¿Qué pasa con la telenovela cubana? (+ Podcast)

En el estudio de Radio Rebelde, los críticos y periodistas Paquita de Armas y Yuris Nórido y el reconocido realizador Rudy Mora: Foto: María del Carmen/ Cubadebate.

La telenovela es un tema que genera pasiones en Cuba y del que casi todos tenemos algo que decir. Ya sea brasileña o cubana, sobre las 9 de la noche muchos tenemos encendido este espacio, quizás como parte de una tradición de un país que ha tenido novelas como Sol de Batey o Tierra Brava. Se le pide mucho a la telenovela; pero es curioso que muchas veces— nos guste o no—, la seguimos viendo hasta el último capítulo.

En tiempos en que varios críticos han hablado de una crisis del género en el país, Cubadebate convocó en un podcast a tres expertos en el tema: los periodistas y críticos Paquita de Armas y Yuris Nórido, y al reconocido realizador de series televisivas Rudy Mora, para polemizar en torno a una interrogante: ¿qué pasa con la telenovela cubana?

¿Qué buscan los cubanos en la telenovela?

—Algunos piden un poco al género que cumpla el papel del Periodismo, de denuncia de problemas que están en la sociedad cubana; otros piden que sea un género más de entretenimiento ¿Es difícil hacer una novela en Cuba y que le guste a la gente?

Paquita: Hay muestras de que se ha logrado, ejemplos que tienen un nivel alto de teleaudiencia y que han sido buenas telenovelas. Por ejemplo, la que hizo Consuelo Ramírez, “Latidos Compartidos” es un melodrama típico, aborda de alguna manera la sociedad y fue una telenovela que gustó. No fue el caso de la última, la última me perdonan pero no fue ni siquiera una telenovela con intento de ser.

Yuris: Pienso que eso de complacer a todo el mundo es muy difícil, no se puede hablar de un sólo público, sobre todo si tenemos en cuenta que en Cuba muchos ven la telenovela y la gente que la ve tiene demandas disímiles, porque la ven los profesionales, los no profesionales, las mujeres, los hombres, los jóvenes, los ancianos… Es un público que tiene diversas demandas y hay un solo espacio para complacerlos: el de la telenovela, y ahí tiene que confluir todo: los intereses de los creadores, los abordajes diferentes a eso que llamamos la realidad, que también de por sí es bastante compleja…Así que creo que es complicado.

Decías una cosa que es esencial, hemos llegado al punto en que mucha gente le pide a la telenovela lo que tendría que pedirle a los espacios periodísticos, al noticiero, a los periódicos, en fin…yo no creo que la telenovela no pueda hacerlo. De hecho se ha demostrado que lo hace, lo ha hecho en muchísimas de las telenovelas que hemos podido ver a lo largo de estos años; pero no creo que su función principal sea denunciar, hacer una mirada provocadora sobre el contexto. Lo que sí está clarísimo es que la telenovela tiene demasiada demanda para en tan poco espacio resolver esos asuntos.

Rudy: Uno de los primeros conflictos tiene que ver con la concepción de qué cosa es una telenovela, qué es una serie y qué son los diferentes espacios de ficción que en el mundo existen hace mucho tiempo, y que nosotros- por determinadas razones de producción-, hemos ido unificando en un solo producto.

A la telenovela cubana se le está dando una categoría de algo superior, digamos de patrimonio, o de reflejo de la nacionalidad; y ahí yo creo que es donde comienza el error. La telenovela es un género más nacido en la televisión que tuvo su origen en la radio como mismo existen otros en Cuba y el en el mundo. Se ha desarrollado  en el devenir de los años a partir de las propias necesidades de los públicos, el desarrollo de la tecnología y el mercado, pero sin embargo mantiene su esencia y su estructura. Es el caso de las telenovelas brasileñas, las mexicanas y hasta cierto punto algunas colombianas donde se cambian la época, los contextos, los ambientes, la música etc.  pero se mantienen conflictos parecidos como telón de fondo.

Uno de los grandes problemas que tenemos es que hemos difuminado la concepción de qué cosa es una telenovela pidiéndosele demasiado a ese producto.

