Pinar del Río: Seis horas que lo cambiaron todo (+ Fotos, Video y Podcast)

Casas de tabaco en el municipio de San Juan y Martínez, en Pinar del Río, tras el huracán Ian. Foto: Cubadebate.

No queríamos escribir. No estuvimos ahí cuando Ian arremetió con vientos de más de 200 kilómetros por hora contra la provincia de Pinar del Río, esa tierra que nos vio nacer y de la que nunca nos podemos desprender. No queríamos escribir, pero es un deber periodístico contar historias y llevar hasta la última persona una pizca de esperanza.

El pasado miércoles, de carro en carro, de tramo en tramo, recorrimos unos 150 kilómetros y llegamos hasta Pinar del Río. Destrucción, dolor en las caras de las personas, árboles caídos, casas sin techo, otras en el piso... Un panorama desolador.

Después de conversar con la primera entrevistada, esa a la que solo se le cayó un techito de una terraza y se le apretó el pecho cuando nos aseguró que no se comparaba con otros que lo habían perdido todo, ahí, justo en ese momento, algo en nosotras cambió.

No queríamos escribir, pero nos tocó recorrer la provincia, ir hasta los lugares más intrincados, sentir las historias, intentar contarlas de la forma más fidedigna posible. Sin electricidad ni agua, quedándonos a dormir donde nos sorprendiera la noche, trabajando mañana y tarde en el telecentro provincial, pero sabiendo que ahí era donde debíamos estar, y que, a pesar de todo, al regresar a La Habana teníamos un techo, y que miles en esa tierra de gente buena lo habían perdido absolutamente todo.

No queríamos escribir, pero lo hicimos. Ahí van las historias.

Calle primera final del reparto Diez de Octubre de la ciudad de Pinar del Río. Foto: Cubadebate.

Caminando por una carretera de difícil acceso se llega hasta la Loma de la Candela, nombre popular de la calle primera final del reparto Diez de Octubre, en la ciudad de Pinar del Río. Por la zona no pueden transitar los carros, es imposible, la vía está en pésimas condiciones.

En los alrededores de la carretera se asientan casas sencillas, la mayoría de madera, cuyos dueños viven como en familia y así pasaron el huracán Ian.

Esperanzados, cuentan que ya se ha hecho el levantamiento de los daños y que la zona está incluida en un proyecto que contempla la reparación total de las calles, las casas que están a unos metros de estas y el alumbrado público. “Quizás con Ian se acelere el proceso”, dicen algunos.

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Testimonios desde la Loma de la Candela

Yusniel Norbel Valdés.Foto: Cubadebate.

“Pasamos el ciclón los tres juntos en el escaparate”

La noche del 27 de septiembre, Yadielis Madera y Yusniel Norbel Valdés mandaron a sus hijos Tania y Yudiel Alejandro para la casa de la mamá de Yusniel. “Porque está más fuerte. Mi esposa y yo nos quedamos aquí para asegurar el techo”, cuenta Yusniel, vueltabajero de 39 años.

Encima del techo pusieron unos sacos, pero en cuanto empezó a soplar fuerte el viento, se levantó la primera fibra del frente del portal. Y ahí comenzó la batalla del nunca acabar.

“Traté de guindarme para halarla, pero no pude y se me fueron todas. Tuvimos que meternos dentro del escaparate para pasar el ciclón”.

A las 3:30 de la madrugada, desde su refugio provisional sintieron que les empujaron la puerta. “Era Reinier Pérez, uno de los vecinos, pidiendo auxilio”.

Reinier había salido huyendo de su vivienda de madera. Tenía miedo de que cayera un árbol sobre la casa. Se metió al escaparate con Yadielis y Yusniel. Juntos pasaron el mal momento.

Yadielis y Yusniel cuentan que algunas ventanas se aflojaron, otras cayeron. Se rajaron las paredes de atrás de la cocina, las de las esquinas. Todo se mojó: el colchón, las libretas de los niños, los equipos. Durante estos días continúan dándole sol a las cosas, “a ver si podemos recuperarlas”.

Yadielis recuerda que se pasaron la noche viendo cómo los zincs volaban por los aires, “con el temor de que en vez de que lo hicieran por afuera se metieran para adentro y nos cogieran a nosotros. Fue la noche más triste de mi vida”.

