Cubadebate

Si no les suenan nombres como Michael Dukakis, Walter F. Mondale o Adlai E. Stevenson es por razón. Estos tres políticos, que estuvieron a punto de ser presidentes de Estados Unidos y que fueron protagonistas absolutos de los titulares durante los años de sus elecciones, cometieron el pecado más imperdonable en la política estadounidense: perder la carrera a la Casa Blanca.

A partir de ahí, difícilmente puede volverse a la normalidad (aunque no es imposible: tanto Al Gore como John McCain han logrado levantar o mantener respetables carreras tras perder las elecciones en 2000 y 2008, respectivamente; el candidato de 2004, John Kerry, no tuvo esa suerte).

El partido perdedor comienza un proceso de reparto de culpas que, muy a menudo, culmina con la caída en desgracia del candidato y el olvido absoluto de su nombre para la historia en aras de dar la imagen de que ya se está pensando en la siguiente victoria.

Todo esto es algo que nos ha recordado ahora el más reciente perdedor de las elecciones presidenciales, el republicano Mitt Romney.

Tras ser derrotado por Obama; tras alimentar durante más de un año la imagen de republicano acicalado, abigarrado y adinerado que, siendo suaves, entiende las necesidades de la clase alta; tras venderse como un ganador seguro con una confianza poco desencaminada vistos los resultados pero rayana en la arrogancia, ahora Romney ha vuelto a los titulares por haber personificado esa sensación de que perder unas elecciones presidenciales es entrar en un callejón sin salida.

En particular, ha sido una foto que ha corrido como la pólvora por Internet: Romney despeinado, con la camisa arrugada, con aspecto de cansado, en una gasolinera, usando él mismo la manguera para llenar su depósito con gesto crispado.

La imagen la tomó en La Jolla (California) una persona que luego la subió a la popular web Reddit bajo el nombre de usuario "mkb95". "Mitt Romney en mi gasolinera local. Se le ve cansado y acabado", escribió. "Hablé con él unos buenos tres minutos mientras llenaba su depósito. Supongo que se está mudando a una de sus casas en la ciudad en la que vivo, La Jolla".

Es especialmente trágico que esta imagen salga ahora, no ya por las connotaciones mencionadas anteriormente sobre la imagen de acabado, sino porque el talón de Aquiles fue, precisamente, su incapacidad para presentarse de esta manera ante sus votantes: como ellos, trabajando con sus propias manos. Conectado con la realidad del trabajador medio. Quizá esto le hubiera venido bien al hombre al que NY Daily News definió como "abotonado hasta la soberbia".

(Con información de Yahoo Noticias)