Por otra parte, creo que los creadores jóvenes y no tan jóvenes se han acercado  al género desde la confusión pues se le está pidiendo a partir de nuestras necesidades y carencias, un producto fusionado que a su vez es un híbrido extraño, mezclándose  elementos de la cotidianidad con una concepción realista con la mas rancia tradición, es decir, los códigos reconocibles del género: un padre que no sabe quién es la hija o viceversa, dos familias en pugna, el descubrimiento de una carta, etc., o sea, los elementos que históricamente han caracterizado  el género.  Ese híbrido cubano a veces consigue un resultado y en otras ocasiones -que es lo que creo está sucediendo, no funciona. Un error que se comete, me parece que por nuestra situación económica, es transmitir en el horario de telenovela  cualquier producto seriado porque genera mucha confusión.

Por otro lado la telenovela cubana necesita de experiencia y oficio, necesita de recursos y de un apoyo institucional a partir de lo que representa en Cuba. Yo creo que los guionistas de más resultados, en sentido general, no le tributan a la TV y por ende a la telenovela y eso lo considero muy importante. No siempre los equipos técnicos- artísticos están conformado por los más talentosos, no están, digamos, los creadores de más posibilidades y resultados. Estos son otros dos factores por los que estamos viendo esa caída en picada del espacio en los últimos años, a pesar de que como tú decías se sigue viendo, quizás por la tradición y puede que también por otros factores de carácter social. El espacio sigue teniendo su público y eso aumenta la responsabilidad y tengo la impresión de que es superior fuera de La Habana.  Siento que estamos en una encrucijada, donde es necesario partir por el centro.

Las encrucijadas de la telenovela

Paquita de Armas, periodista y crítica. Foto: María del Carmen/ Cubadebate.

Hace unos meses la telenovela “La sal del paraíso” generó disímiles criterios. En nuestro sitio de Cubadebate a raíz de las críticas que publicamos de Paquita recibimos muchísimos comentarios. ¿Qué está pasando ahora mismo con la telenovela en el país? ¿es cuestión de directores, de guiones, de los recursos económicos que faltan?

Paquita: Pasa de todo. Hay problemas con los guiones. Los mejores directores de dirección hoy por hoy no están haciendo telenovelas, y eso es una contradicción.

El guionista que hizo la telenovela “La cara oculta de la Luna”, como Freddy Domínguez. ¿Dónde está? Tienes a tu lado a una persona que ha hecho tres propuestas seriadas,  y que no ha  hecho ninguna telenovela, según mi criterio. Lo que hace Rudy son series, lo único que falta a lo que ha hecho Rudy para que sea una serie convencional como las que vemos en el paquete o en Multivisión, es que sean capítulos cerrados.

Pero la obra de Rudy, incluso “Diana”, es una propuesta de vanguardia. El uso de la cámara  que hizo en Diana nunca se había utilizado en una televisión de contar historias. Yo pienso que “Diana” no se debió pasar en el horario de la telenovela, creo que “Diana” mereció toda la promoción y haberla puesto como se ponen las otras series, a las 10. Y “La cara oculta de la luna” tampoco es una telenovela típica, es una serie. Sentó a este país, generó polémicas ¿Por qué no está pasando eso ahora?

Yuris: Una de las cosas las decía Rudy precisamente. Todo tiene que confluir en un mismo espacio, porque no hay posibilidades desde la primera producción y de la misma programación de que haya diferentes espacios para los audiovisuales que responden a los diferentes géneros que se pueden asumir.

Es un asunto con múltiples aristas. El dinero, hace falta dinero. Eso no se puede hacer de buenas intenciones. Mientras que a un realizador le resulte más económico o más lucrativo hacer un video clip que una telenovela, la mayoría va a realizar mejor un video clip. Mucha gente compara el nivel que tiene la realización de video clips en Cuba, y sin embargo el nivel que tienen las telenovelas en Cuba ha ido en declive. El video clip por su  parte ha ido en aumento el nivel  conceptual - estético de las propuestas. Mientras que a un realizador de telenovelas le paguen lo que le están pagando, obviamente tiene que ser una persona con el compromiso, y el deseo de incursionar en ese género, para que lo haga.

