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Robert Kagan: “No seamos simplistas, Estados Unidos jamás ha creído en la ONU”

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  Kagan llamó en Europa a plegarse al poder omnímodo del imperio norteamericano  

BARCELONA (Redacción.) - Robert Kagan, uno de los más conocidos ideológos del ala dura de la actual Administracón norteamericana expuso ayer su pensamiento en Barcelona, invitado por la Fundació Catalunya Oberta.

Su conferencia sobre las relaciones entre Estados Unidos y Europa en el World Trade Center del Port Vell, , resultó muy oportuna e ilustrativa, al producirse apenas dos días después de que el presidente George W. Bush hablara ante la Asamblea General de las Naciones Unidos en un tono bien distinto al que esgrimía hace un año. En esa misma jornada, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y el presidente francés, Jacques Chirac, criticaron duramente el unilateralismo que exhibe la actual Administración de EE.UU.

Robert Kagan, de 45 años, no se siente identificado con el medio siglo de historia común en el seno de las Naciones Unidas. Su visión del mundo es un perfecto exponente del denominado "pensamiento neoconservador". Sostiene Kagan que el problema de fondo entre Europa y Estados Unidos no es Iraq. Si antes pensaba que a pesar del desencuentro sobre la guerra contra Saddam Hussein, los valores comunes entre europeos y norteamericanos serían preservados, Kagan dice haberse dado cuenta de que las diferencias son más profundas que antes. de que son "estructurales e ideológicas". El océano que separa a los dos componentes de Occidente es muy ancho. Para Kagan, hay que aceptar que "los que tienen más poder tienden a usarlo y a creer en la legimitidad que da ese poder".

Los europeos, que crearon la idea de la razón de Estado -sostiene-,, están haciendo dejación de ésta y se hallan en una posición que podría definirse así: "Los países débiles siempre han querido tener mecanismos para limitar el poder de los que lo poseen". El problema, según este axioma, no es de Estados Unidos, sino de Europa: los europeos no quieren reconocer el poder militar "y no quieren usarlo", y esto se debe a la amarga experiencia de las guerras del siglo XX.

En resumen: "Son ustedes los europeos, los que están aislados". ¿Por qué? "Porque los métodos que utiliza Europa para entender y relacionarse con el mundo no pueden aplicarse fuera de Europa". Estados Unidos, por el contrario, -añade Kagan- sí sabe tratar con el mundo, y existe una doble escala para hacerlo: con los países europeos, que encarnan la posmodernidad, y con los premodernos.

Acabada la guerra fría y desaparecidos los dos bloques, el mundo es unipolar porque "Europa no quiere dar los pasos necesarios para convertirse en el otro polo", quiere a Rusia y a China por en medio, y "la mayoría de los europeos cree que el Consejo de Seguridad es la única garantía de multipolaridad". ¿Cómo, entonces, se pueden remendar los lazos transatlánticos? "Creo que hay muchas ventajas en un mundo unipolar, pero entiendo la angustia que esto puede crear en Europa."

El pensamiento de Kagan es de una pieza . Así, los recientes movimientos de la Administración Bush para legitimar en la ONU su política hacia Iraq no serían más que un trámite engorroso. "No hemos de ser simplistas, no se hallará la legitimidad en el Consejo de Seguridad, tengan en cuenta que los presidentes norteamericanos nunca creyeron en la ONU". Los pilares que sustentaron la legitimidad de EE.UU. cayeron con el fin de la guerra fría. Fue Europa quien se los retiró y ahora debería reflexionar porque "el orden mundial se basa en el poder, relativamente benévolo, de Estados Unidos a lo largo del siglo". "Si la única potencia que puede afrontar las nuevas amenazas no tiene esa legitimidad, el mundo occidental no podrá enfrentarse a ellas". Según Kagan, no hay que engañarse respecto al futuro del mundo: "El orden y la justicia siempre serán más una esperanza que una realidad".

 

 

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