La cifra global de importación de alimentos puede que alcance un récord este año y llegue a 1.75 billones (millones de millones) de dólares, un incremento de 14% respecto a 2020 y 12% más de lo que se estimó en junio.
El aumento se debe a la subida de los precios de los alimentos comercializados internacionalmente, y a que los costos de transporte se multiplicaron por tres.
Solo en el mes de octubre, los precios de los alimentos subieron en conjunto tres por ciento y su alza anualizada se ubicó en 31.3%.
Por ejemplo, el precio internacional de los cereales aumentó 22.4% (trigo, 38%) en un año; los lácteos, 15.5%; el azúcar, 40%, y los aceites vegetales subieron hasta 9.6% en un solo mes.
Son aumentos difíciles de asumir por las regiones en desarrollo, que concentran 40% del total de las importaciones de alimentos, y la FAO calcula que gastarán en esas compras 20% más que en 2020.
En cuanto a producción, el informe señala que las perspectivas para los principales cereales siguen siendo sólidas, con una previsión de cosechas récord de arroz y de maíz durante este año, y se estima un mayor crecimiento en el uso de cereales para el consumo humano y animal.
Se prevé una recuperación en la producción mundial de azúcar, aunque el comercio mundial de ese rubro disminuiría ligeramente debido a la menor disponibilidad en los principales países exportadores y al aumento de los precios.
Este año se prevé un aumento en la producción mundial de carne, sobre todo gracias a un rápido repunte de la producción en China, especialmente de la carne de cerdo. Se esperan notables aumentos de la producción impulsados por la demanda en todas las principales regiones productoras, excepto en Oceanía.
La producción mundial de leche crecerá en 2021, con aumentos previstos en todas las principales regiones productoras, encabezadas por Asia y América del Norte, y también se prevé una expansión del comercio mundial de productos lácteos.
Por último, los análisis de la FAO alertan de un aumento en los precios de los insumos, como la energía, fertilizantes, plaguicidas, piensos y semillas, lo cual se traducirá inmediatamente en precios más altos para los alimentos.
(Con información de IPS y FAO)