Imprimir
Inicio »Especiales, Medios  »

Medios de prensa contra Venezuela o los comisarios del pensamiento único

| 8
Foto tomada de Kaos en la Red.

Foto tomada de Kaos en la Red.

Hoy, cuando la canalla mediática está desatada en el mundo occidental, no está de más recordar que como otros términos del discurso político, la palabra “democracia” tiene un significado técnico orwelliano cuando se usa en exaltaciones retóricas o en el “periodismo” habitual, para referirse a los esfuerzos de Estados Unidos y de sus aliados para imponer la democracia liberal representativa a Estados considerados “forajidos” como la Venezuela actual.

En ese contexto, se ha convertido en un lugar común que cuando más democracia y libertades se dice reconocer y defender, más se reprime la facultad de pensar; sobre todo, la actividad de pensar a contracorriente. Con la novedad de que en la persecución del pensamiento crítico ya no hay fronteras. Pero sucede, además, que en el nuevo panóptico planetario y en el marco de la guerra de espectro completo en curso, quienes cuestionan el orden hegemónico o no se ajustan al marco del dogma establecido por los amos del universo, pueden convertirse en un objetivo político-militar.

Pensar entraña riesgos y trae consecuencias. Ello ocurre en las ciencias sociales y las humanidades, pero también en el periodismo. En la actual coyuntura, bien lo saben, entre otros, Atilio Borón (Página 12, Rebelión.org,) y Luis Hernández (coordinador de Opinión de La Jornada), quienes por practicar el ejercicio crítico de pensar con cabeza propia, son objeto de mofa, presiones y campañas de estigmatización y criminalización por un puñado de diletantes vigilantes del pensamiento único neoliberal que responden a un mismo y nauseabundo guión de Washington.

Nicolás Maduro dictador” emite la voz del amo desde las usinas del poder mundial, y el eco es amplificado urbi et orbi por una cohorte de amanuenses subvencionados y tarifados. El esquema es simple: para el periodismo mercenario, el “Maduro dictador” sustituye hoy a “las armas de destrucción masivas” de Sadam Hussein, en 2003. El saldo de la mentira del Pentágono como arma de guerra costó más de un millón de muertos; pero eran iraquíes.

El modelo “comunicacional” está bien engrasado. Permite debates, críticas y discrepancias, en tanto se permanezca fielmente dentro del sistema de presupuestos y principios que constituyen el consenso de la elite. Es un sistema tan poderoso que puede ser interiorizado en su mayor parte, sin tener conciencia de ello. En general, quien tiene ideas equivocadas o intenta romper el molde es apartado o ignorado; pero en ocasiones puede ser satanizado por los llamados intelectuales públicos, los pensadores políticamente correctos, la gente que escribe editoriales y cosas así, y es colocado frente al paredón de la “prensa libre”.

Recuerda Marcos Roitman que los ideólogos del actual sistema de dominación han reinterpretado los saberes y el conocimiento bajo una única racionalidad: la del capital. El capital niega su carácter totalitario. En su dimensión política, el capitalismo socializa la violencia y deslastra la historia que le resulta incómoda. Bajo los criterios de la “colonialidad del saber”, es capaz de eliminar al nazismo y al fascismo −también al franquismo, al somocismo, al duvalierismo y el pinochetismo− como fenómenos inherentes a su racionalidad.

W. Lippmann y la ingeniería del consenso

Foto: Reuters.

Según Lippmann, la labor del público es limitada. El público no razona, no investiga, no convence, no negocia o establece. Foto: Reuters.

Hace más de un cuarto de siglo, en Los guardianes de la libertad (Grijalbo Mondadori, 1990), Noam Chomsky y Edward S. Herman develaron el uso operacional de los mecanismos de todo un modelo de propaganda al servicio del “interés nacional” (de EU) y la dominación imperial. Nos enseñaron a examinar la estructura de los medios (la riqueza del propietario) y cómo se relacionan con otros sistemas de poder y de autoridad. Por ejemplo, el gobierno (que les da publicidad, fuente principal de ingresos), las corporaciones empresariales, las universidades.

Asimismo, diseccionaron a los medios de elite (The New York TimesThe Washington Post, CBS y otros) que marcan “la agenda” de los gestores políticos, empresariales y doctrinarios (profesores universitarios), pero también la de otros periodistas, analistas y “expertos” de los medios de difusión masiva que se ocupan de organizar el modo en que la gente debe pensar y ver las cosas.