Una telenovela no la hacen ni 10 ni 15 personas, es un colectivo de mucha gente, desde los actores, el personal artístico, el técnico, que hay que de alguna manera sostener. Hay también cuestiones con los esquemas de pago, que no me voy a meter en eso. Es bastante complicado. Faltan guionistas, es cierto, pero todavía también hay limitaciones burocráticas para que lleguen guiones a la televisión. Yo conozco personas que han presentado proyectos y ha demorado 6, 7 u 8 años para que lleguen a su concreción.  Y la   telenovela es un producto que obedece a  un momento determinado, otra cosa es una novela de época y así todo dialoga con el contexto. Las cosas van cambiando sobre todo en los últimos años. Imagínense esos largos plazos de 6 y 7 años. Y uno se pregunta: ¿Por qué? ¿Es que hay muchos guiones que pueden darse el lujo de escoger?

Rudy: Me sigue pareciendo que la complejidad está  dividida en dos. Una tiene que ver con lo que comentaban Yuris y Paquita y el otro con la mirada institucional hacia el fenómeno. Creo que ahí hay un factor fundamental que condiciona todo lo que sucede después.

La telenovela como producto en el mundo no es un programa más de la televisión. La telenovela es una industria, que tiene una concepción propia, particular, obviamente industrial  y artística hasta donde se le es posible, requiere de una conceptualización productiva que nosotros no tenemos y no es porque no se conozca; al no existir se iguala las formas de producir a la de otros tipos de productos  y sin embargo son diferentes.

El hecho de que un actor, por ponerte el ejemplo de algo muy visible y que tiene que ver con uno de los aspectos de esta concepción industrial, vincule dos o tres trabajos a la vez buscando complementarse económicamente porque no recibe el pago necesario, hace que su compromiso se debilite, que no ponga en práctica un ejercicio profundo sobre su  personaje contaminándose todo y que no este 100 % en función de esa maquinaria llamada telenovela.  Te hablo de un actor pero también sucede con otros especialistas y hasta con el director. Solamente menciono dos ejemplos, pero hay muchos.

Como mismo los medios en el mundo han cambiado, a veces no para bien, nosotros necesitamos evolucionar en muchas de las estructuras de producción en función de cómo se está moviendo este tipo de producto, el alcance y la repercusión que tiene teniendo claro lo que deseamos conseguir.

Por ejemplo, tú mencionabas el paquete, eso hace diez años no era una referencia, no era una alternativa, hoy sí la es, y esa alternativa representa para los creadores y para la institución cubana un reto, no para competir, pero sí para alternar haciendo que los públicos tengan en lo nuestro una opción por no decir que la mejor, tal como sucedía antes. Yo creo que esta idea también se conoce pero no se hace lo necesario para conseguirlo.

Muchas personas me preguntan cuándo voy a hacer una telenovela como “Diana” o como “Doble Juego”; que no lo fueron, sin embargo, es muy interesante como identifican las series norteamericanas y saben diferenciar una cosa y la otra. En sentido general se tiene claro, cuando el producto no es cubano pero sobre el nacional todo lo que se trasmite a las 9 de la noche es telenovela.

Paquita mencionaba un ejemplo de algo que funcionó muy bien, si analizas qué fue “La Cara oculta de la Luna”, te darás cuenta que abordó la realidad de una manera verosímil, convincente y bastante alejado de fetichismos que caracterizan la telenovela, pero si la comparas con “Tierra Brava”, que marcó también un hito dentro del espacio, te das cuenta de las diferencias, sin embargo las dos pasaron por el  mismo espacio y a las dos le llamaron telenovela.

Creo que el tema es buen material de estudio para especialistas, sería interesante hablarles  a los públicos de las diferencias y características, de que en Cuba se hace combinaciones, poner ejemplos y comentarles  de riesgos y aciertos.

Estoy pensando una telenovela de Xiomara Blanco antes de que realizara  “Tierra Brava”, “El Naranjo del Patio”, y más atrás en “Sol de Batey” como ejemplos de telenovelas cubanas que transitaron por los códigos tradicionales y funcionaron muy bien teniendo en cuenta que eran telenovelas puras. Nuestras pretensiones traen por consiguientes mayores exigencias en los espectadores. Cuando las series abordan problemáticas de la realidad con profundidad y seriedad, el nivel de exigencia es alto, sin embargo cuando la telenovela transita por sus vericuetos estructurales, como es el caso de la actual brasileña, se asume de otra manera y  la funcionalidad es otra.

¿Cómo se forman los guionistas y directores de telenovelas en Cuba?

