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Puig de la Barca: Desde Veitía hasta Peró, cualquiera pudo haber alcanzado un título en Tokio

Roniel Iglesias celebra su victoria. Foto: Reuters.

Los púgiles cubanos ratificaron en los Juegos Olímpicos de Tokio la calidad de la escuela nacional de boxeo, al conquistar cuatro títulos y un bronce. La extraordinaria forma deportiva de Roniel Iglesias, la constancia y la maestría de Julio César, la seguridad de Arlen López en citas de este tipo y la consagración deportiva de Andy Cruz hicieron que la cosecha fuera mayor que la esperada.

“Como hemos dicho en otras entrevistas, nuestros boxeadores llegaron a la Olimpiada con un pronóstico de dos oros y dos bronces. Pudo parecer conservador, pero se tuvo en cuenta que Cuba solo llevaba siete atletas.

“Hubo varios factores en contra: la reducción a ocho de las divisiones con respecto al año anterior (10) y la pérdida de la posibilidad de clasificar a Feliciano Hernández, excelente boxeador de 75 kg”, comentó vía telefónica el presidente de la Federación Cubana y comisionado nacional de la disciplina, Alberto Puig de la Barca.

En medio de las limitaciones impuestas por la pandemia de covid, la preparación en la finca del Wajay transcurrió bajo un total aislamiento a través del sistema de burbuja y con doble sesión, de lunes a lunes.

“A diferencia de países de Europa, con tradición en el boxeo, Cuba no participó en ningún evento oficial, por lo que presentamos dificultades para cumplir la ruta crítica pautada en 2020. No obstante, se realizó una gira próxima a los Juegos, por Alemania, donde se concentraron púgiles kazajos, mongoles y los locales.

“Allí se hicieron sparrings con buenos atletas, en modo similar a una competencia, y esto posibilitó poner en forma competitiva a nuestros boxeadores”.

Luego se trasladaron a una base de entrenamiento en México. El 11 de junio se organizó un tope con profesionales, donde participaron ocho púgiles, los siete clasificados y Feliciano, quien tenía opciones de asistir a la Olimpiada, pues había aún tres plazas a coordinar por el Comité Olímpico Internacional (COI).

“Ganamos siete peleas y la otra la empatamos, la de Iglesias. Los combates fueron a seis asaltos, se entrenaban ocho para pelear a seis. En esa etapa estábamos en el desarrollo del volumen; a partir de ahí, se bajó en este parámetro, al igual que en la intensidad, para que alcanzaran la forma óptima.

“Al concluir los combates, los boxeadores estaban como si no hubieran peleado, cero cansancio, e incluso muchos de ellos ni se sentaron. Ver esto nos motivó, porque antes de subir al ring, como el tope era contra profesionales, teníamos preocupaciones: ¿Y si reciben heridas? ¿Se extenuarán?... Al final, el encuentro fue perfecto para la preparación física, técnica, táctica, porque pelearon contra boxeadores que se aproximaban a sus rivales en los Juegos, que serían los kazajos, los rusos...

“Ese evento posibilitó corregir aspectos para alcanzar la óptima forma deportiva. Luego, viajaron a Holanda, donde realizaron otra base de entrenamiento y se enfrentaron a profesionales de menor nivel, pero ese fogueo les aportó también. La pelea más disfrutada fue la del campeón mundial de kickboxing contra Julio César, ganada por este último. Finalmente, regresaron a Cuba a la última base de entrenamiento y continuaron en  aislamiento. De ahí fueron a Tokio”.

Tokio adentro y los boxeadores cubanos sobre el ring

Alberto Puig de la Barca, presidente de la Federación Cubana de Boxeo. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

Cualquiera de los siete boxeadores cubanos que llegaron a los Juegos pudo haber logrado una medalla de oro, por la forma y la calidad de nuestra escuela. Hasta se midieron contra cubanos, formados aquí; sus resultados son también nuestro fruto.

Desde Veitía hasta Peró, cualquiera pudo haber alcanzado una medalla, incluso de oro, en una Olimpiada a la que van los mejores del mundo, donde hay contrarios muy fuertes.

