Proyeccionista

El proyeccionista durante la proyección. Foto: Kaloian.

Con la aparición de los proyectores digitales en los cines este hombre se deshace. Y con él, poco a poco se escapa ese sonido peculiar del recorrido de la serpentina de fotogramas al interior de un proyector. Adiós al haz de luz que desde una ventanita en las alturas, estalla en imágenes sobre una pantalla.

El hacedor, el último guardián de la magia del cine –el proyeccionista– llega silencioso. Revisa las bobinas que contienen la película y si alguna parte del material está dañado lo empalma en la vieja moviola. Inserta el primer carrete en el gigante aparato de proyección y guía la cinta sobre el engranaje. Siempre hay un segundo rollo donde está contenido el happy end, el final ruso, o el hasta siempre: la lágrima inevitable o la sonrisa sembrada en el rictus.

Este hombre lo hace de memoria: prende un cabo de cigarro y acomoda el segundo proyector para que nadie se percate, para que la película no “brinque” y el público no advierta la maniobra.

He estado junto a él en sus días de reinado en el Yara, allí donde todas las esquinas se juntan en “la esquina habanera”. En tantos años recibió muchos chiflidos e insultos desde la platea por bombillos fundidos, películas rotas, imágenes sin foco, sin voz, sin sonido –cuestiones del mundo analógico o lo que dicen, de la otra era–. Y ni un solo aplauso, como si no hubiera sido suya también la película nuestra de cada día.

"Revisa las bobinas que contienen la película". Foto: Kaloian.

"...si alguna parte del material está dañado lo empalma en la vieja moviola". Foto: Kaloian.

"He estado junto a él en sus días de reinado en el Yara, allí donde todas las esquinas se juntan en “la esquina habanera”. Foto: Kaloian.

El proyeccionista lee la cartelera cinematográfica. Foto: Kaloian.

El proyeccionista. Foto: Kaloian.

"...acomoda el segundo proyector para que nadie se percate, para que la película no “brinque” y el público no advierta la maniobra." Foto: Kaloian.

También es suya la obra que vemos en la pantalla. Foto: Kaloian.

(Tomado de Progreso Semanal)