—La formación académica de los directores y guionistas que trabajan en los espacios de la telenovela, ¿está a la altura de las exigencias de un espacio como este?

Rudy: En Cuba hay personas capacitadas para hacer una buena telenovela y una buena serie, como en cualquier lugar del mundo, claro, teniendo en cuenta nuestras posibilidades. Penosamente no están todos los que debían estar cerca.

Es importante que te diga que no existe una formación específica y que muchos de los resultados, los buenos por ejemplo, han salido de la experiencia de otros y de la tradición que sin dudas ha sido la escuela principal, directores importantísimos como Antonio Vázquez Gallo, Garriga, Abel Ponce, en esas generaciones, después Eduardo Macías, Eduardo Moya, Miguel Sanabria, entre otros, han sido mucho de nuestros maestros al menos a través de sus obras. Desgraciadamente no existe ningún lugar en Cuba donde se estudie como dirigir una telenovela, como tampoco existe como te decía antes el know how necesario para hacerla.

Rudy Mora, destacado realizador cubano. Foto: María del Carmen Ramón/ Cubadebate.

Yuris: Ponte a pensar que la única academia que se ocupa de la formación de realizadores es la FAMCA y allí casi todo está orientado a la realización cinematográfica o a otras experiencias audiovisuales. Los vínculos con la televisión, el ICRT, que francamente en mi opinión deberían ser primordiales, digamos que casi nadie viene a hacer prácticas a la televisión. Y no se estudia. Se estudia dramaturgia para teatro en el ISA, pero no hay una escuela que dé herramientas funcionales a los que quieren escribir televisión. Hay que gente que lo hace y le sale bien, y la escuela del hacer es importante.

También persisten algunos prejuicios con el puro entretenimiento. El pecado capital de una telenovela es no ser entretenida, podría ser discutible si recrea o no valores, y el acercamiento al contexto es más o menos adecuado, pero todo eso no es nada si la telenovela no entretiene. La principal función de una telenovela es entretener. Para eso está concebida, y si falla eso falla lo demás. Todavía existen personas con determinado nivel de decisión que tienen prejuicios con el puro entretenimiento, prejuicios que no tienen los brasileños y los mexicanos.

Los mexicanos en ese afán por el entretenimiento llegan a las barbaridades que hemos visto, y ya ni te diría los venezolanos. Pero los colombianos y los brasileños no dejan de mano eso, hasta el punto de que eso es primordial. Por eso las telenovelas, las malas y las regulares funcionan. Las malas novelas brasileñas funcionan porque son entretenidas, están bien escritas y están montadas contra raiting, cosa que aquí no se pueden hacer, y ese es otro de los problemas que tienen las telenovelas cubanas.

Rudy: El problema es que nosotros, en muchos casos, vemos esto como la obra personal, la llamada televisión de autor, cosa que no existe casi en ningún país, la telenovela se rige en las televisoras internacionales por los ratings, los gustos y se va dinamizando la historia y los personajes en función de un resultado que es el que se quiere, así se ratifica su concepción industrial, pero nuestros productos se configuran como un todo, no tenemos las condiciones para hacerlo de otra manera  y por ende se invierte un presupuesto bastante alto para nuestros estándares, en un guión sin saber si va a funcionar o no por lo que si no hay aceptación de todas maneras se consume porque ya está hecha y se dispara el termómetro popular. Ha habido muchos ejemplos desfavorables en ese sentido y tiene que en algún momento servir de ejemplo para que eso cambie.

Paquita: Rudy ha acotado un término que me hace recordar a Rufo Caballero y a Víctor Fawler en un debate sobre la televisión de autor en la UNEAC, que aportó tantas cosas acerca de un fenómeno que se da en Cuba, incluida la telenovela. Los realizadores pueden hacer televisión de autor increíblemente, la deficiencia de no tener una industria les permite eso. Yo dudo que en algún lugar del mundo Rudy hubiera podido hacer “Diana”, que es una de las  cosas  más experimentales que hemos visto, por ejemplo.

Quizás en Brasil a las 11 de la noche; pero ¿quién lo hubiera costeado? Porque es un riesgo. Y al final quedó bien, pero podía haber sido un desastre. Entonces a mí me parece que hay que acabar de mirar la serie como serie y la telenovela como telenovela. Tienen que ser una industria y tienen que pulsar la opinión de la gente, porque si no a veces se dan los fenómenos que se dieron con “La Sal del Paraíso”.