Su esposo insiste en que sabe que todo el mundo está afectado, “pero nosotros tenemos dos niños chiquitos y el techo se me moja completo. Tuve que buscar las fibras por los arroyos y ponerlas remendadas, llenas de huecos, a ver si algún día se me ayuda con las fibras, o dos sacos de cemento. Lo que pueda el Estado”.

Reinier, Yadielis y Yusniel.Foto: Cubadebate.

En video, declaraciones de Yusniel

Ian tocó tierra el 27 de septiembre de 2022 en la provincia de Pinar del Río como un huracán de categoría 3. Entró justo por el suroeste de la localidad de La Coloma, alrededor de las 4:30 a.m, con vientos máximos sostenidos de 201 Km/h y rachas superiores.
Según el Instituto de Meteorología, la ciudad de Pinar del Río estuvo una hora y media en el ojo del huracán.

“Tuve que salir corriendo, porque si no, me cae la casa arriba”

Con Reinier también conversamos. “Cuando salí desesperado a eso de las 3:30 a.m., porque ya se habían caído unos gajos de la mata de al lado de mi casa, llamé a Yusniel y nos metimos los tres dentro del escaparate a esperar a que terminara la cosa. Nada más que salí, cayó la mata sobre mi casa. Si llego a quedarme ahí adentro, no estuviera haciendo el cuento en estos momentos”, dice.

A Reinier, licenciado en Educación Física hace 22 años, los embates de Ian le rompieron el televisor, el refrigerador, las lámparas de techo… Los colchones quedaron empapados.

“Aquí está mi casita”, dice y señala lo qué quedó de su vivienda. “Esto es lo que he podido alcanzar por mis propios medios, y ahora he echado para atrás con el huracán. Qué falta hace que la Revolución me ayude a hacer un ‘quimbito’, como dice el buen cubano. No pido más nada”.

Así quedó la casa de Reinier Pérez. Foto: Cubadebate.

En video, declaraciones de Reinier

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“Sabíamos que venía, estábamos contra el reloj”

Así luce hoy la casa de Sira Pando. Foto: Cubadebate.

Otniel Hernández vive en el extranjero, en Carolina del Norte. Hace unos días vino de vacaciones a Cuba. El lunes 26 fue a Varadero junto a su esposa Sira Pando Cuba. Cuando regresaron, el huracán andaba próximo a Pinar del Río.

“Sabíamos que venía, estábamos contra reloj. Los propios vecinos nos ayudaron y amarraron los zincs. Lo acondicionaron todo a ver si protegíamos el techo, que era lo más vulnerable en esta casa”, explica Hernández señalando al cielo, que cubre todo el espacio del techo que voló con el viento de Ian.

Otniel y Sira llegaron a Pinar del Río y se quedaron a dormir en la casa. A las tres de la madrugada comenzaron las ráfagas. “La casa estaba resistiendo, pero de pronto empezó a apretar y a entrar el aire por la ventana. Nos levantamos, empecé a hacerle fuerza y aguanté tremendo rato, pero los vientos eran muy fuertes y despegaron el primer zinc”.

Entonces, salieron del cuarto, que era el refugio que tenían hasta ese momento. Ya los embates habían sido tan intensos, que cuando salieron a la sala se encontraron con que la puerta estaba en forma de arco.

“Comenzamos a batallar con la puerta, a ver si resistía, pero a la larga se fueron los zincs de arriba”.

Sira Pando y su esposo Otniel Hernández.Foto: Cubadebate.

Continuaron el recorrido desesperado por las habitaciones y fueron para el baño, que había perdido un zinc. “Cerramos la puertecita, que también quedó destruida, y ahí soportamos el resto”.

Otniel cuenta que todo se mojó: colchones, televisor, lavadora, refrigerador… “Cuando haya electricidad hay que comprobar si sirven”. Diciendo esto, entra su esposa Sira, dueña de la casa, quien había ido a buscar un poco de café.

Luego de hacer una colada, comentó que su deseo es que le vendan materiales. “No queremos nada regalado, pero al menos tener la oportunidad de comprar fibras, cemento…, lo que sea, para arreglar nuestras casas, porque lo perdimos todo”.

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De acuerdo con el grupo económico del Gobierno de Pinar del Río, hasta este domingo se mantienen evacuadas 351 familias en la provincia, con 1 017 personas asistidas (347 niños y 83 ancianos).

