Apremios tocando a la puerta

Por Elsa Claro

COLOCAR sobre un mapa los actuales conflictos y los mayores focos de tensión existentes ofrece un desconsolador panorama. De igual modo, la irresponsabilidad de algunos dirigentes, el manejo festinado de asuntos capitales y la potenciación de la impunidad indican el peor camino para situaciones actuales, empeoradas por políticas incongruentes que le dan a este tiempo un serio talante y acarrean los mayores peligros registrados en los últimos 60 años para la humanidad.

Los referentes históricos indican que siempre hubo justificaciones para desatar acontecimientos sin medir bien el coste y alcance. Casi siempre predominaron sobre la cordura y la inteligencia, las ambiciones materiales o empeños de bajo nivel ético que implicaran desastres inabarcables. Teniendo en cuenta las diferencias entre los casos, sirve la cita del incendio del Reichtag como caso para fabricar culpables y pretextos que desataron una guerra destructiva y conductas infrahumanas espantosas.

Si las nunca encontradas armas de destrucción masiva encubrieron la invasión de Iraq en el 2003, los recientes acontecimientos en aguas surcoreanas recuerdan la manipulación que diera oportunidad para emprender la sangrienta guerra contra el norte de la península en 1950 y, años después, el Incidente de Tonkin (1964: se supone que embarcaciones norvietnamitas atacaron nada menos que a la flota norteamericana desplegada en la zona) "motivo" esgrimido por la Administración de Lyndon B. Johnson para la empecinada y no menos criminal escalada sobre Vietnam.

Entre las coyunturas actuales está la trillada zaga con respecto a Irán y los supuestos de que su programa para producir energía nuclear se enfila a la búsqueda de armamento atómico. Es un peligro para la zona, dicen en Occidente a coro, y olvidan que Israel sí las tiene ya, pero no le acusan de nada. Tampoco provoca picazón que Arabia Saudita haya realizado ensayos militares para crearle un corredor aéreo a Tel Aviv y propiciarles un camino más corto a los bombarderos sionistas en su anunciado ataque al antiguo país persa.

La noticia, revelada por el diario británico The Times, parte de datos proporcionados por fuentes del Pentágono, afirma la publicación, donde se asegura: "Los sauditas ya dieron a los israelíes el permiso para pasar mientras ellos 'miran a otro lado'", habría dicho el informante anónimo, quien previene que los preparativos cuentan "con el beneplácito del Departamento de Estado de EE.UU." Se trataría de un ataque aéreo profuso con "múltiples andanadas de bombarderos que cruzarían Jordania, el norte de Arabia Saudita e Iraq", siempre según la versión del Times londinense, donde se refieren los objetivos potenciales de la embestida: instalaciones de enriquecimiento de uranio, un almacén de gas y un reactor de agua pesada.

CONTRACORRIENTE

Teniendo como divisa el lema "Capacidades nucleares de Israel", un bloque formado por 18 naciones árabes logró por fin ubicar el tema en la agenda de la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), pese al frontal rechazo norteamericano y de la Unión Europea. Esta última, tan pasiva ante la agresión militar israelí el 31 de mayo pasado contra una flotilla de civiles portadores de ayuda humanitaria para Gaza, llamó a que no se organicen más eventos solidarios de ese tipo, casi homologando a agresores y agredidos.

En esa reunión de la OIEA en Viena, los árabes lograron poner a debate, por primera vez en casi 20 años, el examen de Israel. Fue el ataque al convoy marítimo acicate para que se estudie y regule la condición de estado nuclear de quien amenaza la paz y la seguridad en la región, pues no ha firmado (y se niega a hacerlo) el Tratado de No Proliferación (TNP) y queda fuera de los controles del organismo mundial, que sí los aplica sobre India, Paquistán, Corea del Norte o Irán, la posible víctima.

Hace poco se supo que Israel le ofreció a la Sudáfrica del apartheid venderle armas de destrucción masiva, incluidas las de tipo nuclear y también químicas, aparte de pertrechos convencionales. Un conjunto letal destinado a derrotar el movimiento de resistencia de los habitantes nativos de ese territorio hacia sus opresores. El hecho, conocido a través de documentos originales, lo descubre, irónicamente, un investigador norteamericano, y resulta confirmatorio de las denuncias hechas sobre la tenencia de este tipo de armas por los sionistas desde mediados de los años sesenta.

No se deje en saco roto un detalle: el acuerdo militar secreto suscrito a mediados de los 70 tiene la firma de quien era ministro de Defensa de Sudáfrica, P. W. Botha, y de Shimon Peres, canciller entonces y hoy presidente de Israel (el mismo que con Yisak Rabin suscribiera en 1993 los vulnerados Acuerdos de Oslo para darles una soberanía limitada a los palestinos de Gaza y Cisjordania). Hay quienes suelen vestirse de palomas sin tener alas ni voluntad real de ir en busca de la paz.

En la conferencia de revisión del TNP, realizada hace sólo semanas en Nueva York, se acordó trabajar para que el Medio Oriente sea una zona libre de armas nucleares, algo imposible mientras las tenga Israel, máxime si permanecen fuera de toda pesquisa o cautela.

Si Israel amenaza con atacar a Irán y el Gobierno norteamericano lo aprueba, como se deduce de los informes citados, estarían en peligro los 72 millones de iraníes, pues, como decía en párrafos atrás, hay actos de los que se sabe el modo en que comienzan pero no las derivaciones o su final. Pudiera emprenderse un gravísimo episodio por ceguera política o debido a inclinaciones hostiles y sentido revanchista dado el traspié sufrido por el Imperio con la revolución que destronó a Reza Palevi y, de paso, los privilegios norteamericanos en la zona.

No aceptar los acuerdos brasileño-turco-iraníes, sobre el intercambio de uranio enriquecido, cerró las puertas a la diplomacia. El embajador norteamericano ante la AIEA, Glyn Davies, dijo a los reclamantes árabes que "el debate sobre (las armas nucleares de) Israel será inoportuno, impertinente y perjudicial". Pero, ¿cómo abordar un Medio Oriente no nuclear sin distinguir las del único país de la zona con armas ofensivas?

La consabida postura estadounidense ha impedido por años una sola condena al sionismo por sus actos contra los palestinos o los enfilados hacia personas desarmadas. Algo susceptible de ser padecido también por judíos alemanes y de otros países europeos prestos también a embarcarse a finales de julio con carga humanitaria destinada a la sitiada Gaza.

China afirma que ninguna opción negociable con respecto a Irán está excluida, y Vladimir Putin respondió a la prensa en Francia que aumentar sanciones pocas veces logra el objetivo perseguido. A pesar de tales aseveraciones, de ponerse en práctica todo lo que obviamente marcha con prisa y escaso sentido común, sea por el lado estadounidense o el israelí, será casi imposible retornar al camino que nunca debió abandonarse. Algunos analistas dicen que la opción del diálogo constructivo y enfilado a una paz estable no es lo deseado dentro del poderoso lobby judío estadounidense y cuantos les apoyan en el máximo nivel del establishment. Por absurdo que resulte, parece cierto.

(Publicado en el Periódico Granma)