Cubadebate

No quería comentar pues los recuerdos de mi infancia afloraron a mi mente al ver tanta felicidad. Ahora cuidado a los diferentes comentarios y pregunto: vale la pena jugar con un schor Adidas sin la marca de un uso? Es razonable utilizar ropa nueva para divertirse en los campos? Creo q no, no es q estos niños carezcan de ropa, solamente puede ser y estoy casi seguro que la ropa limpia, sencilla y sin roturas está guardada para por las tardes después del baño o para salir a visitar la familia, algún sitio importante, o simplemente para pasear. Ahora les cuento a los más perdidos del mundo, mi primo salió de cuba a los 6 años para Miami, allá tiene toda la tecnología a su disposición, hoy tiene 17 años y cuando llega a cuba no quiere irse, no usa casi zapatos, pulóver y se dedica a jugar y divertirse como los cubanos. Mis primos que son de zonas urbanas y mi sobrino van para mi casa o la de mis padres y dejan su ropa como se dice en cubano “buena” y solo se ponen algo que apenas cubra el cuerpo y a jugar en la tierra, el fango, con piedras, palos, pomos vacios, y demás utensilios que encuentran, y nunca los he visto llorando ni tristes. Solo lloran cuando se pelean (cosas de muchachos que solo duran minutos) y claro cuando los padres vienen a buscarlos. Permítanme decirles que yo tengo 27 años, y en la universidad muchas veces bajábamos de la residencia a jugar futbol descalzos, bajo la lluvia y no importaba nada la ropa más vieja y rota la dejábamos para esa actividad y éramos muy felices. Ahora no pierdo oportunidad, cuando estoy en lugares campestres, para despejarme de mis zapatos, pantalón y demás para ponerme un schor y corretear por la tierra, hierba pues es muy agradable y no se preocupen por las enfermedades, las urnas de cristal son para los museos, no para cortarles la felicidad a los niños. Si estos no crean lo que decimos lo cubanos “anticuerpos” vivirán llenos de enfermedades. Yo, almenos yo, adoro esas fotos y diera mucho por poder regresar a esa edad, para poder y tener tiempo para hacer esas cosas, tirarme en yagua desde las lomas, correr detrás de todos lo animales, y hacer nuestros juegos olímpicos donde soñábamos con ser como Antonio Pacheco, bateando nuestras peloticas de trapo hechas con medias bien, medias, pues eran llenitas de huecos, como Juan Hernández Sierra con trapos en las manos y sin nada y hacíamos nuestros combates sin darnos en el rostro y ganábamos nuestra medalla, la alegría y disfrute, o de Ivan Pedroso, saltando toda cerca que topábamos. Así, hacíamos de todos los grandes deportistas de nuestro país y que eran el ejemplo a seguir. Sin preocuparnos por la ropa, la comida, por la falta de útiles del hogar, solo nos preocupaba que hiciéramos mañana para divertirnos. No se ustedes ero quisiera regresar a mi niñez.

La verdad es que a mi hijo lo mato si se restriega asi por el fango, lleno de enfermedades en potencia, la verdad no veo lo bueno aqui.