Demostraron, en síntesis, cómo mediante la violencia psicológica o simbólica e indignantes campañas de intoxicación lingüística (des)informativas y supresiones (“las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca”, nos alerta a su vez Emir Sader); manipulaciones, normas doble-estándares y duplicidades; sesgos sistemáticos, matizaciones, énfasis y tonos, y de la selección del contexto, las premisas y el orden del día general, se lleva a cabo el control elitista de la sociedad mediante lo que Walter Lippmann denominó “la ingeniería del consenso”.

Ese modelo de propaganda −por lo general dicotómico o maniqueo: verbigracia “Maduro dictador vs. la oposición democrática de la MUD”; las hordas chavistas vs. los luchadores de la libertad de D. Trump− deja entrever que el “propósito social” de los medios es inculcar y defender el orden del día económico, social y político de los grupos privilegiados. Para ello, la fórmula es sencilla: los dueños de la sociedad utilizan a una “clase especializada” −conformada por “hombres responsables” y “expertos” que tienen acceso a la información y a la comprensión, en particular, académicos, intelectuales y periodistas− para que regule las formas de organización del rebaño desconcertado; para manufacturar el consentimiento y mantener a la chusma a raya.

Todo el sistema de ideas políticas del imperialismo tiende a argumentar su derecho a la dominación, a la supeditación del Estado a los monopolios en todas las esferas de la vida; a la manipulación de las masas y la desinformación de la “opinión pública. Según Lippmann, la labor del público es limitada. El público no razona, no investiga, no convence, no negocia o establece. Por ese motivo, “hay que poner al público en su lugar”. La multitud aturdida, que da golpes con los pies y ruge, “tiene su función: ser el espectador interesado de la acción”. No el participante.

Medios domesticados: la mentira del silencio

Foto tomada de Lucidez Heterogénea.

Se trata de crear una comunidad atomizada y aislada. Foto tomada de Lucidez Heterogénea.

Para Chomsky, la tarea de los medios privados que responden a los intereses de sus propietarios, consiste en crear un público pasivo y obediente, no un participante en la toma de decisiones. Se trata de crear una comunidad atomizada y aislada, de forma que no pueda organizarse y ejercer sus potencialidades para convertirse en una fuerza poderosa e independiente que pueda hacer saltar por los aires todo el tinglado de la concentración del poder. ¿Ejemplo? Los 8.089.320 votantes que a despecho de las amenazas imperiales y la ofensiva terrorista paramilitar decidieron empoderar a los/as nuevos constituyentes.

Sólo que para que el mecanismo funcione, es necesaria, también, la domesticación de los medios; su adoctrinamiento. Es decir, generar una mentalidad de manada. Hacer que los periodistas y columnistas huyan de todo imperativo ético y caigan en las redes de la propaganda o el doble pensar. Es decir, que se crean su propio cuento y lo justifiquen por autocomplacencia, pragmatismo puro, individualismo exacerbado o regodeo nihilista. Y que, disciplinados, escudados en la “razón de Estado” o el “deber patriótico”, asuman –por intereses de clase o por conservar su estabilidad laboral− la ideología del patrioterismo reaccionario. En definitiva, el miedo a manifestar el desacuerdo termina trastocando la prudencia en asimilación, sumisión y cobardía.

Moraleja: no se vale discrepar con el consenso. Solo se debe pensar en una sola dirección, la presentada por el sistema de dominación capitalista. Y si para garantizar el consentimiento es necesario aplicar las herramientas de la guerra psicológica para el control de las masas (como azuzar el miedo, fomentar la sumisión y generar un pánico y terror paralizantes), los comisarios del gran hermano entran en operación bajo el paraguas de lo políticamente correcto, amparados por todo un sistema de dádivas y premios que brindan un poco de confort y poder acomodaticio.

La no noticia y el Consenso de Lima

Ya encarrerado, el pensamiento reaccionario se refuerza bajo un discurso de desprecio y odio clasista, xenófobo y racista. Siete jóvenes han sido quemados por parecer “chavistas” por los “demócratas” que defienden los 12 presidentes latinoamericanos del “Consenso de Lima”.

En consecuencia, aduladores de los poderes fácticos que actúan en las zonas de penumbra, los social-conformistas de los grandes medios –con el periódico El País de Madrid como buque insignia de la prensa en español− practican a diario el lenguaje operacional del orden sistémico, reproduciendo la lógica de la dominación de manera expansiva.

