Cubadebate

Cubadebate ha traducido el editorial que publica hoy el diario Nation, de Barbados

Gupos de exiliados cubanos en los Estados Unidos de América la semana pasada, celebraron la decisión de un tribunal de Texas que podría poner punto final a cualquier esperanza de juicio justo contra un conocido terrorista cubano, que como prueba amplia documentación al respecto, dirigió el sabotaje con bombas de un avión comercial de Cubana de Aviación comercial que cayó cerca de Barbados el 6 de octubre de 1976 y provocó la muerte de las 73 personas a bordo.

La decisión del tribunal fue absolver al cubano Luis Posada Carriles, un agente reconocido de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), procesado por haber mentido a los funcionarios de inmigración y con cargos de "perjurio y fraude de inmigración", cometidos cuando fue originalmente en EEUU en 2005.

Sin embargo, como advirtieron los Ministros de Relaciones Exteriores de la Comunidad del Caribe en una declaración que instaba a los EEUU a hacer justicia en el caso de Posada (83 años) por su papel central en ese terrible desastre de Cubana - sin precedentes en el espacio aéreo del Caribe-, es obvia la postura cínica de dicha decisión de un tribunal federal de Estados Unidos.

El cinismo está afincado en la conciencia de que en vez de ser penalmente acusado por su papel clave en la tragedia de Cubana, con la información que tienen a su disposición, las autoridades de inmigración optaron por detener a Posada y juzgarlo por entrar ilegalmente en los Estados Unidos después de su fuga de una prisión en Venezuela.

A raíz de la catástrofe del atentado en Barbados, Posada salió a toda prisa de Venezuela, donde había adquirido la ciudadanía de ese país.

El gobierno de Venezuela había solicitado formalmente la extradición de Posada de los Estados Unidos para ser juzgado en relación con la tragedia de Cubana de Aviación que costó 73 vidas - 57 ciudadanos cubanos, 11 guyaneses y cinco norcoreanos.

Sin embargo, desde la administración de George Bush padre a la de la presidencia durante dos mandatos de su hijo mayor, extendida ahora al período actual del presidente Barack Obama, el exiliado cubano Posada, a menudo descrito por los principales medios de comunicación de los Estados Unidos como el más "connotado terrorista" del Hemisferio Occidental, fue la de continuar eludiendo los reclamos por la tragedia del atentado de Cubana, mientras se enfrenta a cargos por proveer información falsa a los servicios migratorios de los Estados Unidos.

Lo que vemos es un contrasentido entre las declaraciones estridentes de los presidentes de Estados Unidos contra el terrorismo internacional, las peticiones de los gobiernos de Cuba, Venezuela y el CARICOM para que sea juzgado por el atentado de Cubana, y la celebración de la comunidad de exiliados cubanos en Florida, tras la absolución la semana emitida por un tribunal en Texas.

Tan cínica como el cambio del presidente Obama, que en vez de cumplir su promesa de cerrar el centro de detención de Guantánamo convirtió el lugar en un tribunal militar para presentar las pruebas de los actos "terroristas" de los prisioneros allí confinados, es esta absolución de Posada por un jurado que simplemente lo juzgó de haber "mentido" a lnmigración. Quizás no debería considerarse como una gran sorpresa, por es muy doloroso cómo evolucionaron los acontecimiento después de casi 35 años de ese horrible desastre humanitario en Barbados.