La Matemática y la Teleinformática en apoyo a la distribución y la venta de productos de primera necesidad, en tiempos de Covid-19

Las colas son un elemento de difícil manejo en medio de la pandemia. Foto: Bohemia

Mi anterior artículo con la Matemática y la Teleinformática como protagonistas, fue más conceptual que operacional, este de ahora será más aterrizado, sin perder su vinculación con la batalla frente a la Covid-19 y el comportamiento humano. Me referiré a procesos subyacentes que tienen una gran importancia para cualquier ciudadano.

Ya fue publicado un buen trabajo en Cubadebate por el periodista Oscar Figueredo, basado en la entrevista con tres importantes científicos que están en el frente del combate: Pedro Más, Raúl Guinovart y Lizet Sánchez Se esclarecieron muchos conceptos, pronósticos  y funciones matemáticas con sus respectivos gráficos.

Los pronósticos sobre la evolución de una pandemia, siempre serán fuente de interés de especialistas y de aficionados de la Matemática y la Epidemiología. Se produce una especie de concurso no convocado, en que la mayoría saca a flote el profesional o conocedor que lleva o cree llevar dentro. Es casi como discutir de pelota. Ya lo dijo el doctor Durán.

Después que salgamos de esta contingencia, tendremos dos apellidos de científicos con oficios permutables: Durán es el Rubiera de la meteorología; o Rubiera es el Durán de la epidemiología.

En este artículo abordaré un tema peliagudo y que nos toca a todos o casi todos, en mayor o menor medida. Me refiero a la distribución y la venta de productos básicos alimenticios o de higiene. Evitaré abusar de tecnicismos.

Parto de la convicción que el eslabón primario de la cadena es la producción en cantidad y calidad para satisfacer la demanda de la población, pero por las razones ya explicadas por nuestro presidente Miguel Díaz Canel, no estamos en condiciones de resolver este objetivo crucial en estos momentos.

Planteamiento del problema: No podemos producir la cantidad de productos básicos demandados por la población, y hay que acercarse a una distribución lo más efectiva,  ordenada y justa posible.

No existirá una solución que satisfaga al 100%, pero si logramos que satisfaga  digamos al 80%, estaremos mejor que antes, y nos permitirá dar un tratamiento específico al 20% insatisfecho o perturbador.

La organización de la venta de productos escasos, siempre generarán colas de clientes intentando comprarlos. Por si se lee por amigos de otras latitudes colas es para ellos filas, no quiero males entendidos.

En Cuba cualquiera puede hacer una tesis sobre diseño  y ejecución de las colas. Recuerdo un brillante artículo periodístico de Enrique Núñez Rodríguez, cuando acompañaba al Gabo, en la edición dominical de Juventud Rebelde, que decía que en Cuba  las colas eran atípicas,  entre otras cosas por lo siguiente. Hay que preguntar por el último, ya que no necesariamente el del final de la cola lo será; hay que preguntar quién o quienes tiene delante, por si se va y no dice nada no perder el puesto; algunos al responder dicen, conmigo vienen tres, cinco o seis; algo que puede ser cierto o una precaución para colar a recién llegados, por razones varias; otros al momento de tocarle el turno no pueden entrar porque algo le falta y entonces dicen a viva voz, estoy rotando.

Entonces diseñar y organizar una cola es algo muy serio, y todavía lo es más, mantener su buen funcionamiento.

Otra variable del sistema es la cantidad tope que puede adquirir un cliente. Hay profesionales del invento y convencen o gratifican a que otros conocidos o no,  los acompañen para que en lugar de una unidad, le vendan dos o tres o hasta cuatro.

La Matemática tiene una importante rama llamada Investigación de Operaciones (IO), que se basa en el uso del método científico y los resultados de su aplicación sirven de apoyo cuantitativo a la toma de decisiones en la administración. Implica además el uso del análisis cuantitativo y por tanto se apoya en modelos y métodos matemáticos. Frecuentemente, trata del estudio de complejos sistemas reales, con la finalidad de mejorar (u optimizar) el funcionamiento de los mismos. La investigación de operaciones permite el análisis de la toma de decisiones teniendo en cuenta la escasez de recursos, para determinar cómo se puede optimizar un objetivo definido.

La Optimización es una de las metodologías más importante para formular y resolver diversos problemas orientados a la toma de decisiones en las diferentes áreas de la Ingeniería, la Economía y en particular, en la Investigación Operativa.

