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Trump se confiesa en El Doral y se "unta" en Palm Beach

El mismo día en que Florida se levantaba con la noticia de haber tenido su segundo peor día en el número de contagiados con la COVID-19 y Estados Unidos marcaba un nuevo récord de casos para 24 horas, Donald Trump desembarcó en el estado del sur, sin mascarilla y con su prepotencia habitual.

Lejos de lo esperado, no se trataba de una visita de emergencia para lidiar con el tema que más preocupa hoy a los floridanos y buena parte de los estadounidenses: el crecimiento exponencial de la pandemia que ya ha provocado más de 130 mil muertes en el país.

El inquilino de la Casa Blanca no había bajado al sur en calidad de mandatario, sino de candidato electoral. Su visita tenía claros propósitos electoralistas. Su comando de campaña anda muy preocupado por los números que ponen a Joe Biden al frente de la contienda en este estado, que es uno de los que más votos electorales aportará en los comicios de noviembre.

Ni una palabra para los enfermos o fallecidos por la COVID-19. Ni una idea sobre cómo apoyar a los trabajadores y pequeñas empresas de ese Estado que han sido duramente golpeados en estos meses. Ni un análisis sobre cómo enfrentar la crisis económica. Ni siquiera un guiño a los 560 trabajadores despedidos de su complejo hotelero y de campos de golf Trump National Doral Miami, forzado a suspender sus operaciones debido a la pandemia de coronavirus.

Venezuela, Cuba y el “socialismo”, que según él amenaza a los Estados Unidos, fueron el centro de sus discursos.

Sacando pecho de rufián

Donald Trump, presidente de EEUU, en una rueda de prensa en la sede del Comando Sur en Doral, Florida, este 10 de julio de 2020. Foto: Reuters

Primero visitó el Comando Sur, como para mostrar armas. El tema central era el combate al narcotráfico; el de afuera, claro. El objetivo: Venezuela, a quien la administración estadounidense ha intentado pintar como la principal amenaza de Estados Unidos en el tráfico de drogas a ese país. ¿La verdad no estará un poquito más abajo en el sur latinoamericano o incluso bien cerca de la frontera estadounidense? ¿Los grandes operadores y beneficiados no estarán dentro de las fronteras del propio imperio?

Allí sacó pecho sobre el poderío militar estadounidense y su vigente filosofía de la diplomacia de las cañoneras. Presumió del estratosférico gasto militar en el mismo lugar donde decenas de miles has perdido sus empleos y hogares y una escalofriante cifra ha muerto por la COVID-19. Arguyó que el ejército estadounidense es hoy “mucho más poderoso, letal y mejor preparado que nunca”. Ponderó la incrementada presencia de las fuerzas armadas de EE.UU. en el hemisferio occidental en una magnitud “sin precedentes en la historia reciente” y habló del aumento del patrullaje “antidrogas” en lo que denominó “las fronteras regionales desde el Mar Caribe hasta el Pacífico Oriental”.

Después enrumbó hacia el tema principal de su estancia electorera en la Florida: “Vamos a estar luchando (por Venezuela), y vamos a estar luchando por nuestros amigos de Cuba…Cuba y Venezuela, tenemos eso bajo control” (sic). ¿De verdad, Sr. Trump que usted cree que nos tiene bajo control?

Más tarde, su Asesor de Seguridad Nacional Robert O´Brien, quien le acompañó en el viaje, declaró a la prensa desde el mismo Comando Sur que “Venezuela es un narco-Estado, encabezado por un régimen corrupto, criminal e ilegítimo” y afirmó que “Durante años Venezuela ha inundado a Estados Unidos con cocaína”. Por ello, dijo que el imperio continuará “la campaña de presión máxima” contra el gobierno de Nicolás Maduro.

Donde se predica el terrorismo

Trump flanqueado en la Iglesia del Doral por Mario Díaz Balart y Rosa María Payá, el palito barquillero que Washington mueve de un lado a otro para intentar darle rostro joven a la gastada contrarrevolución. Foto: Agencias

Miami y el Doral tienen iglesias y templos por doquier, pero Donald Trump tenía que escoger muy bien a dónde ir. Si el objetivo era contentar a las bases anticubanas y antivenezolanas, nada mejor que llegarse hasta el Centro de Adoración Iglesia Doral Jesús, excelente lugar para el catecismo de la violencia y el terrorismo.

Es el mismo lugar al que acudía Alexander Alazo Baró, el terrorista que ametralló la embajada cubana en Washington a fines de abril pasado. Como denunció el Canciller de Cuba en su comparecencia ante la prensa el pasado 12 de mayo, este individuo “durante su estancia en Miami se asoció a un centro religioso llamado Doral Jesus Worship Center, Centro de oración de Jesús, en Doral, en Miami Dade, al que se aproximan regularmente y en el que se reúnen personas con reconocida conducta a favor de la agresión, la hostilidad, la violencia y el extremismo contra Cuba.

"En ese centro entró en contacto Alazo Baró con (...) el pastor Frank López, al que mantenía un seguimiento permanente en Facebook.