Así, casi cada día durante los últimos cuatro meses, en Ciudad de México, Madrid, Bogotá o Buenos Aires, el pensamiento reaccionario apuntala la contrarrevolución en Venezuela. Y ello es así porque el poder real ha creado un ejército de hombres y mujeres dedicados a mantener y reproducir la ideología dominante y desarticular el pensamiento crítico; dedicados a frenar el cambio social y democrático de los de abajo mediante “la mentira del silencio” (Sader). Es decir, negando la existencia de lo que no se quiere que se conozca, por ejemplo, en la coyuntura, la formidable victoria del chavismo bravío y los nuevos constituyentes antisistémicos (anticapitalistas y antimperialistas). O, como señala Ángeles Díez, sustituyendo la información principal por la “no noticia”: un atentado de los violentos de la MUD se atribuyó mágicamente a la “represión” de Maduro (aderezado con titulares que reforzaban una matriz de opinión con eje en el autogolpe de Estado, la violencia, el caos y la emergencia humanitaria), para difuminar la verdadera noticia: que el 30/J ocho millones respaldaron la Constituyente.

El poder reclama una única racionalidad, un solo orden, una sola intransigencia verdadera. Es por eso, también, que a la manera de divisiones y/o francotiradores de un ejército vasallo en el frente externo −y dado que toda intervención militar es precedida por una campaña de intoxicación mediática con eje en la guerra psicológica−, los paraperiodistas tienen la misión de vigilar, hostigar y presionar a quienes, como Atilio Borón y Luis Hernández, se apartan del consenso de la elite reaccionaria.

A la biopolítica del cuerpo se suma hoy la psicopolítica de la mente (Roitman). Y así, los saberes políticamente correctos forman parte del modelo de dominación y marcan el ritmo de la pulsión del poder: quienes levanten la voz y se aparten de la manada serán denigrados, hostigados y/o castigados. En sentido contrario, y en el marco de la guerra no convencional y asimétrica que libran el Pentágono y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) contra el gobierno constitucional y legítimo de Nicolás Maduro y el pueblo de Venezuela, una agenda con la atención constante hacia las víctimas de la represión de la “dictadura” venezolana, ayuda a convencer al público de la maldad del enemigo y prepara el terreno para justificar la subversión de la MUD y una eventual intervención “humanitaria” del Pentágono.

Auschwitz, el trabajo sucio y los neomaccarthistas

El genocidio de Hitler y la Alemania nazi fue un acto consentido por el pueblo alemán; los hornos crematorios funcionaron a plena luz del día. Con distintas modalidades, el horror de Auschwitz y Treblinka se replica hoy en Afganistán, Irak, Libia, Siria, Colombia y en el México de las fosas comunes. Las víctimas mortales de las guerras coloniales del Pentágono y la OTAN en Afganistán, Pakistán e Irak ascienden a cuatro millones. En general, la “buena prensa” de Occidente ha apoyado o justificado todas esas atrocidades. Es fácil predecir qué ocurriría en caso de estallar una intervención “humanitaria” o una guerra civil auspiciada por Estados Unidos en Venezuela.

El uso de la mentira con fines políticos es de vieja data. En 1950, el informe de la Comisión Tydings sobre el senador Joseph McCarthy y el maccarthismo, señaló: “Hemos visto utilizar aquí por primera vez en nuestra historia la técnica de ‘la gran mentira’. Hemos visto cómo, mediante la insistencia y la mezcla de falsedades (simples habladurías, tergiversaciones, murmuraciones y mentiras deliberadas), es posible engañar a un gran número de gente”.

Los periodistas, editores y directores de la gran prensa estadunidense, que con frecuencia sabían que McCarthy estaba mintiendo, escribían y divulgaron lo que él decía y dejaban que el lector, que no tenía ningún medio de averiguarlo, intentara deducir la verdad. Un día, el senador republicano John Bricker, le dijo a McCarthy: “Joe, usted es realmente un hijo de puta. Pero a veces es conveniente tener hijos de puta a nuestro alrededor para que se encarguen de los trabajos sucios”.

