Cubadebate

Por Mayte Madruga Hernández, especial para Cubadebate

Por más de 20 años Danza Combinatoria ha estado en los escenarios de Cuba y del mundo. Desde que su directora y fundadora Rosario Cárdenas desarrollara la  técnica del mismo nombre, esta compañía ha permanecido en el gusto del público por sus coreografías y su relación con otras manifestaciones artísticas.

Concierto en nueve, programa variado en el que jóvenes bailarines trabajaron como coreógrafos fue presentado este fin de semana en el teatro Mella. Sobre el valor de este hecho y el trabajo de la compañía, Cárdenas respondió algunas interrogantes:

¿Qué importancia le concede a qué jóvenes de su compañía se estrenen como coreógrafos?

Para mi significa una manera de comenzar a encontrar un lenguaje. Las piezas que se estrenan son de pequeño formato y de corta duración, pero no por eso dejan de ser complejas. Estos jóvenes casi siempre se acercan mucho al lenguaje que uno les va trasmitiendo, pero paralelamente se empiezan a conocer más a sí mismos, y esto me ayuda a mí a conocerlos más, a que podamos hacer un trabajo mucho más profundo e intercambiar entre las personalidades.

Pienso que el bailarín merece un respeto como persona, toda la atención a sus inquietudes y a su manera de sentir, como ellos deben respetar la mía. Y es precisamente en ese intercambio donde están los niveles de creatividad más latentes y más potencializados.

Los muchachos que estrenan sus coreografías están casi acabados de graduar y esto es una oportunidad para que crezcan profesionalmente. Es un reto para todos, pero bueno de hecho nuestro slogan es: una cita con el riesgo y el espacio.

¿Cómo puede influir la preparación intelectual de un bailarín?

En el caso de la compañía esa preparación está en un primer plano. Dimensionar nuestras inquietudes hacia nuestra cultura en general y tratar de leer, de ver exposiciones, conocer trabajos de otros jóvenes, ya sean diseñadores u otros profesionales de la cultura. Porque precisamente sin ese conocimiento, sin esa apertura para nuestro desarrollo intelectual no se puede crear.

¿Qué significa para su compañía el trabajo con otras manifestaciones artísticas?

Esto es importante y creo que el arte contemporáneo tiene eso, se entremezcla, rompe límites. Hay toda una transversalidad de la poética al fusionar las diferentes manifestaciones artísticas. Abrirse a cualquier posibilidad de trabajo y de creación forma parte de uno de los conceptos centrales con los que yo trabajo.

¿Cómo valoraría el panorama danzario cubano actual?

Creo que cada creador está haciendo lo que considera que debe hacer y yo lo respeto. Pienso que la potencialidad que tenemos en la danza cubana nunca ha decaído. Intercambiar ideas es muy importante y no enmarcarnos en que todos hagamos lo mismo, porque lo más interesante es la variedad, no repetir patrones. Pienso que al panorama danzario actual hay que incentivarlo, darles oportunidad a los jóvenes para que puedan hacer, porque uno aprende con ellos constantemente.

¿En todos estos años cuánto se ha enriquecido la técnica de danza combinatoria?

Bueno, se ha enriquecido mucho. Está el trabajo de intercambio que he desarrollado con la profesora Ana Isabel Matos. Ambas hacemos líneas de entrenamiento, de una preparación corporal muy fuerte que hace ella utilizando elementos del trabajo mío de la combinatoria. Los bailarines se han preparado con ballet clásico pero hay momentos en que se han introducidos otras técnicas, lo mismo hemos hecho Kárate, que Tai Chi. También hemos practicado la meditación. Todo depende de lo que requiera el momento de creación. Nosotros ya no solo nos ocupamos de lo físico solamente, trabajamos lo somático, todo ese concepto de la persona alineada con sus valores.

¿Qué proyectos tiene la compañía para este año?

Nosotros vamos a reponer María Viván  para agosto en el Gran Teatro de La Habana, en honor al centenario del nacimiento de Virgilio Piñeira. También planeamos algunas giras hacia varias provincias del país y nuestro espacio, Punto Fugaz, queremos retomarlo este mes.