Orgullo Santiaguero

Visitar la ciudad de Santiago de Cuba resulta siempre interesante para cualquier persona, ya sea cubana o no, pues esta ciudad, caliente por naturaleza, con sus costumbres únicas y sus amables moradores "atrapan" al más serio de los humanos.

Pero amigos míos, si esta visita coincide con una serie de Beisbol entre los locales y el equipo Industriales de la capital, las cosas toman una dimensión especial. Dondequiera que usted se presenta, allí estará la peña, el debate, en fin, la discusión. Que si los Azules son los payasos, que mejor juegan a la pelota o de que los periodistas los sobredimensionamos.

En la carpeta del hotel, en el bar, en las plazas en las escuelas, en calle Trocha hasta en la mismísima Catedral, rodeada de sobriedad, solo se escucha hablar de Pelota. Apenas pude participar de unas entradas en el majestuoso Guillermón Moncada, y desgraciadamente, fue para presenciar una fuerte disputa ante una jugada de interferencia, de la que resultó expulsado Lázaro Vargas, director de los capitalinos, enseguida un señor mayor, cerca de mí me dijo -claro, tenían que emparejar, en el partido anterior expulsaron al director santiaguero.

Cumpliendo una apretada agenda de trabajo que incluyó visitas a varios municipios santiagueros, apenas quedó tiempo para disfrutar de buen béisbol. Pero sí de muchas trifulcas entre campesinos cuentapropistas, barberos, dirigentes y cuanta persona tropecé en estos 4 días en el Oriente cubano, por supuesto todos tratando de sugerir estrategias para devorar al León capitalino.

Último partido de la Serie que favorecía 2-1 a los del Oriente, también era mi última noche en Santiago, terminé tarde, y un colega y gran amigo me invitó a visitar su casa, y bueno, hasta allá fuimos.

Al llegar a la casa, la primera perjudicada fue su pequeña hija, quien resultó enviada a ver los muñequitos al televisor del cuarto, y así comenzó una charla entre colegas, al son de una botella de ron santiaguero. Mientras el juego estuvo empatado todo transcurría normal, ya en el capítulo séptimo, Industriales comenzó a darle una "soberana" paliza a los santiagueros, y de pronto mi colega José Ángel, que aparentaba no atender al juego, se puso de pié, apagó la tele, y nos dijo: "Oye, nagüe, tenemos que ahorrar..."

Foto: Ismael Francisco/Cubadebate

Foto: Ismael Francisco/Cubadebate

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