El propósito del maccarthismo fue revertir el pacto social keynesiano (el Estado benefactor) que redistribuía parte de las ganancias del capital hacia abajo. Ronald Reagan profundizó el proyecto conocido hoy como neoliberalismo, con epicentro en la liquidación de los bienes y la esfera pública y la mercantilización y privatización radical de todo. El macartismo hizo escuela y lo practican ahora muchos periodistas en el caso Venezuela (¡estúpidos, es el petróleo!), pero las madres no tienen la culpa…

(Tomado de Red58)

Se han publicado 8 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Fernando Martínez dijo:

    Fidel decía que la verdad es siempre revolucionaria,la consecuencia directa de ésta afirmación es que la mentira es contrrarevolucionaria.Fidel decía:Revolucion es no mentir jamás ni violar principios éticos, Revolución es desafiar poderosas fuerzas dominantes.Por el Uruguay decimos:"La lucha paga".También decimos que la máxima de los neoliberales es:"La mentira paga".Patria es humanidad.

  • Elpidio dijo:

    Con el Objetivo de imponer su democracia los gobiernos capitalistas neoliberales encabezados por EU, han intervenido militarmente en muchos Países, masacrando a los pueblos y arrasando ciudades, centros productivos, culturales, etc. , El concepto de democracia de los poderosos está ligado a sus intereses, ¿cómo no han condenado los 75 líderes sociales asesinados en Colombia, las decenas de estudiantes desaparecidos en México, los periodistas asesinados en México, las huelgas de maestros en Perú y la represión contra los huelguistas?. El gobierno venezolano fue democráticamente elegido por su pueblo, la oposición que existe en todos los países se convirtieron en terroristas, saboteadores, destructores con el único objetivo de sacar a los chavistas del gobierno. Maduro y sus partidarios han hecho disímiles esfuerzos por mantener la Paz en su País, a pesar de la guerra no declarada de la oposición, apoyada desde el exterior, convocó a una asamblea constituyente donde el 100% de los electores venezolanos tenía la oportunidad de votar, pero ellos continuaron la guerra, no votaron e impidieron a la fuerza que parte de la población votara. ¿Esa es la democracia que quieren imponer Almagro, Macri , Trump y los otros imperialistas? Que papel más tristes y a la vez deshonestos de los medios de prensa Occidentales, que a base de mentira quieren engañar al mundo en beneficio de sus amos.

  • Julio dijo:

    Democracia es una palabra compuesta por dos voces griegas: demos, “pueblo” y kratos, “poder” Etimológicamente hablando, la democracia es el poder del pueblo. Se infiere que constituye la gran utopía de la historia. Ni en el contexto que la originó, estuvo en correspondencia con la actuación práctica de los miembros de su sociedad. La política le ha impuesto, en los diferentes períodos históricos, un significado diferente. Ha sido incondicional con la voz griega kratos y ha reducido la voz demos a un segmento minoritario de la sociedad al que le ha otorgado privilegios que niegan su origen etimológico. Lo paradójico, radica en que la política ha convertido la “democracia” en una supuesta libertad otorgándole al demos el derecho a protestar las decisiones del kratos. Los empoderados del kratos cuando un gobierno rebasa el límite impuesto a la voz demos desatan una campaña, casi siempre triunfadora, para rescatar la palabra más distorsionada de la historia. Sí, la más distorsionada, porque tiene dos acepciones; el demos representado por una minoría convertido en kratos, y, el demos en correspondencia con su origen compartiendo el kratos. ¿Por qué casi siempre triunfa la más distorsionada de las acepciones? Porque existe un kratos mediático capaz de impedir la unidad indisoluble de la voces demos y kratos. También, cuando el kratos deja de ser un paradigma moral ante el demos.
    “sin igualdad plena la unidad de las voces griegas solo es posible desde la semántica”
    Pero, la igualdad tiende a identificarse con el igualitarismo cuando desconoce las objetivas diferencias entre las personas. Eso se ha manifestado en gobiernos que han optado por aplicar el mismo rasero a todos los miembros de la sociedad. Se comprende que un alto desarrollo económico no es imprescindible para alcanzar la igualdad plena. La igualdad es plena cuando los dueños del kratos son defensores de los valores morales enraizados en la cultura del demos. El demos puede comprender las prerrogativas del kratos si percibe el impacto de las políticas sociales. El impacto de las políticas sociales no puede subordinarse a las prerrogativas protocolares del kratos.
    Si se valora la actual coyuntura internacional se comprende que entre el demos y el kratos median los intereses de los dueños de las grandes corporaciones transnacionales. La mediación en su devenir histórico ha condicionado una forma de democracia que nada tiene que ver con el sentido que desde el punto de vista etimológico le otorgaron los griegos, aunque, ellos tampoco lograron objetivar su esencia emancipadora.
    Se comprende que la acepción más justa de la distorsionada palabra es cuando el demos y el kratos comparten en armonía el bienestar de su sociedad reconociendo las objetivas diferencias de las personas, en igualdad plena.
    La inspiración me la ofreció el premio nobel y presidente de Colombia, cuando, aprovechando la visita del vicepresidente de Estados Unidos le pide al imperio que presione a Venezuela para rescatar la acepción más distorsionada de democracia e igualdad que ha existido en la historia. En ese sentido me pregunté ¿Cómo es posible que un presidente piense de esa manera sobre un gobierno que no es perfecto pero centra sus acciones en la inclusión social? Y me respondí, porque sus concepciones lo obligan a limitar el demos solamente a las personas que minoritariamente dominan los principales recursos materiales y financieros de su país, y, él al frente del kratos está defendiendo sus intereses de clase. Para él los pobres, los analfabetos, los desempleados, los desnutridos, los desaparecidos, los asesinados por el paramilitarismo, no pertenecen al demos, y el gobierno que los incluya es una dictadura. Es triste ver a un dictador en potencia cuestionando el tránsito de una nación hacia la democracia originaria y la igualdad plena.