La Sal del Paraíso: una reflexión necesaria

Telenovela "la Sal del paraíso", transmitida por la Televisión Cubana.

—¿Por qué ustedes creen que no funcionó “La Sal del Paraíso?

Yuris: Yo dije una cosa en un comentario que algunas personas profesionales que yo respeto lo malinterpretaron, quizás porque no me hice entender; pero yo dije que ahí faltó contraposición. Cuando dije que faltaba balance no estaba hablando de balance en el acercamiento a determinados temas de la actualidad; eso es un derecho inalienable ya que estamos hablando de que aquí sí se puede hacer también telenovela de autor. Es un derecho de cada creador abordar el espectro de la realidad que quiera y con la profundidad que escoja; pero la telenovela tiene reglas que no se pueden desconocer.

Tiene que haber opiniones, personajes contrapuestos, que de alguna manera te hagan respetar la pauta propia de la telenovela. Eso falló. En “La sal del paraíso” casi todos los personajes tenían un rosario de problemas y actitudes conflictivas. No digo que no tengan que estar esos personajes, claro que tienen que estar. En esa novela no apareció nada que nosotros no veamos diariamente en nuestras vidas rutinarias. No apareció un marciano. Pero telenovela al fin, debió tener al menos cierta contraposición dentro de los propios personajes.

Otra cosa que atentó contra esa telenovela fue la puesta. La puesta era muy deficiente; la trama demasiado sórdida. Quizás no tenga que ver con lo que uno espera de una telenovela; pero si la puesta hubiera sido lo suficientemente contundente quizás esas cosas no hubieran pasado. Uno se llega a preguntar por qué esa novela, que no tuvo mucho menos dinero ni más que otras telenovelas, quedó por debajo, pues otras novelas han sido más dignas en ese punto. ¿Cómo una telenovela puede proyectar decorados tan mal concebidos? Puro cartón que se veía a la cara sin ambientación ninguna. Se extrañó una dirección de actores eficiente, cada quien iba por su lado; sin contar ya los problemas del guión en los que no me voy a extender.

Paquita: A mí me parece que es un ejemplo de incoherencia total de la Televisión Cubana. Por una razón elemental. Esa es una telenovela cara, como todas las telenovelas. Aunque un realizador no cuente con todo el dinero que necesita para una telenovela, siempre es un producto con bastante presupuesto. Es absurdo que eso haya llegado a filmarse completo, a trasmitirse y ya en la trasmisión entonces tratar de arreglar problemas por la reacción del público. Que si las peleas de los perros, que si los niños… empezaron a tratar de editar y las ediciones se notaron porque eran picotazos. Tal vez se perdieron cosas que podían atenuar un poco la trama.

Con respecto a la actuación, hubo actores buenos que estuvieron fatal, hubo inconsecuencias del guión. Y aparte de eso, la vida no es negra ni blanca, la vida tiene matices y ahí no había matices. Como decía Yuris, de todo eso hay en Cuba y más, pero ¿por qué lo vas a poner todo?

Yo me sacrifiqué y la terminé de ver hasta el último capítulo, y nunca hubo un poco de oxígeno. Si hay un género que necesita eso es la telenovela, porque tiene que ser un entretenimiento, no puede haber un sufrimiento permanente.

Rudy:  Hay un idea que me gusta decir que tiene con relación a los productos audiovisuales y es que a nosotros se nos extravió el encantamiento inteligente, para mi esa es la capacidad de conmover, de atraer y de trasmitir. En mi opinión tiene muchos caminos, algunos de ellos se vinculan con la visualidad, con las actuaciones, con la banda sonora, con la calidad en sentido general y el espectador menos conocedor no logra discernirlo pero se siente atrapado o no.

Yo no tendría ningún miedo en abordar los problemas más complejos, agudos y profundos dentro de nuestra telenovela, si la hiciera algún día, lo que trataría por todos los medios de reunir a las personas que me puedan ayudar a encontrar el mejor camino. No se nos debía perder esa herramienta porque la ficción, aunque nace de la realidad, es ficción y la realización audiovisual determina en el resultado.

