Fay y Gonzalo: Dos Difíciles Pronósticos de Intensidad

Muchas personas piensan que con la tecnología moderna todo está resuelto y que todo pronóstico de ciclón tropical tiene que resultar exitoso. Sin embargo, siempre no es así, depende de cuál aspecto se trate.

Los pronósticos de trayectoria de un ciclón tropical por regla general son muy buenos y las más de las veces resultan exitosos, a veces bastante exitosos. En los últimos 20 años los pronósticos de trayectoria han mejorado enormemente desde la introducción generalizada de los modelos de pronóstico dinámico unido a la experiencia de los pronosticadores. Tan es así que hoy en día, un pronóstico oficial emitido con 3 ó 4 días de antelación tiene la efectividad que hace 20 años tenían los de sólo 24 horas.

Quizás el caso más difícil en la actualidad, con los mayores errores, sea el de un ciclón tropical casi-estacionario, próximo a la recurva, o como ocurrió en el caso del huracán "Lili" de 1996, que se sabía que iba a recurvar, pero no si lo hacía más al sur o el norte. El movimiento al este de una vaguada frontal por el continente resultaba crítico para saberlo. Y eran dos sistemas en movimiento que iban a interactuar, la vaguada y el propio huracán.  Por ello, el cono de trayectoria pronosticada tuvo que hacerse muy amplio sobre Cuba, desde el este de Pinar del Río hasta la provincia de Sancti-Spíritus, para mostrar esa incertidumbre. Por cierto, fue el primer huracán en que emitimos una Alerta Temprana y mostramos un cono de trayectoria.

No ocurre lo mismo con otros aspectos de los pronósticos de ciclones tropicales. Los que alcanzan una peor situación son los pronósticos de lluvia, y el otro es el pronóstico de intensidad. A éste último dedicaré las próximas líneas.

Contrariamente con lo que ha ocurrido con los pronósticos de trayectoria, en los últimos 20 años los pronósticos de intensidad de ciclones tropicales casi no han mejorado y siguen siendo muy difíciles. El grado mayor de dificultad reside en el caso en que ocurre una intensificación rápida.

La Tabla que les muestro a continuación muestra la gran frecuencia con la que esto ha ocurrido en los años que transcurren de este siglo XXI, lo que anteriormente casi no se había observado.

Explico lo esencial de la Tabla. Además del nombre de los huracanes y el año en que ocurrieron, la tercera columna señala desde qué categoría de Saffir-Simpson comenzó y a cuál llego en el proceso de rápida intensificación, mientras que en la cuarta columna están las horas que demoró en hacerlo. El promedio general fue de 30 horas.

Se destaca SANDY, que en el 2012 fue de huracán Categoría 1 a Categoría 3 en sólo 12 horas, en el Estrecho de Colón entre Jamaica y la costa sur de la región oriental de Cuba. Le sigue WILMA en el Caribe, aunque en este caso la intensificación resultó mucho mayor, pues pasó de huracán Categoría 1 a ser un categoría 5 en sólo 18 horas.

La causa de que esto ocurra radica en los procesos físicos termodinámicos que tienen lugar en el interior de la estructura del huracán, sobre todo en la zona del "ojo", que a pesar de los adelantos científicos, radares, satélites y aviones de reconocimiento, no se conocen en detalle a plenitud. Se añade a esto que los modelos numéricos todavía no tienen la resolución suficiente, ni los datos, para simular lo que en realidad sucede. Por eso es extremadamente difícil hacer pronósticos siempre exitosos de rápida intensificación en el actual estadio de la Ciencia.

Traigo todo anterior a colación, porque en los últimos días ha habido, no uno, sino dos casos de intensificación rápida en el Atlántico, uno tras otro, por supuesto que fuera de todo pronóstico, y que han ocurrido en una, digamos, noble temporada de huracanes del Atlántico.

FAY se intensificó en 55 km/h en 24 horas, mientras que ¨GONZALO¨ incrementó sus vientos en 60 km/h en 24 horas (de las 8 PM día 12 a las 8 PM día 13 de octubre), pasando de ser de una tormenta tropical a huracán Categoría 1 aventajado, mientras cruzaba próximo a las Islas Vírgenes Británicas y el extremo nordeste del Caribe oriental. Sin embargo, los pronósticos sólo daban una intensificación de 28 km/h para 24 horas en cada caso.

¿Por qué esto en realidad ocurre y cómo resolver el problema? Es uno de los temas en que están trabajando actualmente los investigadores de las principales universidades de los EE.UU. y otros países desarrollados. Y el asunto es extremadamente complejo, pero también importante, porque la rápida intensificación de una tormenta tropical o huracán cerca de tierra, puede tomar con la guardia baja a que residen próximo a la costa donde se produzca el impacto. Ello acaba de ocurrir con GONZALO en las islas del extremo nordeste del Caribe oriental, y en cierta medida ocurrió con SANDY en Santiago de Cuba el pasado 2012.

¨GONZALO¨ azota a las islas del extremo norte de las Antillas Menores. Posición del Huracán a las 8 PM del 13 de octubre de 2014 y su cono de pronóstico. Obsérvese la velocidad de los vientos máximos sostenidos del día 12 a las 8 PM con la de la misma hora del día 13, 24 horas después. La diferencia es de 60 km/h, de una tormenta tropical débil a un Huracán Categoría 1 en la mediación de la escala.