En total, son 22 centros de evacuación distribuidos en los municipios de Pinar del Río, Consolación del Sur, San Juan y Martínez, San Luis, Minas de Matahambre, Viñales y La Palma. En casas de familiares se encuentran 235 núcleos, constituidos por 910 personas.

En la vivienda se reportan 46 501 afectaciones, incluidos 4 338 derrumbes totales y 5 911 parciales. En cuanto a los daños de cubiertas, 11 641 corresponden a derrumbes totales de techos y 24 258 a parciales, al tiempo que 2 223 facilidades temporales están afectadas.

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Sonia Elena Valdés Vilaú. Foto: Cubadebate.

“Pensé que se le iba a caer, pero gracias a Dios no la tumbó”

Sonia Elena Valdés Vilaú tiene un hijo de 35 años, Yunieski Valdés Vilaú, que cumple una condena de 13 años, pero está propuesto para libertad condicional, luego de llevar siete años y medio en un centro penitenciario.

“Esta es la casita del hijo mío”, dice Sonia mientras nos muestra la vivienda construida con madera y fibras.

“Yo se la estaba cuidando. Pudimos sacar sus cosas y llevarlas para mi casa, pero mira cómo se la dejó el ciclón. Le llevó el techo. La casita estaba en muy malas condiciones, pensé que se le iba a caer, pero gracias a Dios no la tumbó”, comenta y realiza una reverencia hacia el cielo.

Cuenta que a las cuatro de la mañana fue un terror lo que se vivió, aun en viviendas más resistentes. “Sentíamos los techos volando por encima de las casas, el ciclón se llevaba las fibras de todas las viviendas. Pasamos un momento difícil. Solo Dios pudo acompañarnos para que tuviéramos vida y presenciáramos todo.

“Nos hemos quedado sin palabras para describir lo ocurrido. Nunca en los años que tengo, 59, había visto una cosa igual”.

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Fue lo que quedó en pie de la casa de Guillermo Valdés. Foto: Cubadebate.

Solo me quedé con la ropa y los zapatos que tenía puestos

Guillermo Valdés Vilaú, conocido como el Pipe por familiares y amigos del reparto Diez de Octubre, no tuvo tiempo de guardar nada antes del paso de Ian por Pinar del Río.

“Esa noche traté de correr para salvar las cosas, pero de momento vino aquello. Cuando todo empezó a estallar, me mandé a correr y me quedé sin nada. Pueden ver el ventilador desbaratado, las camas cómo están, los butacones… El escaparate se desarmó, la mayoría de las fibras volaron y se desaparecieron”, describe aún emocionado por la tragedia de vivida hace unos días.

Valdés Vilaú es un hombre de corazón puro, como la mayoría de los pinareños. Vive con su hijo de 17 años, que es adoptado. Quedó huérfano de padre y madre y él decidió criarlo. Es su orgullo, lástima que no pudimos intercambiar con él, porque en el momento de nuestra visita estaba pasando unos días en casa de su novia, en el entronque de Las Ovas.

Guillermo Valdés Vilaú.Foto: Cubadebate.

“La noche del huracán Pedro estaba aquí conmigo, pero nada más que empezó el viento fuerte, a estallar todo, lo mandé para casa de mi mamá”, relata Guillermo.

Aunque las estructuras y cimientos de su casa estén en el piso, el pinareño se queda ahí por las noches. “No me gusta molestar a nadie. Coloco un nailon en la cama y ahí me quedo, para velar esto, porque si no, me llevan las fibras, lo poco que tengo”.

A pesar del desolador panorama, Guillermo no pierde las esperanzas, aunque sabe que la recuperación llevará tiempo. “Hay personas que tienen niños chiquitos, tienen prioridad. En mi caso, no quiero lujos, lo que quiero es que me garanticen donde comprar unas tablas, madera y clavos que no tengo. No quiero cemento ni nada. A mí que me consigan unas tablas para hacer una casita de madera”.

Escuchando la conversación están sus vecinos Pilar Roque y Pastor González, damnificados de los huracanes Lili e Isidore, quienes no tardaron en darle aliento al Pipe.

“No se desesperen, confíen en que más tarde o más temprano llegará la ayuda. A nosotros la Revolución no nos abandona. En 2005, el Estado nos dio los materiales y un crédito, así pudimos construir nuestras casas. Todo es poco a poco”, comentan ambos. Ahora tuvieron como afectaciones una fibra levantada en la parte trasera de la casa y en los relojes contadores. Solo eso.