“El pastor López es un individuo que mantiene estrechas relaciones con personas como el senador Marcos Rubio, con un venezolano (...) llamado Carlos Vecchio y con otras figuras de conocido extremismo contra Cuba y promotores de la agresión a nuestro país, incluido el congresista Díaz-Balart.”

Pastor Frank López con el Senador Marco Rubio. Foto: Tomada de la página de Facebook de López

Entre las personas con quienes Alazo Baró se asoció estrechamente en esa iglesia está el ciudadano de origen cubano llamado Leandro Pérez, quien en su propio perfil de Facebook se declara como amigo cercano del tirador, a quien dice conocer y apreciar.

Leandro Pérez es conocido por sus incitaciones públicas en las redes sociales a favor de acciones de magnicidio en Cuba, ha singularizado en sus llamados a acciones violentas, precisamente contra el General de Ejército Raúl Castro Ruz y el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y ha llamado a atacar con drones lugares oficiales de la ciudad de La Habana.

Han pasado más de dos meses del acto terrorista contra la representación diplomática de Cuba en Washington, ubicada a pocas cuadras de la mismísima Casa Blanca. Hasta hoy, el Gobierno de Estados Unidos no ha dado disculpas oficiales a Cuba por el suceso. Tampoco lo hizo Trump en la guarida formadora de terroristas.

Si algo hizo fue confirmar que detrás del atentado contra la Embajada Cubana en abril está el clima de hostilidad y el discurso belicoso contra Cuba que él ha impulsado a la máxima expresión.

Una cohorte a su altura

En tan selectivo escenario, no menos lo era la audiencia que fue a encontrarse con el mandatario. La más rancia contrarrevolución venezolana y cubana, apenas ocho personajes a la mesa.

Con sus vítores, volvió a levantar el fantasma de un “socialismo” en Estados Unidos :"Los patriotas que están acá huyeron del socialismo para encontrar la libertad y ahora Joe Biden y la izquierda radical quieren imponer el mismo sistema socialista y más acá", sentenció el mandatario durante una "Mesa redonda en apoyo al pueblo venezolano”.

El mandatario consideró a Biden "un títere de Bernie Sanders, AOC (la congresista Alexandra Ocasio Cortez) y la militancia de izquierda, de la gente que quiere derribar estatuas y monumentos de George Washington, Thomas Jefferson y Benjamin Franklin...y de Jesús. Quieren derribar las estatuas de Jesús", agregó

“Terminé el regalo de Obama-Biden a Cuba. Cuba no lo está haciendo bien. Joe Biden ha dicho que reinstalará las medidas procomunistas de Obama. Fue ridículo lo que hicieron con Cuba, por eso me dieron el premio de la brigada de Bahía de Cochinos”, dijo con orgullo el non plus ultra del narcicismo, desconociendo al parecer que en esa bahía Fidel hundió al Houston y derrotó la invasión mercenaria financiada por Estados Unidos en menos de 72 horas. Primera vez que escucho al “orgulloso” Presidente estar blasonando de una derrota.

Trump junto a sus compadres de la Brigada Mercenaria durante la campaña electoral. Foto: Archivo

Para hacer los elogios de turno, nadie mejor que Mario Díaz-Balart, el más trumpiano de los representantes, quien lisonjero declaró: “la historia lo registrará como el presidente que liberó a este hemisferio del socialismo”. ¿De verdad?

Después llegaron los reclamos del anexionismo, el mismo de siempre, aunque ahora con rostro más joven. Rosa María Payá, la “lideresa” que sectores de poder estadounidense quieren imponerle a la contrarrevolución interna y a quien financian abundantemente -como para comprarse una buena casa de más de 300 mil dólares en Miami-, y la mueven de un lado a otro del mundo arrogándose vocerías que nadie le dio; ni siquiera sus compinches de negocio.

Payá: Bien cerca de la Brigada 2506 (+ Video)

Cazando mentiras: Un tuit perverso a lo Payá

En un inglés cipayesco y mediocre para tanto viaje y dinero, la Payá, bien sentadita al lado del rubio, le reclamó: “Le pido que enjuicie a Raúl Castro, a Díaz-Canel y a todos los altos oficiales del régimen. Y, muy importante, le pido que designe a los militares cubanos, a sus servicios de inteligencia y al partido comunista como organizaciones terroristas extranjeras por su relación con el crimen y el narcotráfico en la región”.

«Cuba está en crisis. El régimen no tiene otra cosa que ofrecer al pueblo que represión y violencia», dijo la susodicha.

La Payá agradeció también a Trump por su “apoyo al pueblo cubano” y por sus «acciones históricas para apoyar la democracia en Cuba y presionar a la cruel dictadura comunista». Es decir, que es un gran apoyo a los cubanos que nos asfixien, nos impidan la llegada de combustibles, alimentos y hasta ventiladores para las salas de terapia intensiva, y cada una del centenar de medidas restrictivas y agresivas contra la calidad de vida de nuestro pueblo que ha impuesto el inquilino de la Casa Blanca.

