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Economía cubana cae 11% este año y debe crecer alrededor de 7% en 2021

Vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

El producto interno bruto (PIB) de Cuba este año, según estimaciones valoradas a precios constantes, decreció 11% por la fuerte contracción del comercio exterior, la reducción del turismo internacional y de los ingresos de divisas, debido a las afectaciones por la COVID-19 y el recrudecimiento del bloqueo.

Así lo informó en el sexto periodo ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en su novena legislatura, el vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, al exponer el comportamiento previsto del plan de la economía en 2020 y las proyecciones para el próximo año.

A las tensiones presentes en 2019, se adiciona en 2020 la situación excepcional creada por la COVID-19, con impacto directo en la economía, apreciándose los efectos en actividades cruciales como el turismo, la salud pública, la educación y la actividad productiva en general, tanto en el sector estatal como en el no estatal.

Gil Fernández puntualizó que la mayor contracción se produjo en el segundo trimestre, periodo en el que comenzó la aplicación de las medidas sanitarias, higiénicas y epidemiológicas para el enfrentamiento a la pandemia.

En el tercer y cuarto trimestres, se observa una gradual recuperación de la actividad económica, a partir del paso de las provincias a la nueva normalidad y la puesta en marcha de medidas de estímulo a la actividad económica.

De acuerdo con Gil Fernández, en la caída del PIB incide también “la reducción de los niveles de actividad en la esfera social, con un significativo peso en términos de estructura del PIB”.

Se proyecta una gradual recuperación de la actividad económica en 2021

El ministro informó que para 2021 –primer año del ordenamiento monetario– se proyecta una gradual recuperación de la actividad económica, con un crecimiento del PIB a precios constantes de entre 6 y un 7%.

“Ello permitirá planificar con objetividad la recuperación en los próximos dos años de las caídas experimentadas en el periodo 2019-2020 y no renunciar a las metas de crecimiento proyectadas para la segunda etapa del plan de desarrollo económico y social hasta 2030”,  dijo.

Gil Fernández señaló que se estima una recuperación de la actividad productiva, y en lo social, “lo que está en dependencia de la evolución y el control de la pandemia, así como del cumplimiento de las estimaciones en sectores claves como el turismo y las exportaciones”.

Al respecto, recordó que el escenario económico en el que se elabora el plan de la economía para 2021 continúa matizado por la incertidumbre asociada a la evolución de la pandemia y sus graves impactos en la economía mundial.

Se refirió a que lo planificado se ha diseñado bajo el principio de asegurar, como objetivos esenciales, los alimentos, combustibles, fertilizantes y plaguicidas, medicamentos, las demandas de la defensa y la prioridad en los financiamientos para la industria nacional, con el propósito de no importar lo que se pueda producir en el país.

Sobre el perfeccionamiento de la planificación, mencionó la introducción de modificaciones para lograr mayor flexibilidad, objetividad e innovación en la respuesta a los problemas y la búsqueda de soluciones.

Estos aspectos –prosiguió Gil Fernández– respaldaron el enfoque de un diseño de la planificación a corto plazo, dirigido a una recuperación de la economía, con el objetivo de:

En cuanto a las exportaciones, Gil Fernández explicó que se planifica un crecimiento del 19% en los ingresos en divisas por las ventas de bienes y servicios, en lo cual influye el crecimiento proyectado en los servicios de las telecomunicaciones y la recuperación gradual del turismo, proyectándose el arribo de 2 200 000 visitantes, el doble de lo previsto en 2020.

“Aspirábamos a recibir este año alrededor de cinco millones de visitantes, pero producto de la pandemia, el cierre de fronteras y el recrudecimiento del bloqueo, el 2020 cierra en el entorno del millón de visitantes. Por tanto, esperamos duplicarlo el año próximo, pero igual queda muy por debajo de lo que necesita el país”, precisó.

Asimismo, se planifican para 2021 crecimientos en todos los rubros de exportación del país. Se estima que los ingresos totales en divisas crezcan 10.4%, pero, a pesar de la recuperación respecto al 2020, serían 16.2% inferiores a los alcanzados en 2019.

En cuanto a las importaciones, apuntó que a partir de incentivar la producción nacional y el encadenamiento productivo, “vamos en busca de reducir las importaciones. Y ya existe un incentivo natural, tras el ordenamiento monetario”.

De las importaciones, se dedicará el 17% a alimentos y el 20% a combustible, representando entre ambas el 37% del total.

Se planifican, además, 207 millones de dólares para la importación de fertilizantes y plaguicidas, en lo que se incluyen materias primas para su producción.

Por otro lado, se proyectan crecimientos en producciones nacionales, tanto de la actividad agropecuaria como de la industria manufacturera.

