Naturalizada cubana, en 1938, a los 15 años de edad, comenzó su carrera de cantante al participar en un programa competitivo llamado La Corte Suprema del Arte, donde obtuvo el primer lugar. A raíz de este suceso, unos meses después debuta como actriz cinematográfica en el largometraje Una Aventura Peligrosa, en el año 1939, bajo la dirección de Ramón Peón. Un año después, en 1940, ocurre su debut teatral en la zarzuela El asombro de Damasco en el teatro La Comedia. Así en apenas dos años emergía triunfante su estrella de artista polifacética. Contaba en ese momento con apenas 17 años de edad.
La década del 40 la consolida como la más famosa vedette en Cuba, México y España. En México su carrera cinematográfica es rutilante; trabajó en más de una decena de filmes junto a las principales figuras de la Época de Oro del Cine Mexicano, entre ellos Luis Aguilar, Jorge Negrete, Pedro Infante, Tin Tan y muchos otros grandes artistas del momento. También laboró con luminarias de América como Libertad Lamarque, Hugo del Carril, Luis Sandrini y otros.
Sostuvo una estrecha colaboración profesional con el gran compositor Agustín Lara, la que devino en fuerte y perdurable amistad. Junto a su labor en el cine realizó un destacado trabajo como actriz y cantante en distintas compañías, dejando su impronta en la zarzuela, la opereta y la canción lírica. Este enorme trabajo trajo consigo que fuera declarada en siete ocasiones como la Primera Vedette de México y más tarde como Primera Vedette de América.
Ya en Cuba se muestra incansable; trabaja en el teatro, la radio, la revista ligera, el espectáculo musical variado, el cabaret, el cine y la televisión. Su amistad y colaboración profesional con los más grandes profesionales del arte cubano signan su vida, personal y laboral. Ernesto Lecuona, Rita Montaner, Bola de Nieve, Benny Moré, María de los Ángeles Santana, Rodrigo Prats, Adolfo Guzmán y Armando Romeu, entre muchos otros son sus amigos, admiradores y compañeros de trabajo.
Contrajo nupcias con el gran actor cubano Armando Bianchi y juntos marcaron época en la televisión cubana, alcanzando siempre los más altos ratings de tele audiencia. Rosa Fornés llevó su arte a múltiples escenarios de los más diversos países de Europa, América Latina y en los Estados Unidos, alcanzando niveles de éxito enormes. En este último país sus actuaciones muchas veces fueron objetos de ataques del sector más intolerante del exilio cubano que no le perdonan haber permanecido en Cuba revolucionaria, junto al pueblo que la ama.
Considerada una leyenda viva del arte y la cultura de nuestra patria, ha recibido distintos reconocimientos y condecoraciones de Cuba y otros países, entre los que resaltan el Honor al Mérito, otorgado en México, la distinción Por la Cultura Nacional, el Premio Nacional de Teatro en el año 2001 y Premio Nacional de Música en el año 2005.
El adiós de la Vedette Cubana
Último adiós a Rosita Fornés. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.
El 10 de junio 2020, a las 04:07 de la mañana, falleció en Miami a los 97 años de edad, la vedette cubana rodeada de algunos familiares y amigos.
De conformidad con su última voluntad y de acuerdo con sus familiares, los restos de Rosita Fornés se trasladaron de Miami a Cuba, donde el 16 de junio, a las 10 y 30 de la mañana abrió sus puertas del Teatro Martí para que el público le ofreciera tributó el homenaje merecido.
No faltaban en la sala lirios y rosas. Una bandera blanca cuidaba la urna, también blanca.
Una vez concluyó la ceremonia y se cerró el fétreo, Rosa María Medel, única hija de Rosita, aseguró que su madre será recordada como una cubana y una mujer brillante y bondadosa. “Se cumplió su voluntad de venir a Cuba que tanto quiso y tanta alegría le dio”.
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(Tomado de Radio Caibarién)