Ofrecen recomendaciones para mejorar la colada del café en Cuba

El ministerio de Comercio Interior decidió en mayo vender café mezclado con chícharos (arvejas) en la cuota normada (subsidiada por el Estado) que se comercia a muy bajos precios, mediante una canasta familiar mensual.

El diario Granma citó hoy en un reportaje a consumidores que encuentran el café con chícharos "muy amargo, aducen que no cuela, les parece elevado el costo y hasta más de uno relata incidentes con su cafetera".

Tras admitir que el nuevo producto es de "inferior calidad" al café puro, el diario citó recomendaciones de los productores para preparar la mezcla, entre estas no desbordar el agua sobre la válvula de la cafetera, no comprimirla y hacerla "a fuego lento".

El reportaje estimó como inevitable la comercialización de la mezcla para aliviar las costosas importaciones y conseguir así ahorros financieros.

A continuación el reportaje de Granma

Ajustar la mezcla y la exigencia

Por Yudy Castro Morales

Hasta su origen resulta mítico. Cuentan que lo descubrió un pastor de ovejas etíope en el siglo XVII, y desde entonces han sido disímiles los efectos estimulantes del café. Lo mismo nos convida a saborear la aromática infusión que a participar en una animada controversia, como las que hoy suscita el retorno del café mezclado, decisión de ningún modo arbitraria.

Las dificultades económicas de Cuba, el alza de los precios del grano en el mercado internacional y las insuficiencias para producirlo en el país obligaron a tomar esta medida.

Junto a ella también se suspendió la cuota normada que se entregaba a los menores de 6 años, se fijó un precio de cuatro pesos la bolsa; y se mantiene un subsidio de aproximadamente 190 millones de pesos anuales.

Hace un año -comenta Antonio Alemán, director general del Grupo Empresarial CUBACAFE- la tonelada de café robusta (variedad que se emplea en la mezcla actual) apenas rozaba los 2 000 dólares mientras que hoy los rebasa con amplio margen; en tanto los precios del café arábigo, que se cotizaba a 3 000 dólares la tonelada en el 2010, hoy cuesta el doble.
Alemán apunta, además, que de las aproximadamente 15 000 toneladas de café destinadas a la canasta familiar, solo el 30 % es de granos nacionales. De ahí la composición de los nuevos paquetes: 50 % de chícharo y 50 % de robusta.

El café en la mira

Después de tomarlo puro, el regreso del café mezclado genera múltiples criterios a lo largo del país. En La Habana, por ejemplo, aunque algunos alegan que siempre lo han ingerido con chícharo, otros lo encuentran muy amargo; aducen que no cuela; les parece elevado el costo y hasta más de uno relata incidentes con su cafetera.

En busca de explicaciones para tantas inquietudes, Granma visitó las dos fábricas capitalinas dedicadas a la elaboración y distribución del café normado: torrefactoras Antonio Briones Montoto (del Este) y José María Pérez (Pilón). De mayo a la fecha, ambas entidades han desarrollado intensas jornadas, sobre todo para garantizar, en la primera quincena de este mes, la comercialización en las bodegas de unas 226 toneladas.

Ahora trabajamos con mucha presión pues la durabilidad en estado óptimo del café mezclado oscila entre 30 y 45 días, por ello no se puede adelantar demasiado la producción y varían los ciclos de distribución, dice Raquel López, directora de la Planta del Este.

También los técnicos de calidad han redoblado su labor. Suleidys Hurtado y Raúl Ernesto Báez, especialistas de las unidades del Este y Pilón, respectivamente, aseguran que a cada hora, incluso en menos tiempo, se le hacen estudios de granulometría (tamaño de las partículas) a la mezcla y se efectúa la prueba de colada, cuyo resultado oscila entre los parámetros establecidos.

Entonces, si los exámenes de calidad permanecen entre los índices permisibles ¿por qué emergen tantas inconformidades?
Lo primero es que el consumidor fija su patrón de comparación en el café puro distribuido hasta abril -explica Suleidys Hurtado-; ahora hablamos de un producto de inferior calidad.

"No obstante, antes de comenzar a venderlo así en el 2005, las mezclas contenían una mayor proporción del guisante, solo que la cantidad empleada de granos del arábigo contrarrestaba el amargor y la acidez. Hoy, los altos precios no admiten la utilización de esta variedad.

De cumplirse con las recomendaciones litografiadas en los paquetes, no existe riesgo de accidentes -asevera Suleidys- a menos que la cafetera esté en mal estado o se trate de un café adulterado.

Aunque buena parte de la población no tiene hábito de leer instrucciones o fechas de vencimiento, urge aguzar la vista. A un lado del envase aparece claramente el modo de preparación: el agua no debe sobrepasar la válvula de la cafetera; el café no puede estar comprimido en el colector pues el espacio libre favorece la hidratación del chícharo, y la cocción deberá ocurrir a fuego lento.

Asimismo, para evitar que nos pasen "gato por liebre", y se nos quiera vender un café "de puro chícharo", es preciso corroborar que al final del paquete aparezca un cuño seco con el código correspondiente a cada torrefactora. Los embalajes de la capital muestran, indistintamente, los números 5 y 6; las demás provincias también tienen cifras específicas.

Pese a estas precauciones, la vuelta al café mezclado demanda mayor exigencia y control de los insumos. No en vano Isidro Fernández, director de la Empresa Torrefactora y Distribuidora de Café La Habana, resalta la automatización de sus dos plantas como "garantía" ante el desvío de recursos.