Casa de Pilar Roque, damnificada de los huracanes Lili e Isidore.

En video, el testimonio de Guillermo

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Con relación a la electricidad, la provincia mantiene una afectación del 94%, fundamentalmente en los municipios de San Luis, San Juan y Martínez, Pinar del Río, Viñales, Minas de Matahambre y La Palma.

Fueron afectados 235 311 clientes y se les ha restablecido el servicio a 16 183, el 6.8%. Los municipios con servicio son Sandino, Los Palacios, Guane y Pinar del Río.

Se mantienen trabajando en el territorio vueltabajero tres contingentes de Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus, junto a 248 linieros del territorio pinareño.

En comunales, han sido recogidos 64 843 metros cúbicos de desechos, y 859 trabajadores prestan ayuda solidaria de otras provincias.

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Así quedó la casa de Yanet González, luego del ciclón. Foto: Cubadebate.

Yanet González: “Me tumbó el baño, que era de mampostería”

La casa de Yanet González, de tablas y fibras, no aguantaba los embates de un huracán. Cuando esta pinareña supo que se acercaba un fenómeno meteorológico de este tipo, recogió sus cosas y fue a la casa de la abuela de su hijo Yeiron Barrios, de 11 años.

Esta pinareña de 37 años cuenta que los vientos eran tan fuertes que también se llevó algunas fibras de la vivienda de la abuela de Yeiron, a pesar de que esta es de mampostería y las planchas de fibrocemento en el techo estaban sujetas con ganchos a las vigas de metal.

Gracias a esa previsión, a Yanet no se le mojó nada, pero cuando regresó, el techo entero estaba en el piso y a parte de la pared del frente le faltaban algunas tablas que fueron sustituidas provisionalmente por planchas de zinc.

“Mis vecinos me prestaron algunas fibras partidas y el papá del niño se ha encargado de reparar un poco la casa para vivir aquí hasta que aparezcan otros recursos y pueda levantar mi casita. El jueves la delegada pasó para incluirme en el listado de damnificados. Pero es duro perderlo todo de la noche a la mañana. Imagínense, periodistas, que me tumbó también el baño, que era de mampostería”.

Yanet y su hijo. Foto: Cubadebate.

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En cuanto a la canasta básica, de 3 744 toneladas previstas, se han distribuido en la provincia 1 208.7, para el 33%.

Asimismo, se entrega la leche de la primera decena de octubre, la cual se encuentra en los municipios de Viñales, San Juan y Martínez, Consolación del Sur y La Palma.

De las 19.7 t de café que demanda Pinar del Río, 13 t se entregan este lunes para su distribución y 13 en Consolación del Sur, entre lunes y martes.

Según las autoridades pinareñas, se concluyó la distribución del aseo personal antes del domingo.

Por otra parte, se coordinó con Cimex la elaboración 14 000 panes diarios hasta que sea necesario. La distribución del aceite se reinicia cuando se coloque un grupo electrógeno.

Sobre el pan, las autoridades informan que, de un plan de 76 024, se ha distribuido 22 000. Además, se han adoptado alternativas como la sustitución de este producto por galleta en los municipios de San Luis y San Juan y Martínez.

La Empresa Cubana del Pan asegurará en Viñales, San Juan y Martínez, San Luis, Consolación del Sur y tres panaderías en Pinar del Río 22 000 panes diarios cada una, hasta tanto se recuperen las unidades afectadas.

Igualmente, durante estos días se han elaborado y vendido 87 889 raciones de comida en toda la provincia.

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La historia de Marilú, sus dos hijos y un nieto

Marilú , su hija y su nieto. Foto. Cubadebate.

“Desde la noche del ciclón hasta el viernes, estuve durmiendo en la casa de un vecino en una colchoneta en el piso con Yerandy, mi hijo. Mi otra hija, Yaimara Orta, duerme en un sofá con su niño de nueve meses en el pecho”, cuenta Marilú Carmona, una de las afectadas por el paso de Ian sobre Pinar del Río.

Esta vecina de la comunidad Diez de Octubre nos muestra los estragos que dejó el huracán. “Me arrancó el techo de la casa, una parte de las tablas de la pared del frente, me desbarató una puerta y el llavín de la otra. Pusimos ese techo provisional para meternos en la casa y no coger sol”.

