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¿Qué pasará con la Vocacional Lenin?

Pese a todo, los estudiantes todavía sienten una identificación especial por la Lenin. Imagen publicada en Facebook por una estudiante que actualmente cursa el décimo grado en la Escuela Vocacional.

Pese a todo, los estudiantes todavía sienten una identificación especial por la Lenin. Imagen publicada en Facebook por una estudiante que actualmente cursa el décimo grado en la Escuela Vocacional.

Fuentes cercanas a la revista cubana Juventud Técnica han informado que a escaso tiempo de que comiencen los trabajos de control parcial, a los alumnos del mítico Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas "Vladimir Ilich Lenin" les han anunciado que de las seis unidades con que cuenta la escuela -actualmente solo hay dos en funcionamiento- cinco serán entregadas de manera definitiva a otro organismo.

De ser así esto implicaría la desaparición de la Vocacional de la manera en que originalmente fue concebida por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Según la información que llegó a la revista se ha anunciado una mudanza de las áreas del docente y probablemente de algunos albergues.

En el año 2016 Juventud Técnica develaba la situación de depauperación constructiva del plantel y otros problemas asociados a la pérdida de profesores de alta calidad que eran un sello de la escuela, la falta de control en varios de los procesos internos y de atención priorizada por parte de las autoridades del sector educativo.

Desde la visión de Juventud Técnica la solución a estos problemas no debía ser la eliminación de la Escuela, sino retomar la esencia original de su surgimiento y mejorar las condiciones.

Ya el hecho de que una Vocacional de estas particularidades se subordinara al municipio de Arroyo Naranjo, en vez de al nivel provincial, constituía una paradójica contradicción, en tanto los jóvenes que allí estudian, se preparan para contribuir, cuando menos, al desarrollo de la capital, aunque sabemos que en la Lenin se han graduado buena parte de los líderes científicos de Cuba.

Es necesario alertar sobre las consecuencias que podría traer la pérdida de ese espacio, de ese modelo de escuela y de enseñanza con resultados más que probados, de esa especie de patria estudiantil o científica que en el imaginario de tantos cubanos es la Lenin.

Fragmento del discurso de Fidel al inaugurar la Lenin el 31 de enero de 1974

Fidel inaugura la Lenin en 1974 junto al entonces mandatario de la URSS, Leonid Brezhnev.

Fidel inaugura la Lenin en 1974 junto al entonces mandatario de la URSS, Leonid Brezhnev.

Esta escuela que inauguramos hoy, es del tipo que llamamos vocacional. En ella ingresan los alumnos mediante selección rigurosa, basada en las altas calificaciones que obtengan en la enseñanza primaria y en su expediente escolar. En el país existirán siete escuelas de este tipo, donde estudiarán en total 25 000 alumnos. Actualmente se inicia la construcción de una en Las Villas, otra en Camagüey y otra en Oriente. Llevarán los nombres de: "Lenin", "Marx", "Engels", "Martí", "Maceo", "Gómez" y el "Che".

(...)

Los alumnos egresados de esta escuela se dedicarán fundamentalmente a carreras científicas y técnicas.

A decir verdad, en ningún país de América, incluyendo Estados Unidos, hay una escuela de nivel medio como esta.

Ha sido construida en dos años, un tiempo que podemos llamar récord. Nuestros obreros de la construcción trabajaron sin descanso para terminarla en la fecha acordada. A ellos queremos expresarles nuestra gratitud y reconocimiento.

(...)

Nuestro país no invierte sus energías en, gastos superficiales o de lujo. Las dedica por entero al desarrollo económico, la salud, la educación, la cultura, el progreso social y la defensa de la patria socialista. Nuestro pueblo trabaja para hoy, pero trabaja aún más por el porvenir.

(...)

Con infinito amor y gratitud profunda, dedicamos esta escuela a la memoria de Vladimir Ilich Lenin, el genial conductor revolucionario y fundador del primer Estado Socialista en la historia de la humanidad. Por los caminos luminosos que abrió al porvenir del hombre, por los extraordinarios servicios que prestó al mundo, por la ayuda decisiva que nos brindó el Estado fraternal e internacionalista fundado por él, y por lo que su pensamiento, su vida y su ejemplo, representan para todos los revolucionarios de la tierra, esta escuela, que es orgullo de nuestro pueblo, llevará su nombre inmortal.

Texto publicado en 2016 por Juventud Técnica: "La ¿vocacional? Lenin"

El IPVEC Vladimir Ilich Lenin se encuentra en adversas condiciones. Imagen compartida en Facebook por un egresado de la Escuela.

El IPVEC Vladimir Ilich Lenin se encuentra en adversas condiciones. Imagen compartida en Facebook por un egresado de la Escuela.

Francis Bacon defendió en sus textos el postulado: saber es poder. No reflexionaba exclusivamente sobre el alcance hegemónico del conocimiento. También fundamentaba la validez de los saberes a través de su utilidad práctica. Este autor unificó por primera vez dos conceptos hasta entonces separados: ciencia y tecnología.