Como mismo no existen enseñanzas específicas para el género, tampoco se aprende académicamente la dirección de actores para TV, que no es lo mismo que para el teatro, ni para el Cine ni para la radio. Los directores, siempre hay excepciones, aprendemos o nos guiamos por algo que no se transfiere: la intuición, pero como no está conceptualizada los resultados son disparejos o no hay resultados y eso son los desniveles en calidades que observamos con mucha frecuencia. Te encuentras con actores de un historial importante que un día está muy bien en un personaje y al otro día lo ves muy mal en otro o siempre lo ves haciendo lo mismo y de la misma manera sin ningún tipo de creación.  No es posible que alguien con calidad la tenga hoy y mañana no pero si es posible que no sea capaz de saber que esta haciendo mal o bien y por eso no es totalmente su responsabilidad.

Vemos a muchos jóvenes recién graduados, no en todos los casos, con una serie de vicios y  maniqueísmos que parecen traídos del pasado y eso ocurre porque van copiando y se retroalimentan de lo que ven. Otra cosa, quieren ser famosos rápidamente y que lo conozcan rápido y eso incide en su formación . Así te dicen.

—¿Se considera a la telenovela un género menor?

Rudy: Depende de quién y cómo lo vea  pero para muchos críticos sí. Mira, te voy a hacer un comentario relacionado con esto que preguntas, muchos actores no saben qué pasa ni cuál es la historia de los otros  personajes. Se leen simplemente sus escenas y le puedes preguntar qué pasa con el personaje x y no tienen idea, esto es algo que está sucediendo en los últimos tiempos, y sabes por qué?, simplemente porque no hay ensayos de verdad, solo lecturas superficiales, no hay rigor en la dirección y se justifica por las infinitas dificultades que son reales y eso te puede dar la medida de cuales pueden ser las miradas hacia el asunto.

Tampoco a muchos actores le interesa  trabajar con su  personaje, solo les preocupa verse bonitos y  atractivos. Esta última problemática existe en otros países pero la manera de trabajar corresponde a otros objetivos. Sin embargo, nosotros ya estamos arrastrando ese mal, desgraciadamente,  y queremos un producto con otra funcionalidad.

Yo creo que dirigir una telenovela es como subir al último piso de un edificio. No se debiera pretender saltar hasta el último balcón sin entrar por el lobby como mismo no debiera suceder que un realizador comience si vida profesional y tempranamente se enfrente a una producción con un staf de 30 o 40 personas, 25 o 30 locaciones y un presupuesto importante.  El género no es para experimentar, como hemos dicho él camina por rieles que se deben conocer.

Los mejores directores no están haciendo telenovelas en Cuba

—¿Por qué los mejores directores, digamos Magda González, Charly Medina, ahora mismo no están vinculados a proyectos de telenovelas?

Paquita: Añadiría a Alejandro Gil, Ernesto Daranas que está haciendo cine. En la enseñanza, en la formación hay carencias de dirección, pero hay algo en la televisión que se perdió. Si Rudy está dirigiendo una telenovela ponle al lado a un muchacho recién graduado. Como digo a Rudy digo a los otros directores con alguna experiencia. A mí Xiomara Blanco me contó que ella aprendió a dirigir al lado de alguien. No existía la FAMCA. Entonces hay dos fenómenos: una carencia en la formación puramente académica, y una carencia en la preparación desde el lado donde se hacen las cosas, y este último no cuesta ningún trabajo resolverlo.

Yuris: Fíjate en los créditos de las telenovelas brasileñas: hay un director de núcleo, que es el director general del asunto, y tres directores más. Pero además hay seis directores más que están allí. En algún momento alguno de ellos llegará a ser director de núcleo; pero eso es un proceso. Ahí también hay escuelas, en fin… es un proceso paulatino.

Ahora bien, con los escritores también se da un fenómeno, que es prácticamente único de Cuba. Los guionistas no quieren formar equipos de trabajo. Ahora últimamente es que estamos viendo unos equipos de dos o treso escritores. En Brasil; por supuesto, existe un autor que es el que plantea los caminos fundamentales, pero hay un equipo de personas que contribuyen con el guion. Como decía Paquita, insisto en que hay deficiencias en la formación académica, pero también hay procesos que se han de alguna manera extraviado.

