Imprimir
Inicio »Especiales, Medios  »

Elecciones en EEUU: La batalla ya se da en Twitter

| +

Por Antoni Gutiérrez-Rubí

El 4 de julio del año pasado, día en el que se celebra la independencia en EEUU, la cadena Fox News dio por muerto a Obama, víctima de un atentado en Iowa. Un hacker había entrado en el gestor de la cuenta de Twitter de la cadena. Varios tuits falsos en la misma cuenta ampliaban la cobertura informativa ofreciendo una apariencia de verosimilitud. El impacto viral de la noticia, con su propagación infecciosa en las redes y los largos minutos de desconcierto posterior, abrieron nuevamente el debate sobre la seguridad en la red. Pero, sobre todo, pusieron en evidencia el enorme potencial de Twitter como canal de referencia informativo. Incluidos los rumores o los bulos.

Estas elecciones del 2012 serán las de Twitter. La ley de la redundancia en las redes se confirma: se consume lo mismo en varias pantallas. La comunicación es ya multiformato y multiplataforma y, frente a los que anunciaban varias muertes de canales, sucede lo contrario: todos conviven, se retroalimentan y se especializan en un mundo más compartimentado. La fragmentación de la audiencia es un reflejo del microtargeting social de nuestras comunidades. En este contexto, Twitter consolida e incrementa su papel de redistribuidor de noticias, con más porcentaje de contenido compartido que el resto de redes. Ahí está su importancia. Es la antesala al siguiente consumo informativo y crea también un clima previo que determina y condiciona la predisposición lectora, y por lo tanto, la de la opinión pública. Por eso es tan importante en estas elecciones.

La elección de Ryan como aspirante a vicepresidente, por ejemplo, ha repercutido directamente en el balance general de la imagen del candidato Romney en Twitter. Según el Índice Político de Twitter, una vez que se hizo pública la elección, Romney generó más tuits positivos que el presidente, algo que no se veía desde hacía muchas semanas. Romney se enfrenta a una batalla clave por su imagen: si no consigue reducir la tasa de rechazo que su persona genera, lo tendrá muy difícil frente al rey de la empatía, Barack Obama. Empezar la recuperación en Twitter será decisivo.

Ganar el sentimiento general en las redes es clave en cualquier operación política. Perder en las trincheras digitales, a pesar de su volatilidad y vulnerabilidad, casi siempre tiene un efecto devastador en el conjunto. No obstante, el riesgo de que el subidón se deba solo a la novedad no se descarta, y la posibilidad de que su índice de simpatía vuelva a caer o permanezca igual -lo que sería crítico- se mantiene. De hecho, cuando John McCain, en el 2008, anunció la elección de Sarah Palin, sus índices de aceptación subieron. Sin embargo, ese impulso en las encuestas comenzó a bajar vertiginosamente con el tiempo.

Consciente de este enorme poder de las redes, Romney, finalmente, cumplió su promesa y anunció en primicia la elección de Ryan directamente a la ciudadanía con su aplicación móvil. Minutos después, lo reconfirmó a sus seguidores en Twitter. Paul Ryan, a su vez, también lo habría anunciado a través de su nuevo perfil de Twitter y su página de Facebook, y no fue hasta minutos después cuando los medios de comunicación tradicionales comenzaron a hacer circular la noticia oficialmente. Un ejemplo de cómo las legitimidades, privilegios y protagonismos informativos están cambiando.

Obama le lleva una gran delantera a Romney en Twitter: supera ampliamente los 15 millones y medio de followers mientras Romney no llega al millón, aunque algunos estudios recientes cuestionan la calidad y la efectividad de la ventaja del presidente a causa del alto número de seguidores falsos que tiene. Si Obama consigue, otra vez, convertir a sus seguidores en activistas, sus opciones aumentarán. La batalla de Twitter será decisiva. Un tuit no es un voto, pero puede cambiarlo. Esa es la fuerza de los 140 caracteres.

(Tomado de El Periódico)

Haga un comentario



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Vea también