 

La pasada semana se conoció de una multa que el Departamento del Tesoro le impuso al consorcio Amazon por realizar ventas a "individuos que estaban empleados por las embajadas de Cuba, Irán, Corea del Norte, Sudán y Siria" en Washington, asi como la inclusión de Cuba y Venezuela en la lista de "adversarios Extranjeros" del Departamento de Energía por su supuesta capacidad para atacar la red eléctrica de los Estados Unidos.

 

Entre los invitados al confesionario del Doral estuvo además el terrorista Orlando Gutiérrez Boronat, del llamado Directorio Democrático –una de las organizaciones miameras que más dinero recibe del gobierno estadounidense para los planes subversivos y las acciones contra Cuba-, quien le pidió al presidente un juicio contra Cuba y contra Raúl “por crímenes de lesa humanidad” ¿Un verdadero criminal con el prontuario que Cubadebate recoge en sus archivos tiene moral para pedir enjuiciar a un pueblo?

“Desobediencia civil” de los terroristas de siempre II

Habló, en tierra del imperio, de Cuba como nación ocupante. Cuba es la base de la ocupación comunista en Venezuela y Nicaragua”, dijo. “¿Habrá leído este tipo la historia de Estados Unidos para saber de qué se trata cuando se habla de ocupación de otros países?

Por la parte venezolana, un tal Ernesto Ackerman llevó la voz del anexionismo antibolivariano: “Le hago dos pedidos: eliminar los gérmenes del socialismo en Cuba, Venezuela y nicaragura y que ayude al pueblo de Venezuela a salir del estado narcoterrorista que ha secuestrado nuestra nación. Ellos solos no pueden salir de él”.

Pasando el sombrero

Trump buscando money para la reelección. Foto: Archivo

El final de este viaje fue el esperado en una campaña electoral en los Estados Unidos. Recoger dinero entre poderosos contribuyentes; los que después imponen la agenda política del Presidente en los próximos cuatro años.

Fue una cena en una casa privada con los cubiertos a 580 600 dólares por pareja. El anfitrión fue el millonario Nelson Petz, un magnate de las finanzas, cuya opulenta propiedad de Palm Beach está a tan solo minutos del resort del presidente en Mar-a-Lago.

En 2016, el entonces candidato Donald Trump se ufanaba de usar su dinero para financiar su campaña y criticaba que aspirantes como su rival Hillary Clinton aceptaran fondos de empresas y multimillonarios que, aseguraba el hoy presidente, los condicionaban luego al llegar a la Casa Blanca. Era una característica del “pantano” que para él era Washington DC y que proponía “secar”.

Un análisis del diario The Washington Post muestra que el presidente ha dejado atrás sus aprehensiones respecto a la potencial influencia del poder financiero en la política y desde octubre de 2017 ha participado en unos 50 encuentros privados con donantes élite del Partido Republicano en eventos cuyas entradas empiezan en los $50,000 por persona.

Florida será el escenario de la proclamación de Trump como candidato presidencial. Una derrota allí en noviembre sería mortal en su enfermiza obsesión reeleccionista.

Epílogo de la supina ignorancia

“Nadie estaría seguro en una América de Biden”, exclamó Donald Trump ante sus oyentes en la iglesia del Doral.

Sería difícil que Estados Unidos fuera a peor que cómo anda ahora, con la gente en la calle pidiendo justicia y cese de la discriminación y un presidente alentando a las fuerzas del odio y la xenofobia. Con una policía que sigue matando personas a mansalva, una crisis económica que golpea a millones y un número espeluznante de nuevos casos de COVID-19.

Este domingo,mientras el presidente jugaba golf en uno de sus campos en Sterling, Virginia, la Florida acaba de establecer un nuevo récord de casos con con el coronavirus para todos los Estados Unidos, superando la antigua marca negativa de Nueva York. Más de 15 300 casos en un sólo día. Es la estela que dejó el paso del peor presidente de la historia en los Estados Unidos, como lo calificó un reconocido historiador.

Un editorial reciente de The Washington Post retrata la terrible situación y la testarudez presidencial: "La grave situación de la nación empeora por la ignorancia y la negación de Trump. Todavía afirma incorrectamente que el aumento en el número de casos se debe a más pruebas. Él dice falsa y cruelmente que "el 99%" de los casos "son totalmente inofensivos". El Presidente está desconectado de la realidad. Sea testigo de las unidades de cuidados intensivos del hospital colapsadas desde Florida hasta California. A pesar de los heroicos esfuerzos de los trabajadores de la salud, la pandemia está fuera de control en la mayoría de USA, muchos estados están abrumados y luchando, y el número de muertos asciende a 132.000 personas".

Personas hacen fila para obtener el servicio de pruebas de detección de COVID-19 por parte de la Guardia Nacional del Ejército en Florida, en colaboración con la Ciudad de Miami Beach y el Departamento de Salud de Florida, en el Centro de Convenciones de Miami Beach (Florida, EE.UU.). EFE/Cristóbal Herrera

Trump calla y juega golf, vive y sueña pensando en su reelección, mientras el país zozobra en medio de la pandemia.

De este lado del Mar Caribe, miramos con recelo hacia arriba pero sin miedo, mientras acabamos de darle la estocada al coronavirus y nos concentramos en hacer parir los surcos y las fábricas.