En la producción de alimentos se crece en arroz (76 000 toneladas), maíz (54 300 toneladas), frijoles (15 600 toneladas) y leche (16 900 000 litros).

En la producción de carne de cerdo se espera una ligera recuperación de 8 200 toneladas, “muy por debajo aún de la demanda, por lo que se mantiene un nivel de restricción en la oferta”.

Con respecto a la industria, se planifican crecimientos en las producciones de acero, madera, productos de aseo, electrodomésticos, bicicletas, motos y triciclos, entre otros.

Aún por debajo de la demanda, se necesita también una mayor participación de la industria nacional y del sistema empresarial como proveedor de la red de comercialización minorista y mayorista en MLC (30% de ese mercado), lo que permitirá financiar producciones para la venta en moneda nacional.

“Actualmente producimos en el país en el entorno del 12% y es muy bajo. La industria nacional debe funcionar como proveedor. El principal incentivo es que quien venda a ese mercado retiene el ciento por ciento de las divisas, como parte de la descentralización y la autonomía que se le está otorgando al sector empresarial”, destacó.

Al hablar sobre algunos de los productos de la industria nacional, Gil Fernández dijo que se prevé producir el próximo año más de 36 000 bicicletas mecánicas, así como motos eléctricas y triciclos.

El consumo nacional de combustibles equivalentes asciende a 7 504 600 toneladas. Se destinan a la generación de electricidad 5 090 000 toneladas.

En el plan no se diseñan apagones. Que no los haya depende de nosotros, de la eficiencia y el ahorro que logremos”, subrayó.

La generación total planificada es de 20 107 GWh, que representa un crecimiento del 2.2% con respecto a 2020, en tanto las fuentes renovables de energía alcanzarán 6.3% de participación en la matriz de generación, un índice que este año cierra en torno a 4%.

“No hay quien pueda desde hoy decir cuánto combustible daremos a las entidades el próximo año. Dependerá de la disponibilidad que exista en el país y de las divisas”.

Inversiones: No se detiene el desarrollo del país

De acuerdo con el informe presentado por el ministro de Economía y Planificación, pese a las restricciones que afrontó la economía en 2020 se terminarán 47 400 viviendas, de ellas 15 030 para el plan estatal.

Además, se prevé concluir un conjunto importante de inversiones en los programas relacionados con la producción de arroz, granos, cítricos, carne vacuna y de cerdo, así como en el turismo.

“No se detiene en medio del complejo escenario en que estamos el desarrollo del país. Continuamos creando más capacidades que respondan al nuevo contexto del ordenamiento monetario”.

Este año, a pesar del recrudecimiento del bloqueo, se aprobaron 29 proyectos de inversión extranjera, con capital comprometido de más 2 000 millones de dólares. Cinco negocios se ubican en la Zona Especial de Desarrollo Mariel.

Para 2021, el plan de inversiones se incrementa en 22% respecto al estimado del presente calendario. Las inversiones están distribuidas por provincias y se componen en 12% de inversiones de subordinación local y en 88% de subordinación nacional.

Del total del plan, el 60% se concentra en los sectores priorizados: defensa, producción de alimentos, turismo, fuentes de energía renovable, vivienda y producción de cemento y acero.

Las inversiones que se prevé terminar y poner en explotación generan alrededor de 11 525 nuevos empleos.

Se planifica la transportación de 66 105 000 toneladas de productos, para un crecimiento de 9% respecto al estimado de 2020. El 25% se transportará por ferrocarril.

La transportación nacional de pasajeros alcanza los 1 793 068 000 pasajeros, 66% superior al 2020; de ellos, 12 millones se transportarán por cooperativas y 658 millones por los porteadores privados, lo cual representa el 37% del total.

Afirmó que hay que tener en cuenta que, al comparar la proyección con lo alcanzado en 2020, “lo hacemos con un año de muy baja productividad y movilidad”.

La circulación mercantil minorista se planifica en 233 000 064 pesos, para un incremento con respecto al año 2020 de 20 616 millones (9.7%).

El 88.7% del total de la circulación minorista será en pesos cubanos y el 11.3% en MLC. “No vamos a una dolarización de la economía”, reiteró.

Se proyecta continuar desarrollando el comercio mayorista con alcance a todas las provincias y de acuerdo con los aseguramientos planificados en los productos.

En el plan de 2021, como parte de las políticas sociales de la Revolución, se respaldan indicadores en los sectores de educación, salud, cultura, deportes y de radio y televisión.

Se respaldan niveles de actividad similares a los aprobados para el presente año, con la premisa de continuar fortaleciendo las acciones de promoción y prevención de la salud desde la atención primaria.

El cuadro básico se conforma con 619 medicamentos; de ellos, 363 de producción nacional y 256 importados. Además, se prevé garantizar 173 renglones mediante la medicina natural y tradicional.