Rudy: Con respecto al traspaso, me gustaría decirte que yo,  por ejemplo, soy un realizador que tuvo la suerte de estar en muchas ocasiones al lado de una directora de gran experiencia que sabía muy bien dirigir a los actores, esa persona fue Loly Buján. Mi padre que era actor trabajaba  con ella, y yo aprovechaba la oportunidad para observar, también aprendí de Raúl Pérez, que era un director muy intuitivo y además tuve la oportunidad de estudiar en la FAMCA.

Pero no puedo negar que la experiencia obtenida de lo que vi y escuché  sentado en las cabinas de los estudios y en los ensayos, me fue muy importante. Había mucha disciplina y rigor además de un respeto que te impresionaba del director hacía el equipo y viceversa y eso se ha perdido. ¿Sabes por qué funcionaba así? Porque todos los que estaban allí estaban convencidos que ese director o directora sabía lo quería y lo tenía todo pensado  y por tanto el respeto no lo imponía con un grito, sino por el conocimiento y la enseñanza.

Moraleja: para que te respeten como creador no hace falta imponerse, si no tratar de conducir a partir de criterios bien fundamentados, pero cuando existen insuficiencias y lagunas entonces puede suceder que el fotógrafo ponga la cámara donde quiere por ejemplo o decida el movimiento del actor en función de su conveniencia o el actor se ponga la ropa que desee, etc, etc.

Es importante saber que algunos realizadores cubanos se identifican por su manera de hacer y por ende se supone que detrás hay un trabajo concreto, sin embargo, como mismo pasa con muchas orquestas de música popular que se parecen unas a las otras, hay muchos que tú no sabes quiénes son y en mi opinión eso traduce ausencia de una línea general. Como ves, de alguna manera han salido temas y todos tributan al tema por el que nos has convocado, o sea, por qué no está funcionando la telenovela.  Yo creo que tiene que ver con un grupo grande de razones.

—Con relación a los buenos directores, ¿es una cuestión de que no los contactan para que dirijan telenovelas o de desinterés de ellos porque lo consideran un género menor?

Rudy: El creador siempre sueña con trabajar, lo que pasa es que cuando tú sientes respeto por lo que haces y quieres ser riguroso, empiezas a dar al traste con los muros que te impiden lograr un determinado nivel de resultado y desiste o te apartas. Como está funcionando la producción audiovisual en nuestros días te obliga a tomar por caminos que no quieres. Entonces muchos creadores nos lamentamos por no tener acceso a formas diferentes de hacer que te propicien un resultado mejor y que no te afecten tu salud mental. Las fórmulas de trabajo actuales responden a una concepción pasada y el resultado que se quiere no es posible lograrlo bajo esos presupuestos.

Paquita: Esto va a la esencia de un problema que hay en el mundo audiovisual, no solo de la telenovela, y es que la televisión cubana se hace hoy contratando a particulares: luces, escenografías, lo hacen así… porque no tienen equipos. Sin embargo, no se acaba de aprobar que hayan cooperativas de producción: cuatro, cinco o seis personas que tengan las cámaras y hagan una cooperativa y produzcan y que la televisión pueda comprar el producto. Si no, no funciona, porque hoy por hoy la televisión se hace con todo alquilado. Entonces, hay una manera de resolver esto legalmente, y que el director sea el responsable de hacer eso, que el contrate y lo haga y traiga el producto. Se van a ahorrar gasolina, disgustos, hipertensión. Eso es un problema que tiene que ver con el cine también, en general con la producción audiovisual en Cuba, y mientras no se le busque solución van a amarrar las manos y las alas de los creadores cubanos.

Crítica televisiva y telenovela cubana: asignatura pendiente

¿Por qué no hay en la televisión un espacio consolidado de crítica?

Paquita: Por eso estamos luchando hace como 15 años.

Rudy Mora: Hace algunos años hubo un intento en la TV, un espacio que yo creo funcionó, se llamaba la Columna y lo conducía Rufo Caballero, pero existieron muchas dificultades a su alrededor porque hay que estar preparado para la crítica y se empezó a ver como un búmeran, algo así como la televisión critica la misma televisión. A mi me parece que si existe respeto por lo que haces y el crítico da  opiniones fundamentadas, no un me gustaría, o un me parece,  respete la obra de ese creador y no esté en una posición colonizadora y todopoderosa,  se logra perfectamente la convivencia. Yo siento que el ejercicio de la crítica, de la valorización y de tener diferentes puntos de vista es importante, o sea, yo creo que debiera existir porque sería muy útil.

