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En la entrevista con CNN, Sean Penn se muestra molesto. Muy molesto. Le tiembla la voz. Se había pasado el día entero buscando un hospital que pudiera atender a un niño de 15 años con difteria, Oriel. Los hospitales no tenían la medicina necesaria para dársela a tiempo al muchacho, y murió. "No hay excusas", añade. Esto es el comienzo de un desastre incluso más grande que el del terremoto, refiriéndose a la posibilidad del brote de difteria en los campamentos de refugiados. No habrá Haití que reconstruir, si no queda gente, dice.