Se respaldan las medidas para enfrentar los elevados niveles de envejecimiento de la población, así como las que se implementan para potenciar la natalidad, la fecundidad y la atención a los adultos mayores.

Se respaldan proyectos de I+D+I por alrededor de 10 000 millones de pesos, en el entorno del 2% del PIB a precios corrientes. Estos proyectos tributan a 14 programas nacionales, seis sectoriales y 42 territoriales, entre otros.

En la protección del medioambiente se respaldan las acciones identificadas en el plan nacional Tarea Vida.

Se proyecta un crecimiento de 32 000 ocupados en la economía, “insuficiente para la demanda”. De ellos, 22 000 en el sector estatal y 10 000 en el no estatal.

“Necesitamos más empleo de calidad”, dijo Gil Fernández e insistió en la necesidad de potenciar el desarrollo territorial como principal fuente.

Como resultado de lo anterior, la tasa de desocupación alcanza 1.6%, fenómeno motivado por un mayor interés de las personas en buscar empleo. “Hay que trabajar para vivir y aportar a la sociedad”, reiteró.

Con relación al salario, se aplicará en el sector empresarial un nuevo mecanismo, que comprende la eliminación de los sistemas de pagos condicionados al cumplimiento de los indicadores directivos y establece la distribución de la utilidad, como ingreso móvil adicional al salario.

“Si no hay utilidad, no hay ingreso móvil. Pero el sector empresarial debe buscarse la utilidad y tiene vías para hacerlo. Hemos quitado trabas y ayudado al desarrollo de la economía”, recalcó.

El ministro llamó al control de los precios también en el sector estatal. “Usted puede tener más utilidad porque lo que produce lo vende más caro, pero es el incremento de la utilidad con control de la inflación”.

Entre los retos están la implementación de la estrategia; mantener bajo control la inflación y los precios en el sector estatal y no estatal; incentivar la generación de nuevos empleos fundamentales en la actividad productiva, mediante el desarrollo local; priorizar la recuperación del turismo, e incrementar las ventas de las entidades nacionales a la ZEDM, que se ha proyectado en 54 millones de dólares, aún muy por debajo de las necesidades.

Igualmente será imprescindible incrementar la participación de la industria nacional como proveedor de las ventas minoristas y mayoristas en divisas.

“Algunos quisieran olvidar el 2020, pensar que nunca existió y comenzar de cero. Pero no, la vida cambió. Nos ha impuesto retos y desafíos sin precedentes. Y las experiencias y enseñanzas hay que aprovecharlas”, afirmó el ministro.

Este escenario “nos demostró el valor de la planificación centralizada. Cuba, bajo el intenso bloqueo, no se ha quedado detenida esperando a que las soluciones caigan del cielo, porque sencillamente no lo harán”.

Gil Fernández informó que solo se recibió el 55% de la divisa prevista y se ejecutó el 60% de las importaciones.

“Vale que nos preguntemos cómo reaccionaría ante este escenario el capitalismo; cómo hemos podido mantener los recursos vitales, no ha habido apagones, no se han cerrado escuelas, hospitales ni centros científicos. Cómo hemos alcanzado ejemplares resultado en la batalla a la COVID-19, que nos ha costado 100 millones de dólares que no teníamos planificados”.

“Que hay colas, que no se logra estabilidad en la oferta de productos, es cierto y lógico”, reconoció. “Pero el pueblo razona, expresa y debate. Esa permanente retroalimentación es el mejor plan de la economía que tenemos”.

Entramos al 2021 con grandes desafíos. No podremos dar grandes saltos, pero lo haremos gradualmente, compartiendo con justicia lo que tenemos y desarrollándonos.

“Este plan lleva esfuerzo, innovación, búsqueda de soluciones, no pararnos ante ninguna traba, no olvidar que tenemos que pensar en los 11 millones de cubanos.

“El 2021 será un año de grandes transformaciones. Recordemos, como dijo Raúl Castro, que sí se pudo, sí se puede y sí se podrá”, dijo.

Se conoció que en 2019 el PIB, a precios constantes, disminuyó 0.2% con respecto a 2018.

“La economía había alcanzado un crecimiento de 2.2 en 2018 y creció los dos primeros trimestres de 2019, encaminado también a un año de crecimiento. Sin embargo, a partir del segundo semestre de 2019 se produjo una disminución de los niveles de actividad, provocando una ligera contracción al cierre del año (1.7%), bastante poco para la agresión que nos impusieron”, apuntó Gil Fernández.

Las medidas adoptadas para enfrentar la situación energética y el reordenamiento de un conjunto de actividades productivas y de servicios, permitieron enfrentar ese complejo contexto y que la caída del PIB no fuera superior, resumió el ministro de Economía y Planificación.