Balotaje en Colombia: ¿Se consolida el movimiento progresista?

Gustavo Petro, representante del movimiento progresista en Colombia. Foto: Getty Images.

Mañana será el momento de la verdad en Colombia. Hay un grupo de factores de importancia para el balotaje presidencial en el gran país andino, como son:

1. Evidente decadencia del sistema de grandes y antiguos partidos políticos. Conservadores y Liberales. Álvaro Uribe es el líder del “conservadurismo”, una forma edulcorada de referirse a la ultraderecha, pero no del Partido Conservador. La líder de este partido es Marta Lucía Ramírez, candidata vice presidencial de Iván Duque, en coalición pero no parte del “Centro Democrático” uribista.

2. Todavía no han emergido nuevos partidos, con un robusto contenido programático. El Centro Democrático es Uribe, mucha gente no sabe ni el nombre de los partidos de Gustavo Petro o Sergio Fajardo, votan por el candidato, no por un partido.

3. La rápidamente creciente inclinación hacia la izquierda de una parte importante del electorado resulta evidente y visible.

a. En las elecciones del 2014, los candidatos de la derecha obtuvieron en la primera vuelta el 70.46 de los votos y disputaron la segunda vuelta Juan Manuel Santos (50.98%, ganador) y Oscar Iván Zuloaga (48.98%) representando a la derecha y la ultraderecha. La centro-izquierda solo obtuvo un 23% en la primera vuelta.

b. En las elecciones del 2010, en la primera vuelta Juan Manuel Santos (con el intenso apoyo entonces de Uribe (presidente saliente de quien Santos había sido ministro de Defensa) obtuvo el 46.67% y Antanas Mockus, a quien pudiéramos catalogar de centro–izquierdista, ambientalista y anti–establishment ganó un 21.51%. El resto de la centro-izquierda e izquierda añadió menos de un 10% extra a esa cifra. En la segunda vuelta 69,05% Santos y Mockus 27.52%.

La centro–izquierda colombiana obtuvo pobres votaciones en las elecciones presidenciales del 2010 y 2014. En azul candidatos de derecha, centroizquierda en verde. El voto (Petro + Fajardo) de más de un 48% el 27 de mayo, muestra un ostensible crecimiento del movimiento progresista.

4. A diferencia de países como Chile, Bolivia, Brasil, Argentina y Ecuador la centro–izquierda e izquierda colombiana se está consolidando solo ahora y no tiene acumulada una tradición histórica, lo que se explica bien en los interesantes trabajos de Katu Arkonada y de Adel Pereira sobre el particular.

5. Las encuestas indican que el “voto en blanco” estará entre un 10 y un 14 por ciento, lo que perjudica netamente a Gustavo Petro, pues la mayoría de ese “voto en blanco” serán  consecuencia del no apoyo de Sergio Fajardo y de Humberto De la Calle (quienes indicaron que votaran “en blanco”) a la centro–izquierda con las que rompieron filas.

6. La influencia de la Revolución Bolivariana en Venezuela, le da unidad a la derecha y ultraderecha (miedo y odio al “comunismo” y al “castro-chavismo”) y aunque de una manera reticente y a veces vergonzante, más o menos aúna al movimiento progresista.

7. Los Acuerdos de Paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC - EP están sobre la mesa como un elemento de enorme peso para los votantes.

La amenaza a la paz en Colombia y Latinoamérica

¿Qué significa la paz, cual es su concepto, para los colombianos? Es importante tocar este tema, la paz es comprendida de manera diferente por diversos sectores del pueblo colombiano, como lo demostró el muy controversial Plebiscito sobre los Acuerdos de Paz en Colombia del 2016. Con una  paupérrima asistencia a las urnas del 37.41%, el No (rechazo a los Acuerdos de Paz) obtuvo el 50.21% y el Si un 49.78%.

Se asume a veces que los ricos, la clase media alta, y las personas influidas por ellos se oponen de hecho a la Paz. No es cierto, como tampoco lo es que todos los pobres la defiendan. Ni que todos identifiquen a los Acuerdos de Paz entre el gobierno de Colombia y las FARC – EP como a la PAZ, así en mayúsculas.