  • Carlos de New York City dijo:

    " Contra el presidente Maduro ,contra el GOBIERNO y la CONSTITUYENTE de VENEZIELA , contra el LAGADO de Hugo Chavez FRIAS , contra la Revolucion Bolivariana , Hay un Ataque TERRORISTA donde USANDO KAMIKAZES Hombres y Mujeres Periodistas de la PRENSA AMARRILLA y derechista Les PONEN todos los Dias " amarrados a sus Cuerpos , Consiencia y Alma < Mochilas de PETARDOS y BOMBAS amarradas a sus cuerpos " Bombas de VCalumnias , Informaciones DESINFORMATIVAS y Propagandas < que EXPLOTAN y hacen estrallar las MENTES y CUlturas de aquellos que VIVEN como CARNEROS y que no Tienen el INSTINTO ni la VERGUENZA HUmana de SEPARAR la desinformacion y propagandas Como la Mentira y calumnias de la VERDAD de VENEZUELA y su Pueblo de PIE "
    Da asco , repugnancia y Dolor " YO no conosco a Venezuela ni nunca la VISITE , " Pero se LEER saber Leer me construyo en un Hombre Libre y SOBERANO, y LO mismo que los Cubanos en Miami < ? donde Creen UITDS que Todos los VENEZOLANOS emigrantes ECONOMICOS Van a Vivir ? a Todos les Mandan y si no les LLEWVAN a CONVIVIR en la Florida
    ? Porque alli ? Les dejo las RESPUESTAS a Utds mismos ?
    PERO es INCREIBLE la Guerra MEDIATICA y de la derecha NAZISTA y terrorista en la propia VENEZUELA y ahora pregunto al Mundo ? Porque suceden ESTAS Cosas y VENEZUELA dicen ellos que es un GRAVE problema Para su seguridad ?
    " Porque el PETROLEO Hace FALTA Y busquen UTDS donde es y en que PAISES hay todos estos COMFLICTOS de GUERRA y Muerte como de misiles y Bombas desinformativas y CARGADAS de letras y Papeles PROPAGANDISTICOS en contra de la VERDAD " ! Todos son Paises petroleros 1

  • Angel Gutiérrez dijo:

    Un estupendo análisis político de la realidad venezolano, y la nefasta injerencia de los medios de comunicación con sus intereses nacionales e internacionales acuestas, por lo demás con un pensamiento y una ética de larga historia: el pensamiento liberal de la burguesía del siglo XVIII. De allí vienen todos esos grupos con su individualismo y sus privatizaciones, y a esas catacumbas decimonónicas nos quieren regresar con sus discursos edulcorados y sus nuevos rostros, pero como dicen en Venezuela: "Amanecerá y veremos", porque hasta ahora no han podido...

  • jose dijo:

    señor Fazio, en Cuba tambien todos los medios de prensa son del pensamiento unico, o yo no sabia que para el pensamiento unico hay distinciones de pensamiento unico ¨malo´¨ y pensamiento unico ¨bueno¨.

    • libre dijo:

      Jose. Fazzio es Uruguayo y reside en Mexico.

  • AII dijo:

    En efecto, la Prensa es y debe ser clasista. Pero ello no justifica decir mentiras, o lo que es peor, inventarlas

Se han publicado 8 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Carlos Fazio

Carlos Fazio

Periodista uruguayo radicado en México. Pertenece a la redacción del diario La Jornada y colabora con el semanario Brecha, de Uruguay.

Vea también