Cubadebate estrena columna: Sabor y tradición de la cocina cubana

La columna "Sabor y tradición"  abordará temas culinarios cada semana.

Esta columna, a partir de hoy, aparecerá cada miércoles en Cubadebate. Hablaremos en ella de la importancia que desde el punto de vista cultural tiene para los pueblos el acto de alimentarse, acción que posibilita saber cómo viven y piensan. La cocina tiene un carácter sociocultural distintivo de cada pueblo, aportando sus propias esencias a cada nacionalidad. Por lo que es y debe ser parte esencial de su cultura.

Persigue esta columna divulgar olores, sabores y saberes de platos para conforman el patrimonio inmaterial de la cocina cubana, Para eso se debe saber  y conocer por su gente al menos algunos de sus platos más emblemáticos heredados de nuestros antepasados y que siguen vivos en nuestra cocina y así poder decir que Cuba tiene en su cocina un patrimonio; deliciosos manjares que forman nuestra comida tradicional y nos identifican en el mundo.

Se impone ofertar a nuestro pueblo y a nuestros visitantes en todos los lugares cocina cubana, como rubro fundamental, lo que no equivale a decir que en nuestros restaurantes y hoteles, y aun en nuestras casas, se desdeñe la cocina internacional o incluso la cocina regional de otros países. Pero la cubana debe ser la dueña y señora de la propuesta y debe ser confeccionada como dicta la tradición. Sin que por ello neguemos entrada a la novedad, a los aportes de lo contemporáneo.

No son pocos los viajeros que en sus crónicas reflejan los olores y sabores de los platos cubanos y su presentación en la mesa. Es notoria asimismo la manera en que la cocina inspira nuestra música, la plástica, la literatura.

¿Qué es el patrimonio culinario, qué es el paladar histórico? Intentaremos abordar sus raíces e historias, sus tradiciones.

Sabor y tradición abarcara además recetas, valores a la hora de comer y compartir en una mesa en familia dada la importancia que esta tiene a la hora sociabilizar tanto con ella,  como con amigos. Llevar de nuevo a la mesa a la familia, a los niños, darle el valor que debe tener un acto tan necesario como alimentarse para un buen desarrollo físico e intelectual del individuo. Aunque sea para comerse un boniato asado. Pero lo importante ¡en familia!

Espero sea un espacio que le sirva al lector para recordar muchos de aquellos platos y sabores con que nos deleitaron nuestras abuelas y que hoy en día ya muchos se desconocen o han pasado al olvido por el factor tiempo, y, en muchos casos, han sido suplantado por comidas rápidas y ligeras.

Ocurre así por la propia dinámica de la vida de hoy, la aceleración del ritmo social y una mujer incorporada a la vida social y política. El tiempo que podemos dedicar a los fogones no es el mismo del que disponían nuestras madres y abuelas. Pero que si nos lo proponemos y nos organizamos podemos al menos un día a la semana hacerlo y deleitar a la familia y ¿por qué no? Mantener vivo el paladar histórico y no dejar morir nuestra cocina tradicional. Y así poder algún día decir la cocina cubana es patrimonio de Cuba.

El mismo desarrollo ha ido en detrimento de olores, sabores y saberes de nuestra cocina.

No tiene el mismo sabor un plato elaborado con carbón o leña, que elaborado con medios más modernos y rápidos, que va en detrimento del los olores y sabores y, en definitiva, del paladar histórico. Ese que cuando recordamos un ajiaco, una ropa vieja hace que se nos haga agua la boca.

Espero, por otra parte, que este espacio servirá para intercambiar conocimientos, recetas y costumbres. Y contribuya a unirnos para mantener el patrimonio de nuestra cocina, de lo que, dato curioso, se habla ya desde 1856 cuando Eugenio Coloma Garcés diera a conocer su libro Manual del cocinero cubano, recientemente publicado en edición facsímil por la Editorial Oriente, de Santiago de Cuba.