Pero ¿Qué es la Paz para los colombianos? Uno de los problemas grandes es que mucha gente no considera la Paz política entre gobierno y movimientos guerrilleros, como toda la Paz. Esta debe incluir la eliminación del paramilitarismo, de las BACRIM (bandas criminales), de las mafias relacionadas con la droga, extorsionistas y otros forajidos que afectan la seguridad y dignidad ciudadanas.

Es importante aclarar que en Colombia se ha formado durante décadas de conflicto una “industria de la guerra” que produce todo tipo de suministros y servicios para las sobredimensionadas Fuerzas Armadas y Policía, en un país con un presupuesto militar que consume cerca de un 4% del PIB, y un gasto total (incluyendo el Plan Colombia y otros muchos indirectos) de unos 12,000 millones de USD anuales. Los que se benefician de la guerra no quieren que esta se acabe.

En rojo los departamentos que votaron estrechamente por el NO en el Plebiscito de la Paz, que coinciden muchísimo con los que apoyaron a I. Duque en la 1ra Vuelta del 27 de Mayo.

Desde el punto de vista internacional, hay que estar avisados que una agresión contra Venezuela sería uno de los desafíos y provocaciones más graves contra la paz en la historia de América Latina. Algunos trabajos publicados por Cubadebate lo evidencian claramente, mas aun yo diría que de forma medular, entre ellos a mi juicio se destaca particularmente:

EEUU empeñado en hacer de Nuestra América una zona de guerra

Una agresión de cualquier tipo (incluyendo militar) colombo–estadounidense podría producirse, sobre todo después de la victoria electoral del Chavismo en las elecciones del 20 de mayo, si la derecha colombiana se impone ampliamente en el balotaje del 17 de junio y el “Uribismo” toma las riendas del poder a través de su candidato Iván Duque, y se sienten con pleno apoyo para hacerlo. Si Duque gana estrechamente sería más difícil. Si se impone Petro (como muy difícilmente ocurra), tal agresión no ocurriría, ni en forma de un bloqueo, invasión militar o paramilitar.

Un ataque contra Venezuela convertiría a toda la región en un ardiente polvorín. Se iría a pique la precaria paz en Colombia y la frontera entre ambos (y otros) países dejaría de existir. Cualquier gobierno reaccionario en América Latina que apruebe o promueva una acción militar anti-venezolana, firmará su sentencia de muerte al hacerlo.  El desprestigio en América Latina del gobierno de Donald Trump llegaría a su nadir, lo que a él parece no importarle, pero al pueblo estadounidense sí.

La unidad de la centro-izquierda e izquierda en Colombia hubiera ayudado decisivamente a evitar tal situación. La decisión de Fajardo de votar en blanco destruyó temporalmente esa unidad para el 17 de junio, de manera decisiva. Fajardo, a mi juicio, cometió suicidio político al no unir su fuerza y votantes lo más posible para apoyar a Petro y detener al Uribismo. Ahora la izquierda lo aborrece y maldice, mientras que la ultraderecha lo desprecia.

La situación de De la Calle, Clara López Obregón y en general del “ala izquierda” liberal es peculiar, después de que ellos recibieron menos de la mitad de los votos que esperaban en la primera vuelta, perdieron el control del Partido Liberal, que pasó al “ala derecha” de Cesar Gaviria, que apoya ahora a Duque. De la Calle anunció que votará “en blanco” mientras que su compañera de fórmula (y de derrota) en la primera vuelta Clara López Obregón y el expresidente Ernesto Samper Pisano, también de las filas liberales, anunciaron su apoyo a Petro.

El Balotaje: Posibles escenarios.

