Inspección sanitaria en Ciego de Ávila: ¿Malas o buenas noticias?

Osvaldo Vladimir Puñales (al fondo) en uno de sus recorridos habituales. Esta vez, en una entidad de CIMEX que antes había sido sancionada y ya exhibía el apego total al protocolo de enfrentamiento. Foto: Katia Siberia/ Invasor.

Justo el pasado jueves, cuando las cifras del rebrote cerraba los 500 positivos y medio millar parecía una sobredosis para una provincia que en abril se alarmaba con 20 casos en un día, un equipo de inspección sanitaria estatal brindaba otros números que describían también la complejidad epidemiológica; expresada ya no en confirmados, sino en violaciones. Y los datos alarmaban…y calmaban al mismo tiempo. Depende de cómo se interpreten.

En cinco días de trabajo un equipo de 14 especialistas realizó 48 inspecciones y además de paralizar la actividad de elaboración y venta de alimentos en ocho unidades, impuso 96 multas por un valor de más de 17 000 pesos y realizó 104 acciones sanitarias. Durante ese mismo período de tiempo, otro grupo de inspectores sanitarios efectuó 753 inspecciones, 132 acciones sanitarias, impuso 108 multas y 22 paralizaciones de los servicios.

Los datos tienen, apenas, tres días. O sea, corresponden a esta etapa convulsa de la epidemia, y los ofrece el jefe de ese equipo y máster en Ciencias, Osvaldo Vladimir Puñales, quien se ha dado a la tarea de recorrer, otra vez, algunos centros evaluados “para observar el antes y el después”. Este especialista habanero, que integra el grupo del Ministerio de Salud Pública que apoya aquí el combate contra la epidemia, aclara que ya en varios se nota el cambio en las acciones y el ajuste al protocolo de enfrentamiento.

¿Lo negativo?: que a estas alturas y con tantos escarmientos, en esos lugares (algunos frecuentados por grandes cantidades de personas) se hayan detectado descuidos y desconocimientos que podrían haber alargado la cadena de contagios… aún más. Mucho más.

¿Lo positivo?: que después de realizada la inspección, el viraje ha sido total y si antes corrieron con “suerte” y no reportaron ningún foco o evento de trasmisión, ahora parece menos probable que lo hagan.

“¿Qué hemos encontrado?”, se interroga Osvaldo, sin preámbulos. “Centros que preparaban la solución de hipoclorito de sodio y no distinguían que al 0,1 por ciento es para la desinfección de las manos y al 0,5, para los pasos podálicos. O ponen estas soluciones al sol sin percatarse de que así pierden efectividad. O tampoco rotulan los recipientes y no especifican la fecha de preparación y vencimiento, sin tener en cuenta que esas soluciones acuosas solo duran 24 horas…o no realizan las pesquisas a sus trabajadores para verificar que nadie con síntomas ingrese al centro…”

El equipo de Osvaldo observa cada detalle, de ahí la severidad de su fiscalización. Y lo hace, no porque “trabaje a lo cortico” con el doctor Francisco Durán, sino porque sabe que un detalle ignorado puede constituir brecha para el nuevo coronavirus. Por eso también este viernes dirigió varios encuentros con administrativos de centros labores que debieron ganar en claridad sobre protocolos que se actualizan, tambien, a partir de la experiencia cubana.

Sin embargo, recalca algo esencial pese a cualquier irregularidad encontrada. El nasobuco, el distanciamiento y lavarse las manos siguen siendo vital. Y lo apoya con un dato: “lavarse las manos cuatro veces al día evita el 50 porciento de las enfermedades que trasmiten los alimentos y el 35, de las que se adquieren por las vías respiratorias”.

En su misión de observar el cumplimiento de las medidas en entidades avileñas, Osvaldo dirige a un reducido equipo que, a su vez, se suma a los alredor de 50 inspectores sanitarios que tiene la provincia, al menos en plantilla, “pues sabemos que hay holguineros y santiagueros apoyando esta tarea.” Y sabe, además, que del mismo modo que deben corregir labores de enfrentamiento, no pueden dejar impune equívocos que hoy podrían seguir costándonos mucho más que el escarnio público.

De recorrido por la UEB Producción, Empaque y Ventas, de la sucursal CIMEX. Foto: Katia Siberia/ Invasor.

(Tomado de Invasor)