Eurodisparos XVI (+ Fotos)

El pájaro negro de la lotería de penales voló sobre el estadio de Donetsk y se posó en medio del campo. España y Portugal, vecinos y peninsulares, definían a castigo limpio la suerte de dos semifinalistas de la Euro. Los Rojos arrancaron con mal pie, pero enmendaron el rumbo y llegaron a puerto seguro una vez que Cesc Fábregas marcó un tiro de suspenso, con rechace incluido en el horcón. Se cerraba un capítulo para los Tugas de Cristiano y se abría otro más para la Furia, que por tercera ocasión consecutiva llega a la final de un 'grande'.

ESPAÑA 0 (4) - PORTUGAL 0 (2):

"Espejito... espejito. Portugal hizo jugar a España frente a un espejo. Es decir, le jugó con sus mismas armas. La presión en el inicio de la jugada, y ahí enturbió la puesta en marcha del funcionamiento. Es sabido que si la salida no es clara y rápida, la gestación tampoco lo será y la definición menos. España sufría en carne propia lo que suele aplicar a los rivales para adueñarse de la pelota. Nunca pudo la selección española acomodarse a gusto para jugar como quiere y sabe. El primer paso de la táctica portuguesa daba resultado".

El párrafo le pertenece a la buena pluma de Ángel Cappa, y da cuenta precisa de lo sucedido en el encuentro. Un encuentro al que España llegó con vitola de indiscutible candidata, avalada por la ejecutoria de esta generación de futbolistas que lo ha ganado todo. Un encuentro donde cada detalle -inclusive las cábalas- apuntaba a la victoria de la Roja.

Y así fue, aunque debió sufrir largo y tendido. Más allá de alguna que otra oportunidad errada por Iniesta, Navas o Arbeloa, lo cierto es que el juego brusco y la presión exasperante de los lusos acabaron por cortar los circuitos del mediocampo español, hasta el punto de convertir en vano esfuerzo cada pase vertical y de abolir los balones filtrados y las galanuras.

Se sabía que Portugal entraría en el césped con el hacha en la mano -¿se fijó usted en cómo había caras desencajadas en el túnel?-, y que por lo menos durante media hora habría un choque trabado en el que uno intentaría llegar con 24 toques por segundo, y el otro le apostaría a balonazos largos en busca de Almeida, Nani y, por supuesto, Cristiano.

Lo que no se sabía, por ejemplo, era que Vicente Del Bosque dejaría anonadado a todo el mundo con la inclusión de Álvaro Negredo en el once titular, para luego rectificar tempranamente y darle el puesto a un Fábregas que, por categoría, lo merece. O que Xavi y CR7 vivirían una (otra) jornada aciaga, olvidable de la "j" hasta la "a". El primero, falto de iniciativa para hacer lo que hace como nadie. El segundo, desactivado por ese sistema de ayudas que había adelantado El Bigotón.

No faltaron opciones goleadoras al cañón de Madeira. En especial una al minuto 84, en el cobro de un libre cercano en la frontal del área, y otra al 90, a punto del silbatazo último, cuando Casillas le pareció invencible bajo palos y envió la Tango 12 al firmamento.

Poco más hubo en el tiempo de rigor, entretenido a pesar de los nervios. Y entonces hubo prórroga, y a esa altura la falta de piernas hizo estragos en los Tugas, que cedieron la posesión y vieron cómo España ponía bajo asedio la portería de Rui Patricio. En una de esas, como en el Mundial, la tuvo el duende albaceteño, Andrés, pero el meta del Sporting de Lisboa estuvo atento y hubo lotería.

Sí, tiros de azar. Una ruleta rusa que empezó adversa a España cuando le detuvieron el cobro a Xabi Alonso. Sin embargo, San Iker Casillas respondió con prestancia ante Moutinho, y a partir de ese instante la Furia fue una furia desde los doce pasos.

La serie llegó tablas al cuarto lanzamiento. Era el turno de Ramos, que había tenido un partidazo, con elegancia en la salida y brillantez en el cruce. Y Ramos, cuya pareja con Piqué es un dique, sorprendió 'a lo Panenka', como Pirlo hace unos días, y tras él Bruno Alves llegó al manchón de cal al borde del infarto y reventó el balón en el larguero.

Mesa servida. El quinto disparo español, solicitado por él mismo, fue de Cesc, que en la Euro anterior tiró el quinto disparo frente a Italia y batió al Loco Buffon. Con sangre de nórdico en las venas, Fábregas soltó su derechazo y el balón, caprichoso, pegó en el poste y prosiguió camino hasta las redes. Cesc, y Barcelona, y Madrid, y Valencia, gritaron a un tiempo, mientras los lentes enfocaban a un Cristiano tristón que no participó del trámite crucial en el partido.

España, pues, a la final. Su tercera consecutiva en un evento máximo. Próxima, sumamente próxima a conquistar los cielos de la inmortalidad.

LOS VOTOS DEL AUTOR

Jugador del partido: Sergio Ramos.

Arbitraje: Bueno.

Calificación del choque: 4 puntos.

FICHA TÉCNICA

Donbass Arena, Donetsk, Ucrania; España 0 - Portugal 0 (4-2 en penales).

España: Casillas; Arbeloa, Piqué, Ramos, Jordi Alba; Busquets, Xabi Alonso, Xavi (Pedro, min.87); Silva (Navas, min.60), Iniesta; Negredo (Cesc Fábregas, min.53).

Portugal: Rui Patricio; Joao Pereira, Bruno Alves, Pepe, Coentrao; Veloso (Custódio, min.105), Moutinho, Meireles (Varela, min.112); Nani, Ronaldo, Almeida (Oliveira, min.81).

Penales: Xabi Alonso, parado (0-0). Moutinho, parado (0-0). Iniesta, gol (1-0). Pepe, gol (1-1). Piqué, gol (2-1). Nani, gol (2-2). Sergio Ramos, gol (3-2). Bruno Alves, al travesaño (3-2). Cesc Fábregas, gol (4-2).

Árbitro: Cuneyt Cakir (TUR). Amonestó con tarjeta amarilla a Sergio Ramos (min.41), Busquets (min.60), Arbeloa (min.84) y Xabi Alonso (min.114) en España; y a Coentrao (min.45), Pepe (min.61), Joao Pereira (min.64), Alves (min.85) y Veloso (min.93) en Portugal.

Mala noche. Foto: UEFA.

Iniesta ha sido la cara de España. Foto: UEFA.

Piqué volvió a brillar. Foto: UEFA.

No bien entró en el campo, Cesc aportó movilidad. Foto: UEFA.

El fabuloso cobro de Ramos. Foto: UEFA.

Todos quieren subir a la montaña. Foto: UEFA.

Unos exhaustos, todos derrotados. Foto: UEFA.