Parece casi inevitable que se produzca una segunda vuelta que puede ser muy cerrada y la decisión producirse por un estrecho margen. Los elementos decisivos podrían ser:

1. La unidad del centro y la izquierda del espectro político colombiano fue destruida afectada seriamente por la decisión de Fajardo. El resto de las fuerzas progresistas que apoyan a Petro, como la FARC, Clara López Obregón, el Polo Democrático, el Partido Verde, los seguidores de Caicedo, Piedad Córdoba, Antonio Navarro Wolff, simpatizantes de la Teología de la Liberación, minorías étnicas y LGBT,  no parecen ser suficientes para ganar el balotaje.

2. La recién formación de la “Coalición por la Paz” apoyando la candidatura de Petro, con la importante participación del senador y excandidato presidencial en el balotaje del 2010, Antanas Mockus y de la líder del Alianza Verde y candidata a vicepresidente con Sergio Fajardo, Claudia López, ha sido la noticia más positiva para la centro–izquierda e izquierda colombiana en los últimos días. Aunque no pueden compensar la falta de apoyo de Fajardo por completo, si dan un poco de extra oxígeno al candidato progresista.

3. El voto de la populosa Costa Atlántica puede ser importante y Caicedo (exalcalde de Santa Marta) jugaría un potencial papel en esa región, la izquierda se espera controle Bogotá y la Costa del Pacifico.

4. El factor de disrupción de candidato Vargas Lleras puede hacerle daño a la ultraderecha Uribista, incluso algunos de sus líderes han anunciado que apoyaran a Petro.

5. La persistente pugna entre el candidato Gustavo Petro y el actual alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, puede ser un factor de significación en contra del primero. Pero el apoyo de Antanas Mockus y de una parte de quienes votaron por Fajardo en la capital en la primera vuelta es de mucha mayor importancia. Ellos votarán por Petro o “en blanco”, pero nunca por Duque.

6. El clero católico colombiano, sobre todo en zonas rurales va a ejercer influencia por el Uribismo, no tanto como solían hacer en el pasado, pero significativa. Principalmente en Antioquia (incluyendo Medellín) y los departamentos del eje cafetero (Caldas, Risaralda, Quindío, la región norte del Valle del Cauca, y el noroccidente del Tolima), baluartes de la derecha y ultraderecha.

7.  Aunque las estadísticas mostraban antes del abandono de Fajardo, un virtual empate entre Duque y Petro, no es necesario insistir en la abrumadora ventaja de la derecha en recursos económicos, logísticos y mediáticos. Estos recursos están siendo usados de la forma más concienzuda y en muchas ocasiones inescrupulosa. La unidad más estricta de los sectores progresistas es la única vía para enfrentar el poder económico de la oligarquía nacional e internacional.

8.  A nivel colombiano, además de la Paz, hay mucho en juego. Uno de los temas más importantes es el uso de los enormes recursos naturales del país. Hay que lograr que la inversión extranjera funcione para el desarrollo económico y social de Colombia y no como una fuerza rapaz y depredadora. Navarro Wolff, Antanas Mockus y Claudia Lopez son personalidades muy importantes en ese frente. Por ello, la candidatura de G. Petro es apoyada en las regiones mineras y petro–gasíferas de Colombia.

Izquierda contra Derecha por primera vez en Colombia

G. Petro y A. Robledo junto a Antanas Mockus y C. López conformaron la Coalición por la Paz. Foto tomada de Semana.

Una de las características fundamentales de esta elección es que es la primera en que la izquierda va a segunda vuelta y pudo haber tenido algunas posibilidades de ganar de haber existido una unidad, que resulta especie de Némesis del movimiento progresista latinoamericano. Desde la época del Bogotazo, no ha existido un momento en el cual se haya producido un fenómeno de centro–izquierda e izquierda de tanta masividad en el hermano país andino. Llegó para quedarse, el haber pasado a la segunda vuelta, ha hecho a la izquierda presencia y adultez en el país.

El Uribismo está vigente y arrastra consigo a casi toda la derecha y a capas no consciente del pueblo. Petro se ha consolidado como el líder de la alternativa progresista y se observa un rol tristemente decisivo del centro del espectro político algunos de sus líderes como S. Fajardo y H. De la Calle decidieron “votar en blanco” y de hecho introducir un tercer candidato en el balotaje, el “voto en blanco” fatal para el candidato progresista. La estabilización de la izquierda va a incluir en el futuro nuevos sectores del pueblo, sobre todo rurales.  No se debe olvidar que los Acuerdos de Paz del gobierno colombiano con las FARC–EP fue lo que abrió el camino a que una opción de izquierda tomara real fuerza en Colombia.

