos Ferrer, Calica, decide emprender un nuevo recorrido por «nuestra mayúscula América», la cual confesó en su primera experiencia: «me ha cambiado más de lo que creí». Ahora sus pasos lo llevan a Bolivia, Perú, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, México y finalmente Cuba.

Como buen cronista de su tiempo y de sus hazañas, Ernesto lleva un diario con notas cronológicas muy  personales. De todo lo que descubre en este su segundo viaje por América, hace fotografías; es un modo peculiar de acercarse a las realidades que visita, y que ya era costumbre desde su primer periplo. Las cartas que intercambia con su madre Celia de la Serna o su amiga Berta Gilda (Tita) Infante, y otros textos que escribe para publicar o sencillamente para sacarse el gusto, son fuentes testimoniales de su intenso paso por cada uno de los países que visitó. Toda esta compilación aparece en el libro Otra vez, publicado por el Proyecto Editorial Che Guevara.

Para los lectores que conocieron de primera mano las reflexiones recogidas en el libro Notas de viaje, relatos que él escribiera a partir de las anotaciones personales que realizara durante la primera expedición que inició junto a Alberto Granado, encontrarán en este segundo volumen reflexiones más profundas y vinculadas a intereses más puntuales dentro del contexto político conflictivo e intenso que se dibujaba en América Latina.

En Bolivia, en plena región minera, conoce de las luchas populares a un año de haberse logrado la Revolución de abril de 1952, y escribe: «Pero la mina no se hacía palpitar. Faltaba el empuje de los brazos que todos los días arrancan la carga del material a la tierra y que ahora estaban en La Paz defendiendo la Revolución por ser el 2 de agosto, día del indio y de la Reforma Agraria».

Un hecho trascendental en su recorrido es el reencuentro con las expresiones más altas de la cultura americana cuando visita la región andina. Después escribiría Machu-Picchu, enigma de piedra en América, un relato que publicará el 2 de diciembre de 1953. Sin embargo, el hecho histórico que más impactó al joven argentino fue el golpe de estado asestado al gobierno popular de Jacabo Árbenz en Guatemala.

En opinión de su amigo Alberto Granado, al participar en estos sucesos el Che «va consolidando sus conocimientos políticos y se acrecienta la necesidad de profundizar en sus estudios para determinar con mayor claridad el porqué de una lucha que culminará con una revolución verdadera».

En una carta que escribe a su madre el 4 de julio de 1954 le cuenta su punto de vista sobre los hechos vividos: «La verdad cruda es que Árbenz no supo estar a la altura de las circunstancias. […] Este no pensó en que la ciudad estaba llena de reaccionarios y que las casas que se perdieron serían las de ellos y no del pueblo, que no tiene nada y que era el que defendía al gobierno. No pensó que un pueblo en armas es un poder invencible a pesar del ejemplo de Corea e Indochina. Pudo haber dado armas al pueblo y no quiso, y el resultado es este».

En otro texto escrito a finales de 1954 y que titulara El dilema de Guatemala, expondría otras ideas al respecto. El artículo aparece en los anexos del libro.

Precisamente en Guatemala conoce al joven revolucionario cubano Antonio Ñico López, quien había dirigido el asalto al cuartel Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo el 26 de julio de 1953. Con el reencuentro de ambos jóvenes en México, meses después, se establecerían los lazos definitivos entre Ernesto, convertido a partir de entonces en el Che y la generación del Centenario. Un hecho que apenas refleja en sus apuntes cuando escribe: «Un acontecimiento político es haber conocido a Fidel Castro, el revolucionario cubano, muchacho joven, inteligente, muy seguro de sí mismo y de extraordinaria audacia; creo que simpatizamos mutuamente».

Siendo uno más de los futuros expedicionarios del yate Granma, es aprehendido por las autoridades mexicanas junto al resto de los exiliados cubanos.  « […] En estos días de cárcel y en los anteriores de entrenamiento, me identifiqué totalmente con los compañeros de causa, me acuerdo de una frase que un día me pareció imbécil o por lo menos extraña, referente a la identificación tan total entre todos los miembros de un cuerpo combatiente, que el concepto yo había desaparecido totalmente para dar lugar al concepto nosotros. Era una moral comunista y naturalmente puede parecer una exageración doctrinaria, pero realmente era (y es lindo) poder sentir esa remoción de nosotros».

Otra vez es un libro de pocas páginas pero que contiene ideas intensas. La colección gráfica del volumen incluye, además de las fotografías mencionadas, notas publicadas en los periódicos La Hora y Diario de Costa Rica que reportaban el recorrido que dos jóvenes argentinos hacían por el continente, esta vez haciendo alusión a Eduardo García, Gualo, estudiante argentino que se había visto obligado al exilio por ser antiperonista y a quien conoció en Ecuador. Para convertirse en su nuevo compañero de viaje. En una de las páginas finales aparece, fechado en 1955, un hago constar de la Agencia Latina, que evidencia el desempeño del Che como fotorreportero del órgano de prensa argentino.

En las últimas líneas del diario, interrumpido por la cercanía de su inclusión definitiva en el proceso revolucionario cubano, cuenta que meses atrás había nacido su primera hija, Hilda Beatriz Guevara. Para poner fin a la última página concluye: «Mis proyectos para el futuro son nebulosos pero espero terminar un par de trabajos de investigación. Este año puede ser importante para mi futuro. Ya me fui de los hospitales. Escribiré con más detalles».

Se han publicado 4 comentarios



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  • bobby dijo:

    HASTA LA VICTORIA SIEMPRE EL COMANDANTE CHE, VIVA CUBA ,VIVA FIDEL, VIVA RAUL Y REVOLUCION CUBANA !POR SIEMPRE CON USTEDES!!

  • Carlos Gutiérrez dijo:

    El imprescindible Ché.

  • cary dijo:

    UN HOMBRE INTEGRO, HACEN FALTA MUCHOS COMO EL EN EL MUNDO, SU EJEMPLO Y SU LEGADO NOS GUIA PARA SIEMPRE

  • leticia dijo:

    me encanto el articulo esta muy interesante y que viva cuba y fidel

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Rodolfo Romero Reyes

Rodolfo Romero Reyes

(La Habana, 1987). Licenciado en Periodismo. Máster en Desarrollo Social. Profesor asistente de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. Actualmente coordina la publicación Contexto Latinoamericano. Es periodista de la revista Alma Mater.

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