Notas rápidas sobre un hito

Dra. Miriam Nicado García, rectora de la Universidad de La Habana. Foto: José Raúl Concepción/ Cubadebate.

Hay que detenerse un instante para calibrar el hito que significa que por primera vez en sus casi trescientos años la Universidad de La Habana será dirigida por una mujer y esa mujer es negra. Pareciera cosa menor pero no lo es. Que esto ocurra en el ciento cincuenta aniversario del grito de independencia cuando los negros venidos de África y devenidos cubanos optaron por ligar el fin de la esclavitud a la idea de la independencia es justicia histórica.

Pongamos contexto

Cuando en la Universidad Central de Las Villas el Che llamaba a que nuestras universidades se vistieran de todos los colores, y nuestras universidades se llenaron de obreros, campesinos, mujeres, negros, mulatos… en la universidad de Georgia, los EE.UU, la matrícula de la estudiante negra Charlayne Hunter-Gault y el estudiante negro Hamilton Holmes provocaba a turbas de racistas en manifestaciones violentas.

Cuando en Cuba se realiza la reforma universitaria mas profunda y de contenido social mas amplio de su historia, en la universidad de Missisipi tropas y alguaciles federales tienen que intervenir por orden del presidente Kennedy para asegurar que el estudiante negro James Meredith pudiera matricular.  Cuando en Cuba se crean las facultades obreras, en la Universidad de Alabama, el derecho de Vivian Malone y James Hood, negros ambos, a estudiar tiene que ser garantizado con el envío de tropas por las protestas racistas luego que el gobernador del estado intentara impedir que matriculasen.

Todavía en 1968 el colegio universitario de Yale, una de las universidades elitistas conocidas como la Ivy league, no admitía mujeres, en Cuba el impulso educativo a las mujeres humildes, campesinas y obreras hacía que su ingreso a las universidades se multiplicase por todo el país, de forma abierta e irrestricta, incluyendo la Universidad de la Habana. Cuando en 1967, el presidente de la  Universidad de Virginia preguntó si debían admitir mujeres, el Comité de Honor Estudiantil se opone diciendo que las mujeres deteriorarían el honor de la universidad y todavía en 1970 los estudiantes hombres de esta universidad se negaban a sentarse junto a ellas. La Universidad de Virginia mantuvo un sistema de cuotas que limitaba el numero de mujeres en sus aulas hasta 1972.

Solo en 1975 la Universidad de Harvard admitió a su primera profesora titular negra, Eileen J. Southern, y todavia en 1990 el profesor de derecho Derrick Bell de la universidad de Harvard decide marcharse de esta otra universidad del Ivy league como protesta porque las mujeres negras eran discriminadas para posiciones de profesores en sus claustros.

Hoy, en las universidades del Ivy league de los EE.UU que comprenden a tres de las mejores cinco universidades del país, los negros estudiantes representan solo el 6% de la matricula de pregrado, en la Universidad de California son solo el 3%. Ni hablar de una mujer negra dirigiendo estas  universidades.

En la Cuba colonial para estudiar más allá de la educación básica había que presentar un certificado de pureza de sangre. La primera mujer en graduarse en la Universidad de la Habana fue Serafina Daumy y Martínez en 1879, una rareza de la época. No he encontrado datos de quién fue y cuándo el primer matriculado negro en nuestras universidades. Tampoco he encontrado datos estadísticos del numero de negros en nuestras universidades antes de 1959. En nuestro país, según estudio de 2017, el 35.39% de los estudiantes universitarios son no-blancos, una proporción similar a su proporción demográfica. De las tres universidades históricas de Cuba, la Universidad de la Habana, la Universidad Central de las Villas y la Universidad de Oriente, es en esta ultima que conozca, la que hace poco tenía una rectora negra, la Dra. Martha del Carmen Mesa, hoy viceministra primera del MES.

No nos engañemos, todavía tenemos en Cuba una deuda social respecto a la igualdad social y de oportunidades entre negros y blancos. Hay una brecha que no se cierra y por el contrario, dentro de la crisis económica prolongada se ha ampliado. En un contexto en que aumentan las desigualdades en el país, las brechas económicas resaltan otras brechas incluyendo la racial y la de genero.

Por eso es que hay un símbolo escondido en la noticia de hoy. Detrás de  Miriam Nicado hay siglos de esclavitud que esperaron por este memento simbólico, siglos de lucha por la emancipación de la mujer y su búsqueda constante del lugar de igualdad que debe ocupar en la sociedad.

Pero no nos confundamos, Miriam Nicado merece ser la rectora porque, conociéndola, porta con dignidad, atesora y enriquece todos los atributos que hacen de su raza y su genero un crisol permanente de revolucionarios.

Hoy Martí amanece agradecido de que cada día acercamos más el momento de hacer de la dignidad humana el fiel de nuestros empeños.

(Tomado de La Pupila Imsomne)