La innovación en nuestro Socialismo (II)

La innovación y las nuevas ideas suelen comenzar con hallazgos científicos y experiencias aisladas e independientes. Foto: Fernando Medina.

La ciencia puede producir innovación en su proceso de búsqueda incesante de lo desconocido. Resulta que nuestros sentidos están seleccionados para percibir lo que está a nuestro alcance directo y no un átomo o una molécula, que son demasiado más pequeños. La naturaleza es como es, independientemente de nosotros. Los que vivimos en las dimensiones del metro y los segundos tenemos que adaptar nuestra capacidad de comprensión si queremos entenderla fuera de esas escalas. Por ello nos cuesta aceptar que la materia tiene al mismo tiempo lo que para nosotros es masa, como la de nuestro cuerpo, y lo que para nosotros es la frecuencia de una radiación electromagnética, como la de la luz. Resulta algo paradójico en estos tamaños que habitamos del universo: las antenas de radio aparecen así como transmisores o receptores de pequeñísimas “bolitas” o fotones que se manifiestan también con una frecuencia de oscilación, y nuestro propio cuerpo tendría además de su masa, claramente palpable, una tal frecuencia de radiación que no podemos detectar.

Uno de los descubrimientos conducentes a innovaciones más trascendentales y actuales en este sentido es el llamado “entrelazamiento cuántico”, y es una consecuencia de esta propiedad de la materia de ser al mismo tiempo onda y tener masa. Resulta que es posible generar artificialmente sistemas de dos o más partículas, como los electrones o el fotón de la luz, de forma que aún separados espacialmente se manifiesten tan asociados que compartan sus propiedades. Así el conocido científico austriaco Anton Zeilinger, que nos visitó en Cuba hace unos pocos años, y su grupo en la Universidad de Viena lograron en 1997 un experimento trascendental1. Cambiaron la forma en la que vibra un fotón de luz (su “polarización”), que se dice estaba en una orilla del Danubio, al mismo tiempo que la de otro que le estaba entrelazado, pero a distancia, probablemente en la otra orilla. Todo fue tan simultáneo como la velocidad de la luz.

Así, los dispositivos que están resultando de los estudios acerca del entrelazamiento cuántico serán innovaciones producidas indudablemente por la investigación científica de un grupo relativamente pequeño e independiente de académicos. Y después de una investigación donde se usó más talento e iniciativa que recursos materiales. Los que más se mencionan hoy en día son las llamadas “computadoras cuánticas”, que ya se producen comercialmente en los EE.UU. y Canadá. China es particularmente activa en este campo y parece que pueden tener sistemas entrelazados entre la tierra y satélites artificiales para trasmitir información codificada de forma casi instantánea y a distancias siderales.

La iniciativa individual o de colectivos pequeños como los que lograron el entrelazamiento antes descrito es decisiva. Se trata de una regularidad en los procesos innovadores más exitosos. La innovación y las nuevas ideas suelen comenzar con hallazgos científicos y experiencias aisladas e independientes. Su implantación práctica no tiene un espacio fértil en un esquema centralista, donde cualquier nuevo proceder, cambio a introducir o nuevo producto a generar debe pasar por muchas aprobaciones antes de poderse siquiera experimentar al nivel tecnológico.

Se percibe que las transformaciones profundas que han venido ocurriendo en nuestra economía como producto de la actualización del sistema económico no han abandonado, y en algunos casos puede que hayan han reforzado, prácticas de gestión centralizadoras. Esto ocurre incluso a pesar de pronunciamientos explícitos a favor de la descentralización que aparecen en los documentos acordados en los congresos del PCC.

Un buen ejemplo sería que después de la reestructuración de nuestro sistema cañero– azucarero a principios del siglo, cualquier importante fábrica como puede ser el central Uruguay, solo quedó como una unidad empresarial de base dependiente de una empresa provincial que responde a la división político-administrativa del país, en lugar de la geografía cañera. La posibilidad real de que un administrador de algún central emprenda una iniciativa de innovación tecnológica que pueda incidir, con los riesgos y posibilidades de éxito inherentes, de alguna forma en su plan trazado centralmente es cuestionable, al menos como el fenómeno corriente que debe ser.

Paradójicamente, para que una innovación producida por la idea de un científico o grupo de investigadores individualizados pueda usarse en la práctica, casi siempre se requiere de cooperación. La conexión entre diversos actores es decisiva para que la implantación de la innovación sea exitosa. Con el trabajo de Zeillinger solamente no se hubiera llegado a aplicación alguna del entrelazamiento cuántico.

Las relaciones “horizontales” entre entidades muy diversas se deben aquí potenciar y es un momento en el que se requiere un facilitador o entidad que ayude al científico y al sector económico productivo para encontrar sus pares adecuados de interconexión en la compleja trama de cualquier país. Los ingenieros de diseño y experimentación tienen aquí un espacio decisivamente protagónico desarrollando las tecnologías. Para ello, deben poder acceder al resultado científico y entenderlo, asociarse con diferentes especialistas de diferentes campos, tener rápido y eficiente acceso a la información de experiencias similares en cualquier parte del mundo, poder conseguir los componentes, estén donde estén y comprarlos con la moneda que sea y en el momento en el que son necesarios, o fabricarlos en donde sea conveniente. Con mayores o menores cambios es este el proceso de innovación conducente a productos punteros y que pueden cambiar la economía de un país. Un ejemplo de cómo esto se puede implementar en un país como Cuba se puede tomar de cómo se obtuvieron muchos de los logros del otrora Polo Científico del Oeste de Fidel.

En nuestro caso más reciente, al intentar favorecer nuestro sistema de investigaciones científicas, solo se han experimentado hasta ahora transformaciones en la estructura y subordinación de los centros de investigaciones. Esto es el producto de la implantación de un Lineamiento del VI Congreso del PCC. Recientemente se ha aprobado una política e informado de ésta a los académicos y en este momento se elaboran sus normas legales. Sin embargo, en la práctica y reconociendo notables avances con el establecimiento de laboratorios y proyectos conjuntos entre el consorcio BioCubaFarma, algunos ministerios y las universidades, las acciones prácticas en todo el universo de la economía y la sociedad cubanas siguen estando esencialmente lastradas por los mismos esquemas restringidos de relaciones económicas de hace años. Sin embargo, se ha ganado mucho en comprensión y la nueva constitución, así como las medidas que va tomando nuestro gobierno apuntan a que podamos realizar los sueños de los convencidos de que nuestro futuro está en las producciones intelectuales, como nos dijo Fidel.

Nota:
  1. Bouwmeester, D.; Pan, J.-W.; Mattle, K.; Eibl, M.; Weinfurter, H.; Zeilinger, A. Nature 1997, 390, 575-579.