A continuación relaciono algunos objetivos específicos de la solución al problema.

  1. Optimizar el recorrido y consumo de combustible del transporte con mercancías desde los almacenes hasta los sub-almacenes o puntos de venta
  2. Optimizar la determinación de puntos de venta, para que el desplazamiento del cliente, o del mensajero hasta la casa del cliente sea viable y seguro
  3. Optimizar el diseño de las colas y su funcionamiento, para que se utilice el menor tiempo y se eviten grandes aglomeraciones.
  4. Combatir a los ciudadanos inescrupulosos que compran y acaparan para revender

Podemos decir que hay cuatro etapas principales en el proceso.

La distribución de la mercancía desde los centros productores nacionales o mixtos en Cuba, o desde puertos en que arriban las mercancías importadas; hasta los almacenes del distribuidor mayorista.

La distribución desde los almacenes hasta los centros de venta.

La recepción y organización para la venta minorista

La venta minorista al cliente final.

Las tres primeras etapas son casos clásicos que la IO tiene bien formalizada en el método de Transporte, y lo que resulta indispensable es la entrega de datos veraces y oportunos para que el resultado sea confiable.

La cuarta etapa es la más complicada por la alta incidencia del comportamiento humano.

No considero ni justo ni conveniente darle a nuestra PNR más responsabilidad que la que les toca desde el punto de vista del orden público.

El segundo Jefe Nacional de la PNR ha explicado con sabiduría que hay que distinguir entre un ciudadano mal intencionado o delincuente y el ciudadano desinformado o desesperado por la necesidad de adquirir un producto básico.

Pero en una cola caótica, o como dije en un tuit una cola loca (no es casual que con la palabra cola se puede escribir loca), se produzcan alteraciones emocionales y actitudes agresivas entre los participantes, y de destrucción de las instalaciones.

Por tanto una vez resuelto por la Matemática y la Teleinformática la distribución óptima hasta el centro de venta minorista, tendremos la solución de la cuarta etapa.

Ya sabemos que no hay recursos para satisfacer toda la demanda, pero podemos buscar una solución aceptable, al multiplicar los centros de venta con racionalidad y la mayor cercanía posible al cliente final.

En el caso de que sea necesario organizar ventas en grandes tiendas, se podrían adoptar medidas factibles tales como el uso de dígitos del número de identidad permanente. Ello permite segmentar numéricamente la población que debe acudir a comprar un día o sesión del día determinado.

Partiendo de la existencia del producto puede determinar la cantidad de personas a las que se les venderá un producto dado, según el tope de unidad por consumidor, y distribuir tiques foliados.

Yo he intercambiado con algunos prestigiosos colegas matemáticos con conocimientos y compromiso de colaboración, tales como Sira Allende, José Miranda, Javiér Pérez Capdevila y Raúl Guinovart.

Evidentemente no es mi intención, ni podría ser, diseñar el sistema de solución del problema, pero sí estoy seguro que en dependencia de la duración de la batalla intensiva frente a la Covid-19, se pueden obtener respuestas rápidas como una pandemia reclama.

Aunque no incluyo en el problema y la solución la alternativa de comercio electrónico en sus diferentes modalidades, es evidente que también la Matemática y la Teleinformática resultan de gran utilidad, o en algunos casos indispensables para su buen funcionamiento.

No voy a profundizar en lo que hasta ahora ha venido sucediendo con las ofertas de venta a distancia con la variante de pre despacho o entrega a domicilio. Eso daría para un nuevo artículo.

Muchos ciudadanos claman por la utilización de la libreta de abastecimiento para lograr una distribución ordenada y en lo posible equitativa.

Le sugiero a la ministra de Comercio Interior hablar con el Dr. C. Raúl Guinovart, decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de la Habana, para  que utilicen el potencial científico de dicha institución docente e investigativa universitaria.

Como otros colegas han afirmado, el enfrentamiento a la Covid-19, ha sido partero de iniciativas, inventivas y aplicaciones de la ciencia y la tecnología, que deben ser aplicados adecuadamente en los tiempos de normalidad.

En el intercambio que espero se produzca, podremos especificar, ampliar y profundizar sobre las técnicas y métodos matemáticos y teleinformáticos, que combinados correctamente, pueden  dar respuesta al problema planteado.