“Con Iglesias arrancamos contra un japonés, pero confiábamos en él. No estaba en pronóstico de medalla, aunque yo sí pensaba que podía lograr una, por la forma deportiva en que estaba y por cómo se vio durante el inicio de la competencia. Fue un oro que no esperábamos.

“Para Arlen se vaticinaba un bronce, pero estábamos convencidos de que potencialmente podía obtener el título, pues en el mundo no tiene rival en los 81 kg.

“Álvarez era bronce, aunque tenía posibilidad de oro. En la pelea por el pase a la final no se fijaron bien los jueces. Ganó el primer asalto, en el segundo estuvo mejor que en el primero y, sin embargo, los jueces lo vieron perder. El tercero sí lo perdió, pero ganando el primero y el segundo, hubiese logrado la victoria y asegurado, al menos, plata”.

El boxeador cubano Dainier Peró. Foto: ACN.

En cuanto a Dainier Peró, De la Barca recuerda que tampoco estaba en los pronósticos de presea. “Primero superó convincentemente al colombiano, pero los obstáculos llegaron contra el estadounidense Richard Torres, un púgil muy rápido, agresivo, con otro estilo de pelea.

“Peró ganó el primer round y perdió el segundo. En el tercero estuvo dominando durante los primeros dos minutos, pero cedió en los últimos 40 segundos, que son los que definen en gran parte la decisión de los jueces.

“En ese tiempo estuvo mal, y no hizo nada de lo que se había preparado. Al menos pudo haber ido por un bronce, lograr una medalla; pelear con el kazajo e ir por el oro. Su velocidad y técnica se lo hubiesen permitido.

“Veitía no estaba en medalla, aunque tenía muy buena forma deportiva. Perdió el pase del bronce con el inglés, un boxeador fuera de pronóstico, agresivo, combativo. A diferencia de Peró y Lázaro, Veitía sí perdió a la claras su pelea, aunque sea un excelente boxeador, mejor que el inglés, pero este no le dio tiempo a que hiciera su pelea.

“Los siete podían lograr el oro, aunque los dos nombres que dimos como candidatos al título fueron Julio César y Andy. Pusimos las dos cruces, porque siempre hay que dar el pronóstico con nombre y apellidos.

“Optamos por bronce con Arlen López, que podía lograrlo fácilmente, y Álvarez, que tenía un impresionante historial de dos bronces olímpicos y tres títulos mundiales. Esta vez tampoco lo logró. Debió atacar más. Aunque, en mi apreciación, ganó el combate, pues lo vi vencer en el primero y el segundo rounds.

“De los siete, dos estaban en el primer lugar del ranking, Andy Cruz y Lázaro Álvarez; dos en el segundo, Roniel y Arlen; uno en el tercero, Veitía, y Julio César en el cuarto, porque cambió de división. ¿Qué equipo tiene un palmarés como ese, entre todos los deportes?

Arlen López celebra en el cuadrilátero. Foto: Reuters.

El futuro inmediato

¿Luego de ese resultado, cuál es el reto inminente del boxeo cubano?

–En septiembre empieza el nuevo ciclo olímpico hacia París 2024. Comenzaremos la preparación para el campeonato mundial, que da puntos en el ranking. Será en Belgrado, Serbia, del 26 de octubre al 6 de noviembre con la presencia de 13 divisiones, desde 48 kg hasta más de 92 kg.

“Hay que preparar atletas en 13 divisiones (48, 51, 54, 57, 60, 63, 67, 71, 75, 80, 86, 92 y + de 92). Este año ese es el reto más importante. Luego vendría el Campeonato Nacional Playa Girón, si lo permite la pandemia. Lo organizaríamos en Sancti Spíritus, en diciembre.

“Al mundial tienen posibilidades de ir todos los que fueron a Tokio. Llevaremos a los que mejor estén. Tenemos previsto hacer un tope para decidir quiénes finalmente representarán a Cuba en esa competencia.

La de 48 kg es una división nueva. Tendremos que hacer una selección, porque bajar hasta 48 kg no es igual. Lo importante es que muy pocos países podrán darse el lujo como Cuba de llevar esa cantidad de púgiles. Solo Rusia, Kazajistán, Uzbekistán… quizás Reino Unido y Estados Unidos”.

