En Cuba, como en diversas partes del mundo, este tipo de aves utiliza de modo diferencial los componentes de las franjas costeras, tanto en ínsulas como en las masas continentales: el mar y la orilla o zona intermareal.
Muy abundante resulta la oscura silueta del rabihorcado –fragata, como también se le conoce–, mientras planea sobre playas y lagunas salobres. La corúa de mar es otra de las compañeras inseparables de los marineros. Estas se pueden ver flotando en aguas someras cercanas a la franja terrestre, o descansando sobre algún tronco mientras escurren su plumaje con las alas extendidas y desplegadas al sol.
Sin embargo, no podrá negarse que las aves marinas más populares son los llamados gallegos (gaviotas de mayor tamaño) y las del género Sterna (conocidas comúnmente como gaviotines). Entre estas últimas hallamos a las que permanecen todo el verano en nuestro archipiélago: la gaviota común, la gaviotica, la monja y la gaviota boba, por citar algunas.
Conjuntamente, existen otras especies conocidas que frecuentan mucho más los suelos arenosos. Tal vez asistirá rápido a la mente de los lectores alguna que otra avecilla, de movimientos raudos y livianos, durante visitas a las playas.