Desde ese momento, los científicos buscan que sus descubrimientos aporten  a la humanidad. Por ello, la adecuada formación de las jóvenes generaciones de investigadores se convirtió en una empresa primordial.

Cuba se percató de la necesidad de establecer bases sólidas al desarrollo científico desde los primeros años luego del triunfo de la Revolución, y alrededor de 1970, comenzó a atender la preparación de los nuevos líderes académicos desde las más tempranas edades.

En cada provincia se crearon Escuelas Vocacionales de Ciencias Exactas. Estos centros profundizaron en la preparación de sus estudiantes en campos como la Matemática, la Física, la Química y la Biología. Durante los años siguientes estas academias, fundamentalmente pre-universitarias, ganaron su propio prestigio gracias a un programa de formación más intensivo que el del resto de las escuelas, a partir de crear determinadas condiciones de vida y estudio a los alumnos y profesores.

Actualmente, la realidad de uno de esos centros, el mítico Instituto Preuniversitario de Ciencias Exactas (IPVCE) “Vladimir Ilich Lenin”, ha cambiado, de una manera un tanto drástica.

Entre las problemáticas está la escasa demanda de ingreso que se aprecia desde la enseñanza secundaria básica. A partir de la reaparición de los “preuniversitarios en la calle”, menos estudiantes se ven tentados por la vida internada. Esa indiferencia, a la par, ha provocado la disminución de los promedios académicos con que acceden los alumnos y, por tanto, un decrecimiento de la disposición e interés de los estudiantes.

Estas realidades también son perjudiciales para el mantenimiento de un claustro de profesores estable, y de alta calidad. Muchos de sus maestros se han inclinado por el trabajo en los preuniversitarios externos, con más comodidades, en algunos casos incluso mejor salario, si se analizan la cantidad de horas/clase, el hecho de que entre sus deberes están las guardias nocturnas, lo que implica un desgaste mayor, y la responsabilidad que adquieren de cara a la sociedad y a las familias de esos adolescentes que viven más con ellos que en su hogar.

La reducción de matrículas también ha causado el desaprovechamiento y descuido de las instalaciones académicas. De las seis unidades con que cuenta la “Lenin”, solo dos funcionan, con problemas graves para el abasto de agua y el saneamiento, y el resto del espacio se encuentra en avanzado estado de deterioro y desmantelamiento.

Otro factor pernicioso para la correcta marcha de una escuela de tal tipo, ha sido la inestabilidad de las condiciones pre y post ingreso. Por citar un ejemplo, en el curso 2009-2010 se exigió a quienes deseaban estudiar en los IPVCE que debían optar solo por carreras de ciencias exactas al terminar los tres años. Se especificó que la medida se implementaría para poder dividir a los estudiantes en aulas más especializadas y contrarrestar el significativo aumento de egresados de la escuela en carreras de humanidades.

Por esa causa muchos estudiantes desistieron de la idea de ir al IPVCE. Sin embargo, a partir de los cursos siguientes el requisito se excluyó, y la especialización no se desarrolló. Incluso, algunos alumnos que entraron bajo ese régimen académico se beneficiaron con la “flexibilización” e ingresaron en disciplinas universitarias de ciencias sociales.

Este fenómeno se asocia a la débil formación vocacional que están recibiendo los alumnos. Con el paso del tiempo, se han ido reduciendo las iniciativas que contribuían a la especialización de los estudiantes en concordancia con sus intereses individuales, más allá de las acciones con los jóvenes que integran las preselecciones nacionales para las Olimpiadas, que sí llevan un tratamiento diferenciado.

Y esto sucede en la capital, donde tienen sede algunos de los más reconocidos centros científicos de Cuba, donde viven de los más laureados investigadores del patio.

El poco control del autoestudio también debe ser atendido en esta instalación académica. Los estudiantes se ausentan o no emplean el tiempo en lo establecido, sino en variados entretenimientos, a lo que suma la pérdida de aquella práctica de ver cada noche el noticiero, donde los jóvenes podían tener, al menos brevemente, una idea de lo que sucedía en su país y el mundo.

Aunque una mirada a los resultados de las pruebas de ingreso a la Universidad en La Habana devela que quienes estudian en la Lenin aprueban en amplísima mayoría y, como regla, acceden las opciones uno y dos de carreras, hay signos que apuntan a la depresión en la calidad de la enseñanza que reciben los alumnos. Indicador de ello es el notable número de estudiantes que, luego de estar internos durante toda la semana, deben pasar su escaso tiempo libre en repasos particulares.

Las escuelas vocacionales de todo el país cuentan con un  merecido prestigio. Y es visible el modo integral en que otros IPVCE del país asumen la preparación de su alumnado. Los resultados de jóvenes de esos preuniversitarios de Las Tunas, Granma o Camagüey están sostenidos por un evidente interés de las autoridades de esas provincias por formar bien a sus recursos humanos.

En la Lenin, sin embargo, esta relevancia es cada día más el recuerdo de épocas pasadas. El presente es desalentador y la duda plausible: ¿estarán debidamente preparados los científicos del futuro?

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(Con información de Juventud Técnica)