Según una reciente publicación de la escuela cubana de boxeo en Facebook, “si no surgen imponderables, los reajustes entre los olímpicos parecen 'cantados': Yosbany Veitía de 52 a 51, Lázaro Álvarez de 57 a 60, Andy Cruz de 64 a 63.5, Roniel Iglesias de 69 a 71, Arlen López de 81 a 82, Julio César La Cruz de 91 a 92 y Dainier Peró de +91 a +92.

“En los 75 kg, Yoenli Feliciano Hernández tiene a su favor haber cubierto toda la ruta preparatoria hasta las puertas de la justa bajo los cinco aros. En los 57 suena el nombre de Osvel Caballero y en los 67 la designación parece apuntar a Kevin Brown.

“Además del defensor de los 48 kg, la otra más clara incógnita ronda en torno a los 54 kg, pero en general los estrategas dispondrán de lo necesario para escoger a partir de lo que acontezca en la concentración desde finales de agosto”.

Andy Cruz fue el único púgil cubano que obtuvo un titulo en el mundial de Ekaterimburgo. Foto: Reuters.

¿Cómo valora los resultados en el mundial de Ekaterimburgo 2019?

–En el caso de Ekaterimburgo, se convocaron ocho divisiones y Cuba logró un oro. Solo cuatro países alcanzaron un título y Cuba estuvo entre ellos, además de conseguir una plata, sin contar que para mí el oro de Lazarito se lo quitaron. No lucimos como Cuba acostumbra a ver a sus boxeadores.

“El éxito del boxeo cubano en los Juegos de Tokio fue por dos cosas: el nivel de preparación y la forma deportiva, y el arbitraje que no fue tan cruel. No siempre ha sido así.

“A Cuba la ven con malos ojos hasta los jueces. No es muy simpático que un país como el nuestro le gane a las principales potencias. En Tokio, Cuba sola obtuvo la misma cantidad de medallas de oro que el resto de las potencias unidas. Dimos muy buena impresión”.

Habla Julio César, un campeón de Patria o Muerte

“La pelea contra Enmanuel Reyes fue buena, pero dominada por mí desde el principio hasta al fin. Las expectativas y emociones que él le dio en las redes sociales la hicieron aún más interesante”, dice vía WhastApp el capitán de la escuadra cubana, quien tras el combate fue bautizado como un “campeón de Patria o Muerte” al responder a una provocación desde el público.

“En Tokio respeté a todos mis rivales. Eran los Juegos Olímpicos, y estar en una nueva división es un compromiso muy fuerte. Pero vi como más difícil al brasileño Abner Teixeira.

“Mi táctica se basó en cumplir las orientaciones de la esquina y aprovechar la buena preparación que traía para la competencia, entradas y salidas con series de golpes rápidos y efectivos, y lo que siempre he hecho: mis felinos movimientos de manos y piernas”.

Algunos tenían dudas de tus posibilidades. ¿Qué representó ese oro en Tokio 2020 para ti?

Este oro ha representado mucho. Para los que no creían, y para los que confiaron, aquí está mi corona, porque lo prometido es deuda. Me preparo siempre para ganar el oro y lo que le prometa a mi madre es ley.

“La acogida en Cuba y en Camagüey ha sido como nos merecemos los verdaderos campeones, los que amamos y estamos con esto.

“He entrado a mí entender en el top 5 del boxeo cubano a lo largo de la historia. Soy el primer boxeador cubano en ganar el oro olímpico en los 81 kg y el único que en el boxeo mundial se ha titulado en los 81 y 91 kilogramos en Juegos Olímpicos”.

¿Qué retos tiene el boxeo cubano luego de Tokio?

–Seguir siendo la nave proa del deporte cubano y aumentar los resultados en los eventos donde representemos al país.

“Ya estoy con la mira en París 2024. Quisiera ser el abanderado cubano a esos Juegos, como lo ha sido en estos años uno de mis grandes ídolos del deporte, Mijaín López”.

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