Cubadebate

Por Carlos Muñiz Pérez

Carlos Muñiz Varela y su hijo Carlitos. (Foto: Juventud Rebelde)

Hoy se cumplen 31 años del atentado terrorista que le quitó la vida a mi papá, Carlos Muñiz Varela. Hoy iremos nuevamente al cementerio, con todos los reclamos a cuestas, pero sin que se haya hecho justicia, sin que haya acusados ni convictos. Hace falta mucha determinación y optimismo para seguir exigiendo que salga a la luz la verdad después de tanto tiempo. A los amigos y familiares de Carlos nos sobran.

Hace una semana le escribimos una carta formal al Secretario de Justicia de los Estados Unidos, Eric H. Holder, Jr., misiva que se une a las cientos que hemos dirigido en estas tres décadas a distintos funcionarios gubernamentales locales y federales, pidiéndole que le ordene al FBI la entrega al Departamento de Justicia de Puerto Rico de toda la información que tenga en su poder sobre este caso.

Por cuánto tiempo más debemos esperar para que tanto las autoridades locales como las federales asuman su responsabilidad. Por cuánto tiempo más debemos esperar para que, con la información y evidencia que admite tener el FBI, las autoridades locales encausen a los responsables de este asesinato político. Por cuánto tiempo más, pregunto; por cuánto tiempo más.  De qué depende y por qué debemos seguir esperando para que se ejerza el acto más básico de la democracia.

Nuestras expectativas siempre han sido y serán las mismas, honrar la memoria de nuestro padre, para que algún día, sus amigos y familiares podamos volver al cementerio sin tener que reclamar que se haga justicia y sin tener que pedir, año tras año, que se dé a conocer la verdad; para que algún día, podamos devolverle a Carlos la tranquilidad y la dignidad humana de saber quién lo mató.