Además, le echó a perder el frío, el televisor, el ventilador y los colchones. “Me dejó descalza, porque todos los zapatos están mojados y despegados. La ropa tiene moho, incluida la del niño”.

Yerandy Orta, hijo de Marilú y hermano de Yaimara. Foto: Cubadebate.

Su hijo mayor, Yerandy Orta, de 25 años, cuenta que, pasadas las 3:00 a.m., el viento empezó a azotar y se llevó las primeras fibras. “Mi mamá y yo estábamos en el cuarto y cuando la cubierta se levantó corrimos y nos metimos debajo de la mesa, hasta que llegó el ojo y los vecinos nos vinieron a buscar. Fue un momento triste, de aprietos y con mucho susto”.

El bebé tiene una dermatitis alérgica y con él no podían regresar a su vivienda después del paso del huracán porque el piso es de tierra y había mucho fango. “Hasta el jueves tuve las fibras encajadas en medio de la casa, los vecinos me ayudaron a sacarlas y las puse provisionalmente en el techo”.

Es muy triste todo –agrega Marilú–, hasta la comida se mojó. “Tuvimos que regresar a la casa, porque no podemos seguir molestando a los vecinos. Desbarató la cuna de Milán Gabriel y el colchón también se perdió. Qué más les puedo decir”.

Interior de la casa de Marilú.Foto: Cubadebate.

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En el sector de las telecomunicaciones destaca que en el territorio hay 20 639 líneas sin servicio, el 23% del total (89 226). Se han restablecido 17 607 (2 642 este domingo), el 46% del total.

De los 1 057 postes afectados, se han restablecido 114 (10.78%).

Seis torres de los municipios de Pinar del Río y San Juan y Martínez sufrieron los impactos de Ian.

Hay en la provincia 182 trabajadores de otros territorios (brigadas de línea, de cable y de corte y bajante) y 129 del territorio.

En el transporte, más de 730 instalaciones fueron afectadas: total de cubiertas (330), cubiertas parciales (349) y derrumbes (28).

En la avicultura, 36 UEB tuvieron perjuicios por los vientos de Ian y en 133 naves, de un total de 331, se reportan daños, 15 de ellas con derrumbe total, una afectación de 139 200 m² de techo.

Diez UEB del porcino reportan afectaciones, incluyendo 77 naves con 39 300 m² de techo. Hasta el momento, se han recuperado cinco.  Igualmente, fueron afectadas una fábrica de pienso y tres naves, con 2 750 m² de techo.

En la ganadería hay 182 instalaciones afectadas, 42 total de techo. Diez unidades fueron derribadas en La Palma.

Además, 350 animales han muerto y 76 hectáreas de cultivos varios han sido dañadas.

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Casa de Lisandra, luego de que el padre de sus hijos la ayudara a componerla un poco, tras el ciclón. Foto: Cubadebate.

“El aire dobló la casa y la volvió a enderezar”

Lisandra Alonso Hernández, de 36 años, vive con sus tres hijos: César, de 13; Yosbel, de 11, y Karen de 3, en la comunidad Diez de Octubre, en el municipio Pinar del Río.

Después del paso del huracán Ian por esa occidental provincia, la vivienda de Lisandra solo tiene la mitad del techo. Las rachas sostenidas de viento tumbaron un ventanal e inclinaron la estructura de la casa hacia la derecha.

“Cuando el aire cambió de dirección, volvió a enderezarla. Aquí estaba el padre de los niños cuidándolo todo y tuvo que salir corriendo”, cuenta la vueltabajera, que aunque estaba en una vivienda de placa con sus hijos mientras Ian pasaba, sintió la angustia de pensar que con cada ráfaga de viento se destruía un poco más lo poco que tenía.

“Ahí había unos materiales guardados para hacer un bañito y una cocina detrás de la casa, y tuve que cogerlos para reparar lo que me dañó el ciclón. Pusimos un techo provisional, pero se me mojó toda la ropa, los colchones y las ollas”, se lamenta.

Lisandra y su familia. Foto: Cubadebate.

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Según el Departamento de Comercio Exterior, Inversión Extranjera y Cooperación Internacional, la provincia de Pinar del Río recibió donaciones de la mipyme La Mía Pizza, que entregó alimentos, ropa y aseo a la Escuela Vocacional de Arte (centro de evacuación).