A manera de conclusiones

Las elecciones en Colombia cuya primera vuelta tuvo lugar el 27 de mayo, tienen una importancia que excede con mucho el horizonte nacional. De hecho está en juego la paz en América Latina y el poder detener la “ola conservadora” en la región. De ganar las fuerzas del “Uribismo” representadas por el candidato Iván Duque, Colombia pasaría a ser el principal aliado de la administración de Donald Trump, la punta de lanza contra Venezuela (y también Ecuador) y la ruina del proceso de paz en Colombia, del que la ultraderecha local es un ferviente enemigo y detractor.

El candidato favorito para el balotaje es el ultraderechista Iván Duque, después que Humberto De la Calle y principalmente Sergio Fajardo, le “serrucharon el piso” al candidato de izquierda Gustavo Petro. En vez de haber mucha más asistencia a las urnas en la segunda vuelta, será igual que el pasado 27 de mayo, incluso puede ser inferior. El “voto en blanco” es una puñalada en el corazón al candidato progresista y puede alcanzar entre un 10% y un 14%, es decir entre dos y tres millones de votos sacrificados en el altar de la egolatría de S. Fajardo. Desde 1990 a la fecha el voto en blanco ha oscilado entre un 1.2% y un 4.5%. En la Constitución colombiana incluso se especifica que si el voto el blanco obtiene la mayoría, habría que repetir las elecciones, lo que no va a pasar. Estoy completamente convencido que si Fajardo hubiese quedado en segundo lugar y por ende ido a la segunda vuelta; Petro le hubiera dado su apoyo al máximo. El recién incorporado apoyo de Antanas Mockus (el segundo senador más votado en mayo con 540 mil 783 votos) y Claudia López quienes eran una parte sustancial de la base de votantes de Fajardo durante la primera vuelta, al formar con Petro la Coalición por la Paz que compensa en cierta medida el “voto en blanco” de Fajardo y De la Calle (este último muestra signos de que puede reconsiderar su situación y votar por G. Petro).

A pesar de las encuestas y de la ventaja monetaria y mediática, la ultraderecha local e internacional está preocupada con los resultados del balotaje. Así vemos las insultantes declaraciones contra G. Petro, de ese excepcional escritor y abominable persona que es Mario Vargas Llosa, muy bien descrita por el gran Atilio Borón.

Vargas Llosa y la violencia

Es extraordinariamente importante obtener la más alta cantidad de votos para G. Petro, porque eso implicara una restricción en los grados de libertad que tendría el “Uribismo” vía I. Duque para cerrar el proceso de paz y para ser mucho más hostil contra la Venezuela Bolivariana. Si la izquierda colombiana obtiene un 40% de los votos o más sería sumamente importante. De hecho es una gran victoria que el candidato izquierdista G. Petro haya llegado a la segunda vuelta, algo sin precedentes en la historia de Colombia. Significa la total consolidación del movimiento progresista colombiano y una posible asociación no solo para el balotaje, sino también en el futuro de sectores de la centro- izquierda con A. Mockus y Claudia Lopez, que ampliaría su diapasón. Parece muy difícil que G. Petro pueda ganar, la falta de unidad sigue destrozando a la izquierda latinoamericana. Las siempre manipuladas estadísticas (sobre todo si de un candidato izquierdista se trata) le dan a Duque entre un 6% - 13% de ventaja, sin excepción.

Pero los cubanos sabemos que el juego no termina hasta el out 27.

Mapas y tablas de departamentos y regiones de Colombia, mostrando las características y expectativas de votación en el Balotaje:

El espectro político regional de Colombia muestra una considerable diversidad.

El espectro político regional de Colombia muestra una considerable diversidad.

Pronósticos para el balotaje