¿Por qué Trump prefiere encarcelar a los migrantes en vez de deportarlos?

Trum ha fortalecido el sistema de detención de migrantes. Foto: AFP

Tras recibir duras críticas por encerrar en jaulas a los niños migrantes separándoles de sus progenitores, Donald Trump rectificó: los encerrará juntos. Es la segunda vez que el presidente cambia de opinión sobre el tema: durante la campaña electoral prometió “deportar a todos los extranjeros criminales y salvar vidas estadounidenses”, pero, tras recibir una donación de 475.000 de dólares de las dos gigantes penitenciarias, el Grupo GEO y CoreCivic, descubrió el negocio que puede haber al encerrar a ocho millones de personas sin papeles.

Eso no se le ocurrió a Franklin Roosevelt cuando en 1939 rechazó el barco St Louis que transportaba a cerca de 900 judíos que habían escapado de la Alemania nazi. Al menos 200 de ellos fueron asesinados más tarde en el Holocausto; eso sí, después de la guerra, el Departamento de Inmigración dio papeles a cientos de criminales nazis, como Otto Von Bolschwing o Arthur Rudolph, así como trabajo y buenos sueldos en los servicios de inteligencia.

Así ha evolucionado la mirada interesada hacia la suerte del ser humano cautivo: en los textos sagrados de las religiones abrahámicas está ausente el concepto de “prisión”. Era una estupidez mantener durante años a grupos de personas encerrados, en el contexto de la escasez de alimentos en los inclementes desiertos. Por lo que los castigos consistían en el latigazo, la mutilación o la muerte.

Un migrante bueno es un preso

No es un bulo que Trump haya deportado a menos migrantes que Obama. Éste expulsó en 2012 a unas 34.000 personas al mes, mientras que Trump deportó a tan sólo 17.000 personas (2017). Luego, en vez de acabar con las violaciones de los derechos de los migrantes, puso en marcha la oficina de las Víctimas de Delitos Cometidos por los Migrantes. Pocos días después de las elecciones, en este país donde las prisiones cotizan en bolsa, los precios de las acciones de GEO Group subieron un 21% y las de CoreCivic, un 43%. Las dos empresas tuvieron el año pasado un beneficio de 4.000 millones de dólares. Pero, ¿cómo?

Con el 5% de la población mundial, EEUU alberga a cerca del 25% de todos los presos del mundo (unos 2,2 millones), por encima de China, que, con una población cuatro veces mayor, tiene 1,6 millones reclusos.

Desde la Administración Regan, leyes como la que trata sobre el abuso de las drogas, la Patriótica del 2001, o la de Inteligencia y Prevención del Terrorismo del 2004, han llevado a millones de personas llamadas enemigas de la comunidad a las mazmorras: en el periodo entre 2007 y 2014, las ganancias de GEO Group subieron de 42 millones de dólares a 144 millones.

Las medidas de Trump

La página de Detention Watch Network, dedicada a los derechos de migrantes, echa humo, dolor y rabia. Dichas medidas han causado la disminución de las denuncias de las mujeres migrantes por maltrato (en Arlington, Virginia, hasta un 80%) por el temor a ser detenidas. Viven bajo un régimen de terror dentro y fuera de su casa.

Un negocio redondo

Las empresas carceleras reciben del Estado 127 dólares al día por cada interno, pero, además, existen otras dos formas de sacar más provecho económico de ellos: por un lado, explotarlos y expoliarlos, y, por otro, fabricar productos destinados a mantenerlos encerrados.

Así, la corporación propiedad del Gobierno, Federal Prison Industries (FPI), emplea a unos 15.000 presos con salarios de 23 centavos la hora fabricando productos de todo tipo: desde ropa militar hasta paneles solares, que luego vende al Pentágono y a otras agencias federales. Los ingresos de FPI en 2015 fueron de 900 millones de dólares. La competencia desleal de las empresas grandes que han trasladado sus trabajos a las cárceles ha arruinado a otras pequeñas, como denuncia American Apparel, que tuvo que despedir a 175 trabajadores, o como Power Source, que prescindió de sus 260 empleados. “La única forma de que los trabajadores recuperen sus empleos es ir a la cárcel”, decía Kurt Courtney, el director de la Asociación Estadounidense de Ropa y Calzado. En 2016, el GEO Group fue acusada de obligar a los detenidos en la prisión Aurora, en Colorado, a trabajar gratis y amenazándoles con el confinamiento solitario si se negaban.

Las mil maneras de desvalijar a los presos

Claro que ni las rejas ni las vallas con púas y concertinas han sido colocadas para impedir la circulación del dinero.

De este negocio también se enriquecen los fabricantes de vehículos de transporte de prisioneros, sistemas de radar, cámaras, barreras electrónicas, camisas de fuerza, monos de presos, alimentos, medicamentos, o los laboratorios, entre otros.

Así, han hundido a millones de familias en la miseria absoluta: y no sólo por perder a quienes llevaban pan a casa, sino también por lo que cuesta en EEUU tener a un preso en la familia. Hay muchas maneras de matar. Decía Bertolt Brecht:

Sólo algunas están prohibidas en nuestro Estado”.

En 1984, Ronald Reagan preparó el Plan Rex 84 para poner a prueba la capacidad del Gobierno para detener a grandes masas en caso de revueltas sociales: hoy tanto los migrantes como cualquier ciudadano puede ser y es objetivo de los empresarios mafiosos alojados en el poder político.

(Tomado de Público)