Por su parte, la organización religiosa Nazareno de Cuba donó 25 cajas con kits de higiene y ocho cajas de sopa en sobres a la Escuela Pedagógica Tania la Guerrillera (centro de evacuación).

La organización religiosa Iglesia Católica Caritas Cuba donó 169 módulos de alimentos y aseo a la comunidad El Sitio, en la carretera a La Coloma. Mientras, el Consejo de Iglesias entregó con destino a los centros de evacuados de La Coloma cajas de bolsas de arroz, bolsas de leche, ropa, zapatos, gel de manos, nasobucos, andadores, bastones e insumos médicos.

Las mipymes Pinturas Probando y Proyecto Ángeles de la Noche entregaron aceite, arroz, leche, frijoles, chocolate, insumos médicos y camas fowler en los centros de evacuación de los municipios San Juan y Martínez, San Luis y Comunidad Hermanos Saíz.

También la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) donó medicamentos e insumos médicos al hospital Abel Santamaría.

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Lázaro Roque: “Jorobó la casa y tumbó las fibras”

Lázaro y su familia. Foto: Cubadebate.

El lunes, alrededor de las cuatro de la tarde, Lázaro Roque se fue con su esposa Danay Otero y su hijo Alexis para la casa de su mamá, a pocos metros de la suya. En ese momento, Ian transitaba por las aguas del mar Caribe aproximándose a la provincia de Pinar del Río.

“Lo tapé todo con nailon. Amarré el techo con unos alambres. Cuando comenzó a rugir el aire, veía por la ventana medio abierta cómo arrancaba las fibras y las iba tirando para la vega. Las tejas de fibrocemento del portal caían en el piso y se partían. Sentíamos todo eso”, relata este pinareño vecino de la comunidad Diez de Octubre.

Al día siguiente, “cuando hizo aquella calma del ojo”, salieron a ver el destrozo que hizo la primera parte del ciclón. “No quedaba ni una fibra y la casa estaba jorobada. Había un horcón pegado a la pared del baño. Es un milagro que no estuviera en el piso. De hecho, tengo que buscarme unos palos para ponerle puntales, porque si no, lo poco que quedó se va a caer”.

Después del paso del ciclón, Lázaro buscó los trozos de fibras y remendó el techo. “Hay tres que todavía no he podido encontrar, porque seguro volaron más lejos. Los vecinos respetamos de quién era cada teja”. A pesar de estos intentos, cuando llueve, como se perdió el caballete de la casa, entra mucha agua.

La primera noche tras Ian durmieron en casa de su hija, pero es demasiado pequeña y no podían permanecer ahí. “Se mojaron el televisor, el refrigerador, los colchones, los ventiladores y la ropa”.

Pese a las pérdidas, este vueltabajero dice que todos en el barrio se comportaron como una familia, que es lo que al final son. “Hay que ir echando pa' lante. No podemos sentarnos a llorar miseria ni necesidades, porque todo el mundo está igual. Esto es algo que mandó la naturaleza. Tenemos que seguir, porque estamos vivos”.

Casa de Lázaro tras ser "arreglada" por él mismo. Foto: Cubadebate.

En video, declaraciones de Lázaro Roque

Escuche aquí

Restos de la casa de Guillermo Valdés. Foto: Cubadebate.

Lisandra alista los colchones de su casa. Foto. Cubadebate.

Cuna de Milán Gabriel. Foto: Cubadebate.

Escaparate de Guillermo Valdés. Foto: Cubadebate.

Daños del huracán Ian en la casa de Reinier Pérez. Foto: Cubadebate.

Los colchones de la casa de Lázaro Roque.Foto: Cubadebate.

Impacto de Ian por Pinar del Río. Foto: Cubadebate.

Ian deja estragos en Pinar del Río. Foto: Cubadebate.

Techo de la casa de Otniel y Sira. Foto: Cubadebate.

Los propios afectados contribuyen con el arreglo de sus casas. Foto: Cubadebate.

Yaimara Orta y su bebé. Foto. Cubadebate.

Así quedó la casa de Yunieski Valdés Vilaú.Foto. Cubadebate.

A pesar de la tragedia, los niños en Diez de Octubre se divierten. Foto: Cubadebate.

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