Yuris Nórido, periodista y crítico: Foto: María del Carmen Ramón/ Cubadebate.

Yuris: Tenemos un intento ya. En el noticiero cultural establecimos, no sin tropiezos, una sección que se llama “Contrapunteo”. Claro, no se puede centrar exclusivamente en la televisión, pero hemos tratado varios temas de la televisión, incluido este de la telenovela. Es complejo, te voy a explicar algunas de las razones. Como decía Rudy: falta cierta conciencia en los propios creadores de la necesidad de la crítica. A nadie le gusta que lo critiquen, a mí no me gusta que me critiquen. Yo puedo entender que es necesaria la crítica y puedo asumirla con dignidad, abierto a nuevas valoraciones sobre mi obra. Pero además de que a nadie le gusta que lo critiquen, mucha gente expresa esa animadversión contra la crítica y no solamente los creadores, también las instituciones. Es difícil hacerlo, pero claro que es necesario, incluso más que desde punto de vista de los creadores le es más necesario incluso al público.

Yo nunca he hecho eso de decirle a un creador esto que hiciste no está bien, si lo hubieras hecho así estuviera mejor. Quién soy yo para decirle como tiene que hacerlo. El creador  es el que decide cómo hace su obra, pero la crítica es importante porque le da herramientas al público para que no sea un simple espectador pasivo, le da herramientas para que se involucre mucho más con la obra que está viendo, para que pueda valorar, para que pueda insertarse mucho mejor en ese proceso. También contribuye a la creación de jerarquías que son necesarias, porque está claro que la crítica en el arte no es el deporte, donde el que se salta más es el más mejor, el que corre más es el más rápido, es difícil establecer estándares en el arte, pero hay estándares y hay jerarquías. La crítica de alguna manera contribuye a la consolidación de esa jerarquías.

Paquita: Creo que si hay un lugar donde debe existir un programa de crítica sobre la televisión es en la propia televisión, por eso se ha luchado en la UNEAC. Hay momentos en que se ha dicho que ya lo tienen. Nos han pedido relaciones de críticos que puedan participar, pero nunca se ha consolidado un espacio en la televisión. Esto mismo que hemos hecho aquí se puede hacer para la televisión y que el público vea, yo creo que toda la gente que lean o que escuchen a Rudy van a entender muchas cosas que es importante que los públicos conozcan, porque siempre hablamos de un público y hay tantos públicos yo creo como personas. Y también hay una realidad, la crítica tiene que ser responsable, tú no puedes pasar cuenta porque te cae mal.

Rudy:  Yo creo que la crítica está carente de personas que la ejerzan con conocimiento de cómo se hace la televisión, sobre todo la cubana y por el hecho de publicar se legitima. A veces yo siento, y no es el caso de los dos colegas, como una especie de desprecio y de desvalorización a nuestros productos y de una mirada positiva sobre los que nos llega, además de que en ocasiones parecen estar hablando de algo que no tiene nada que ver con la obra motivo, sin embargo, es notable que no saben cómo se hizo y bajo qué condiciones se produjo, claro, el producto final no tiene nada que ver con procedimiento, se tiene o no un resultado, pero no obstante sería útil saber para que lo que se  diga no suene a descubrimiento y su criterio sea más integrador.

Por otra parte, siento también que los críticos son muy mal mirados por los realizadores. Entonces ahí hay fronteras.  Hay varios factores que pudieran estar incidiendo en eso, fíjate que no es tan así en otras áreas de la cultura: por ejemplo en las artes plásticas y en la música.  Sin embargo, los medios que tiene hoy un gran valor por la transcendencia social, carecen de críticos y de espacios para la crítica.

María del Carmen: En una palabra, ¿cuál es el mayor desafío que tiene la telenovela cubana ahora mismo?

Rudy: Convencer

Yuris: Apoyo institucional

Paquita: Enamorar al público

También puede escuchar el podcast

Escucha"Telenovela en Cuba" en Spreaker.

Transcripción: Yanet Muñoz, Mailín Amelia Mustelier, Yaritza Muñoz y Carmen Garmendia)